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santa Maria faustina Kowalska diario La Divina Misericordia en mi alma Editorial de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepci n de la Sant sima Virgen Maria Edici n cuarta autorizada Stockbridge, Massachussets 2001 2 PROLOGO DE LA PRIMERA EDICION Al dar a conocer el diario en castellano nos sentimos muy felices de haber podido satisfacer, con la gracia de Dios, el anhelo de muchas almas que deseaban conocer este testimonio espiritual y m stico sobre la Divina Misericordia. Su autora, la beata ( santa ) Maria faustina del Sant simo Sacramento, de la Congregaci n de la Madre de Dios de la Misericordia, de Cracovia, Polonia, lo escribi por orden de su Director Espiritual, el rev. P. Miguel Popocko, queriendo adem s cumplir y obedecer la voluntad de Jes s: Hija M a, se diligente en apuntar cada frase que te digo sobre Mi misericordia porque est n destinadas para un gran numero de almas que sacaran provecho de ellas ( diario , 1142).

Santa Maria Faustina Kowalska DIARIO La Divina Misericordia en mi alma Editorial de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen Maria

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1 santa Maria faustina Kowalska diario La Divina Misericordia en mi alma Editorial de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepci n de la Sant sima Virgen Maria Edici n cuarta autorizada Stockbridge, Massachussets 2001 2 PROLOGO DE LA PRIMERA EDICION Al dar a conocer el diario en castellano nos sentimos muy felices de haber podido satisfacer, con la gracia de Dios, el anhelo de muchas almas que deseaban conocer este testimonio espiritual y m stico sobre la Divina Misericordia. Su autora, la beata ( santa ) Maria faustina del Sant simo Sacramento, de la Congregaci n de la Madre de Dios de la Misericordia, de Cracovia, Polonia, lo escribi por orden de su Director Espiritual, el rev. P. Miguel Popocko, queriendo adem s cumplir y obedecer la voluntad de Jes s: Hija M a, se diligente en apuntar cada frase que te digo sobre Mi misericordia porque est n destinadas para un gran numero de almas que sacaran provecho de ellas ( diario , 1142).

2 Su misi n era transmitir lo que quer a Nuestro Se or, es decir que todo el mundo conociera la Misericordia de Dios. Su diario es un impresionante relato de las ascensiones y de la oscuridad del alma, es un testimonio de una fe dif cil e inquebrantable. Es, ante todo, un testimonio de la confianza total s la infinita misericordia de Cristo. El diario est contenido en seis cuadernos. Sor faustina escrib a como pensaba y como hablaba. Cada frase es una fuente de conocimiento divino. En 1980, el Santo Padre Juan Pablo II, dedic a la Divina Misericordia su segunda enc clica: Rico En misericordia. Ser a muy de desear su estudio detallado para indicar los puntos de contacto entre el diario de Sor faustina y la mencionada enc clica. Los puntos de contacto son seguramente numerosos porque se inspiran en la misma fuente, es decir, la revelaci n de Dios y las ense anzas de Cristo. Ahora un poco de la historia de la devoci n a la Divina Misericordia.

3 Sor faustina en su diario escribi : Oh Dios m o, Amor m o, porque s que en el momento de la muerte empezar mi misi n (#1729). Pues, as fue. Despu s de su muerte, el 5 de octubre de 1938, la devoci n a la Divina Misericordia, aunque con muchas dificultades, se ha propagado por todo el mundo como un incendio . La confianza a la Divina Misericordia fue transmitida a los Estados Unidos por el rev. P. Jos Jarzebowski, de la Congregaci n de los Padres marianos de la Inmaculada Concepci n de la Sant sima Virgen Maria. El supo del Mensaje de la Divina Misericordia gracias al confesor de Sor faustina , el Rev. P. Miguel Sopocko. Despu s de su milagrosa liberaci n de manos de los hitlerianos y los rusos, pasando por el Lejano Oriente, en 1941 vino a los Estados Unidos. El Rev. P. Jos anim a sus hermanos de la futura Provincia de San Estanislao Kostka, a propagar el Mensaje de la Divina Misericordia. En poco tiempo, la devoci n a la Divina Misericordia lleg a M xico junto con el Rev.

4 P. Jarzebowski. Para nosotros es una satisfacci n muy especial el presentar el diario de la beata ( santa ) faustina Kowalska, a toda la poblaci n de habla hispana, a todas las naciones del mundo que no lo pose an en esta versi n, y que seguramente apreciar n su valor incuestionable y lo extraordinario de las ense anzas teol gicas contenidas en el mismo, despertando en el lector un mejor conocimiento 3de la Misericordia de Dios, de manera que Jes s sea mejor conocido y m s tiernamente amado como Rey de la Misericordia. La presente primera edici n es autorizada. La Editorial de los Padres Marianos, deseando participar espiritualmente en este importante acto, entrega a manos de los lectores el diario de la beata ( santa ) faustina . Esperamos que adem s de ser una expresi n de veneraci n y de memoria, indicar tambi n c mo amar, escuchar y suplicar a Dios Misericordioso. Padre Estanislao Seraf n Michalenko, Vicepostulador de la causa de canonizaci n de la beata Sor faustina .

5 Stockbridge Eden Hill, 5 de octubre de 1996 4 INTRODUCCION A LA PRIMERA EDICION EN POLACO Al presentar esta edici n del diario de Sor faustina Kowalska, estoy plenamente consciente de ofrecer un documento de la m stica cat lica de un valor excepcional no s lo para m stica cat lica de un valor excepcional no s lo para la Iglesia en Polonia, sino tambi n para la Iglesia Universal. Es una edici n critica y fidedigna, preparada por la Postulaci n ( = en el proceso informativo) de Sor faustina , bajo la supervisi n de la Arquidi cesis de Cracovia, rgano competente en este terreno. El diario cuyo tema es la devoci n a la Divina Misericordia, ltimamente se hizo muy actual por dos razones: Primero, la Congregaci n para la Ense anza de la fe, con su declaraci n de hace dos a os, revoc definitivamente los reparos presentados anteriormente por la Congregaci n del Santo Oficio, acerca de los escritos de Sor faustina .

6 La revocaci n de la Notificaci n hizo que la devoci n a la Divina Misericordia, presentada en el mencionado diario , ha cobrado una nueva vitalidad en todos los continentes, de lo que dan prueba numerosos testimonios que llegan continuamente a la Postulaci n y a la Congregaci n a la que Sor faustina perteneci . Segundo, la enc clica ltimamente publicada Dives in misericordia del Papa Juan Pablo II ha enfocado, felizmente, la mirada de la Iglesia y tambi n la del mundo laico hacia este admirable atributo de Dios, y, al mismo tiempo, este extraordinario aspecto de la econom a de la salvaci n, que es la misericordia de Dios. Ser a oportuno presentar un detallado estudio para indicar la convergencia entre el diario de Sor faustina y la citada enc clica. Estos puntos de contacto seguramente son numerosos, ya que toman la inspiraci n de la misma fuente, es decir de la revelaci n de Dios y de la ense anza de Cristo.

7 Adem s nacieron en el mismo ambiente espiritual de Cracovia, ciudad done, seg n s , est la m s antigua iglesia dedicada al culto de la Divina Misericordia. Cabe subrayar tambi n que fue el propio cardenal Carol Wajtyla, el entonces arzobispo de Cracovia, quien empez tr mites para abrir el proceso de beatificaci n de Sor faustina Kowalska y di inicio a este proceso. A la luz de lo dicho, el diario de Sor faustina ha cobrado una enorme importancia para la espiritualidad cat lica y de all la necesidad de preparar su edici n fidedigna para evitar la deformaci n del texto por personas que, tal vez act en de buena fe, sin embargo est n suficientemente preparadas para ello. De este modo se evitar n ediciones que difieran entre s , e incluso contengan contradicciones, tal y como fue con el diario espiritual de santa Teresa del Ni o Jes s, Historia de un Alma. Durante una lectura superficial del diario llama la atenci n la sencillez del lenguaje e incluso las faltas gramaticales y estil sticas.

8 Pero el lector debe tener presente que la autora del diario ten a apenas una formaci n b sica, no completa. Las ense anzas teol gicas expuestas en el diario no dejan en el lector la menor duda de que son de car cter extraordinario. Ya este contraste entre la formaci n de Sor faustina y lo sublime que es su ense anza teol gica indica la influencia especial de la gracia de Dios. Deseo recordar aqu mi encuentro con la bien conocida alma m stica de nuestros, Sor Speranza, que en Colle Valenza, cerca de Todi, Italia, dio inicio al santuario Amore Misericordioso, 5lugar de numerosas peregrinaciones. Le pregunt a Sor Speranza si conoc a los escritos de Sor faustina y qu pensaba de ellos. Me contest con sencillez: Los escritos contienen una ense anza maravillosa, pero durante su lectura hay que tener presente que Dios habla a los fil sofos con el lenguaje de fil sofos y a las almas sencillas con lenguaje sencillo, y que s lo a estas ltimas revela las verdades ocultas para los sabios y los sensatos de este mundo.

9 Antes de terminar esta introducci n, me permito citar un recuerdo personal m s. En 1952, asist por primera vez a una solemne beatificaci n en la bas lica de San Pedro. Despu s de la ceremonia unas personas que tambi n hab an participado en ella, me preguntaron: Qui n era el beatificado o la beatificada? La pregunta me produjo gran confusi n, porque en aquel momento ni siquiera me recordaba quienes eran esos beatificados, aunque me daba cuenta de que el sentido de una beatificaci n consiste, realmente, en proporcionar al pueblo de Dios un modelo de vida para contemplar e imitar. Entre los beatos y candidatos a subir a los altares, figuran dos polacos. Todo el mundo los conoce y sabe quienes han sido, que han hecho durante sus vidas y que mensaje nos han tra do. Son: el beato (santo) Maximiliano Kolbe, m rtir del amor y Sor ( santa ) faustina Kowalska, ap stol de la Divina Misericordia. Andrzej M. Deskur Arzobispo Titular de Tene Roma, 20 de diciembre de 1980 6 INTRODUCCION 1.

10 santa Mar a faustina Kowalska, ap stol de la divina Misericordia, conocida actualmente en el mundo entero, ha sido incluida por los te logos entre los destacados m sticos de la Iglesia. Naci como la tercera hija entre diez hermanos de una pobre y piadosa familia campesina de la aldea de Glogowiec. En el santo bautizo, celebrado en la iglesia parroquial de Swinice Warckie, se le impuso el nombre de Elena. Desde peque a se destac por la piedad, el amor a la oraci n, la laboriosidad y la obediencia, y por una gran sensibilidad ante la pobreza humana. Su educaci n escolar no dur ni siquiera tres a os: al cumplir 14 a os abandon la casa familiar para trabajar de sirviente en Aleksandr w y Lodz, y mantenerse a s misma y ayudar a sus padres. Ya desde los 7 a os Elena sinti en su alma el llamado a la vida religiosa (dos a os antes de recibir la Primera Comuni n), pero sus padres no le dieron el permiso para que entrara en el convento.


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