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Capítulo 61 PATOLOGÍA DE LA OLFACCIÓN. OLFATOMETRÍA ...

Libro virtual de formaci n en ORL. 1. II. NARIZ Y SENOS PARANASALES. Cap tulo 61. PATOLOG A DE LA OLFACCI N. OLFATOMETR A. MANEJO DE LOS PROBLEMAS OLFATIVOS. J. Chac n Mart nez, J. M. Morales Puebla, J. A. Jim nez Antol n Hospital Virgen de la Salud. Toledo INTRODUCCI N. En el humano, el olfato es, sin duda, el rgano de los sentidos menos estudiado. Afortunadamente esta situaci n de abandono est cambiando y en los ltimos a os van adquiriendo cada vez mayor relevancia el estudio del olfato y sus alteraciones, as como las repercusiones en la calidad de vida, fundamentalmente por las interferencias que produce en el gusto y la consiguiente disminuci n del disfrute de la comida.

Libro virtual de formación en ORL 5 Existe una parosmia fisiológica que nos hace interpretar de forma distinta los olores según distintos estados de la persona como el hambre, saciedad, estado sexual, consumo de alcohol… Un tipo especial, y raro, sería la percepción constante de un olor que no existe, es la denominada fantosmia

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1 Libro virtual de formaci n en ORL. 1. II. NARIZ Y SENOS PARANASALES. Cap tulo 61. PATOLOG A DE LA OLFACCI N. OLFATOMETR A. MANEJO DE LOS PROBLEMAS OLFATIVOS. J. Chac n Mart nez, J. M. Morales Puebla, J. A. Jim nez Antol n Hospital Virgen de la Salud. Toledo INTRODUCCI N. En el humano, el olfato es, sin duda, el rgano de los sentidos menos estudiado. Afortunadamente esta situaci n de abandono est cambiando y en los ltimos a os van adquiriendo cada vez mayor relevancia el estudio del olfato y sus alteraciones, as como las repercusiones en la calidad de vida, fundamentalmente por las interferencias que produce en el gusto y la consiguiente disminuci n del disfrute de la comida.

2 Se ha demostrado en distintos estudios cl nicos y de experimentaci n su implicaci n en mecanismos de defensa mediante el reconocimiento de olores asociados a situaciones potencialmente peligrosas, g nesis de reflejos digestivos y reconocimiento del gusto de los alimentos. Adem s han quedado tambi n patentes sus implicaciones sociales y sexuales. A pesar de todo, el escaso desarrollo del olfato en el humano con respecto a otras especies animales implica que las alteraciones que en l se producen no tengan gran impacto en la vida del individuo que las padece.

3 El que los trastornos de la olfacci n sean el d ficit sensorial que menos repercusiones tiene en nuestra raza no significa que estas alteraciones no sean importantes ya que son muchas las situaciones sociales que puede limitar y en algunos casos representan la primera manifestaci n de una enfermedad grave. Es un problema del que se tienen pocos datos demogr ficos, pero recientes estudios en nuestro pa s sit an la patolog a en aproximadamente un 0,5% de individuos an smicos y un 17% de hip smicos. PATOLOG A DEL OLFATO. La repercusi n m s importante para las personas con trastornos del olfato es la interferencia en el sentido del gusto.

4 Entre el gusto y el olfato existe una acci n sin rgica que nos permite identificar el sabor. Cualquier alteraci n en el gusto o en la olfacci n tendr como consecuencia una alteraci n en la percepci n de los sabores. La incapacidad para apreciar los distintos sabores de las comidas y bebidas es tan importante, o m s, que la propia alteraci n de la olfacci n. Cap tulo 61 Patolog a de la olfacci n. Olfatometr a. Manejo de los problemas olfativos 2. CLASIFICACI N DE LOS TRASTORNOS DEL OLFATO. Aunque no existe una clasificaci n universal para los trastornos del olfato, se admite una diferenciaci n entre alteraciones cuantitativas (disminuci n o abolici n del olfato, fundamentalmente) y cualitativas (distorsi n de la percepci n olfativa).

5 Por regla general las alteraciones en la percepci n olfativa afectan a todos los olores, aunque puede haber situaciones en las que este trastorno afecte a un solo olor. Los trastornos cuantitativos pueden clasificarse, seg n la localizaci n de la lesi n, en: transmisivos (cualquier alteraci n que impida la llegada de odorivectores al epitelio olfativo), perceptivos (alteraciones a nivel del epitelio, la v a nerviosa o a nivel central), mixtos (mezcla de los dos anteriores) e idiop ticos (cuando no se puede identificar el nivel lesional). Aunque hay casos de anosmia cong nita descritos en la literatura en la mayor a de las ocasiones los trastornos de la olfacci n son adquiridos.

6 La alucinaci n olfatoria es una alteraci n relativamente rara asociada a enfermedades neurol gicas o psiqui tricas. Las alteraciones del olfato pueden ser transitorias como en los casos de rinitis o patolog a inflamatoria de la mucosa nasal; o permanentes como las causadas por patolog a tumoral, traum tica o lesiones a nivel del sistema nervioso central. Podemos agrupar los trastornos de la olfacci n en cuantitativos (anosmias, hiposmias e hiperosmias) y cualitativos (parosmias, cacosmias y osmofobia): Anosmias e hiposmias Al hablar de anosmia nos referimos a la p rdida total de la capacidad olfativa.

7 Si la p rdida no es completa y lo que ocurre es una disminuci n cuantitativa, m s o menos marcada, del umbral olfativo hablamos de hiposmia. Anosmia/Hiposmia de transmisi n o conducci n Es la disminuci n (hiposmia) o anulaci n (anosmia) de la olfacci n secundaria a cualquier proceso que impida que las mol culas olorosas lleguen al epitelio olfativo. Tanto el rgano receptor perif rico como la v a olfativa en todo su trayecto se encuentran indemnes. La causa m s frecuente de esta alteraci n es la congesti n de la mucosa nasal como consecuencia de un resfriado com n; suele durar dos o tres d as y, en este caso, es casi siempre reversible.

8 En general cualquier proceso que produzca obstrucci n de las fosas nasales cursa con hiposmia. La cuant a del d ficit sensorial ser mayor cuanto mayor sea la obstrucci n, aunque en ocasiones la insuficiencia respiratoria nasal es poco evidente y el obst culo al paso del aire se encuentra en la parte superior de las fosas nasales. El ejemplo m s caracter stico es la poliposis nasosinusal bilateral (Figura 1), aunque otras posibilidades son: rinitis agudas (coriza com n), rinitis cr nicas, ocena (obstrucci n por costras), sinusitis con edema nasal, el p lipo solitario de Killian que obstruya la totalidad de la rinofaringe, Figura 1.

9 Libro virtual de formaci n en ORL. 3. tumores y pseudotumores nasales bilaterales, enfermedad de Kartagener, enfermedad de Ferdinand- Vidal, s ndrome de Wokes, angiofibroma nasofar ngeo juvenil, En algunos casos, sobre todo con enfermedades infecciosas e inflamatorias, el epitelio olfativo puede da arse convirti ndose as la anosmia en mixta, con un componente obstructivo (la inflamaci n de la mucosa) y otro perceptivo (lesi n del epitelio receptor). Tambi n puede aparecer anosmia como consecuencia de cirug as previas, los ejemplos m s evidentes son: la bolguerizaci n del cornete sobre el septum nasal tras la cirug a endosc pica (ya sea una maniobra realizada en la cirug a o como complicaci n del postoperatorio) y el caso particular de los laringectomizados.

10 Fig. 1. Tras una laringectom a total el flujo a reo nasal queda anulado y por lo tanto el est mulo del epitelio olfativo. Estos pacientes conservan la v a coanal en relaci n con la ingesta de alimentos. Esta v a puede potenciarse mediante movimientos mandibulares y tras una rehabilitaci n apropiada puede ser muy efectiva. Adem s hay autores que defienden la existencia de una v a traqueo- hem tica por la que estos pacientes son capaces de percibir olores a trav s del traqueostoma. Anosmia/Hiposmia de percepci n o neurosensorial Se habla de anosmia de percepci n cuando la lesi n se localiza en cualquier punto de la v a nerviosa entre el epitelio olfativo y el c rtex cerebral correspondiente, ambos inclusive.


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