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LA ANEXIÓN A ESPAÑA Y LA REPÚBLICA EN ARMAS (1861 …

Cap tulo IX. LA ANEXI N A ESPA A. Y LA REP BLICA EN ARMAS . ( 1861 -1865). El proceso de la Anexi n y la Justicia La presencia de Isabel II de Borb n en el trono de Espa a est muy ligada a la Rep blica Dominicana, pues durante su reinado, que se inici el 8 de noviembre de 1843 y concluy con su partida hacia el exilio el 30 de septiembre de 1868, se produjeron el nacimiento de un nuevo Esta- do-Naci n en la Isla de Santo Domingo que se llamar a Rep blica Domi- nicana en 1844; y en la etapa final de su reinado, llamada del Gobierno de la Uni n Liberal, se dict en Aranjuez, el 19 de mayo de 1861 , el Real Decreto que proclamaba la Anexi n o Reincorporaci n de la Rep blica Dominicana como Provincia de Santo Domingo al Reino de Espa a, y finalmente la derogaci n de este ltimo Decreto el 3 de mayo de 1865. La Anexi n a Espa a fue proclamada en la ciudad de Santo Domingo el 18 de marzo de 1861 , desde el balc n del Palacio de Justicia, antiguo Palacio de Borgella, frente a la Plaza de ARMAS (Plaza Mayor), actual Parque Col n.

(1854 -1865) El fracaso de la anexi ón a España. Co nsejo Sup e rior de In ves ti ga ciones Ci en - tí ficas. Centro de Estu dios Históricos: Madrid, 1987, Pág. 37. 478 RODRÍGUEZ DEMORIZI, Emilio, Ante ce dentes de la Anexión a España. Academia Domi ni cana de la Historia. Editora Montalvo: Ciudad Trujillo, 1955, Pág. 139.

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  Seap, De las, Mara, 1861, Balic, 209 a y la rep, 218 blica en armas

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1 Cap tulo IX. LA ANEXI N A ESPA A. Y LA REP BLICA EN ARMAS . ( 1861 -1865). El proceso de la Anexi n y la Justicia La presencia de Isabel II de Borb n en el trono de Espa a est muy ligada a la Rep blica Dominicana, pues durante su reinado, que se inici el 8 de noviembre de 1843 y concluy con su partida hacia el exilio el 30 de septiembre de 1868, se produjeron el nacimiento de un nuevo Esta- do-Naci n en la Isla de Santo Domingo que se llamar a Rep blica Domi- nicana en 1844; y en la etapa final de su reinado, llamada del Gobierno de la Uni n Liberal, se dict en Aranjuez, el 19 de mayo de 1861 , el Real Decreto que proclamaba la Anexi n o Reincorporaci n de la Rep blica Dominicana como Provincia de Santo Domingo al Reino de Espa a, y finalmente la derogaci n de este ltimo Decreto el 3 de mayo de 1865. La Anexi n a Espa a fue proclamada en la ciudad de Santo Domingo el 18 de marzo de 1861 , desde el balc n del Palacio de Justicia, antiguo Palacio de Borgella, frente a la Plaza de ARMAS (Plaza Mayor), actual Parque Col n.

2 En esa poca el Palacio de Gobierno estaba en la calle Las Damas , antiguas Casas Reales o Palacio de la Real Audiencia y de los Capitanes Generales. La alocuci n del Presidente Santana fue le da por uno de los asistentes del mismo y fue una invitaci n a que se aceptara la desaparici n de la Rep blica como un hecho consumado. 473. 473 G NDARA, Gral. Jos de la, Anexi n y Guerra de Santo Domingo. Editora de Santo Domingo, Pareja: Barcelona, 1975, edici n de la Sociedad Dominicana de Bibli filos, facs mil 243. Historia del Poder Judicial Dominicano Jueces condecorados por Espa a Por las recomendaciones que se hicieron para fines de condecoraciones parece que notables miembros del Poder Judicial de la poca apoyaron el proceso de la Anexi n, entre ellos el Presidente Santana el 20 de abril de 1862 rubric una lista de personas importantes de la clase civil que cooperaron activamente con la reincorporaci n a Espa a y que no hab an sido empleados: Leonardo Delmonte, Exministro de la Suprema Corte.

3 Antonio Madrigal, padre, Juez del Tribunal de Primera Instancia de Santo Domingo; Lucas Gibbes, Expresidente del Tribunal de Primera Instancia de Azua; Jos Velasco, Expresidente del Tribunal de Primera Instancia de La Vega; Juan Reinoso, Juez del Tribunal de Primera Instancia de La Vega;. Jos Joaqu n L pez, Exjuez del Tribunal de Comercio; Mariano Echava- rr a, Exalcalde de Ban . 474. Sin embargo, el m s conspicuo de los miembros del Poder Judicial en apoyar la Anexi n fue Jacinto de Castro, Ministro de Justicia e Instrucci n P blica durante la Rep blica y designado Oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo, citado por Santana en una Relaci n Nominal de las Personas a quienes inici en su pensamiento de Anexar a la Rep blica Domini- cana a la Monarqu a Espa ola y que lo ayudaron m s directamente a llevarla a cabo, a partir del 27 de abril de 1860. Junto a Jacinto de Castro figuraron: General de Divisi n, Antonio Abad Alfau, Vicepresidente de la Rep blica; Felipe D vila Fern ndez de Castro; General de Brigada Miguel Lavastidas; General de Brigada, Pedro Valverde y Lara; General de Divi- de la edici n de 1884.

4 Tomo I, P g. 171. Hay autores que atribuyen la lectura de la Proclama al propio Santana, v ase a RODR GUEZ DEMORIZI, Emilio, El General Pedro Santana. Academia Dominicana de la Historia. Editora Corripio: Santo Domingo, 1982, P g. 267. ARCHAMBAULT, Pedro Mar a, Historia de la Restauraci n. Editora de Santo Domingo. Amigo del Hogar: Santo Domingo, 1983, P g. 8. 474 RODR GUEZ DEMORIZI, Emilio, Antecedentes de la Anexi n a Espa a. Academia Dominicana de la Historia. Editora Montalvo: Ciudad Trujillo, 1955, P g. 310. 244. Historia del Poder Judicial Dominicano si n, Jos Mar a Contreras; Coronel del Ej rcito, Jos Ignacio P rez y Mauri y el Teniente Coronel Antonio Delf n Tal vez la cooperaci n de los citados miembros de la judicatura fue por lealtad o por temor al Presidente Santana, quien pasar a a ser Capit n General de la Provincia Espa ola de Santo Domingo, pero a diferencia de los antiguos Capitanes Generales de la Isla Espa ola, sin participaci n en los aspectos judiciales o en la Real Audiencia, pues ya en Espa a hab a evolucionado la Divisi n de los Poderes del Estado y se estaba bajo una monarqu a constitucional.

5 La Matr cula de Segovia y la Judicatura Desde los antecedentes de la Anexi n el Poder Judicial se hab a visto afectado por la pol tica seguida por Espa a en Santo Domingo, pues en la matriculaci n de ciudadanos espa oles que hab a inaugurado el C nsul de Espa a, Jos Mar a Segovia, como manifestaci n de intromisi n en los asuntos internos dominicanos, y como una maniobra del baecismo contra Santana, comenz a inscribir como espa oles a todos los dominicanos que eran hijos de ciudadanos espa oles cuyos padres hubieren nacido antes del 21 de noviembre de 1821, fecha en que se proclam la Independencia Ef mera, de modo que cuando la ejecuci n de la matriculaci n fue suspen- dida, se hab an registrado en total 1,310 personas en un pa s que ten a aproximadamente 282,000 habitantes;476 por eso, el Ministro de Rela- ciones Exteriores de la Rep blica Dominicana, le escribi el 10 de julio de 1856 al C nsul Segovia explic ndole los problemas que la matriculaci n hab a tra do a la administraci n p blica dominicana, enfatizando que a los cuatro d as de haberse abierto el proceso de matriculaci n se hab an cerrado los tribunales, ya que todos los jueces se hab an inscrito como espa- oles, y que igualmente hab a sucedido con la Alcald a de la capital, pues 475 dem, P g.

6 307. 476 dem, Tomo II, P g. 630 y ROBLES MU OZ, Crist bal, Paz en Santo Domingo (1854-1865) El fracaso de la anexi n a Espa a. Consejo Superior de Investigaciones Cien- t ficas. Centro de Estudios Hist ricos: Madrid, 1987, P g. 37, nota 15. 245. Historia del Poder Judicial Dominicano desde el Alcalde hasta el ltimo Alguacil, incluida la compa a de polic a de la ciudad, se hab an matriculado. 477. El Palacio de Justicia y el Sal n del Trono Una descripci n de c mo estuvo decorado el sal n principal del Palacio de Justicia en tiempos de la Anexi n apareci en el peri dico espa ol El Reino del 7 de mayo de 1861 con motivo de una visita que hicieron el 8 de abril de 1861 soldados que desembarcaron del vapor Velasco , que junto al Pizarro y al Blasco de Garay , fondearon en el Placer de los Estudios, en la rada del r o Ozama: Tres cuartos de hora despu s se reunieron cuatro compa as del batall n de Isabel II con su m sica; y la oficialidad del ej rcito y armada pas a cumplimentar al general Santana dirigi ndonos todos al Palacio de Justicia, donde se ha establecido el Sal n del Trono.

7 H llase ste alfombrado de hule y adornado con colgaduras blancas en forma de pabell n, entrelazadas con gruesos cordones y borlas del mismo color. La siller a es de caoba tallada y asiento y respaldo de rejilla. En el centro, bajo un hermoso dosel de seda color grana galoneado de oro, estaba colocado el retrato de la Reina, copia de (Federico) Madrazo. / Al pie del dosel, y sobre un pedestal de tres gradas hay un hermoso sill n de terciopelo carmes , y a su frente una mesa redonda cubierta de un largo tapete de la misma tela. En las paredes laterales a lo largo del sal n, lucen seis soberbios espejos de marco dorado con preciosas molduras de dos metros de largo por uno y medio de El general Santana, indis- puesto a la saz n, no pudo concurrir all para la recepci n, y la comitiva pas a cumplimentarle a su .478. Si la anterior descripci n es curiosa, vale se alar que por falta de aloja- miento en la ciudad, se tuvieron que instalar habitaciones en el citado 477.

8 Carta de Lavastidas a Segovia del 10 de julio de 1856, copia de la cual entreg Rafael Mar a Baralt, Encargado de Negocios de la Rep blica Dominicana en Madrid al Ministro de Estado Espa ol, citada por ROBLES MU OZ, Crist bal, Paz en Santo Domingo (1854-1865) El fracaso de la anexi n a Espa a. Consejo Superior de Investigaciones Cien- t ficas. Centro de Estudios Hist ricos: Madrid, 1987, P g. 37. 478 RODR GUEZ DEMORIZI, Emilio, Antecedentes de la Anexi n a Espa a. Academia Dominicana de la Historia. Editora Montalvo: Ciudad Trujillo, 1955, P g. 139. 246. Historia del Poder Judicial Dominicano palacio, y en el texto que transcribimos se expresa: En el Palacio de Justicia, e inmediato al Sal n del Trono que ya hemos descrito, se halla otro aun de cincuenta pies de largo por veinticinco de ancho, el cual ha sido destinado para habitaci n del Excmo. Sr. Comandante General de Marina. H llase dividido en el centro por grandes cortinas blancas formando pabell n.

9 En el fondo del departamento interior se halla la cama, que es muy elegante, de madera de aceitillo muy bien modelada. Tambi n est colgada y vestida de blanco: el pavimento est todo cubierto con una estera de junco, y no faltan todos los muebles que puede necesitar. Los balcones tienen una vista preciosa, y penetra por ellos una deliciosa brisa del Reestablecimiento de la Real Audiencia Con la Anexi n a Espa a se restableci la Real Audiencia y Chanciller a de Santo Domingo, y fue instalada en el citado Palacio de Justicia. Seg n Robles Mu oz: El documento b sico para organizar la justicia en la isla fue la memoria que Jos Malo de Molina (Fiscal de la Real Audiencia) envi desde La Habana el 4 de septiembre de 1861 . En ella se recog an datos sobre el sistema judicial dominicano y se hac an propuestas para poner en vigencia la legislaci n espa ola y adecuar los tribunales. Estaban vigentes los c digos franceses, pero hab a un deseo de asimilarse a las leyes de Espa a.

10 En este aspecto, la indife- rencia de la poblaci n jugaba en favor de la identificaci n con la organizaci n espa ola de la justicia. Si se aplicaba la legislaci n de las Antillas, habr a que suprimir en ella cualquier discriminaci n racial, ya que eso formaba parte de los compromisos de Espa a para la Anexi n. La propuesta de Malo de Molina pretend a respetar al m ximo derechos, costumbres, usos y hasta hechos consumados. Una prueba de ello era la inclusi n del texto de la Constituci n El general Serrano en su informe del 5 de septiembre, hab a atri- buido a la falta de estabilidad pol tica el marasmo en que se hallaba la adminis- traci n: ni organizaci n de la Hacienda, ni funcionarios, ni instituciones 479 dem, P g. 141. 247. Historia del Poder Judicial Dominicano civiles, ni instrucci n p blica, ni pautas seguras y fijas en la administraci n judicial. El Poder Legislativo resid a s lo en la fuerza del que manda(ba)./. Durante el mes de agosto de 1861 se procedi a poner en pie la administraci n de justicia.