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CONSIDERACIONES SOBRE LA LÓGICA Y SU …

CRITICA DE LIBROS CONSIDERACIONES SOBRE LA L GICA Y SU HISTORIA VICENTE MU OZ DELGADO Salamanca 1. L gica antigua y l gica nueva a l gica antiguo-medieval, y gran parte de la moderna, se desarrolla unida a los pro-blemas filos ficos, concebida como rga-no de la raz n discursiva. Fue considera-da, ya como una parte de la filosof a, ya j como su natural introducci n, ya como su instrumento. Dentro de ese horizonte fi-los fico, nunca hubo una separaci n tajante entre forma y contenido, aunque haya sido calificada acertadamente de l gica formal.

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1 CRITICA DE LIBROS CONSIDERACIONES SOBRE LA L GICA Y SU HISTORIA VICENTE MU OZ DELGADO Salamanca 1. L gica antigua y l gica nueva a l gica antiguo-medieval, y gran parte de la moderna, se desarrolla unida a los pro-blemas filos ficos, concebida como rga-no de la raz n discursiva. Fue considera-da, ya como una parte de la filosof a, ya j como su natural introducci n, ya como su instrumento. Dentro de ese horizonte fi-los fico, nunca hubo una separaci n tajante entre forma y contenido, aunque haya sido calificada acertadamente de l gica formal.

2 Era una l gica de contenido, comprensivis-ta, donde las nociones se unlversalizan en intensi n. La evoluci n de la ciencia moderna y, muy especial-mente, el desarrollo del pensamiento matem tico, da ori-gen a la l gica como disciplina exacta. La l gica matem -tica se considera hoy una importante realizaci n de nues-tro mundo cultural y su cr dito aument por las aplica-ciones a computadores y mecanismos autom ticos. Es una l gica matem tica, construida principalmente por mate-m ticos, que emplean m todos aritm ticos, algebraicos, anal ticos, topol gicos, axiom ticos, etc.

3 Se logra as un mayor tipo de abstracci n y una mayor autonom a de lo formal, respecto a los contenidos. La l gica matem tica ya no es puramente formal, est formalizada. Como fruto de estos dos desarrollos, apareci la doc-trina de las dos l gicas contrapuestas y enemigas o, seg n otros, complementarias. Recordemos, por ejemplo, las diatribas de B. Russell, en su Historia de la filosof z occi-dental (1945), contra los aristot licos, y el c lebre trabajo de R.

4 Carnap, La antigua y la nueva l gica (1930-31), pu-blicado en el primer n mero de la revista Erkennt'nis, r-gano del neopositivismo l gico, donde hace iina intere-sante contraposici n entre las dos l gicas. Se caracteriza a la moderna, como predominantemente relacional, y a la antigua, como sustancialista, se alando las ventajas de aqu lla SOBRE sta (1). Parad jicamente, los m todos carnapianos de an lisis del lenguaje y de b squeda de las estructuras formales, condujeron a una progresiva revalorizaci n de la l gica prematem tica y, muy especialmente, del legado greco-escol stico.

5 Como afirman los Kneale, tras siglos de in-curia o de los logros de los l gicos medieva-les, que nos eran accesibles a trav s de libros impresos a fines del siglo XV y comienzos del XVI, han sido recon-siderados a la luz de los descubrimientos de la l gica mo-derna, con lo que obras un d a condenadas como tediosas e irrelevantes, son hoy tenidas por brillantes anticipacio-nes de innovaciones recientes . En esto ha habido muchas exageraciones, que la historiograf a va corrigiendo, como ya hab a observado Quine, en esta prudente premonici n, si es deplorable exagerar la ruptura entre la vieja y la nueva l gica, ser a a n mucho m s deplorable minimizar la importancia y novedad de la nueva (2).

6 (1) B. Russell, Historia d la filosof a occidental (Buenos, Aires, 1947) I, 218-19; Ayer, compilador, /^W VZWJOTO l gico (M xico, 1965) 139-52; V. Mu oz Delgado, L gica matem tica y l gica filos fica (Madrid, 1962); H. B. Veatch, Two logics (Northwestern University Press, 1969). (2) M. y W. Kneale, El desarrollo de la l gica (Madrid, 1973) 210; Clark, Conventional logic and modern logic (Woodstock, Md. 1952) VI-VII, donde est n las palabras de Quine; V.

7 Mu oz Delgado, El for-malismo como m todo auxiliar de la historia de la l gica, Vilosofia y cien-cia en el pensamiento espa ol contempor neo (Madrid, 1973) 69-86. Este tra-bajo, presentado en el Simposio de l gica de Valencia (1971) fue motivo de algunas incomprensiones por parte de los antiformalistas. Ha mereci-do ser reproducido, casi enteramente, en la revista Filosofie-Logica 10 (1973) 684-96, del Centro de Informaci n y Documentaci n de ciencias sociales y pol ticas de Bucarest.

8 86 EL BASILISCO EL BASILISCO, n mero 6, enero-abril 1979, un hecho que, en amplios sectores, desaparece la contraposici n entre l gica antigua y l gica nueva, l gica de los fil sofos y l gica de los matem ticos, brillando con mayor claridad una cierta unidad en las normas de razo-nar. La l gica antigua y medieval, foirmulada en un con-texto filos fico y en lenguaje natural, ser a susceptible de ser interpretada desde la l gica matem tica, constituyen-do diversos modelos sem nticos, en correspondencia con los diferentes c lculos.

9 El precio de esa formalizaci n ser a la neutralizaci n filos fica de la l gica greco-escol stica, desligable e inde-pendizable, tanto de la filosof a antigua como de la medie-val y moderna. Distintas y a n contrapuestas filosof as habr an tenido el mismo modo de analizar los razona-mientos. En la filosof a medieval hay tres o m s metaf si-cas, que se anulan mutuamente, pero todas ellas utiliza-r an los mismos procedimientos de an lisis de los argu-mentos y contraargumentos, tanto propios como del ad-versario.

10 Donde aparecen las diferencias, es en filosof a y en la mezcla de los problemas l gicos y extral gicos. Las discusiones acerca de lo que es te rico o pr ctico, SOBRE el objeto de la l gica, ente de raz n, universales, etc. son divergencias puramente filos ficas, que se critican a la luz de la misma l gica. Por ello se distingue filosof a y filo-sof a de la l gica, donde aparecen las diferentes escuelas de la l gica formal, en la que habr a una mayor uniformi-dad.


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