Example: air traffic controller

Illich Ivan - La sociedad desescolarizada

Iv n IllichLa sociedad desescolarizada (M xico, 1985)Se mantiene la referencia del n mero de p gina en la versi n impresa para uso del lector (n meros en azul). Tambi n est n se aladas con enlaces de hipertexto (n meros en verde) las notas a lo largo del texto. La transcripci n aqu presentada se refiere a la edici n 1985 y es reproducida con el permiso del autor. (NDE) NDICE[ ndice activo, pasa el rat n por encima de cada ep grafe a la vez que pulsas la tecla Ctrl.]Introducci n 71. Por qu debemos privar de apoyo oficial a la escuela? 92. Fenomenolog a de la escuela 423. Ritualizaci n del progreso 534. Espectro institucional 765. Compatibilidades irracionales 936. Tramas de aprendizaje 1027.

Se mantiene la referencia del número de página en la versión impresa para uso del lector (números en azul). También están señaladas con enlaces de hipertexto (números

Tags:

  Navis

Information

Domain:

Source:

Link to this page:

Please notify us if you found a problem with this document:

Other abuse

Transcription of Illich Ivan - La sociedad desescolarizada

1 Iv n IllichLa sociedad desescolarizada (M xico, 1985)Se mantiene la referencia del n mero de p gina en la versi n impresa para uso del lector (n meros en azul). Tambi n est n se aladas con enlaces de hipertexto (n meros en verde) las notas a lo largo del texto. La transcripci n aqu presentada se refiere a la edici n 1985 y es reproducida con el permiso del autor. (NDE) NDICE[ ndice activo, pasa el rat n por encima de cada ep grafe a la vez que pulsas la tecla Ctrl.]Introducci n 71. Por qu debemos privar de apoyo oficial a la escuela? 92. Fenomenolog a de la escuela 423. Ritualizaci n del progreso 534. Espectro institucional 765. Compatibilidades irracionales 936. Tramas de aprendizaje 1027.

2 Renacimiento del hombre epimeteico 145 INTRODUCCI NDebo a Everett Reimer el inter s que tengo por la educaci n p blica. Hasta el d a de 1958 en que nos conocimos en Puerto Rico, jam s hab a yo puesto en duda el valor de hacer obligatoria la escuela para todos. Conjuntamente, hemos llegado a percatarnos de que para la mayor a de los seres humanos, el derecho a aprender se ve restringido por la obligaci n de asistir a la 1966 en adelante, Valentina Borremans, cofundadora y directora del CIDOC (Centro Intercultural de Documentaci n) de Cuernavaca, organiz anualmente dos seminarios alrededor de mi di logo con Reimer. Centenares de personas de todo el mundo participaron en estos encuentros.

3 Quiero recordar en este lugar a dos de ellos que contribuyeron particularmente a nuestro an lisis y que en el entretiempo murieron: Augusto Salazar Bondy y Paul Goodman. Los ensayos escritos para el bolet n CIDOC INFORMA y reunidos en este libro se desarrollaron a partir de mis notas de seminario. El ltimo cap tulo contiene ideas que me surgieron despu s acerca de conversaciones con Erich Fromm en torno al Mutterrecht de estos a os Valentina Borremans constantemente me urg a a poner a prueba nuestro pensar enfrent ndolo a las realidades de Am rica Latina y de frica. Este libro refleja el convencimiento de ella respecto de que no s lo las instituciones sino el ethos de la sociedad deben ser "desescolarizados".

4 La educaci n universal por medio de la escolarizaci n no es factible. No ser a m s factible si se la intentara mediante instituciones alternativas construidas seg n el estilo de las escuelas actuales. Ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni la proliferaci n de nuevas herramientas y m todos f sicos o mentales (en el aula o en el dormitorio), ni, finalmente, el intento de ampliar la responsabilidad del pedagogo hasta que englobe las vidas completas de sus alumnos, dar por resultado la educaci n universal. La b squeda actual de nuevos embudos educacionales debe revertirse hacia la b squeda de su ant poda institucional: tramas educacionales que aumenten la oportunidad para que cada cual transforme cada momento de su vida en un momento de aprendizaje, de compartir, de interesarse.

5 Confiamos en estar aportando conceptos necesarios para aquellos que realizan tales investigaciones a grandes rasgos sobre la educaci n -y asimismo para aquellos que buscan alternativas para otras industrias de servicio propongo examinar algunas cuestiones intrigantes que se suscitan una vez que adoptamos como hip tesis el que la sociedad puede desescolarizarse; buscar pautas que puedan ayudarnos a discernir instituciones dignas de desarrollo por cuanto apoyan el aprendizaje en un medio desescolarizado; y esclarecer las metas personales que amparar an el advenimiento de una Edad del Ocio (schole) opuesta como tal a una econom a dominada por las industrias de Illich , Ocotepec, Morelos, enero de 19781.

6 POR QU DEBEMOS PRIVAR DE APOYO OFICIAL A LA ESCUELA?Muchos estudiantes, en especial los que son pobres, saben intuitivamente qu hacen por ellos las escuelas. Los adiestran a confundir proceso y sustancia. Una vez que estos dos t rminos se hacen indistintos, se adopta una nueva l gica: cuanto m s tratamiento haya, tanto mejor ser n los resultados. Al alumno se le "escolariza" de ese modo para confundir ense anza con saber, promoci n al curso siguiente con educaci n, diploma con competencia, y fluidez con capacidad para decir algo nuevo. A su imaginaci n se la "escolariza" para que acepte servicio en vez de valor. Se confunde el tratamiento m dico tom ndolo por cuidado de la salud, el trabajo social por mejoramiento de la vida comunitaria, la protecci n policial por tranquilidad, el equilibrio militar por seguridad nacional, la mezquina lucha cotidiana por trabajo productivo.

7 La salud, el saber, la dignidad, la independencia y el quehacer creativo quedan definidos como poco m s que el desempe o de las instituciones que afirman servir a estos fines, y su mejoramiento se hace dependiente de la asignaci n de mayores recursos a la administraci n de hospitales, escuelas y dem s organismos estos ensayos, mostrar que la institucionalizaci n de los valores conduce inevitablemente a la contaminaci n f sica, a la polarizaci n social y a la impotencia psicol gica: tres dimensiones en un proceso de degradaci n global y de miseria modernizada. Explicar c mo este proceso de degradaci n se acelera cuando unas necesidades no materiales son transformadas en demanda de bienes; cuando a la salud, a la educaci n, a la movilidad personal, al bienestar o a la cura psicol gica se las define como el resultado de servicios o de "tratamientos".

8 Hago esto porque creo que la mayor a de las investigaciones actualmente en curso acerca del futuro tienden a abogar por incrementos a n mayores en la institucionalizaci n de valores y que debemos definir algunas condiciones que permitieran que ocurriese precisamente lo contrario. Precisamos investigaciones sobre el posible uso de la tecnolog a para crear instituciones que atiendan a la acci n rec proca, creativa y aut noma entre personas y a la emergencia de valores que los tecn cratas no puedan controlar sustancialmente. Necesitamos investigaci n en l neas generales para la futurolog a suscitar la cuesti n general acerca de la mutua definici n, de la naturaleza del hombre y de la naturaleza de las instituciones modernas, que caracteriza nuestra visi n del mundo y nuestro lenguaje.

9 Para hacerlo, he elegido a la escuela como mi paradigma, y por consiguiente trato s lo indirectamente de otros organismos burocr ticos del Estado corporativo: la familia consumidora, el partido, el ej rcito, la iglesia, los medios informativos. Mi an lisis del curr culum oculto de la escuela deber a poner en evidencia que la educaci n p blica se beneficiar a con la desescolarizaci n de la sociedad , tal como la vida familiar, la pol tica, la seguridad, la fe y la comunicaci n se beneficiar an con un proceso an este primer ensayo, comienzo mi an lisis tratando de dar a entender qu es lo que la desescolarizaci n de una sociedad escolarizada podr a significar. En este contexto, debiera ser m s f cil entender mi elecci n de los cinco aspectos espec ficos pertinentes respecto de este proceso, los cuales abordar en los cap tulos s lo la educaci n sino la propia realidad social han llegado a ser escolarizadas.

10 Cuesta m s o menos lo mismo el escolarizar tanto al rico como al pobre en igual dependencia. El gasto anual por alumno en los arrabales y los suburbios ricos de cualquiera de veinte ciudades de los Estados Unidos est comprendido dentro de unos mismos m rgenes -y hasta favorable al pobre en ciertos el pobre como el rico dependen de escuelas y hospitales que gu an sus vidas, forman su visi n del mundo y definen para ellos qu es leg timo y qu no lo es. Ambos consideran irresponsable el medicamentarse uno mismo, y ven a la organizaci n comunitaria, cuando no es pagada por quienes detentan la autoridad, como una forma de agresi n y subversi n. Para ambos grupos, el apoyarse en el tratamiento institucional hace sospechoso el logro independiente.


Related search queries