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Epigramas de Marco Valerio Marcial - actiweb.es

EPIGRAMASDEMARCO Valerio MARCIALS egunda edici nTexto, introducci n y notasdeJOS GUILL NRevisi ndeFIDEL ARGUDOI nstituci n Fernando el Cat lico (CSIC)Excma. Diputaci n de ZaragozaZaragoza, 2004 Publicaci n n mero la Instituci n Fernando el Cat lico (Excma. Diputaci n de zaragoza )Tel. [34] 976 28 88 78/79 Fax [34] 976 28 88 NPresentaci n de Marcial en una carta de PlinioPlinio el Joven, escribiendo a su amigo Cornelio Prisco, dec a de Marcial , nom s tarde del a o 104: Oigo decir que Valerio Marcial ha muerto y lo llevo con un hombre ingenioso, agudo, mordaz y que, escribiendo, ten a a raudales tanto salcomo hiel y no menos candor. Yo le hab a ayudado con un vi tico al marcharse; se lohab a dado por amistad, pero se lo hab a dado tambi n por unos versos que compusosobre m . Fue propio de las antiguas costumbres honrar con honores o dinero aquienes hab an escrito el elogio ora de los particulares ora de las ciudades.

Publicación número 2.388 de la Institución «Fernando el Católico» (Excma. Diputación de Zaragoza) Tel. [34] 976 28 88 78/79 – Fax [34] 976 28 88 69

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1 EPIGRAMASDEMARCO Valerio MARCIALS egunda edici nTexto, introducci n y notasdeJOS GUILL NRevisi ndeFIDEL ARGUDOI nstituci n Fernando el Cat lico (CSIC)Excma. Diputaci n de ZaragozaZaragoza, 2004 Publicaci n n mero la Instituci n Fernando el Cat lico (Excma. Diputaci n de zaragoza )Tel. [34] 976 28 88 78/79 Fax [34] 976 28 88 NPresentaci n de Marcial en una carta de PlinioPlinio el Joven, escribiendo a su amigo Cornelio Prisco, dec a de Marcial , nom s tarde del a o 104: Oigo decir que Valerio Marcial ha muerto y lo llevo con un hombre ingenioso, agudo, mordaz y que, escribiendo, ten a a raudales tanto salcomo hiel y no menos candor. Yo le hab a ayudado con un vi tico al marcharse; se lohab a dado por amistad, pero se lo hab a dado tambi n por unos versos que compusosobre m . Fue propio de las antiguas costumbres honrar con honores o dinero aquienes hab an escrito el elogio ora de los particulares ora de las ciudades.

2 Pero, ennuestra poca, como otras cosas distinguidas y egregias, tambi n sta ha ca do endesuso entre las primeras. Porque, luego que hemos dejado de hacer cosas dignas dealabanza, consideramos tambi n inadecuado ser elogiados. Preguntas cu les son losversos a los que manifest mi gratitud? Te remitir a a su propio volumen, si no mesupiera algunos de memoria. Si stos te gustan, busca los dem s en su libro. Est hablando a la Musa, le encarga que busque mi casa en el Esquilino, que se acerquecon respeto: Pero mira de no llamar a deshora, borracha, a su docta puerta. Dedicalos d as enteros a la seria Minerva, mientras estudia para los o dos de los centunviroslo que los siglos y las generaciones futuras podr n comparar hasta con los papeles deArpino. Ir s m s segura a la hora de las lucernas tardanas. sta es tu hora: cuando seentusiasma Baco, cuando la rosa es la reina, cuando est n empapados los , que me lean a m hasta los r gidos Catones escribi esto de m , no merec a que lo despidiera entonces con lasmejores pruebas de amistad y que me duela ahora como si hubiera muerto mi mejoramigo?

3 Y es que me dio lo m ximo que pudo y m s me hubiera dado, si hubierapodido. Aunque, qu puede darse al hombre mayor que la gloria, la alabanza y laeternidad? Pero es que no ser eterno lo que escribi . Quiz s no lo ser , pero l loescribi como si hubiera de serlo. Adi s 2. 1 Mart. 10, 20 [19], Plin. Ep. 3, 21. Marcial promete en muchos lugares la eternidad a sus obras, cf. 2, 15; 5, 15; infra, de esta Introducci era el concepto que Plinio ten a de Marcial y muy bien ha expresado elmodo de ser y de trabajar de nuestro poeta. E incluso preve a, contra el parecer dealgunos enemigos o ingratos de Marcial , que el bilbilitano escrib a verdaderamentepara la eternidad y gracias a l conocemos con sus luces y sus sombras la vida deRoma durante la segunda mitad del siglo primero de nuestra epigramaEn su origen, como su nombre indica, es una inscripci n o un escrito brevegrabado sobre piedra, metal u otro soporte cualquiera y destinado para alg n sepulcroo monumento privado o p blico3.

4 As Cicer n, cuando da cuenta de su hallazgo delsepulcro de Arqu medes dice que sobre su losa aparec a un epigrama con los versosro dos casi en toda su ltima mitad 4. As lo usaban los griegos y tales eran lossetecientos elogia en verso que Varr n hab a compuesto para su libro a poco fue adquiriendo un car cter algo m s variado, hasta que, siempredentro de la brevedad, expone de modo r pido e interesante un pensamientoregocijado o sat rico, pero siempre ingenioso. Gr ficamente los temas del epigramapodr an contenerse en estos cinco:Mel ( miel ), que podr amos llamar ( hiel ), los procaces y sat ( vinagre ), de gusto agrio y ( gracia ), inofensivos y graciososy, finalmente, Epigramas m ltiples y el poema m s breve, es toda la poes a en miniatura; dos, cuatro, ochoversos le bastan, aunque a veces recibe algunos m s, e incluso se expresa en todos muy breve que sea, consta siempre de dos partes: la primera, en que sereclama la atenci n, y la segunda, en que de un modo insospechado y r pido queda 3 Cic.

5 Verr. 2, 4, 127: Epigramma Graecum pernobile incisum est in basi; Petron. 115: Eumolpus autemdum epigramma mortuo Cic. Tusc. 5, 66. El elogio de los difuntos, en ritmo elegiaco, Hor. A. P. 75; Cic. Arch. 25: Quodepigramma in eum fecisset tantummodo alternis uersibus En este sentido, es precisamente Marcial el primero que ha empleado el t rmino epigramma. Cf. 1,prol. 3; 1, 1, 3; 4, 23, 3, donde concede la palma del g nero a Cal la curiosidad6. Ll mase la primera nudo y la segunda desenlace. Su objetosuele ser una burla, una chanza, un pensamiento ligero sobre la vida cotidiana, unaridiculez, una ant tesis, una voz o un equ voco. El epigrama, se dec a ya en tiempos deMarcial, debe ser como una abeja, que es peque a y produce la dulzura de la miel ydeja el escozor del aguij n. Idea que Iriarte expres as : A la abeja semejante,para que cause placer,el epigrama ha de serpeque o, dulce y punzante.

6 Y un poco m s ampliamente, Mart nez de la Rosa: Mas el festivo ingenio deba s loal sutil epigrama su agudeza:un leve pensamiento,una voz, un equ voco le bastapara lucir su gracia y su viveza;y cual r pida abeja, vuela, hiere,clava el aguij n y al punto muere tuvo numerosos predecesores en el g nero. l cita como modelos aCatulo8, a Marso, a Ped n, a Get lico; pod a haber citado tambi n a Varr n de tax, aLicinio Calvo, a Hortensio, a C. Memmio Gemelo, el protector de Lucrecio, a quienesse atribu an Epigramas sat ricos o er ticos. E igualmente en el tiempo de Augustocompusieron Epigramas incluso los grandes poetas, como Virgilio, Ovidio y Lucano y 6 Y esto, incluso aunque el epigrama tenga un solo verso, cosa que ocurre tres veces en todo Marcial ;en 2, 73: Quid faciat uolt scire Lyris. Quid? Sobria fellat (hex metro); 7, 98: Omnia Castor, emis, sic fietut omnia uendas (hex metro); 8, 19: Pauper uideri Cinna uult; et est pauper (escazonte).

7 7 Mart nez de la Rosa, Po tica, canto l se considera como heredero de la poes a de Catulo:sic inter ueteres legar poetas,nec multos mihi praeferas priores,uno sed tibi sim minor Catullo(10, 78, 14-16).Cf. R. Paukstadt, De Martiale Catulli imitatore, Halle del Saale, 1876; H. Offermann, Uno tibi simminor Catullo: QUCC 34 (1980), mujeres como Cornificia y Sulpicia9. Con todo, los grandes epigramistas son Catuloy Marcial . De Marcial se dice, quiz sin raz n, que moj su pluma en hiel casi siempre;en lodo, muchas veces; en sangre y veneno, no pocas; en tinta inofensiva, muy libreros seleccionaron Epigramas de unos y de otros y formaron compilacionesque se han conservado con el t tulo de Anthologia Latina. Sobre lo que Marcial piensadel g nero puede verse en 7, 25: Escribiendo siempre tan s lo Epigramas dulces ym s c ndidos que una piel blanqueada con albayalde, y no habiendo en ellos ni unachispa de sal, ni una gota de hiel amarga, sin embargo pretendes, insensato, que loslean!

8 Ni aun la misma comida nos agrada, si se le quita su punto de vinagre, ni esagradable un rostro al que le falta su hoyuelo. A los ni os peque os dales manzanasenmeladas e ins pidos higos mariscos, que a m me gustan los que saben picar, los deQu os de MarcialM. Valerio Marcial11 nace en B lbilis12 como l mismo repite varias veces13, eld a 1 de marzo14 de un a o incierto entre el 38 y el 41 d. C. Sus padres Valerio 9 Cf. Plin. Ep. 5, 3, 5-6; Tac. Dial. 19; Gell. 19, 9. La originalidad de Marcial con respecto a sus modelosgriegos se pone de manifiesto en los poemas dirigidos a sus amigos que sal an de Roma hacia otrasciudades o provincias, como dice Szelest, Problemas marginales concernientes a la originalidad deMarcial: Meander 24 (1969), 392-401 (en polaco, con resumen en lat n). W. Wagner, De Martialepoetarum Augusteae aetatis imitatore, K nigsberg, 1880.

9 Hay unos 80 pasajes en que Marcial cita o serefiere a Ovidio, cf. E. Siedschlag, Ovidisches bei Martial: RFIC 100 (1972), 156-161. Sobre el influjo deHoracio, cf. L. Duret, Martial et la deuxi me pode d Horace. Quelques r flexions sur l imitation: REL 55(1977), 173-192, dice que la influencia del epodo 2 sobre los poemas de Marcial se ejerce en variosniveles: en la elecci n del tema y su desarrollo, en la presentaci n de los motivos po ticos que loforman y sobre todo en la estructura de los poemas. l modula el personaje del ruris amator. Pero laimitaci n no quita nada a la originalidad del poeta. Elige a Horacio como modelo para dar a susaspiraciones individuales un valor Cf. la misma idea en Catul. 16, No hay duda de su praenomen Marcus, como asegura l mismo en 1, 5, 2; 1, 55, 1; 3, 5, 10; 5, 29, 2;5, 63, 1; 6, 47, 6. El nombre Valerius aparece en las cartas de dedicaci n de los libros 2, 8 y 12.

10 En lospoemas otras veces se refiere a s mismo tan s lo con Martialis; as , en 1, 1, 1-2:Hic est quem legis ille, quem requiristoto notus in orbe 1, 117, 17; 5, 20, 1). Sobre este asunto, cf. Mat. Rodero, M. V. Martialis uita, en la edic. deLemaire, I, p. XI-XXIII; A. Brandt, De Martialis poetae vita et moribus, Berlin, 1853; G. Boissier, Le po teMartial: Rev. des deux Mondes, t. CLX y en su Tacite, Hachete, Par s, 1903; G. Bellissima, critici, Tur n, 1914; A. Serafini, Valerio Marziale, Treviso, 1941; L. Riber, Un celt bero en Valerio Marcial , Madrid, Colonia fundada por Augusto, de donde el apelativo Augusta. Sus ruinas se extienden por las colinasSanta Teresa, San Peterno y B mbola, cerca de Por ejemplo, 1, 61, 11-12: Te, Liciniane, gloriabitur nostra / nec me tacebit Bilbilis. Cf. etiam 1, 49, 3;4, 55, 11; 10, 103, 1; 10, 104, 6; 12, 18, n y Flacila15, tambi n de B lbilis, hab an muerto ambos ya en el a o 89, cuandopublic el libro 5 , puesto que a sus manes recomienda la buena acogida de suesclavita Eroci n, que acaba de morir.


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