EL IMPACTO DE LA INVESTIGACIÓN DEL JESÚS …

1 ROGER HAIGHTEL IMPACTO DE LA INVESTIGACI N DEL JES SHIST RICO SOBRE LA CRISTOLOG ANadie duda hoy de que, al introducirse a finales del siglo pasado lainvestigaci n sobre el Jes s hist rico, la cristolog a de nuestro sigloqued marcada por la tensi n entre el Jes s de la historia y el Cristo de la fe . Tras el par ntesis del Vaticano II, el debate repunt enlos setenta y los ochenta. La cuesti n sigue actualmente viva. Pero seha pasado de la discusi n a la reflexi n. Prueba de ello son los dosart culos publicados en 1992 en nuestra revista, en los que se hacerevisi n del tema, se proponen alternativas y se sacan consecuencias(J.)

2 P. Meier, El Jes s hist rico: revisando conceptos, ST n 123, 222-232; J. Kremer, Qui n fue realmente Jes s? ST n 124, 291-305). Elart culo que presentamos se sit a en esa l nea reflexiva. Apelando a lacategor a tomista de imaginaci n (que equivaldr a a lo que otrosllamar an condicionamientos o presupuestos ), en l se explica porqu cristolog a e historiograf a ofrecen una imagen tan distinta e inclu-so contrapuesta de Jes s. Luego, ahondando en la reflexi n, se se alanlas aportaciones que ha hecho y que puede todav a hacer la historio-graf a a la cristolog a, si se la acepta como norma negativa de susafirmaciones doctrinales. S lo un lenguaje teol gico que tome en seriola conciencia hist rica de nuestro tiempo puede llegar con xito anuestros contempor Impact of Jesus Research on Christology, Louvain Studies 21(1996) tensi n entre los dos tiposde conocimiento el hist rico yel teol gico reviste hoy unaforma nueva a causa no s lo deldesarrollo alcanzado por la inves-tigaci n sobre el Jes s hist rico,sino tambi n por la divulgaci nde sus resultados.

3 En este sentidose trata de un problema que la conciencia hist -rica afecta cada vez a m s y m sgente, lo que requiere cambiosen el lenguaje cristol gico de propuestas de los investi-gadores influyen sobre la cristo-log a, ya que obligan a variar lacomprensi n de algunas expre-siones cristol gicas aclarar el por qu de la ten-si n entre cristolog a e historio-graf a introducir aqu la catego-r a de la imaginaci n . Mi tesises que dicha categor a propor-ciona una forma de describir ade-cuadamente el IMPACTO que la in-vestigaci n sobre el Jes s hist ri-co hace en la cristolog a. Esto nos127permitir valorar la importancia deeste material para la cristolog esta tesis encuatro apartados.

4 En el primerohar una descripci n de la ima-ginaci n en t rminos el segundo y tercero, sobre eltrasfondo de esa noci n de ima-ginaci n, caracterizar y contras-tar la imagen de Jes s que nosofrecen los te logos y los histo-riadores. El contraste entre estasdos im genes me permitir , en uncuarto apartado, formular trestesis sobre el IMPACTO de la inves-tigaci n del Jes s hist rico sobrela cristolog imaginaci n en Tom s deAquinoNo voy a proponer una teor ade la imaginaci n, sino algunosaxiomas que la experiencia co-m n puede confirmar. Para Tom sde Aquino, la imaginaci n es la ca-pacidad propia del esp ritu huma-no de almacenar las im genessensibles captadas a trav s de lossentidos externos (Suma I, I, q.)

5 78,a. 4). No obstante, en lo que siguevoy a considerar la imaginaci ntomista no ya como una potenciadel esp ritu humano, sino comouna de las funciones de la menteimplicada en otros procesos cog-nitivos. Lejos de trazar un cuadrocompleto de la actividad imagina-tiva, me limitar a se alar tresprincipios tiles para primer principio, que reflejael empirismo aristot lico, afirmaque todo conocimiento humanopenetra en la mente a trav s delos sentidos y la imaginaci el ser humano nace, suentendimiento est como una pi-zarra en la que no hay nada escri-to. Los sentidos externos e inter-nos entre stos la imagina-ci n constituyen las fuentes detodo conocimiento intelectual.

6 Apartir de las im genes sensibles elintelecto activo discierne lasideas universales. Este procesode formaci n de las ideas univer-sales a partir de un dato materiallo denomina Tom s abstracci n(Summa I, I, q. 79, a. 4).Este empirismo de base pro-porciona el segundo principio queTom s enuncia as : No hay nadaen el entendimiento que primerono haya pasado por los sentidos (incluido el sentido interno de laimaginaci n). Seg n esto, todoconocimiento humano procededel mundo material a trav s delos sentidos y de las im genesconcretas formadas y acumuladaspor la imaginaci n. No hay, pues,concepto ni lenguaje que no con-tenga un excedente de imagina-ci n.

7 La idea m s abstracta est montada sobre una imaginaci n y ste es eltercer principio posee una do-ble funci n: pasiva y activa. Por lafunci n pasiva, la imaginaci n re-cibe y almacena im genes delmundo externo. Por la activa, divi-de y combina las im genes recibi-das y puede construir as otrasnuevas. La funci n pasiva mantie-ne la mente anclada en la activa constituye el principiodel descubrimiento creativo y dela invenci n en poes a, en arte yen los avances cient : me sit o en elmarco de una teor a del conoci-128 Roger Haightmiento y de la religi n que tomacomo punto de partida y base detodo conocimiento, incluido elreligioso, el contacto con el mun-do sensible.

8 Esto significa que laimaginaci n tiene un papel im-portante en el modo como cons-truimos los objetos, incluida larealidad personal, espiritual, eter-na y trascendente de Dios. Todoconocimiento incluye, pues, laimaginaci n. Desde esta perspec-tiva antropol gica y epistemol -gica, Jes s constituye el funda-mento hist rico de la fe tanto en la cristolog a comoen la investigaci n sobre el Jes shist rico la imaginaci n ha ju-gado su papel. Vamos a verlo enlos dos apartados Jes s de la cristolog a y laimaginaci n Cu l es la imagen de Jes s deNazaret que ofrece la cristolog acl sica? No trato aqu de definirel significado t cnico de las afir-maciones cristol gicas.

9 Ni pre-tendo probar nada, sino describirla conciencia cristiana partiendode la base de que ninguna con-cepci n, ni siquiera la m s inte-lectual, se libra de la labor inter-pretativa de la imaginaci el desarrollo delas doctrinas cristol gicas cl si-cas de Nicea y Calcedonia. En lateolog a de la doctrina de Nicea yen el debate entre Atanasio y losarrianos es muy dif cil distinguirentre Jes s de Nazaret y el Logoseterno e Hijo de Dios, exceptocronol gicamente. En esta cristo-log a, el Logos preexistente des-cendi en el tiempo y en el espacio,vivi una vida humana, y retorn asu propia esfera divina. En otraspalabras, tanto para Atanasio comopara los arrianos, aunque en senti-do diferente, Jes s de Nazaret erarealmente un ser lenguaje y la concepci nsubyacente en Nicea, que tendi hacia el monofisismo, fue el temade debate en el concilio de Cal-cedonia.

10 Entiendo que, al afirmarla humanidad de Jes s, Calcedo-nia equilibra a Nicea. No obstan-te, hay un par de aspectos en lateolog a de Calcedonia que indi-can el predominio de la divinidadde Jes s. Uno es el de la doctrinade la comunicaci n de propieda-des en la nica persona de Jes que Jes s posee dos natu-ralezas ntegras divina y huma-na se pueden predicar de supersona propiedades de ambasnaturalezas. As , se puede afirmarque Jes s sufri verdaderamenteen su naturaleza humana, y tam-bi n que tuvo conocimiento divi-no, e incluso que era segundo aspecto es que lateolog a impl cita en Calcedonia yla desarrollada a partir de ella ca-racteriz la uni n de las naturale-zas de Jes s como uni n hipost ti-ca.