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17 El reto de la conservación de la biodiversidad en …

[ 719 ] El crecimiento de las zonas urbanas / Consecuencias ambientales de la urbanizaci n / La urbanizaci n en M xico / Recursos h dricos / Residuos s lidos / Un caso paradigm tico: la Cuenca de M xico y su gran ciudad / La poblaci n de la Cuenca de M xico / La transformaci n ambiental / Conclusi n / 752 Referencias / 753 RecuadrosRecuadro Las ciudades costeras / 728 Recuadro La Cuenca del R o Tijuana: un enfoque binacional para la conservaci n / 732 Recuadro El zacatuche como la punta del iceberg del proceso de p rdida de la biodiversidad / 741 Recuadro Dificultades para la conservaci n de la biodiversidad en las zonas urbanas: el caso del Parque Ecol gico de la Ciudad de M xico / 747El reto de la conservaci n de la biodiversidad en zonas urbanas y periurbanasautores responsables: Irene Pisanty Marisa Mazari Exequiel Ezcurraautores de recuadros: , Patricia Moreno-Casasola , Lina Ojeda Revah , Alejandro Vel zquez, Francisco Romero Malpica , Consuelo Bonfilrevisores: Griselda Ben tez Badillo Patricia Moreno-Casasola* Javier Laborde * Excepto del recuadro , I.

17 • El reto de la conservación de la biodiversidad en zonas urbanas y periurbanas 721 2002; unpd 2002). Si bien las megalópolis son mucho más frecuentes en los países con economías en desarro-

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1 [ 719 ] El crecimiento de las zonas urbanas / Consecuencias ambientales de la urbanizaci n / La urbanizaci n en M xico / Recursos h dricos / Residuos s lidos / Un caso paradigm tico: la Cuenca de M xico y su gran ciudad / La poblaci n de la Cuenca de M xico / La transformaci n ambiental / Conclusi n / 752 Referencias / 753 RecuadrosRecuadro Las ciudades costeras / 728 Recuadro La Cuenca del R o Tijuana: un enfoque binacional para la conservaci n / 732 Recuadro El zacatuche como la punta del iceberg del proceso de p rdida de la biodiversidad / 741 Recuadro Dificultades para la conservaci n de la biodiversidad en las zonas urbanas: el caso del Parque Ecol gico de la Ciudad de M xico / 747El reto de la conservaci n de la biodiversidad en zonas urbanas y periurbanasautores responsables: Irene Pisanty Marisa Mazari Exequiel Ezcurraautores de recuadros: , Patricia Moreno-Casasola , Lina Ojeda Revah , Alejandro Vel zquez, Francisco Romero Malpica , Consuelo Bonfilrevisores: Griselda Ben tez Badillo Patricia Moreno-Casasola* Javier Laborde * Excepto del recuadro , I.

2 , M. Mazari, E. Ezcurra et al. 2009. El reto de la conservaci n de la biodiversidad en zonas urbanas y periurbanas, en Capital natural de M xico, vol. II: Estado de conservaci n y tendencias de cambio. Conabio, M xico, pp. natural de M xico Vol. II: Estado de conservaci n y tendencias de El crecimiento de las zonas urbanasEn el mbito mundial, la concentraci n de la poblaci n en asentamientos urbanos es un proceso irreversible de grandes alcances sociales, econ micos y ambientales. Actualmente, las ciudades tienen un impacto cr tico sin precedentes en el ambiente global (Rodrigues et al. 2007). El crecimiento de las ciudades y la tasa de crecimiento de la poblaci n urbana en el mundo entero muestran una tendencia creciente y se espera que pr cticamente todo el crecimiento poblacional ocurra en las ciudades duran-te los primeros 30 a os del siglo xxi (wri 1994; unpd 2002).

3 Esto no es una excepci n en el caso de M xico (Fig. ).La disponibilidad de servicios y el acceso a los mismos es diferente en las zonas rurales y en las urbanas, as como entre estas ltimas. En los pa ses econ micamente m s desarrollados, las peque as ciudades en general cuentan con todos los servicios necesarios para garanti-zar un buen nivel de vida, y con ello contribuyen a un grado de equidad que no es com n en los asentamientos de tama o equivalente de los pa ses en desarrollo o con econom as emergentes. En estos ltimos, los servicios y las oportunidades disponibles en las ciudades grandes y consolidadas contrastan con lo que se ofrece en pobla-dos menores y menos atendidos. De esta forma, el creci-miento urbano en los pa ses industrializados se da con m s frecuencia a partir de numerosas ciudades medias, mientras que en los pa ses en desarrollo ha sido m s co-m n el surgimiento de un fen meno desconocido antes del siglo xx: las llamadas megaciudades o megal polis.

4 Una ciudad es considerada una megal polis a partir del momento en que alcanza los 10 millones de habitantes, adem s de considerarse otros criterios como recursos financieros, estructura industrial/comercial, aspectos pol ticos, facilidades educativas y personal cient fico, as como su posici n econ mica y pol tica en el mundo (Fuchs 1999). Generalmente, una megal polis se conforma al agluti-narse diferentes asentamientos urbanos relativamente peque os en zonas conurbadas (Bazant 2001; Garza En todo el mundo, la urbanizaci n es un proceso continuo que presenta variantes regionales y nacionales. Como parte de este proceso se han conformado las llamadas megal polis, que son centros urbanos con m s de 10 millones de habitantes. Las megal polis son un fen meno m s com n en los pa ses menos desarrollados, aunque tambi n se encuentra en algunos pa ses con econom as m s consolidadas, como es el caso de Nueva York en Estados Unidos y de Tokio en Jap n.)

5 A pesar de que las altas tasas de crecimiento fueron una caracter stica distintiva de las megal polis, actualmente es com n que las ciudades de menor tama o tengan tasas de crecimiento mayores que las grandes ciudades. Dadas las tendencias actuales, se espera que en los primeros 30 a os del siglo xxi pr cticamente todo el crecimiento de la poblaci n mundial se d en los conglomerados urbanos a pesar de que solo ocupan 2% de la superficie del establecimiento y crecimiento de centros urbanos tiene consecuencias ambientales profundas, tanto en el sitio en donde se desarrollan como en otros lugares, algunos circundantes y otros m s lejanos. Las ciudades tienen una huella ecol gica que con frecuencia rebasa sus l mites. La concentraci n de la poblaci n ejerce una fuerte presi n sobre los bienes y servicios que brindan los ecosistemas de los que depende, pero tambi n puede optimizar su uso cuando la planificaci n del desarrollo es adecuada.

6 El cambio de uso del suelo que subyace al desarrollo urbano compromete muchos servicios ambientales, incluyendo la biodiversidad . Hoy d a, mantener la mayor representaci n de la riqueza bi tica y preservar los servicios ambientales que ello implica es un reto fundamental de las ciudades que aspiran a un desarrollo urbano sustentable. La emblem tica Ciudad de M xico es una de las tres megal polis m s grandes del mundo. Est ubicada en una cuenca endorreica caracterizada por una gran riqueza bi tica que se debe a su topograf a, clima, diversidad de suelos y su ubicaci n en el l mite de las dos grandes provincias bi ticas de Am rica, entre otros factores. Poblada por alrededor de 20 millones de habitantes, esta inmensa zona metropolitana enfrenta severos problemas ambientales, como la contaminaci n atmosf rica, del agua y de los suelos; la sobreexplotaci n de sus anta o cuantiosos recursos h dricos; la modificaci n irreversible de su estructura h drica, y la desaparici n de varios de los ecosistemas y tipos de vegetaci n que la caracterizaban.

7 Originalmente muy rica en especies, entre las que abundaban las end micas, esta cuenca enfrenta hoy el reto de conservar lo que queda de esta diversidad a fin de preservar sus aspectos ecol gicos, ambientales y 17 El reto de la conservaci n de la biodiversidad en zonas urbanas y periurbanas7212002; unpd 2002). Si bien las megal polis son mucho m s frecuentes en los pa ses con econom as en desarro-llo, no les son exclusivas, como lo demuestran Nueva York, Los ngeles, Tokio y Osaka, megal polis en econo-m as extremadamente importantes a escala mundial. Como ser a de esperarse, definir precisamente las di-mensiones de una megal polis es complicado debido a las altas tasas de crecimiento poblacional y de ocupaci n del espacio, la incorporaci n constante de nuevas juris-dicciones a las zonas metropolitanas, la informalidad de los asentamientos y la inmigraci n de personas de otras regiones (Aguilar 2000; Negrete 2000; Calvo y Ortiz 2006; Ezcurra et al.

8 2006). Aunque las causas espec ficas de la inmigraci n hacia las ciudades son diversas (incluyendo conflictos arma-dos) y dif ciles de acotar, pareciera que la poblaci n hu-mana va b sicamente tras los sitios donde se ofrecen empleos y servicios (Mendoza 2003), adem s de seguri-dad. Aun as , es muy importante considerar que la dispo-nibilidad de empleo en las grandes urbes es limitada y que los ndices de marginaci n son altos en muchas me-gal polis, al grado de que, por ejemplo, en M xico cerca de 40% de los habitantes de las ciudades con las mayores tasas de crecimiento vive en condiciones de extrema marginaci n (Conapo 2005). Los pa ses menos desarro-llados presentan tasas de crecimiento poblacional m s altas (3% en promedio, entre 1995 y 2000) que los m s desarrollados ( en el mismo periodo), y todo parece indicar que a escala mundial la poblaci n urbana pronto ser equivalente num ricamente a la rural, hecho que no ser reversible (unpd 2002).

9 El porcentaje de urbanizaci n en Am rica Latina y el Caribe es alto (72%) y rebasa los de frica (38%), Asia y el Pac fico (51% en promedio) (cca 2002; Geo Data Por-tal 2003). En Am rica del Norte y Europa la urbanizaci n es tambi n considerable (81y 72 por ciento, respectiva-mente), sin embargo, las tasas de crecimiento de las ciu-dades canadienses y estadounidenses tienden a estabili-zarse m s que las mexicanas (Fig. ) (cca 2002; Geo Data Portal 2003).Con el crecimiento de las zonas urbanas hacia entida-des pol ticas y administrativas diferentes a aqu llas en las que empez su desarrollo se inicia la metropolizaci n , con todas las caracter sticas concomitantes de un proce-so en el que progresivamente se ven envueltas diferentes entidades federativas. Los aspectos administrativos, po-l ticos y de prestaci n de servicios, as como las conse-cuencias ambientales que se derivan de un proceso como este involucran a instituciones y ciudadanos de diferen-tes estados y municipios.

10 La toma de decisiones, la parti-cipaci n ciudadana y la gobernabilidad misma adquieren dimensiones totalmente novedosas. Sin importar que se trate de urbes muy modernas y relativamente eficientes, como Nueva York o Tokio, o de ciudades en que las con-diciones econ micas y sociales son m s precarias, en todos los casos los asentamientos urbanos de la magni-tud de las megal polis plantean problemas y retos in di-tos hasta mediados del siglo xx. Entre ellos destacan los ambientales, que a pesar de ser fundamentales para el bienestar de los habitantes de las grandes ciudades y de las zonas de las que dependen, fueron pr cticamente ig-norados en el mundo entero hasta hace poco tiempo. Hoy d a, a pesar de que solo ocupan alrededor de 2% de la superficie terrestre, las ciudades son elementos que in-fluyen en el ambiente a escalas global, regional y local (Rodrigues et al.)


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