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1 El arte del buen amor en las familias. Las Constelaciones Familiares. Joan Garriga Noviembre 2013. En tiempos en los que las coordenadas sociales y religiosas no definen claramente como debemos vivir, nos sentimos m s libres, y por tanto podemos escribir el gui n de nuestros pasos con la pluma soberana, pero tambi n inestable, de nuestra propia mano. Gozamos de muchas opciones pero esto tambi n nos causa mayor inseguridad. Ante este panorama, somos muchos los que buscamos alforjas, mentores, apoyos, vislumbres y, en fin, sabidur a para encarar las angustias e incertidumbres del vivir y, con suerte, acertar en el blanco de nuestra realizaci n personal y de una vida que nos sea digna de ser vivida.
2 Puesto que no elegimos las cartas que nos tocan, s podremos al menos jugarlas a nuestra creativa manera. Es en este contexto donde encuentran espacio y sentido las terapias y enfoques profesionales de ayuda, m todos de asesoramiento filos fico o existencial capaces de reconectarnos con un centro interior, a menudo olvidado por la espesura de nuestra cotidianidad. Es decir, t cnicas que satisfacen la necesidad de sentirnos centrados, congruentes, reales, dignos, respetuosos con nosotros y con los dem s y con la vida, orientados y con sentido, en lugar de perdidos en la velocidad y lo vol til de la modernidad, con su sequedad afectiva.
3 Son t cnicas tambi n eficaces a la hora de desmadejar las enredadas tramas de nuestros afectos el nudo gordiano de nuestras vidas para que nos volvamos m s alegres, m s amorosos, m s humanos y m s ntegros, lo que no significa volvernos m s d biles. Nietzsche, que fue un gran defensor de lo dionisiaco, habl de liberarnos del estadio del camello, con su joroba llena de obligaciones impuestas por valores ajenos, ya sean sociales o familiares, para pasar al estadio del le n, en el cual podemos comenzar a hablar con nuestra verdadera voz y afirmar nuestra genuina voluntad, para desembocar luego en el bienaventurado estadio de ni os, en el que recuperamos por fin la inocencia y la dulzura del coraz n, y nos reencontramos con el placer de cooperar nuestro verdadero para so perdido.
4 Entre estas t cnicas, Las Constelaciones Familiares han destacado e impactado fuertemente en la cultura y la praxis de la ayuda terap utica, en esta ltima d cada, por su misterio, intensidad y eficacia. Como abordaje se enmarca en principios sist micos, transgeneracionales y existenciales. Bert Hellinger Fil sofo, te logo y terapeuta alem n nacido en 1925, Hellinger es el creador de las Constelaciones Familiares. En el a o 1999 lleg a Barcelona, invitado por el Institut Gestalt, para ense ar su trabajo y prender desde aqu el intenso desarrollo que las Constelaciones Familiares habr an de tener en todo el mundo hispanoparlante.
5 Hellinger fue religioso cat lico y misionero en Sud frica entre los zul es, donde dirig a un colegio cuando, alrededor de sus 45 a os, un terapeuta especialista en din mica de grupos lo confront con una pregunta certera que le agriet sus creencias y le llev a transformar su vida: Le interesan m s las personas o las ideas? Si se diera el caso, a qui n sacrificar a en primer lugar? Cuesti n nada desde able, pues casi todos en alg n momento, nos hemos visto obligados a elegir entre preservar nuestros puntos de vista personales, a menudo muy limitantes, o conservar buenos amigos y buenas relaciones.
6 Algunos flexibilizan sus marcos de creencias y abren el coraz n a lo diferente y dan prioridad a las personas, otros optan por rechazar y sacrificar a las personas que no encajan en sus c digos de vida. Algunos viven en el paradigma al uso de buenos y malos; otros, m s comprometidos con su crecimiento, van m s all de este paradigma tan estrecho, y aprenden a amar lo real de la vida y de los dem s. Sea como sea, tal como explica el propio Bert Hellinger, este fue el germen de su salida como sacerdote y el inicio de su inter s en la psicolog a. A partir de este momento, estudi Din mica de grupos, Psicoan lisis, An lisis Transaccional, Terapia Gestalt, Grito Primal, Programaci n Neuro Ling stica, Hipnosis y Terapias familiares y sist micas.
7 Fruto de todo ello, m s un fuerte componente de psicoespiritualidad entendida como asentimiento a la voluntad soberana de la vida (o amor fatti, en el sentido nietzscheano), resulta el enfoque de las Constelaciones Familiares y Sist micas seg n Bert Hellinger. Es claro que Hellinger bebi de muchas fuentes, tanto filos ficas como te ricas, pero conviene al menos resaltar a dos de sus grandes precursores metodol gicos. El primero, Jacob Moreno, creador del psicodrama, en el cual se buscan, con una praxis pseudoteatral, soluciones nuevas y creativas para viejas escenas limitantes que nos hicieron sufrir en el pasado y no hemos logrado soltar ni resolver.
8 Y en segundo lugar, pero a n m s determinante, Virginia Satir, una de las pioneras en el trabajo terap utico familiar, la cual ide la t cnica de la escultura familiar, para comprender los roles incongruentes y las danzas de comunicaci n y relaci n disfuncionales en las familias, evidenciando la implicaci n compartida de todos sus miembros, que intentan desesperadamente preservar su dignidad. Las Constelaciones Familiares A trav s de una constelaci n, una persona, una pareja o una familia que plantea problemas de relaci n, de comunicaci n, de conducta, de personalidad, de salud, de sufrimiento en su trabajo u organizaci n, etc tera, logra comprender en un tiempo breve las din micas e implicaciones desfavorables que operan en su sistema alimentando lo problem tico, y cambiarlas.
9 La metodolog a, que habitualmente se practica en grupo, es asombrosamente simple y esc nica. Se eligen representantes para las personas involucradas en el asunto, las necesarias para su comprensi n y soluci n, ya sean de la familia actual o de la familia de origen, parejas anteriores, personas de nuestro sistema laboral, etc tera, y luego se posicionan en el espacio, de manera que el cliente exterioriza la imagen interior que tiene acerca de sus v nculos y su red de relaciones. Se plasma as una geometr a que expresa como se perciben las conexiones y el lugar que ocupa cada quien en el sistema.
10 A continuaci n, afloran las din micas que mantienen los problemas, generalmente muy sutiles, casi invisibles, y se generan im genes alternativas de soluci n a trav s, por ejemplo, de la integraci n de excluidos, o reparaciones entre las personas, o se completan movimientos emocionales pendientes, o se expresan frases rituales que ordenan, estructuran y alivian a todos los miembros del sistema. El cliente o clientes suelen tener la sensaci n de haber liberado viejos pesos, culpas o destinos dif ciles, y de orientarse mejor hacia lo bueno y hacia sus propios objetivos. Personas que repet an patrones o destinos desdichados (suicidios, adicciones, fracasos, luchas, depresiones, traiciones, etc tera) de otras personas en las familias, siguiendo amorosas lealtades invisibles, quedan liberadas.