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Bases científicas de la Terapia de Conducta: nuevas ...

Revista Internacional de Psicolog a Cl nica y de la Salud/ISSN 1576-7329 International Journal of Clinical and Health Psychology2002, Vol. 2, N 1, pp. 9-24 Bases cient ficas de la Terapia de Conducta: nuevas propuestas para un viejo problemaXavier Bornas1(Universitat de les Illes Balears, Espa a) yMiquel Noguera (Universitat Polit cnica de Catalunya, Espa a)(Recibido 21 junio 2001 / Received 21 June 2001)(Aceptado 10 septiembre 2001 / Accepted 10 September 2001)RESUMEN. En este trabajo se revisa cr ticamente el recurrente t pico de las basescient ficas de la Terapia de Conducta. Asumiendo que la investigaci n cient fica de laconducta es conveniente, si no necesaria, para el desarrollo tecnol gico y aplicado, sepropone tomar en consideraci n algunos conceptos relativamente nuevos de la Ciencia(por ejemplo, el de caos determin stico) y utilizarlos, al menos tentativamente, paraprocurar obtener un conocimiento mejor de la complejidad de la conducta humana. Laincorporaci n de aquellos conceptos abre una nueva perspectiva complementaria parael estudio de la conducta que se caracteriza por: (a) conceder una importancia capitalal cambio o flujo continuo de conducta y los procesos de retroalimentaci n del sistema,(b) destacar, adem s de las relaciones lineales, las de tipo no lineal entre la conductay el ambiente, y (c) tener en cuenta la emergencia de nuevos patrones de comporta-miento.

BORNAS y NOGUERA. Bases científicas de la Terapia de Conducta 11 RIPCS/IJCHP, Vol. 2, Nº 1 parece reconocida por todos (otra cosa es el alcance que dicha teorización debe tener,

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1 Revista Internacional de Psicolog a Cl nica y de la Salud/ISSN 1576-7329 International Journal of Clinical and Health Psychology2002, Vol. 2, N 1, pp. 9-24 Bases cient ficas de la Terapia de Conducta: nuevas propuestas para un viejo problemaXavier Bornas1(Universitat de les Illes Balears, Espa a) yMiquel Noguera (Universitat Polit cnica de Catalunya, Espa a)(Recibido 21 junio 2001 / Received 21 June 2001)(Aceptado 10 septiembre 2001 / Accepted 10 September 2001)RESUMEN. En este trabajo se revisa cr ticamente el recurrente t pico de las basescient ficas de la Terapia de Conducta. Asumiendo que la investigaci n cient fica de laconducta es conveniente, si no necesaria, para el desarrollo tecnol gico y aplicado, sepropone tomar en consideraci n algunos conceptos relativamente nuevos de la Ciencia(por ejemplo, el de caos determin stico) y utilizarlos, al menos tentativamente, paraprocurar obtener un conocimiento mejor de la complejidad de la conducta humana. Laincorporaci n de aquellos conceptos abre una nueva perspectiva complementaria parael estudio de la conducta que se caracteriza por: (a) conceder una importancia capitalal cambio o flujo continuo de conducta y los procesos de retroalimentaci n del sistema,(b) destacar, adem s de las relaciones lineales, las de tipo no lineal entre la conductay el ambiente, y (c) tener en cuenta la emergencia de nuevos patrones de comporta-miento.

2 Se discute tambi n la necesidad de la investigaci n de laboratorio y el an lisisde los datos as CLAVE. Investigaci n cient fica. Teor a del caos. Sistemas din n. Terapia de In this article, we critically review a recurrent topic: the scientific foundationsof Behavior Therapy. In assuming that basic research is profitable, if not necessary, forapplied and technological development, we suggest considering several relatively new1 Correspondencia: Departament de Psicologia. Ctra. de Valldemossa, km. 7,5. 07071 Palma de Mallorca(Espa a). E-Mail: y NOGUERA. Bases cient ficas de la Terapia de ConductaRIPCS/IJCHP, Vol. 2, N 1science concepts ( deterministic chaos) and their use, at least tentatively, in anattempt to better understand the complexity of human behavior. The integration of thesenew concepts gives way to a new perspective on the study of behavior. This perspectiveis characterized by (a) conceding the greatest importance to the continuous evolvingbehavior and to the system s feedback processes, (b) underlining the non-linearrelationships between behavior and environment, in addition to the linear ones, and (c)considering the emergence of new behavior patterns.

3 We also discuss the need forlaboratory research as well as the analysis of data obtained from this type of Scientific research. Chaos theory. Dynamic systems. trabalho fazemos uma revis o cr tica de um assunto recorrente: asbases cient ficas da Terapia comportamental. Assumindo que a investiga o b sica conveniente, se n o necess ria, para o desenvolvimento aplicado e tecnol gico, suge-rimos considerar v rios conceitos cient ficos relativamente novos (ex. caos determin stico)e o seu uso, ao menos tentativamente, na procura de melhor compreender a complexidadedo comportamento humano. A integra o destes novos conceitos abre uma nova pers-pectiva no estudo do comportamento. Esta perspectiva caracterizada por (a) concedera maior import ncia ao fluxo cont nuo do comportamento e aos processos de feedbackdo sistema, (b) para al m das rela es lineares, sublinhar as rela es n o lineares entrecomportamento e ambiente, e (c) considerar a emerg ncia de novos padr es decomportamento.

4 Discute-se tamb m a necessidade da investiga o de laborat rio e aan lise dos dados obtidos neste tipo de investiga o cient fica. Teoria do caos. Sistemas din o. Terapia comportamentalIntroducci nLa divergencia entre la investigaci n cient fica de la conducta y el desarrollo det cnicas para su modificaci n empez en los a os sesenta y se fue incrementando enlas d cadas siguientes (v ase, para una descripci n hist rica, el texto de Cruzado,Labrador y Mu oz, 1993). En 1991 la revista Journal of Applied Behavior Analysisdedic un monogr fico a reflexionar sobre aquella divergencia y en l aparecieronposiciones dispares. La pregunta que el editor de la citada revista hizo a los colabora-dores fue si el An lisis Conductual Aplicado era demasiado tecnol gico. Algunos opi-naron que s (cabe destacar a Hayes, 1991) y reclamaron la revalorizaci n de la inves-tigaci n cient fica en el sentido m s tradicional de aquella escuela mientras otrosmanifestaron que el car cter tecnol gico no era ning n obst culo para su desarrollo(entre ellos destacaremos a Iwata, 1991), aunque sin negar, en ning n caso, el inter sde la investigaci n b sica.

5 En 1994 la misma revista public un monogr fico sobre lainteracci n entre investigaci n b sica y aplicada de la conducta y la revista BehaviorTherapy public otro monogr fico en 1997, lo que muestra que el inter s del tema semantiene. La pol mica persiste hoy en d a, y aunque la importancia de la teorizaci nBORNAS y NOGUERA. Bases cient ficas de la Terapia de Conducta11 RIPCS/IJCHP, Vol. 2, N 1parece reconocida por todos (otra cosa es el alcance que dicha teorizaci n debe tener,desde la m s reducida de modelos para trastornos espec ficos hasta la m s general,propia de una teor a de la conducta al estilo de las cl sicas teor as del aprendizaje demediados del siglo XX), la Terapia de Conducta suele definirse como una tecnolog adeseosa de contar con un s lido bagaje de conocimientos cient ficos en su base. Carrobles(1999) afirma que la Modificaci n de Conducta (que en este trabajo tomaremos comosin nimo de Terapia de Conducta) constituye una potente tecnolog a aplicada a laresoluci n de problemas humanos ( ) y en la definici n de este mismo autor,formulada en 1992 y mantenida en el texto que acabamos de citar, se puede leer que es la disciplina o el campo de especializaci n de la Psicolog a, que aplica los princi-pios y conocimientos cient ficos obtenidos por sta y otras disciplinas ( ).

6 La necesidad de no olvidar, o al menos no desatender, la investigaci n b sica delcomportamiento la expresan claramente Cruzado et al. (1993) al se alar la primeracaracter stica definitoria de la Terapia de Conducta: los procedimientos y las t cnicasde intervenci n deben estar adecuadamente fundamentados en la psicolog a experimen-tal ( ). De forma parecida, m s recientemente, Olivares y M ndez (1999) se alanque la investigaci n debe constituir la base sobre la que debe desarrollarse una pr c-tica cl nica saludable ( ) tras se alar la importancia de que el psic logo cl nicorealice investigaci n. Incluso, en cierto modo, parece existir una sensaci n de inquietudal haberse despegado tanto de la teor a del aprendizaje y los principios cient ficos quesirvieron de base para las primeras t cnicas de Terapia de Conducta (la desensibilizaci nsistem tica o las t cnicas operantes, por ejemplo). La ausencia de base experimentalde los m todos de intervenci n empleados, y su fundamentaci n en experiencia cl nicahar a de la modificaci n de conducta una psicoterapia m s, ya que perder a su carac-ter stica b sica, que es su fundamentaci n cient fica (Cruzado et al.)

7 , 1993, p. 37).Quiz aquella sensaci n de inquietud es m s acusada en el pr logo de Franks (1998)cuando expresa cierta tristeza al contemplar el paso de la Terapia de Conducta a laTerapia Cognitivo Conductual de la ltima d cada, que conllev , entre otras cosas, laaparici n de t cnicas con poco fundamento cient resumen, se echa de menos la teorizaci n y la carencia de Bases s lidas (en elsentido te rico-cient fico) para muchas de las t cnicas y tratamientos actualmente dis-ponibles que se agrupan bajo el r tulo de Terapia de Conducta. Al mismo tiempo, seinsiste en la necesidad de aportar evidencia emp rica o experimental de la eficacia y laefectividad de las mismas (v ase Echebur a y Corral, 2001) acentuando as el car ctertecnol duda, los deseos de fundamentar la Terapia de Conducta en la investigaci nb sica (ll mese psicolog a experimental, del aprendizaje, del procesamiento de la infor-maci n o de cualquier otro modo) est n perfectamente justificados. Fue aquella inves-tigaci n la que dio lugar a la Terapia de Conducta en sus or genes (y cabe citar aqu la obra de Wolpe (1958) que tuvo un car cter fundacional) y la que permiti obtenerel conocimiento m s s lido que se hab a tenido nunca sobre la conducta humana (lamonumental obra de Ferster y Skinner (1957) es uno de los mejores ejemplos al res-pecto).

8 La esperanza de que esta historia se repita bastar a para justificar el anhelo deimpulsar la investigaci n b sica para obtener el conocimiento que permitiese desarro-12 BORNAS y NOGUERA. Bases cient ficas de la Terapia de ConductaRIPCS/IJCHP, Vol. 2, N 1llar una nueva tanda de t cnicas eficaces. Sin embargo, la Terapia de Conducta pareceno haber incorporado una serie de conceptos cient ficos relativamente recientes (caosdetermin stico, atractores extra os, bifurcaciones, etc.) que, enotras disciplinas (enparticular la F sica, pero tambi n la Qu mica o la Biolog a) son ya de uso com algunas excepciones; por ejemplo, en la investigaci n b sica, Metcalf y Allen(1995) proponen un modelo ca tico para el estudio de la polidipsia inducida (Falk,1961); o en el mbito aplicado, la propuesta de Rosales-Ruiz y Baer (1997) sobre lasc spides( cusps ) conductuales en el desarrollo infantil guarda obvios paralelismoscon el enfoque de Thelen y Smith (1994), genuinamente basado en la teor a de sistemasdin micos, para el estudio del desarrollo.

9 Pero se trata, insistimos, de excepciones. Enla Psicolog a, en general, a partir de 1990 las referencias a la Teor a del Caos o de laComplejidad crecen exponencialmente (Henrickson, 2001). Cualitativamente este mis-mo fen meno se refleja en la publicaci n, a partir de mediados de los a os noventa, deun buen n mero de textos de Psicolog a vinculados a aquellas teor as (entre los quecabe destacar los de Abraham y Gilgen, 1995; B tz, 1997; Chamberlain y B tz, 1998;Grigsby y Stevens, 2000; Masterpasqua y Perna, 1997; Robertson y Combs, 1995).Aquellos conceptos, surgidos de la propia evoluci n de la Ciencia, est n dando lugara cambios en la visi n de la realidad que algunos autores no dudan en calificar derevolucionarios (Blackerby, 1998; Gleick, 1987) y que, sin llegar a ese extremo, nosparecen al menos interesantes y prometedores. Bien es cierto que, en algunos casos, setrata de meras especulaciones incluso alejadas de cualquier cosa que pueda llamarseCiencia. Pero existen conceptos s lidamente establecidos que podemos utilizar comoherramientas para tratar de comprender mejor la conducta humana y sus objetivo de este trabajo es ofrecer una propuesta alternativa al problema de ladivergencia entre ciencia y tecnolog a en el campo de la Terapia de Conducta y a lanecesidad de buscar en la Ciencia las Bases de los futuros desarrollos t cnicos y tec-nol gicos.

10 Estando de acuerdo en dicha necesidad, lo que planteamos es algo as comouna actualizaci n, en el sentido de incorporar estos nuevos conceptos de la Ciencia yampliar as el dominio de b squeda en el que encontrar dichas nuevos conceptos de la CienciaNo es f cil establecer los or genes de los conceptos a los que nos acabamos dereferir y los cambios a que dan lugar; en primer lugar, porque no proceden de un s locampo, aunque el de las Matem ticas ocupa el lugar m s destacado y, en segundo lugar,porque suelen citarse antecedentes m s o menos remotos, en especial los trabajos delmatem tico Henri Poincar (1854-1912) cuestionando el determinismo puro de Laplace(1749-1827). A n as , existe cierto consenso en situar en la d cada de los setenta elinicio de los mismos y suele mencionarse el trabajo del meteor logo Edward Lorenzen 1963 como antecedente inmediato y punto de inflexi n (v ase la excelente obra deGleick (1987) para obtener una visi n completa y no especialmente t cnica de estepanorama).


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