Example: biology

Desarrollo a escala humana-2 - Manfred Max-Neef

DESARROLLOA escala HUMANAC onceptos, aplicaciones y algunas reflexionesManfred A. Max-Neefc o n c o l a b o r a c i o n e s d e :Antonio Elizalde y Mart n HopenhaynDESARROLLOA escala HUMANAC onceptos, aplicaciones y algunas reflexionesIndiceP resent aci nJoan Ma rt n ez Al ie r logo a la present e edici nRub en G . P ri rimera P art eDesarrollo a escala de la crisis latinoamericana:crisis y p erp lejidadCrisis de propuest as y crisis de ut op aciones para nuest ro 25 Objet ivos del Desarrollo a escala y necesidades humanasReflexiones para una nueva perspect aci para una sist emat izaci n met odolog que definen el y autodep endenciaHacia un Desarrollo aut odependient el mundo base a la edici n deDevelopment dialogue,n mero especial de 1986,en espa ol, editado por laFundaci n Dag Ha mmarskj ld, Uppsala,Suecia, traducciones del libroHuman scale development,ed. The ApexP rexx, Nueva York, , hechas por Soledad Dom nguez, y nuevosagregados del autor 1993, Manfred Max-Neef .

Manfred A. Max-Neef con colabora ciones de: Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn DESARROLLO A ESCALA HUMANA Conceptos, aplicaciones y algunas reflexiones

Tags:

  Manfred

Information

Domain:

Source:

Link to this page:

Please notify us if you found a problem with this document:

Other abuse

Transcription of Desarrollo a escala humana-2 - Manfred Max-Neef

1 DESARROLLOA escala HUMANAC onceptos, aplicaciones y algunas reflexionesManfred A. Max-Neefc o n c o l a b o r a c i o n e s d e :Antonio Elizalde y Mart n HopenhaynDESARROLLOA escala HUMANAC onceptos, aplicaciones y algunas reflexionesIndiceP resent aci nJoan Ma rt n ez Al ie r logo a la present e edici nRub en G . P ri rimera P art eDesarrollo a escala de la crisis latinoamericana:crisis y p erp lejidadCrisis de propuest as y crisis de ut op aciones para nuest ro 25 Objet ivos del Desarrollo a escala y necesidades humanasReflexiones para una nueva perspect aci para una sist emat izaci n met odolog que definen el y autodep endenciaHacia un Desarrollo aut odependient el mundo base a la edici n deDevelopment dialogue,n mero especial de 1986,en espa ol, editado por laFundaci n Dag Ha mmarskj ld, Uppsala,Suecia, traducciones del libroHuman scale development,ed. The ApexP rexx, Nueva York, , hechas por Soledad Dom nguez, y nuevosagregados del autor 1993, Manfred Max-Neef .

2 Editorial Nordan-ComunidadAvda. Mill n 4113 Tel. (598-2) 35 56 0912900 Montevideo, UruguayCoedici n acordada por Nordan e Icariapara su distribuci n en Espa a:lcaria Editorial, 'Urgell, 5308011 BarcelonaP rimera edici n: marzo 1994 Segunda edici n: octubre 1998 ISBN: 84-7426-217-8 Dep sito legal: B. 1998 Impresi n y encuadernaci n: Romany Valls,Verdaguer, 1 Capellades (Barcelona)7 Pre sentaci nSobre las ulaci .La p r o b lem t ica n o r es u elt adela articulaci n micro- macroRespuest as problema de la agregaci iculaci n y direccionalidad del sist 121Se gunda P art eAlgunas reflexiones para seguir pensando5 .Sobre la p oda del len gu aje(y otros ejercicios inusuales)p ara comp render el p rogreso socialEl aciones del b squeda de respuest 1376 .Unamanera est p ida de vivirLa coacci n del Exist en soluciones?..144El fut uro lo invisibleEl libro que el lect or o lect ora t iene en las manos no es el nicoque Manfred Max-Neef ha publicado, ni es t ampoco el m sconocido.

3 Es el m s nuevo. Antes Max-Neef public un par delibros muy famosos en diversos c rculos de Europa del Nort e yde Am rica del Sur:La Econom a DescalzayReal LijeEconom ics(en colaboraci n con P aul Ekins).El autor t ambi n esconocido por haber sido candidat o verde en las eleccionespresidencialeschilenas en 1993, alcanzando el 6 por ciento de losvotos. En esacont i en da, en la dere ch a e st uvo un ca n di dat oa pe l li da doAlessandri (represent ando lo que en otra poca deChile se llam m om io s);en e l c ent ro e iz qui er da mo dera da,un c an di dat oapellidado Frei, que gan ampliament e d j t ambi n un candidat o de laizquierda t radicional norecicla da, sin ap el li do hi st rico y deidea s in amovi ble s. Lanovedad fue Max-Neef , y su act uaci npol t ica fue convincent ey digna. Hubo t ambi n en esas eleccionesun int ento de confusi n(como ocurre en Espa a) a cargo de lasect adelos silo st asdisfrazadosde"humanist as"y"ecologist as", pero su vot aci n no lleg al uno por no es sin embargo un pol t ico profesional.

4 Es unap er son a con exp er ien ci a en la eco nom a t r an sc en dent a l,precisament e la vinculada al pet r leo ( c mo Schumacher est uvovinculado al carb n?). A part ir del exilio tras el golpe milit ar deP inochet en 1973, se ha convert ido en uno de los m sprest igiosos89economist as alt ernat ivos y ecol gicos. Max-Neef noshace verlo que permanece invisible en la econom a convencional. Comose sabe, el t rabajo dom st ico no remunerado proporcionadomayorment e por mujeres, esos t rabajos de cuidar de las personas,supondr an una part e import ant e de t oda la producci n, pero noest n cont PIB es el valor de toda la producci n de la econom a, sinrest ar las amort izaciones; lo que Max-Neef llamaPGB,productogeogr fico brut o. Si cont ramos esos trabajos invisibles de lasmujeres comprobar amos que suponen el 20 o el30 por cientodel P IB. En la cont abilidad macroecon mica tampoco se incluyenlos servicios ambientales prest ados por la nat uraleza, es decir, laabsorci n grat uit a de cont aminant es, su capacidad de proporcionara gua, ene r g a , el ement os y comp ue st os qu mi cos, r i que zagen t ica.

5 Esas condiciones nat urales de la producci n permaneceninvisibles para los economist as. S lo si son dest ruidas, s lo alsurgir una percepci n social de que la econom a ha ent rado encolisi n con la ecolog a, s lo ent onces alg n que otro economist aempieza a musit ar algo acerca de las "ext ernalidades", los" imp ue st o s p i go uv i ano s" , l a at r i buci n de " der ech o s depropiedad" sobre la nat ambi n son invi si bl es para lo s e conomist a s y para lo spol t icos que les son fieles todos esosotrostrabajos de los hombresylas mujeres pobres del mundo que se "buscan la vida". Seconfunde el concept o de t rabajo con el de empleo asalariado, seolvidan de los campesinos, de las cooperat ivas informales, de lost r a ba jo s vol unt ar io s. T o do lo que noda "v a lor a a di do"cremat st ico, o que da poco, es casi cambio, Max-Neef y sus colaboradores dicen que debemosqui t arno s e so s ant eojo s c rem at st i co s.

6 T am bi n de bemo sabandonar el ansia de modernizaci n uniformizadora. Debemospensar en los valores de uso y apreciar la diversidad. Reconfort ael nimo que en estos moment os, en los pa ses ib ricos, hayalibros como el de Max-Neef , y adem s una revaloraci n generalde los trabajos de amar y de cuidar. El xito de Laura Esquivelcon la novelaComoagua para chocolatey simult neament e lasorpresa neo-zapat ist a (desgraciadament e por la v a armada) enfavor de las tradiciones ind geneas mayas, de sus bosques ycult ivos, indican un cambio de tendencia. Mejor Max-Neef , LauraPresentaci nEsquivel y los neo-zapat ist as, que est a diet a de Oct avio P az yVargas Llosa (un criollo que aprendi el ingl s y no sabe quechua)que habit ualment e nos llega de ult ramar. Max-Neef nos recuerdaque la agricult ura "moderna" de lowa e Illinois es menos eficienteenerg t icament e y m s destruct ora de la diversidad biol gica quelas agricult uras t radicionales del sur de M xico y de los Andes,arrojadas a un lado en la carrera por la "modernizaci n" y lacompet it ividad.

7 Cu ndo se dar n cuent a los economist as, y dequienes de ellos se f an, que su medida de la "product ividad" esecol gicament e falsa? Ni los servicios de la nat uraleza ni lost rabajos no asalariados, son valoradospor la cont abilidadecon , sin embargo, esos servicios de la nat uraleza y esos t rabajosinvisibles, son esenciales parala satisfacci n de las a t eor a de Max-Neef presupone una invest igaci n de la noci nde "necesidad". P ara los economist as neocl sicos, "necesidad"es una palabra improcedent e. Ellos hablan de "preferenciasreveladas" en los mercados. Cont ra ese subjet ivismo de loseconomist as, algunos economist as cr t icos (el propio Georgescu-Roe gen ya en lo s a o s 1930, ant e s p ue s dedesarro ll ar suparadigma de econom a ecol gica), se alaron que algunasnecesidades eran m s import ant es que ot ras. Desde ot ro ngulo,Veblen present a principios de siglo una t eor a sociol gica sobrelas necesidades superfluas.

8 P ero los economist as han despreciadoa psic logos y soci logos. Abraham Maslow (cit ado por Max-Neef ) no aparece en los t ext os de econom la marxismo, la doctrina predominant e ha sido que laproducci n det ermina las necesidades. El "sist ema" nos creanecesidades. Ot ros, comoMarcuse, so aron en 1968 junt o cont oda una generaci n, en la posibilidad de que los humanost engamos una estruct ura aut odet erminada de famosa aport aci n de Max-Neef a una t eor a operat iva delas necesidades va m s all de esas di scusiones. En est e librodesarrolla est a t eor a con la colaboraci n de Antonio Elizalde yMart n Hopenhayn. Hay que dist inguir ent re necesidades y"sat isfactores" de esas necesidades. Las necesidades humanas1011noson infinit as e inescrutables. P orel cont rario, son finit as y lasconocemos bien. Eso no supone un reduccionismo biol gico oet iol gico, ni t ampoco la aplicaci n del enfoque de "necesidadesb si c a s de l o s p o br e s" (p rop io de l Ba nco M un dia l yot r a sorganizaciones internacionales a part ir delos a os 1970).

9 Lasn e ce si da de s h uman a s lo son de t o do s lo s h uma no s,delo sMapuche y de los neoyorquinos, son finit as eident ificables, perolos "sat isfact ores" p ue den ser m uchos yvariado s. Lo s mejore sson los sin rgicos, e s decir, los quesat isfacen varias necesida desa la e es pues mi resumen de l as p ginas m s import ant es deest e libro, una ayuda al lect or algo perezoso para animarle aemprender la lect Mart nez AlierBarcelona 20 de enero de 1994P r logo a la present e edici n No essencillo discernir entr e lo queconviene conse rvar y lo que hay quedestruir Al fons B arc el .Filosof a dela econom , Ed. Icaria, 1992 Nos encont ramos en una encrucijada. Y la perplejidad frent e ala reali da d en que hemos de sem bocado, l ue go de d c ada s deprogreso y Desarrollo , por moment os nos paraliza. Est amosobligadosa definir caminos al andar, desde un desaf o de algunamanerasimilar al que, en el origen, enfrent aron los primeroshabit ant esen sus cave rna s, sin nin gunat ra dic i n y de sdela e sca sez del e n gua je s.

10 T enemo s que vo lver a di bujar enl a pen um br a, alabrigo de nuestras peque as comunidades, lossignos que puedan simbolizar nuest ra comprensi n de unarealidad amenazant e y facilit ar la creaci n de alt ernat enfrent ados al riesgoso moment o de la creaci debemos int errogar a lo visible o a lo quesomos capaces de visualizar, y desde all hacer visible loposible, desde sue os que t al vez parezcan p ginas que siguen son parte de nuestro acerbo, que puedenser un respaldo para volver a fundar la humanidad, amenazadahoy por las creaciones perversas de poderosas minor as,promot oras demodelos, ideas y t cnicas que nos hanaproximado al que dest ruye con losmismosgest os, t ant o a la nat uralezacomo a sus pret endidosdominadores, junt o con las mayor as silenciosas tomadas comorehenes en las luchas por el poder yatrapadas en mecanismos deproducci n y reproducci n de bienes yrelaciones de t odo t ipo,que aspiran a perpet uar ese logo a la presente edici nSu lect ura nos prepara para el advenimient o de una nuevarealidad, creada a imagen y semejanza de los mejores deseos delibert ad y de justicia.


Related search queries