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Ciencia Hindú Yogui de la Respiración - iglisaw.com

Ciencia Hind Yogui de la Respiraci n Yogui Ramacharaka (William Walker Atkinson) Nos rodea el elemento m s valioso de la naturaleza. No cuesta nada. Solo hay que saber utilizarlo NDICECAP TULO ISALAAMCAP TULO IIRESPIRAR ES VIVIRCAP TULO III TEOR A EXOT RICA DE LA RESPIRACI NCAP TULO IV TEOR A ESOT RICA DE LA RESPIRACI NCAP TULO V EL SISTEMA NERVIOSOCAP TULO VIRESPIRACI N NASAL VERSUS RESPIRACI N BUCALCAP TULO VIIICUATRO M TODOS DE RESPIRACI NCAP TULO VIII C MO SE ADQUIERE LA RESPIRACI N COMPLETA YOGHICAP TULO IX EFECTOS FISIOL GICOS DE LA RESPIRACI N COMPLETACAP TULO X ALGUNOS FRAGMENTOS DE LAS ENSE ANZAS YOGHISCAP TULO XI SIETE EJERCICIOS YOGHIS DE DESARROLLOCAP TULO XII SIETE EJERCICIOS MENORES YOGHISCAP TULO XIII VIBRACI N Y RESPIRACI N R TMICA TULO XIV FEN MENOS DE LA RESPIRACI N PS QUICA YOGHICAP TULO XV M S FEN MENOS DE LA RESPIRACI N PS QUICA YOGHICAP TULO XVI RESPIRACI N ESPIRITUAL YOGHICAP TULO

las fases menos conocidas de la cuestión, mostrando cómo el yoghi hindú contralorea su cuerpo, aumenta su capacidad mental y desarrolla el lado espiritual de su naturaleza por la ciencia de la respiración.

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  Ciencias, La ciencia

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1 Ciencia Hind Yogui de la Respiraci n Yogui Ramacharaka (William Walker Atkinson) Nos rodea el elemento m s valioso de la naturaleza. No cuesta nada. Solo hay que saber utilizarlo NDICECAP TULO ISALAAMCAP TULO IIRESPIRAR ES VIVIRCAP TULO III TEOR A EXOT RICA DE LA RESPIRACI NCAP TULO IV TEOR A ESOT RICA DE LA RESPIRACI NCAP TULO V EL SISTEMA NERVIOSOCAP TULO VIRESPIRACI N NASAL VERSUS RESPIRACI N BUCALCAP TULO VIIICUATRO M TODOS DE RESPIRACI NCAP TULO VIII C MO SE ADQUIERE LA RESPIRACI N COMPLETA YOGHICAP TULO IX EFECTOS FISIOL GICOS DE LA RESPIRACI N COMPLETACAP TULO X ALGUNOS FRAGMENTOS DE LAS ENSE ANZAS YOGHISCAP TULO XI SIETE EJERCICIOS YOGHIS DE DESARROLLOCAP TULO XII SIETE EJERCICIOS MENORES YOGHISCAP TULO XIII VIBRACI N Y RESPIRACI N R TMICA TULO XIV FEN MENOS DE LA RESPIRACI N PS QUICA YOGHICAP TULO XV M S FEN MENOS DE LA RESPIRACI N PS QUICA YOGHICAP TULO XVI RESPIRACI N ESPIRITUAL YOGHICAP TULO

2 ISALAAMNo es dif cil que el estudiante occidental tenga ideas algo confusas sobre los yoghis, su filosof a y sus pr cticas. Los viajeros han escrito muchos relatos fant sticos de las hordas de fakires medicantes, charlatanes, que infestan los grandes caminos y las calles de las ciudades de la india, arrog ndose imprudentemente el t tulo de yoghi . As que es disculpable si el estudiante occidental cree que el yoghi t pico es un extenuado, un sucio fan tico o un indio ignorante que se sienta en una postura fija hasta la osificaci n de su cuerpo; que eleva los brazos hasta que se ele ponen r gidos, permaneciendo en esta posici n toda su vida, o que cierra el pu o y lo mantiene as hasta que las u as han crecido a trav s de la palma de la mano. Esta gente existe, es verdad, pero su pretensi n al t tulo de yoghi parece tan absurda al yoghi verdadero, como la pretensi n al t tulo de doctor de parte del pedicuro, al cirujano eminente, o el de profesor empleado por el vendedor de polvos contra la polilla, al presidente de la Universidad de Harvard o la m s remota antig edad han existido en la India y otros pa ses orientales personas que consagran su tiempo y atenci n al desarrollo f sico, mental y espiritual del hombre.

3 La experiencia adquirida por varias generaciones de diligentes investigadores, ha sido transmitida durante siglos de maestros a disc pulos y gradualmente se ha ido elaborando una Ciencia yoghi perfectamente definida. A estas investigaciones y ense anzas se aplic finalmente el t rmino yoghi, de la palabra s nscrita Yug, que significa juntar. De esta misma fuente procede la palabra inglesa yoke, de significado an logo. Su aplicaci n, en conexi n con estas ense anzas, es dif cil de indicar, por el hecho de que diferentes autoridades dan sobre el asunto distintas explicaciones; pero, probablemente, la m s ingeniosa de estas explicaciones es aquella que la presenta como un equivalente hind de la idea encerrada en esta expresi n inglesa: getting into harness gets into harness , se somete a cierta sujeci n en su esfuerzo por contralorear el cuerpo y la mente por medio de la Yoga est dividida en varias ramas, desde aquella que ense a al contralor del cuerpo hasta la que se ala los medios para alcanzar el mayor desarrollo espiritual.

4 En esta obra no tocaremos los aspectos m s elevados del asunto, salvo cuando la Ciencia de la respiraci n tenga relaci n con ellos. La Ciencia de la respiraci n tiene muchos puntos de contacto con la Yoga, y aunque se ocupe principalmente del desarrollo de lo f sico, tambi n posee su lado ps quico y hasta penetra en el campo del desenvolvimiento la India existen grandes escuelas de Yoga, a las que pertenecen millares de pensadores de aquel gran pa s. La filosof a yoghi es el c digo que rige la vida de muchos. Sin embargo, las ense anzas puras yoghis son proporcionadas a pocos y a las masas se les satisface con las migajas que caen de la mesa de las clases ilustradas; a este respecto la costumbre oriental es opuesta a la de occidente. Pero las ideas occidentales principian a abrirse camino aun en el oriente, y las ense anzas que en otro tiempo se proporcionaban a unos pocos, ahora est n al alcance de todos aquellos que se encuentran en condiciones de recibirlas.

5 El oriente y el occidente se aproximan d a a d a, y aprovechando esta relaci n m s ntima se influencia rec Cristiana Gn stica Litelantes y Samael Aun yoghis hind es han dedicado siempre gran atenci n a al Ciencia del a respiraci n, por razones que ser n visibles a los lectores de esta escritores occidentales han mencionado esta faz de las ense anzas yoghis, pero creemos que le ha estado reservado al autor de este trabajo dar al estudiante occidental, en una forma concisa y sencilla, los principios fundamentales de la Ciencia de la respiraci n, conjuntamente con muchos de los ejercicios y m todos preferidos por los yoghis. Damos en nuestra obra la idea occidental as como la oriental, demostrando que se complementan una a la otra, present ndolas en el lenguaje m s corriente y evitando los vocablos s nscritos, que producen tanta confusi n en el t rmino medio de los lectores occidentales.

6 La primera parte de esta obra est dedicada al aspecto f sico de la Ciencia de la respiraci n, tratando despu s los aspectos ps quico, mental y, finalmente el que el lector nos perdonar si manifestamos la satisfacci n de haber conseguido condensar tantas ense anzas yoghi en tan pocas p ginas y sin tener necesidad de emplear palabras y expresiones que no sean comprensibles a todos. El nico temor que abrigamos es que esta sencillez sea motivo para que algunos concept en la obra poco digna de atenci n y vayan por otro camino en busca de algo profundo, misterioso, incomprensible. Sin embargo, el pensamiento de occidente es profundamente pr ctico y sabemos que es cuesti n de s lo poco tiempo para que se reconozca la practicabilidad de este a nuestros estudiantes nuestro m s profundo salaam y les rogamos se preparen a recibir las primeras lecciones de la Ciencia de TULO IIRESPIRAR ES VIVIRLa vida depende en absoluto del acto de respirar.

7 Respirar es m s que puedan estar en desacuerdo sobre detalles de teor a y terminolog a, los orientales y occidentales admiten estos principios es vivir, y no hay vida sin respiraci n. No solamente los animales superiores basan la vida y salud en el respirar, sino que hasta las formas m s inferiores, incluso las plantas, deben al aire su ni o hace una larga y profunda inspiraci n, la retiene un momento para extraer de ella las propiedades vitales, y la exhala en un lento vagido; as da principio su vida sobre la tierra. El anciano da un d bil suspiro, cesa de respirar y la vida lleg a su t rmino. Desde el suave soplo del ni o hasta el ltimo suspiro del moribundo, se desarrolla una larga historia de continuas respiraci n puede considerarse como la m s importante de las funciones del cuerpo, porque de ella dependen indudablemente todas las dem s.

8 El hombre puede vivir alg n tiempo sin comer; menos, sin beber; pero sin respirar, su existencia contin a solo muy pocos solamente el hombre depende de la respiraci n para vivir, sino que tambi n y en gran parte de los h bitos correctos de respirar, que son los que han de dar vitalidad perfecta e inmunidad contra las enfermedades. Un contralor inteligente del poder de respirar prologa nuestros d as sobre la tierra d ndonos una suma mayor de resistencia, mientras que una respiraci n descuidada tiende a disminuir nuestros d as, decrece nuestra vitalidad y nos coloca en condiciones favorables a ser presa de las hombre, en su estado natural, no tuvo necesidad de que le suministraran instrucciones para respirar, y de la misma manera que el animal inferior y el ni o, respiraba natural y debidamente, seg n los designios de la Naturaleza; pero en eso tambi n ha sufrido la influencia modificadora de la civilizaci n.

9 Ha contra do costumbres y actitudes perniciosas en el caminar, pararse y sentarse, que le han despojado del derecho primitivo de una respiraci n correcta y natural. Ha pagado un precio muy elevado por la civilizaci la actualidad, el salvaje respira naturalmente, a no ser que haya sido contaminado con los h bitos del hombre porcentaje de los hombres civilizados que respiran correctamente es muy reducido y el resultado puede observarse en los pechos contra dos, en los hombros ca dos y en el espantoso aumento de las enfermedades de los rganos respiratorios, incluyendo el terrible monstruo de la consunci n, el azote blanco. Autoridades eminentes han asentado que una generaci n de respiradores normales regenerar a la raza y que la enfermedad ser a rara que al manifestarse la considerar an como un objeto de curiosidad.

10 Si se estudia el asunto se observar que la relaci n entre la respiraci n natural y la salud es evidente y explicable, sea que lo consideremos bajo el punto de vista oriental u ense anzas occidentales demuestran que la salud f sica depende esencialmente de una respiraci n correcta. Los maestros de oriente no s lo admiten que sus hermanos occidentales tienen raz n, sino que tambi n sostienen que adem s del beneficio f sico derivado de una respiraci n normal, el poder mental del hombre, su felicidad, el dominio sobre s mismo, claridad de vistas, moralidad y aun su crecimiento espiritual, pueden ser aumentados penetr ndose de la Ciencia de la respiraci n. Muchas escuelas de filosof a oriental han sido fundadas sobre esta Ciencia ; y las razas occidentales, una vez que hayan adquirido su conocimiento, obtendr n, dado su esp ritu pr ctico, grandes resultados.


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