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Documento de trabajo sobre educación superior en …

Documento de trabajo sobre educaci n superior en ChileUna postura de mirada a la historia y al presente de la Educaci n superior en Chile se hace impostergable, dado el tiempo de inflexi n por el que pasa nuestro pa s. Se vienen dando pasos para tratar de responder a los desaf os del futuro, pasos que se ven problematizados por una especie de insuficiencia y deficiencia en el diagn stico y en las propuestas para abordar las soluciones podemos eludir instalar una definici n de la Educaci n superior y de su rol en la sociedad, dado que se ha ideologizado fuertemente una definici n mercantil y funcionalista de la Educaci n superior y se le ha asignado un rol subsidiario a las pol ticas de mercado y a su l gica utilitaria, lo que la hace, para nosotros, una definici n err nea, mezquina e inconducente, pues hace a las universidades unas instituciones que desconocen la mayor a de los compromisos hist ricos y las empuja a una labor tributaria del inter s particular, carentes de compromiso social y val rico.

que cualquier país, según Education at a Glance en 2007 – 51.6%, comparado con el 60.5% de Corea y el 68.4% de los Estados Unidos. En Chile, el gasto en educación preescolar privada es 33.8%; el

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1 Documento de trabajo sobre educaci n superior en ChileUna postura de mirada a la historia y al presente de la Educaci n superior en Chile se hace impostergable, dado el tiempo de inflexi n por el que pasa nuestro pa s. Se vienen dando pasos para tratar de responder a los desaf os del futuro, pasos que se ven problematizados por una especie de insuficiencia y deficiencia en el diagn stico y en las propuestas para abordar las soluciones podemos eludir instalar una definici n de la Educaci n superior y de su rol en la sociedad, dado que se ha ideologizado fuertemente una definici n mercantil y funcionalista de la Educaci n superior y se le ha asignado un rol subsidiario a las pol ticas de mercado y a su l gica utilitaria, lo que la hace, para nosotros, una definici n err nea, mezquina e inconducente, pues hace a las universidades unas instituciones que desconocen la mayor a de los compromisos hist ricos y las empuja a una labor tributaria del inter s particular, carentes de compromiso social y val rico.

2 As como tremendamente ajena a un proyecto integrador de Naci n y de las academias griegas hasta las orientales, desde las universidades escol sticas del medioevo hasta las universidades humboltianas o napole nicas , en los tiempos modernos, estas instituciones han tenido una presencia esencial en las sociedades de cada poca. Siempre estuvieron al alero de organizaciones religiosas o del Estado, generando y difundiendo un saber que se consideraba luz y destino de los gratuidad del saber y de los logros cient ficos, impon an una gran responsabilidad sobre las espaldas de estas instituciones; su af n de superar las limitaciones que tanto afligen a los hombres, les otorgaba una aureola de superioridad moral y social, que no se ha borrado hasta nuestros d humanidad siempre ha considerado que en el saber est justificada la condici n humana y que en el cultivo del conocimiento se encierran las m s grandes esperanzas de futuro.

3 Las actividades del homo laborens de hoy, son esencialmente actividades de especialistas y, por tanto es natural que todas las generaciones j venes tengan aspiraciones de alcanzar esa capacitaci n que les permita integrarse como personas y ciudadanos al mundo del trabajo , que es donde el hombre vive el reconocimiento social m s extenso y universal como miembro de una las sociedades desarrolladas exhiben universidades o sistemas de educaci n superior integradas firmemente al desarrollo nacional. Los modelos de universidad incorporan, al presente, desde las universidades Napole nicas (t cnicas), Humboltianas (docentes) y las nuevas Universidades Programa , en que se desarrolla una l nea espec fica de investigaci n y desarrollo, habitualmente asociados a una rama de la producci n industrial. En nuestro pa s predominan los modelos de educaci n profesionalizantes, pero es indudable que deber n sufrir los rigores del cambio de modelo hacia academias programas o de investigaci n y desarrollo, dada la din mica de las transformaciones en el rea del saber y academias han ido variando su modo organizativo para responder de manera efectiva y eficiente a su demanda social, y su rol propio pasa por nfasis y tendencias que repliegan algunas de sus tareas para difundir otras, seg n las condiciones objetivas (econ mica) o subjetivas (ideol gica) que en ella se hacen dominantes.

4 Es en esta l gica que anticipamos estos cambios que vendr n y que debemos asumir con pol ticas de mercados asumidas por los sectores dominantes en Chile a partir de la d cada de los 70, llevaron a replegar las funciones ticas y val ricas, que conformaban la vinculaci n m s p blica de las universidades para con la sociedad. Tambi n se dej de lado el financiamiento para la investigaci n y desarrollo, bajo la consideraci n que la tecnolog a es m s f cil comprarla en el extranjero a mejor precio que produci ndola en el medio como sus postulados ideol gicos proponen para el pa s, cual es la reducci n del Estado y sus deberes de largo plazo, el predominio del sector privado y sus intereses de corto plazo, este sector de dominaci n instal la propuesta de expandir la oferta en la educaci n superior a trav s de las universidades privadas y restar protagonismo a las universidades estatales.

5 Estas nuevas instituciones privadas deber an competir con las universidades p blicas en la oferta de servicios educativos, pero dotada, las privadas, con el instrumento del provecho econ mico, aunque enmascarado en una formalidad de prescindencia del lucro. En consecuencia, la disponibilidad de recursos condujo las prioridades de estrategias y la educaci n superior se expandi sustancialmente desde el lado del sector privado y su paradigma fue el de la l gica inmediatista, econ micista y facilista del priorizar la actividad docente-profesional y de erradicar las de investigaci n y , al restringir los presupuestos del sector p blico universitario y autorizar ganancias de mercado para las instituciones privadas de la educaci n, se produjo la inequidad b sica en la distribuci n de los recursos educativos, con todas las asimetr as consecuentes a este hecho elementalmente injusto y peligrosamente insuficiente para dar respuestas adecuadas a las demandas futuras del pa puestas grandes esperanzas en la Educaci n superior por parte de la juventud y por los padres de esos j venes que a oran llegar a cursar o ya cursan estudios en las diversas academias del pa embargo, la propuesta sobre el modelo actual trae aparejado una serie de vicios y problemas que iremos detallando en el an lisis El Estado , ha exhibido una postura de retraimiento y de dejar hacer a las universidades privadas y de no dejar hacer a las universidades p blicas.

6 La dosificaci n mezquina de presupuesto para los programas de las universidades dependientes del Estado y la igualaci n de condiciones para con las universidades que s operan con fines de lucro, como lo son de hecho las privadas, deja de manifiesto un descuido culposo para con las tareas enormes de las universidades p blicas en materia de educaci n eficiente, efectiva, equitativa y comprometida con el desarrollo nacional y regional a trav s de su triple funci n: docencia, investigaci n y extensi n. Concentrando sobre sus espaldas una carga mucho mayor de obligaciones, se le trata financieramente en igualdad de condiciones con las academias privadas que asumen s lo la parte profesionalizante, de menor costo y alta rentabilidadLas perspectivas de saber, conocer, aprender y aportar, forjan una gran demanda social desde las nuevas generaciones hacia la sociedad; esto queda reflejado en la multitudinaria postulaci n de j venes para ingresar a la Educaci n superior , sea del estrato econ mico que sea; de hecho, m s de j venes rinden la prueba PSU en el sociedad que debemos abordar en el tiempo por venir, est sustentada en el dominio del saber y su avance vertiginoso.

7 Ning n pa s que desee integrarse de manera soberana y viable en este mundo que se avecina, puede restarle atenci n al tema de la Educaci n superior ; los cambios que se producen en el campo de la Investigaci n y el Desarrollo(IyD) y las exigencias enormes de aggiornamento y superaci n que nos est imponiendo desde ya, obliga a poner en el primer plano de la planificaci n estrat gica nacional el problema de la educaci n, junto a otros que se le relacionan. La estrategia privada del crecimiento de la oferta universitaria, ha tra do un incremento real de las capacidades de respuesta num rica, pero ha distra do todas las otras demandas hacia la educaci n: compromiso con el desarrollo, con la tica social, con la equidad y con la y sostenemos que el modelo privado de crecimiento en la educaci n superior es inapropiado, inconducente, insuficiente, excesivamente costoso e injusto, por lo que postulamos la idea de retomar las fortalezas de las universidades con financiamiento p blico efectivo y suficiente, como eje de un real desarrollo de la educaci n superior democr tica, equitativa y nacional.

8 Esta postura no significa deshacer lo obrado en t rminos de universidades privadas reconocidas, pero si que deben ser modificados las estructuras jur dicas y tributarias y su dependencia o sujeci n a las pol ticas nacionales de desarrollo educacional, para alinearse en aras de la justicia, equidad y expansi n de la oferta terciaria, as como la investigaci n, la extensi n y el compromiso con el desarrollo regional y estas alturas del desarrollo mundial y nacional, lo que se destine en recursos hacia la educaci n superior no puede ser visto como gasto sino como inversi n, es por ello que creemos que ning n segmento de la sociedad debe restarse a esta suma estrat gica del desarrollo, pero debe hacerlo sobre bases de un acuerdo democr tico de roles y Chile ha logrado producir un crecimiento importante de la oferta de cupos en el sector de la Educaci n superior , desde la d cada de los 80 en adelante, de echo el total de cupos para la educaci n superior se elev desde alumnos en 1990 a alumnos en el nivel terciario para el avance se ha realizado sobre la base de la expansi n mayoritaria de la oferta privada, y sobre la base de elevaci n enorme de los costos cargados a las el promedio total OCDE del gasto en educaci n p blica es5% y en la privada, en Chile es en la educaci n p blica en la privada.

9 Chile tiene una participaci n p blica m s bajaque cualquier pa s, seg n Education at a glance en 2007 ,comparado con el de Corea y el de los Chile, el gasto en educaci n preescolar privada es ; elgasto en educaci n privada primaria y secundaria, y en laeducaci n privada terciaria, un En este , vienedel ingreso familiar, s lo viene de otras entidades figuras comparables para Corea son del ingreso familiarde un total de 79% de todas las fuentes privadas. Para los EstadosUnidos, las cifras son proveniente del ingreso familiar de untotal de 64% de todas las fuentes peso exagerado en el financiamiento privado de la educaci n en Chile, ha redundado en otro gran problema de la Educaci n superior , cual es su discriminaci n econ mica o social, profundizando la inequidad, que ya es grave en el presente, pero que con esto se proyecta con rasgos explosivos hacia un futuro.

10 Es reconocido por investigaciones internacionales que las universidades Privadas chilenas exhiben los aranceles m s altos, superando incluso en tres veces al de los pa ses desarrollados como Inglaterra o Estados Unidos, en proporci n al ingreso medio de la poblaci n. (Informe OCDE- Bco. Mundial 2009).Las universidades privadas, entonces, deben ser recuperadas hacia una tarea nacional de desarrollo, para lo cual deber n modificar profundamente su modo organizacional, su esquema econ mico y su inserci n en el mundo de las interrelaciones sociales de la educaci La calidad de la Educaci n superior es otro problema, pues hasta ahora se viene dando un desempe o regular en todas las mediciones internacionales, aunque se den particulares xitos en algunas estudiantes de Chile fueron ubicados cerca del lugar 40 , de un total de 56 pa ses participantes; en las tres asignaturas, considerablemente m s bajo que los promedios OCDE.


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