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Entrevista de valoración a niños y escolares - …

Entrevista de valoraci n a ni os y escolares Montse Molina Vives La Entrevista con el ni o La historia cl nica y la valoraci n del estado mental del ni o se realiza en la Entrevista cl nica, sta permite gracias a su flexibilidad, focalizar el inter s en el motivo de consulta, en aquello que realmente preocupa y aclarar las motivaciones reales, manifiestas o latentes de la consulta. El ni o es un ser en continua evoluci n, mientras que la evaluaci n en un hecho puntual, por lo que se deber de prestar una especial atenci n a la edad, sexo y a su nivel de desarrollo teniendo en cuenta patrones tanto normativos como sociales. En el desarrollo evolutivo del ni o, la edad es un indicador que junto al tipo de problemas, su frecuencia de aparici n e intensidad nos permite considerar un comportamiento como patol gico o analizar los factores de riesgo asociados a su aparici n.

Entrevista de valoración a niños y escolares Montse Molina Vives La entrevista con el niño La historia clínica y la valoración del estado mental del niño se realiza en la entrevista clínica,

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1 Entrevista de valoraci n a ni os y escolares Montse Molina Vives La Entrevista con el ni o La historia cl nica y la valoraci n del estado mental del ni o se realiza en la Entrevista cl nica, sta permite gracias a su flexibilidad, focalizar el inter s en el motivo de consulta, en aquello que realmente preocupa y aclarar las motivaciones reales, manifiestas o latentes de la consulta. El ni o es un ser en continua evoluci n, mientras que la evaluaci n en un hecho puntual, por lo que se deber de prestar una especial atenci n a la edad, sexo y a su nivel de desarrollo teniendo en cuenta patrones tanto normativos como sociales. En el desarrollo evolutivo del ni o, la edad es un indicador que junto al tipo de problemas, su frecuencia de aparici n e intensidad nos permite considerar un comportamiento como patol gico o analizar los factores de riesgo asociados a su aparici n.

2 Otra peculiaridad en la infancia se refiere a que determinadas respuestas fisiol gicas expresadas en una variedad de eventos o acontecimientos se confunden a esta edad con problemas estrictamente de comportamiento. Muchos ni os no tienen a n formado un repertorio discriminativo que les permita diferenciar entre el malestar f sico que padecen y las consecuencias psicol gicas que mantienen dicho malestar. Por ejemplo, muchos problemas que aparentemente har an pensar sobre una etiolog a org nica (v mitos, dolores abdominales, cefaleas, etc.) pueden ser la manifestaci n de miedos o angustias causadas por eventos muy variables que se expresan a trav s de una variedad de comportamientos de evitaci n: a contextos (negaci n a acudir al colegio), a tareas (demora a la hora de enfrentarse a ciertas actividades acad micas), a personas (evitar la relaci n con ciertos compa eros de clase) o a una combinaci n de los anteriores.

3 En este tipo de problemas de comportamiento el cl nico ha de realizar un an lisis detallado del caso que le permita averiguar las condiciones en las que se produce el problema, atendiendo m s a los aspectos funcionales del comportamiento (antecedentes, consecuencias a corto y largo plazo, etc.) que a sus caracter sticas estructurales (forma o sintomatolog a). Por ejemplo, muchos ni os expresan su rechazo al colegio (negativismo escolar) mediante lloros, v mitos, quejas abdominales, etc. sin que haya evidencia de una alteraci n org nica. Adquirir una informaci n m nimamente correcta exige un entrenamiento considerable. A veces la impresi n diagn stica es incorrecta y por ello dejan de realizarse algunas exploraciones que ser an necesarias para llegar al diagnostico adecuado.

4 El examinador deber a: 1. conocer las pautas b sicas del desarrollo infantil, 2. conocer los factores socioculturales y expectativas educativas, demandas y criterios de la familia y del contexto escolar, 3. tener habilidades espec ficas (l dicas, comunicaci n, temas infantiles,..) para favorecer la implicaci n del ni o en la evaluaci n, 4. tener habilidades para el manejo de conductas perturbadoras; 5. tener habilidades para crear un ambiente cordial que facilite la adherencia de los ni os a la evaluaci n. La Entrevista cl nica del ni o proporciona el contexto para la exploraci n directa de c mo percibe el propio ni o el problema manifiesto y para la evaluaci n de su estado global del desarrollo y del estado mental. La Entrevista directa con el ni o proporciona una informaci n que no podr a obtenerse a trav s de otras fuentes, como el grado de sufrimiento personal del ni o, informaci n relativa a afectos y fen menos mentales que no se pueden observar ( , ansiedad, pensamientos suicidas, pensamientos obsesivos, alucinaciones), y otras informaciones como conductas antisociales o abuso sexual.

5 Se debe tener en cuenta que todo lo que el ni o, dice o hace, constituyen datos para la valoraci n de su estado mental. El explorador debe anotar mentalmente los datos que aparecen al azar a trav s del comportamiento, sea de juego o se exprese en el dialogo con el ni o y al mismo tiempo debe tener presente el conjunto de datos que deben ser explorados No existe un orden establecido ni una manera concreta de llevar a cabo la Entrevista con el ni o; depende de cu l sea la principal queja y la patolog a manifiesta, de la edad del ni o y del estado evolutivo, del estilo personal del entrevistador y la situaci n y contexto cl nicos. Cualquiera que sea el formato, la Entrevista est determinada por el cl nico, que es quien dirige la atenci n hacia varias reas y fen menos relevantes, y por el sentido estrat gico del entrevistador que decide la mejor manera de obtener los datos pertinentes en cada caso.

6 Algunos datos surgen espont neamente, mientras que otros deben preguntarse o utilizar otros medios deliberados a fin de conseguir la informaci n. Durante las ltimas dos d cadas se han desarrollado numerosas entrevistas estandarizadas y escalas de evaluaci n que tratan de sistematizar la evaluaci n de los trastornos y s ntomas psiqui tricos en la infancia. El objetivo de los instrumentos estandarizados es registrar y evaluar sistem ticamente el desarrollo del ni o en varios mbitos de actividad adaptativa. Se han desarrollado diversos formatos estructurados y semiestructurados para llevar a cabo o registrar partes del examen del estado mental. Algunos proporcionan tems estandarizados espec ficos para el "screening" de funciones cognoscitivas que incluyen la orientaci n, atenci n, memoria, lenguaje y capacidad constructiva, mientras que otros ofrecen un formato para organizar los datos del estado mental derivados de una Entrevista cl nica semiestructurada.

7 Se han elaborado algunas entrevistas diagn sticas estructuradas y semiestructuradas para evaluar la presencia de los principales trastornos psiqui tricos categoriales en ni os; estos instrumentos tienen un formato estandarizado para padres y ni os que revelan la presencia, duraci n y gravedad de s ntomas para los diagn sticos que aparecen en varias versiones del DSM, as como, en algunos casos, algoritmos para derivar estos diagn sticos de las respuestas obtenidas. Estos instrumentos difieren en muchos aspectos, a saber, la flexibilidad que permite al entrevistador, el orden y realizaci n de las preguntas, el grado de entrenamiento cl nico que se requiere a los entrevistadores, la organizaci n del tiempo y el margen de trastornos evaluados, y el objetivo y la poblaci n de sujetos a la que va dirigido el instrumento ( , pacientes cl nicos frente a sujetos de la comunidad que no consultan).

8 En el contexto cl nico, estas entrevistas resultan de utilidad para que los cl nicos pregunten sistem ticamente un amplio conjunto de s ntomas y trastornos, incluyendo los que son cl nicamente significativos pero que no forman parte del motivo de consulta inicial. De forma parecida, los extensos listados de s ntomas que los padres y/o ni os m s mayores pueden completar fuera de la situaci n de Entrevista permiten realizar un "screening" de la presencia o ausencia de un amplio margen de s ntomas. Se han desarrollado escalas de evaluaci n de s ntomas m s estrictas para la evaluaci n cuantitativa v lida y fiable de mbitos espec ficos de s ntomas. Dichas escalas de s ntomas pueden ser tiles para cuantificar la gravedad de un s ntoma; esto sirve para establecer una l nea base frente a la que poder comparar la respuesta a una intervenci n terap utica, como por ejemplo la medicaci n.

9 Entre las escalas de evaluaci n eficaces en la pr ctica cl nica se encuentran diversas escalas que eval an la gravedad de s ntomas depresivos; s ntomas de hiperactividad, desatenci n e impulsividad; s ntomas de ansiedad; intensidad de los tics; alteraci n de conductas alimentarias y actitudes; y s ntomas obsesivo-compulsivos. Las escalas de evaluaci n global permiten al cl nico realizar una evaluaci n cuantitativa del deterioro global. Sin embargo, cualquiera que sea la posible utilidad auxiliar de dichas entrevistas e instrumentos, no pueden sustituir la Entrevista psiqui trica individualizada de un ni o, ni se pueden considerar la nica base para establecer diagn sticos o planificar un tratamiento.

10 Los objetivos de la obtenci n de datos para la evaluaci n cl nica de un ni o requiere un estudio amplio, detallado y flexible en un contexto de relaci n emp tica con los padres y con el ni o; estos elementos no se pueden abarcar en una nica Entrevista estandarizada. Adem s, los inventarios m s estandarizados de Entrevista est n dise ados como cuestionarios de s ntomas y no pretenden evaluar los sentimientos, estilo de personalidad, mecanismos de afrontamiento, contexto situacional, y potencialidades adaptativas que proporciona la Entrevista cl nica. Estos factores son tan b sicos en la evaluaci n cl nica y el plan de tratamiento como lo es la presencia o ausencia de un s ntoma patognom nico determinado o un diagn stico categorial.


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