Example: bachelor of science

GOBIERNO DE LA CIUDAD - Buenos Aires

GOBIERNO DE LA CIUDADDE Buenos AIRESJefe de GobiernoDr. An bal IbarraVicejefa de GobiernoLic. Mar a Cecilia FelguerasSecretario de CulturaLic. Jorge TelermanSubsecretaria de Patrimonio CulturalArq. Silvia FajreDirectora del Instituto Hist ricode la CIUDAD de Buenos AiresLic. Liliana Barela 2003 Instituto Hist rico de la CIUDAD de Buenos AiresAvda. C rdoba 1556, 1er. piso(1055) Buenos AiresTel: 54 11 4813-9370 / 5822E-mail: 987-21092-0-6 Hecho el dep sito que marca la Ley n editorial:Liliana BarelaSupervisi n de edici n:Lidia Gonz lezRevisi n t cnica:Elza ScalcoComposici n y correcci n:Rosa De LucaMarcela BarsamianMar a de los ngeles De LucaDise o editorial:Jorge MalloFabio Ares4 Las calles de Buenos Aires Sus nombres desde la fundaci n hasta nuestros d asNomenclatura actual5Pr logo7 Introducci n8 Aclaraciones15 Abreviaturas18 Nomenclatura antigua19 Nomenclatura actual277 ndice6 Las calles de Buenos Aires Sus nombres desde la fundaci n hasta nuestros d asNomenclatura actual7Pr logoMuchos de nosotros, al comenzar a l

a pesar de que se celebraba el centenario del cruce de los Andes por el ejército libertador del general San Martín, se hacía efectiva la supresión del nombre de la calle Andes, ya que por Ordenanza del 6 de octubre de 1916 recibía su actual denominación de Presidente José Evaristo Uriburu, quien había fallecido dos años antes.

Tags:

  Ordenanza

Information

Domain:

Source:

Link to this page:

Please notify us if you found a problem with this document:

Other abuse

Transcription of GOBIERNO DE LA CIUDAD - Buenos Aires

1 GOBIERNO DE LA CIUDADDE Buenos AIRESJefe de GobiernoDr. An bal IbarraVicejefa de GobiernoLic. Mar a Cecilia FelguerasSecretario de CulturaLic. Jorge TelermanSubsecretaria de Patrimonio CulturalArq. Silvia FajreDirectora del Instituto Hist ricode la CIUDAD de Buenos AiresLic. Liliana Barela 2003 Instituto Hist rico de la CIUDAD de Buenos AiresAvda. C rdoba 1556, 1er. piso(1055) Buenos AiresTel: 54 11 4813-9370 / 5822E-mail: 987-21092-0-6 Hecho el dep sito que marca la Ley n editorial:Liliana BarelaSupervisi n de edici n:Lidia Gonz lezRevisi n t cnica:Elza ScalcoComposici n y correcci n:Rosa De LucaMarcela BarsamianMar a de los ngeles De LucaDise o editorial:Jorge MalloFabio Ares4 Las calles de Buenos Aires Sus nombres desde la fundaci n hasta nuestros d asNomenclatura actual5Pr logo7 Introducci n8 Aclaraciones15 Abreviaturas18 Nomenclatura antigua19 Nomenclatura actual277 ndice6 Las calles de Buenos Aires Sus nombres desde la fundaci n hasta nuestros d asNomenclatura actual7Pr logoMuchos de nosotros, al comenzar a leer este libro probablemente,estaremos tentados de abrirlo en la p gina donde se encuentra la calle enque vivimos y, tal vez, nos preguntemos: qu nombres habr tenido an-tes?

2 , por qu ?Y aparecer n los nombres de calles que recuerdan a viejos vecinos o alugares de una Buenos Aires m s peque a, m s ntima, o aquellos nombresque expresan una realidad que el tiempo ha dejado atr cierto, los nombres que ya no est n quiz s nos digan mucho m s queaquellos que hoy existen. Pero tambi n es verdad que Buenos Aires haexperimentado un crecimiento vertiginoso en el ltimo siglo: caminos que seabren, espacios que se integran y la necesidad de la historia de ir dejandosus este libro de nomenclatura hist rica, Las calles de Buenos Aires . Susnombres desde la fundaci n hasta nuestros d as, es ofrecer la posibilidadde reconstruir la historia de Buenos Aires a partir de los sucesivos nombresque tuvieron sus calles con sus significados.

3 Es m s, nos permite analizar atrav s de su recorrido no s lo la evoluci n y transformaciones de la CIUDAD ,sino tambi n los sentidos que adquiere la historia, el lugar que ocupan ciertoshechos y personajes que han quedado como registros de una historia quepretende licenciado Alberto Gabriel Pi eiro ha realizado una investigaci n exhaustivasobre la nomenclatura antigua y vigente de la CIUDAD a trav s de legislaci n,planos, peri dicos, relatos, bibliograf a, que en su mayor a conserva el InstitutoHist rico y que, creemos, le otorgan a esta obra el car cter de fuente indis-pensable para comprender la evoluci n de una Buenos Aires cuyos espacios,muchos olvidados, otros desconocidos, nos la devuelven m s sugestiva yenigm compromiso asumido por nuestra Instituci n est vinculado a la difusi nde las investigaciones sobre la CIUDAD y, en especial, aquellas que se refierenal nombre de sus calles.

4 En los sucesivos cambios no s lo descubriremos ala historia, sino a las luchas por la apropiaci n de la memoria que se juegajusto en plena calle. All la historia grande refleja los vaivenes de la pol hay siempre otra historia que comienza por la patria chica que es quees el barrio, en el que la calle donde nacimos o vivimos adquiere el significadogrande de lo peque o, el misterio profundo del sentido de pertenencia, enfin, aquello que empieza a definir nuestra identidad, principio fundamentalpara decidir nuestro Liliana Barela8 Las calles de Buenos Aires Sus nombres desde la fundaci n hasta nuestros d asIntroducci nAs iniciaba Jorge Luis Borges en 1923 su primer libro, Fervor de BuenosAires.

5 En l escrib a tambi n a una calle desconocida , y dos a os despu s, enLuna de enfrente, para una calle del oeste y calle con almac n rosado . En 1949,al publicar su c lebre cuento El Aleph, ubica en la calle Garay la casa en cuyos tano se encuentra el lugar donde est n, sin confundirse, todos los lugares delorbe, vistos desde todos los ngulos .De similar manera, antes y despu s de Borges, la literatura y el tango hanevocado y mencionado un sinn mero de nombres que significan otrosinn mero de calles, de lugares precisos e inconfundibles de la CIUDAD . Las calles de Buenos Airesya son mi entra las vidas calles,inc modas de turba y ajetreo,sino las calles desganadas del barrio,casi invisibles de habituales,enternecidas de penumbra y de ocasoy aquellas m s afueraajenas de rboles piadososdonde austeras casitas apenas se aventuran,abrumadas por inmortales distancias,a perderse en la honda visi nde cielo y de para el solitario una promesaporque millares de almas singulares las pueblan, nicas ante Dios y en el tiempoy sin duda el Oeste, el Norte, el Surse han desplegado y son tambi n la patria las calles:ojal en los versos que trazoest n esas banderas.

6 Nomenclatura actual9 Corrientes y Esmeralda en El hombre que est solo y espera de Ra lScalabrini Ortiz y en el tango de Celedonio Esteban Flores; Rivadavia yRinc n, la esquina del Caf de los Angelitos, a la que cantaron C tulo Castilloy Jos Razzano; San Juan y Boedo, en los versos de Sur de Homero Manzi;las Tristezas de la calle Corrientes que describi Homero Exp sito y los Tresamigos de Su rez y Necochea a los que cant Enrique Cad camo, son s loalgunas de las numerosas referencias f cilmente identificables con el simpleprocedimiento de andar por la CIUDAD . Muchas de ellas han trascendidonuestras fronteras y es as como el Caminito de Juan de Dios Filiberto yGabino Coria Pe aloza, o Corrientes 348, gracias a A media luz, de Donatoy Lenzi, son visitadas diariamente por turistas que quieren corroborar sureal o m tica embargo, estos casos se oponen con otros donde la identificaci n secomplica.

7 As , por ejemplo, en Cuaderno San Mart n de Jorge Luis Borges,cuatro calles, las que conformaban la manzana de Guatemala, Serrano,Paraguay y Gurruchaga, eran el escenario de su Fundaci n m tica de BuenosAires, CIUDAD juzgada all tan eterna como el agua y el aire . Cu l es hoyesa manzana? Con un poco de imaginaci n deducir amos que Jorge LuisBorges reemplaz a Serrano (aunque sin imaginaci n podr amos tambi nsuponer que fue Acevedo la que reemplaz a Serrano y desplazar amos as la famosa manzana). Lo cierto es que el merecido homenaje al poeta destruy un lugar preciso de su poes l es la calle Monte Egmont en la que viv a Ad n Buenosayres, en lanovela de Leopoldo Marechal; o el Paseo de Julio al que Borges dedica otrade sus poes as de Cuaderno San Mart n.

8 Qu pasar a finalmente si todoslos nombres que hemos citado provenientes de la literatura y del tangodesaparecieran ma ana? No obstante, tal vez la fama les asegure suexistencia futura. Pero qu ser de aquellas calles an nimas que interesans lo a sus an nimos vecinos y que, como la mayor a, no aparecenmencionadas en ninguna obra literaria. Una de las caracter sticas m s salientes de las grandes ciudades que halogrado tener una individualidad definida y una caracter stica propia, es laestabilidad en la nomenclatura de sus calles. Vinculados los antiguosrecuerdos de la vida urbana a los nombres y designaciones coet neas deplazas y paseos, hacerlos desaparecer o cambiarlos por otros importa tantocomo renunciar a ellos o repudiarlos.

9 Las tradiciones y los recuerdos de laLas calles de Buenos Aires Sus nombres desde la fundaci n hasta nuestros d as10ciudad constituyen su color, su tono, su ambiente, algo esencial de su vida,y no se puede renunciar a ellos sin grave desmedro de su prestigio. Cadanombre de las calles de Par s, Roma, Londres o Madrid evoca recuerdoshist ricos, originados en la vida de la CIUDAD m s que en su designaci n yacent an las caracter sticas propias de cada capital. El turista no necesitasino enterarse de la designaci n actual de la calle para sentirse transportadoa otras pocas o hechos. La literatura misma cobra un valor especial con laestabilidad de los nombres en las ciudades. De ah que esas ciudades est nviviendo, a su vez, la vida presente y su vida pasada, fortalecidas en el cultode su propio esp ritu local.

10 Aqu renunciamos a todo esto. Nuestras cl sicascalles tradicionales han sido rebautizadas bajo la emoci n de la muerte deun estadista ilustre o bajo la impresi n de un suceso extraordinario. Noesperamos sobreponernos a la emoci n, para decretar el homenaje. Y as hemos visto en pocos a os transformarse de manera no sospechada lasdesignaciones de nuestras calles. Cuando una calle ha sido bautizada conun nombre de persona, ilustre o no, esta nominaci n es definitiva, pues,substituirla importar a tanto como injuriar la memoria del personaje a quiense trata de honrar; y como las calles constituyen un n mero limitado, y nopasa mes sin que la Intendencia rebautice alguna de nuevo, es justo esperarque un buen d a se habr n agotado las v as que lleven nombre de cosas, dehechos o de ideas abstractas, y nuestro nomenclador urbano ser algo as como un catastro de pr ceres de esta poca.


Related search queries