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1. La negación de los derechos morales L se ha …

derechos morales : CONCEPTO YRELEVANCIAJuan A. Cruz Parcero*1. La negaci n de los derechos moralesISONOM A No. 15 / Octubre 2001cia por su famoso ataque a los derechos naturales al considerarlos autocon-tradictorios, ininteligibles, peligrosos y absolutamente incompatibles conel ejercicio de los poderes de cualquier gobierno. En sus AnarchicalFallacies (1795) critic la noci n de derechos naturales afirmando, poruna parte, que todos los derechos eran fruto del Derecho positivo y la ideade un derecho no creado por el Derecho positivo era una contradicci n talcomo decir calor fr o u oscuridad resplandeciente . Seg n Bentham ladoctrina del Derecho Natural no puede servir como un l mite objetivo racio-nalmente discernible y argumentable sobre qu leyes se pueden adecua-damente promulgar o exigir. Los hombres, afirmaba, y en esto ten a mucharaz n, hablan de derechos naturales cuando desean conseguir sus prop si-tos sin tener que argumentar.

DERECHOS MORALES: CONCEPTO Y RELEVANCIA 57 Es fácil ser escéptico respecto a la existencia de los derechos morales y poner en duda su importancia. Después de todo, cualquiera podría pre-

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1 derechos morales : CONCEPTO YRELEVANCIAJuan A. Cruz Parcero*1. La negaci n de los derechos moralesISONOM A No. 15 / Octubre 2001cia por su famoso ataque a los derechos naturales al considerarlos autocon-tradictorios, ininteligibles, peligrosos y absolutamente incompatibles conel ejercicio de los poderes de cualquier gobierno. En sus AnarchicalFallacies (1795) critic la noci n de derechos naturales afirmando, poruna parte, que todos los derechos eran fruto del Derecho positivo y la ideade un derecho no creado por el Derecho positivo era una contradicci n talcomo decir calor fr o u oscuridad resplandeciente . Seg n Bentham ladoctrina del Derecho Natural no puede servir como un l mite objetivo racio-nalmente discernible y argumentable sobre qu leyes se pueden adecua-damente promulgar o exigir. Los hombres, afirmaba, y en esto ten a mucharaz n, hablan de derechos naturales cuando desean conseguir sus prop si-tos sin tener que argumentar.

2 Por otra parte, sosten a que el uso de la noci nde derechos naturales no jur dicos en la discusi n pol tica y en la cr tica delas instituciones sociales y leyes positivas es imposible de reconciliar conel ejercicio de poderes del gobierno, cosa que se debe a que los derechosnaturales que reclaman los hombres son absolutos, lo cual no permite nin-guna excepci n o compromiso con otros valores. En caso de que se ad-mitieran excepciones, entonces, s lo ser an gu as vac as para el legisladory sus s bditos y carecer an de sentido. Cuando Bentham escrib a estopensaba en las Constituciones reci n creadas en los Estados Unidos don-de observaba que el proclamado derecho a la libertad era imposible dereconciliar con el tambi n proclamado derecho a la propiedad que inclu aa la esclavitud. Bentham negaba pues que existieran tales derechos y su-poniendo que existieran no nos ser an de utilidad, carecer an de importancia e incluso la existencia de derechos morales es algo quese ha puesto en duda a menudo.

3 Bentham es recordado con frecuen-L* Instituto de Investigaciones Filos ficas, Universidad Nacional Aut noma de M Aunque es algo raro, en alguna ocasi n Bentham concedi que hablar de derechos moralesten a alg n sentido: If I say that a man has a natural right to (this) coat or (this) land all that itcan mean, if it mean anything and mean true, is, that I am of opinion he ought to have a political56 JUAN A. CRUZ PARCEROEl iuspositivismo, que se logra consolidar en el siglo XIX, ha reclama-do desde entonces cierta exclusividad para hablar del concepto de dere-cho subjetivo, reduciendo esta noci n a cierto tipo de demandas oexigencias apoyadas en la coacci n del Estado. Para Austin y Kelsen, cuyasobras son quiz las m s influyentes de esta corriente durante la primeramitad del siglo XX, los derechos s lo pueden ser positivos y niegan laexistencia de derechos naturales e incluso, en el caso del jurista austriaco,se opone a cualquier concepci n de los derechos que apele a elementossustanciales como el inter s o la voluntad.

4 Tambi n ciertas corrientes utili-taristas cl sicas, como el comunitarismo y el republicanismo reducen losderechos a un tipo de demandas cuyo contenido viene expresado en pau-tas socialmente vigentes como obligatorias. El comunitarismo niega quese pueda hablar de derechos en el mbito de la moral y sostienen quetener un derecho depende del reconocimiento por parte de una regla so-cialmente vigente, ya sea que se trate de una regla jur dica, social o demoralidad positiva. La existencia de un derecho depende, para todas es-tas corrientes, de la existencia de una regla positiva. Como lo expresaMacIntyre: Las reglas no vigentes socialmente, puras ideas subjetivas, ser n ob-jeto de disputa y, por tanto, te ir n de disputabilidad a las demandas de-rivadas de ellas, no mereciendo el nombre de derechos , al adolecer deinconcreci n, indeterminabilidad y, en ltimo t rmino, arbitrariedad.

5 Demodo que, sin vigencia social, los llamados derechos no ser an tales, sinosimples valores, paradigmas, modelos inconcretos, demandas inespec fi-cas, sin delimitaci n suficiente, en permanente debate e indefinici n, ensuma, pretensiones d biles en su to it: that by the appropriate services rendered on occasion to him by the appropriatefunctionaries of government he ought to be protected and secured in the use of it . Citado por Sumner, (op. cit., p gs. 139-140), de John Bowring (ed.), The Works of Jeremy Bentham, oncevols., William Tait, Edinburgh, 1843, vol. III, p g. Cfr., A. MacIntyre, Tras la virtud, Cr tica, Barcelona, 1987, p gs. 324-326. Para MacIntyreno existen los derecho humanos; los intentos de dar buenas razones para creer en ellos han fraca-sado. Sabemos afirma que no existen las verdades axiom ticas a las que apelaron los fil sofosdel siglo Y decir que su existencia no puede ser demostrada, pero que ello no significa queno sea verdadera como hace Dworkin- tambi n puede servir para los El concepto dederechos humanos es una ficci n generada como sustitutivo de los conceptos de una moral m santigua y tradicional, de modo que cuando se enfrentan a las pretensiones que apelan a tales con-ceptos tradicionales no hay medio racional de decidir prioridades.

6 La ficci n de los derechos sumi-nistra un simulacro de racionalidad al proceso pol tico moderno, pero en la realidad predomina laarbitrariedad de la voluntad y el poder. La inconmensurabilidad moral asegura que quienes protes- derechos morales : CONCEPTO Y RELEVANCIA57Es f cil ser esc ptico respecto a la existencia de los derechos moralesy poner en duda su importancia. Despu s de todo, cualquiera podr a pre-guntarse qu tiene de bueno tener derechos morales en el caso de que nose tenga ninguna protecci n y que no se puedan hacer cumplir? En un pa sdonde se cometen a diario cr menes por parte de la misma autoridad y nohay medios legales para oponerse o cuando uno se ve amenazado por unsoldado dispuesto a da arlo sin justificaci n alguna de qu le sirve a unodecir que tiene un derecho moral a no ser lastimado?

7 Evidentemente, habr a que concederles a los esc pticos que un dere-cho moral en tales circunstancias no sirve de mucho o de nada. Sin em-bargo, como ha sostenido Feinberg, un derecho moral en talescircunstancias es como una victoria moral en un juego sin a n si los derechos morales fueran valiosas mercanc as en general,no ser an suficientes para recompensar a sus poseedores en todas las C mo saber que existen los derechos morales ?Quienes niegan la existencia de los derechos se preguntan c mo es quesabemos que existen derechos morales ? En el caso de los derechosinstitucionales4 es relativamente f cil decidir sobre su existencia acudiendoa alg n criterio epistemol gico que normalmente consiste en referirnos alas leyes positivas, a hechos como la costumbre o a pr cticas sociales. Peroen el caso de los derechos morales c mo decidimos sobre su existencia?

8 5tan nunca pueden vencer ni perder en una discusi n; los contendientes en las causas morales mo-dernas se dirigen a quienes comparten sus premisas y ocultan tras su ret rica preferencias arbitra-rias de su voluntad y deseos. Cfr., ibid., p gs. V ase Joel Feinberg, The Social Importance of Moral Rights , en James E. Tomberlin (ed.),Philosophical Perspectives, 6, Ethics, 1992, p gs. 175-198, p g. M s adelante en el punto 5 hablar sobre la distinci n entre derechos morales y Algunos fil sofos han rechazado la idea de que exista una justificaci n para esta Rorty, siguiendo a Rabosi, sostiene que lo que llaman el fundacionalismo de los derechoshumanos es anacr nico y que no vale la pena plantear la pregunta de si los seres humanos real-mente tienen los derechos consagrados en las Declaraciones de derechos .

9 Lo m s que puede hacerla filosof a es compendiar nuestras intuiciones culturales sobre lo que debe hacerse en distintassituaciones, cfr., Richard Rorty, op. cit., p g. 121. Este intuicionismo sin embargo los lleva alrelativismo cultural, a dar cuenta de las intuiciones de distintos grupos sin poder decir por qu lasintuiciones de nuestro grupo son mejores que las de alg n otro, por qu es mejor una comunidadque comparte una cultura de derechos humanos a otra que A. CRUZ PARCEROLas doctrinas cl sicas del Derecho Natural le atribu an a Dios la crea-ci n de ciertas Leyes Naturales de donde se desprend an derechos natu-rales o, en la versi n racionalista, las leyes naturales eran extra das de lanaturaleza humana y de ah que el individuo contara con derechos inhe-rentes a su naturaleza. Las personas ten an derechos como si se tratarade alguna cosa tangible.

10 La negaci n de la existencia de un Derecho na-tural proveniente de Dios o de la naturaleza humana, implicaba negar la existencia de aquellos derechos naturales que le pertenec an al ser hu-mano. Sin embargo, muchos fil sofos aceptan que podemos hablar de unamoral no institucional distinta a la moral positiva sin caer en ninguna for-ma de iusnaturalismo: as , distinguen entre la moral positiva y la moralcr tica. La moral kantiana, por ejemplo, es objetivamente v lida y no de-pende de ninguna organizaci n o convenci n social. Difiere tambi n denormas prudenciales o de reglas de eficiencia que pueden ser no intentar abundar sobre este tema. Partir de aceptar que es posi-ble para cualquier miembro de una sociedad realizar juicios morales queno dependen ni son expresi n de la moralidad positiva de su sociedad yque tales juicios pueden estar, en algunas ocasiones, justificados racional-mente.


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