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GUÍA PARA LA EVALUACIÓN DE LA DEGLUCIÓN ATÍPICA

Gu a para la evaluaci n de la degluci n at pica Jos Fco. Cervera y Amparo Ygual Cuadernos de Audici n y Lenguaje. n 3, Secci n A, P ginas 57:65 , Febrero 2002 57 GU A para LA EVALUACI N DE LA DEGLUCI N AT PICA Jos Fco. Cervera y Amparo Ygual. de Magisterio EDETANIA (Adscrita a la Universitat de Val ncia). INTRODUCCI N Este trabajo pretende servir de gu a detallada para la identificaci n de la degluci n at pica. Se trata de un trastorno que en ocasiones se presenta de forma aislada y otras veces en el cuadros m s amplios con compromiso de otras funciones orales -respiraci n, habla, masticaci n-, de alteraciones anat micas -malformaciones, defectos oclusales- o de compromiso neurol gico -disartria, afectaci n de pares craneales, disfagia-. Cuando pensamos en la evaluaci n de las atipias de la degluci n entendemos est evaluaci n dentro de una exploraci n funcional m s amplia que afecta a funciones y estructuras orofaciales.

Guía para la evaluación de la deglución atípica José Fco. Cervera y Amparo Ygual Cuadernos de Audición y Lenguaje. nº3, Sección A, Páginas 57:65 , Febrero 2002

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1 Gu a para la evaluaci n de la degluci n at pica Jos Fco. Cervera y Amparo Ygual Cuadernos de Audici n y Lenguaje. n 3, Secci n A, P ginas 57:65 , Febrero 2002 57 GU A para LA EVALUACI N DE LA DEGLUCI N AT PICA Jos Fco. Cervera y Amparo Ygual. de Magisterio EDETANIA (Adscrita a la Universitat de Val ncia). INTRODUCCI N Este trabajo pretende servir de gu a detallada para la identificaci n de la degluci n at pica. Se trata de un trastorno que en ocasiones se presenta de forma aislada y otras veces en el cuadros m s amplios con compromiso de otras funciones orales -respiraci n, habla, masticaci n-, de alteraciones anat micas -malformaciones, defectos oclusales- o de compromiso neurol gico -disartria, afectaci n de pares craneales, disfagia-. Cuando pensamos en la evaluaci n de las atipias de la degluci n entendemos est evaluaci n dentro de una exploraci n funcional m s amplia que afecta a funciones y estructuras orofaciales.

2 Se pueden encontrar excelentes descripciones de estos aspectos en Zambrana y otros (1998), Busto Barco (1995), Cerecedo y Rutz (2002) o Segovia (1988). DESORDENES MIOFUNCIONALES DE LAS ESTRUCTURAS OROFACIALES. DEFINICI N: Seg n Hale, Kellum y Gross (1991) los des rdenes miofuncionales de las estructuras orofaciales son: "cualquier caracter stica anat mica o fisiol gica de las estructuras (labios, dientes, lengua, mand bula, mejillas, paladar) que resulta notablemente diferente e interfiere con un desarrollo normal de la dentici n, el habla y la salud o afecta a la est tica o al desarrollo psicosocial. Se incluye la postura de reposo de la lengua, la degluci n y las posturas an malas durante el habla u otras acciones, as como la presencia de h bitos inoportunos o parat picos que influyen en la forma y funci n de las estructuras de cara y boca.

3 Estos trastornos forman parte de un continuum de anormalidades anat micas y funcionales que afectan a las estructuras orofaciales y craneales y sus funciones. Los des rdenes RESUMEN El objetivo de este trabajo es proporcionar una gu a detallada para laidentificaci n de la degluci n at pica en adultos y ni os. Se parte de una breve exposici n de la degluci n normal y se analizanlas posibles atipias m s frecuentes. La ltima parte del trabajo proporciona unas hojas para facilitar estasobservaciones. Gu a para la evaluaci n de la degluci n at pica Jos Fco. Cervera y Amparo Ygual Cuadernos de Audici n y Lenguaje. n 3, Secci n A, P ginas 57:65 , Febrero 2002 58 miofuncionales representar an el extremo menos severo de los trastornos craneo-oro-faciales, entre los que se encuentra la degluci n at pica. El extremo m s severo estar a ocupado por malformaciones que originan disglosia.

4 Las dificultades para deglutir (disfagia) que se puedan dar en dis rtricos u en otro tipo de pacientes deben ser incluidas en este continuo como dificultades para una funci n oral (ver FIGURA 1) CONCEPTO DE DEGLUCI N AT PICA La palabra atipia se emplea para indicar que algo se aleja de lo com n. En nuestra opini n el t rmino "degluci n at pica" define mejor el concepto que el de "degluci n infantil" que tambi n se emplea en la literatura. La degluci n a la que nos referimos no es exactamente un estadio evolutivo sino una forma diferente o at pica de deglutir que puede ser la consecuencia o la causa de alteraciones anat micas. Puede verse en ni os o en sujetos adultos de edad avanzada. En ocasiones los defectos oclusales producen adaptaciones at picas en alguna de las fases de la degluci n y en otras ocasiones las atipias de la degluci n pueden haber originado defectos oclusales.

5 La degluci n at pica consiste en la postura y uso inadecuados de la lengua en el acto de degluci n. Se define como "la presi n anterior o lateral de la lengua contra las arcadas dentarias" (Zambrana y Dalva, 1998). La lengua se posiciona entre los incisivos o se apoya contra su cara posterior al acabar la fase de masticaci n y realiza una presi n contra ellos durante la fase de degluci n. Algunos autores interpretan la degluci n at pica como la persistencia del reflejo de degluci n infantil. Probablemente la mayor a de ni os cambian su forma de deglutir entre los dos y tres a os. Inicialmente el beb posee un reflejo de succi n-degluci n adaptado a la lactancia materna que abandona al adaptarse a la masticaci n y degluci n de todo tipo de alimentos. Aunque la degluci n at pica no es exactamente el reflejo de succi n-degluci n suele interpretarse como la persistencia de la frontalizaci n de la lengua, caracter stica de la degluci n del beb m s all de los cuatro a os.

6 Sus consecuencias son oclusales -mordida abierta y clase II-, de habla -abundan las frontalizaciones de [s] y otros sigmatismos-, y est ticas. Cuando la degluci n at pica forma parte del s ndrome de respiraci n bucal las consecuencias son mucho mayores Cerecedo 2002). Gu a para la evaluaci n de la degluci n at pica Jos Fco. Cervera y Amparo Ygual Cuadernos de Audici n y Lenguaje. n 3, Secci n A, P ginas 57:65 , Febrero 2002 59 DEGLUCI N NORMAL. FASES. La degluci n normal se describe tradicionalmente en cuatro etapas. Dependiendo del sujeto esas etapas pueden tener una duraci n absoluta diferente. Hay personas que realizan una masticaci n lenta, triturando varias veces el alimento y otras que realizan muy pocos movimientos masticatorios. Seg n Queiroz (2002) la degluci n puede durar entre 3 a 8 segundos. Se inicia voluntariamente.

7 Las primeras etapas est n sujetas a la voluntad pero las ltimas son involuntaria. Somos conscientes de est diferencia: hay un momento que ya no podemos arrepentirnos y el bolo es deglutido irremediablemente. No hay un acuerdo entre autores para calcular el n mero de veces que deglutimos al d a: ni os entre 600 y 1000 y adultos entre 2400 y 6000. En la vejez la frecuencia disminuye como lo hace la cantidad de saliva. Fase preparatoria: Incluye desde que el alimento es troceado e introducido en la cavidad oral, su trituraci n mediante la masticaci n y su insalivado y homogeneizaci n hasta formar una masa compacta llamada bolo alimenticio. La trituraci n se realiza por los molares de ambos laterales, aunque las personas tengan un lado preferente por el que empiezan la trituraci n.

8 El lado que muerde en un momento dado se denomina lado de trabajo y al contrario lado de balanceo. En casos de dificultades oclusales esto puede estar alterado y la persona se ve obligada a triturar solo por un lateral. (Planas, 1994). Fig 2 Fase preparatoria Fase oral: Inicia las fases r pidas del proceso. El bolo est sobre la lengua. La mand bula se eleva y la lengua se acopla al paladar duro quedando el pice a la altura de los alveolos y los rebordes laterales sellando la zona frontal impidiendo que el alimento pueda ser impulsado fuera de la boca. La lengua queda inclinada favoreciendo que el bolo avance hacia la parte posterior de la boca. La lengua inicia un movimiento perist ltico hacia atr s que conduce al bolo hasta la parte posterior de la boca. Fig 3 Fase oral Fase far ngea: Se inician el proceso involuntario o "reflejo de degluci n" cuando el bolo toca los pilares anteriores.

9 El velo del paladar se contrae alcanzando la pared far ngea e impidiendo que el alimento sea impulsado a la rinofaringe. El dorso de la lengua llega a tocar el velo del paladar impidiendo que el alimento pueda regresar a la boca. La laringe asciende. La epiglotis se incurva ocluyendo la luz de la laringe protegiendo al aparato respiratorio de falsas rutas que pudieran conducir hasta all part culas s lidas o l quidas. Los repliegues vocales completan la funci n esfinteriana de protecci n llegando a contactar entre s . El bolo cae a la faringe. Fig 4 Fase far ngea Gu a para la evaluaci n de la degluci n at pica Jos Fco. Cervera y Amparo Ygual Cuadernos de Audici n y Lenguaje. n 3, Secci n A, P ginas 57:65 , Febrero 2002 60 Fase esof gica: El bolo llega al es fago y es conducido hasta el est mago.

10 La fuerza de gravedad basta para impulsar a los l quidos pero los movimientos de la pared esof gico realizan el trabajo en el caso de los s lidos. Esta acci n suele ser suficientemente eficaz para vaciar totalmente la boca dej ndola pr cticamente libre de restos de comida. Solo si los alimentos son muy densos y secos se repite varias veces hasta que la boca queda lista para una nueva ingesta. Fig 5 Fase esof gica. DEGLUCI N AT PICA. Diferencias con la degluci n normal Enumeramos las posibles diferencias o atipias que se pueden encontrar con respecto a la degluci n normal: 1. Posici n frontal de la lengua desde la fase oral: El pice lingual se sit a en posici n interdental (interposici n lingual, fig. 6) o empujando contra la cara interior de los incisivos (protusi n lingual, fig.)


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