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LA EDUCACIÓN EN LA ANTIGUA GRECIA - Dialnet

Actas de las 111 Jornadas de Humanidades Cl sicas Almendralejo. Febrero de 2001. LA EDUCACI N EN LA ANTIGUA GRECIA . JUAN MANUEL D ~ A ZLAVADO. Universidad de Salamanca Es a partir de la generaci n posterior a la de Arist teles y Alejandro Magno cuando la educaci n ANTIGUA llega a ser lo que verdaderamente fue y alcanza su forma cl sica, perdurando en lo sustancial a trav s de los siglos posteriores, tanto durante la poca imperial romana como a largo del medievo bizantino. No hubo, en este sentido, una educaci n aut noma propiamente romana: Italia y todo el,occidente latinizado fue incorporada al rea de la civilizaci n helen stica, desarrollando paralelamente diversas adaptaciones escolares originales a los medios de expresi n latina. En el oriente griego, sin embargo, la conquista romana y la sustituci n de las distintas formas de gobierno helen sticas por un proc nsul o gobernador no influyeron sobre su tradici n educativa.

LA EDUCACIÓN EN LA ANTIGUA GRECIA JUAN MANUEL D~AZ LAVADO Universidad de Salamanca Es a partir de la generación posterior a la de Aristóteles y Alejandro Magno cuando la educación antigua llega a ser lo que verdaderamente fue y alcanza su forma clásica, perdurando en lo sustancial a través de los siglos posteriores, tanto durante la

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  Antigua, Carige, La antigua grecia

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1 Actas de las 111 Jornadas de Humanidades Cl sicas Almendralejo. Febrero de 2001. LA EDUCACI N EN LA ANTIGUA GRECIA . JUAN MANUEL D ~ A ZLAVADO. Universidad de Salamanca Es a partir de la generaci n posterior a la de Arist teles y Alejandro Magno cuando la educaci n ANTIGUA llega a ser lo que verdaderamente fue y alcanza su forma cl sica, perdurando en lo sustancial a trav s de los siglos posteriores, tanto durante la poca imperial romana como a largo del medievo bizantino. No hubo, en este sentido, una educaci n aut noma propiamente romana: Italia y todo el,occidente latinizado fue incorporada al rea de la civilizaci n helen stica, desarrollando paralelamente diversas adaptaciones escolares originales a los medios de expresi n latina. En el oriente griego, sin embargo, la conquista romana y la sustituci n de las distintas formas de gobierno helen sticas por un proc nsul o gobernador no influyeron sobre su tradici n educativa.

2 Esta es la raz n por la que centraremos nuestra exposici n en el per odo helen stico, realizando al mismo tiempo algunas incursiones dentro del mundo del alto y bajo Imperio Romano. Nos limitaremos, por lo dem s, a visitar las escuelas de primer y segundo nivel, la elemental y la de gram tica, pues el an lisis de los estudios superiores necesitar an un tiempo del que ahora no disponemos. Las conquistas de Alejandro, que hacen retroceder de golpe unos cuatro mil km. las fronteras del mundo griego, rompen el cuadro tradicional de la ciudad cl sica y dan lugar a una nueva conciencia del ser humano, basada ahora en el logro de una forma m s rica y perfecta de la personalidad individual. Para ello, se hace preciso que el ni o se somenta a una ejercitaci n y amplificaci nUconstantende t cnicas ( r r a ~ 6 ~ i a ). que le faculten para realizar con mayor perfecci n el ideal humano: r r a ~ 6 e allega a significar, tambi n as , la "cultura", entendida sta no en el sentido activo de educaci n, sino en su valor perfectivo de esp ritu plenamente desarrollado.

3 Es por esto por lo que cuando Varr n y Cicer n tienen que traducir r r a ~ 6 ~ai asu lengua escogen la palabra humanitas. De otra parte, no olvidemos que lo que realmente une a todos los griegos, a los que habitan la propia H lade, a los que emigran hacia los desiertos de Egipto, las estepas del Asia central o el valle del lndo y, en fin, a aquellos b rbaros reci n helenizados, no va a ser la sangre o una estructura de vida social (la ciudad o el reino), sino el af n de modelarse seg n un tipo ideal de humanidad, el hecho de haber recibido una misma educaci n orientada a una comunidad de cultura. Dondequiera que se instalen griegos, desde Alejandria o P rgamo hasta Bactria, les vemos asentar sus instituciones, gimnasios y escuelas. La educaci n se convierte en una iniciaci n a la vida griega que preserva as al "hombre" del entorno b rbaro: ~ r a ~ 6llega~ aa adquirir, ' Este trabajo se encuadra dentro del Proyecto de Investigaci n subvencionado por la DGES (PB97- 1311) y por la Consejer a de Educaci n y Cultura de la Junta de Castilla y Le n (BOCYL.)

4 26/01/99). l Actas de las 111 Jornadas de Humanidades Cl sicas Almendralejo. Febrero de 2001. en ese sentido, el valor pleno de "civilizaci n". Desde Plat n, en la Atenas poscl sica, hasta Libanio o Gregorio de Nacianzo en la Constantinopla del s. IV, se repite por ocho siglos la m xima de que la cultura es "el m s preciado bien que pueda otorgarse a los mortales"2. Cuando Demetrio Poliorcetes toma la ciudad de M gara, ste quiso indemnizar al fil sofo Estilp n por los da os que pudiera haber sufrido en el saqueo pidi ndole que levantara un inventario estimativo. Estilp n le espondi que " l nada hab a perdido de cuanto le pertenec a, pues nadie le hab a arrebatado su paideiva, pues conservaba su elocuencia y su saber1'3. sta podr a ser la causa de que encontremos en tantos monumentos funerarios una evocaci n a la cultura intelectual de los difuntos: hay aqu un deseo de recordar que fueron iniciados en el campo de las Musas, reivindicando para s el preciado t tulo de ~OUCTLKOS&v4p.

5 El autor del pseudoplat nico Ax oco nos describe la vida en los Campos El seos como una eterna primavera, entre praderas esmaltadas de flores y refrescadas por manantiales, donde encontraremos "controversias para fil sofos, teatros para poetas, coros de danza y conciertos, y coloquios bien ordenados en torno a la mesa de los banquetes'? Con el transcurso del tiempo, eso s , se va a ir perdiendo paulatinamente aquel car cter nobiliario que caracteriza a la educaci n en una primera poca; el papel de la educaci n f sica se va a ir obscureciendo progresivamente en favor de los elementos espirituales propiamente dichos y, dentro de stos, el aspecto art stico, la m sica en especial, cede definitivamente el lugar a los elementos literarios. En efecto, la educaci n se va a ir haciendo m s libresca, m s escolar, cobrando valor pleno m ximas del tipo "las letras son el mejor comienzo para la vida'5, palabras copiadas por un peque o escolar del Bajo Imperio y que no hacen sino recoger lo formulado por Arist teles en el s.

6 IV a. C. cuando afirma que el estudio de las primeras letras desempe a un papel de primera magnitud en la educaci n pues, adem s de su utilidad pr ctica en el plano de la vida profesional, familiar y pol tica, ellas son el instrumento "por medio del cual se puede adquirir un sinn mero de otros conocimientos'~,es decir, la base de toda formaci n. Para el per odo helen stico-romano contamos con el aporte de la tradici n literaria pero, sobre todo, con la inapreciable contribuci n del material extra do de las arenas egipcias, papiros, straca y tablillas de madera que nos permiten adentrarnos en la intimidad de la vida escolar de la mano de testimonios directos: esto es, de los ejercicios transcritos por los propios alumnos y maestros. P1. Leg. 644b; Men. Mon. 275. DL. 11 115; cfr. Plu. Lib. educ. 5F-6A. P S . Pl. Ax. 37 lcd.

7 5. P. Bouriant 1, 169. Arist. Pol. 1338a 15-17,36-40. Actas de las 111 Jornadas de Humanidades Cl sicas Almendralejo. Febrero de 2001. - Edades En su forma m s completa, la educaci n se extiende desde los siete a los 19 20. a os. Hip crates, y Arist teles de un modo semejante, dividen la vida humana en 8. per odos de 7 a os, reclamando para la educaci n los tres primeros: r i a i 6 i o v (hasta los 7 a os), naTs (de 7 a 14) y ~ E L P ~ K L O(de V 14 a 21 a os). En un primer momento, el per odo escolar finaliza a los 14, quedando un lapso de tiempo vac o hasta el ingreso en la efeb a, etapa de formaci n c vica y militar que se extiende, por lo general, entre los 18 y 20 a os. Es este per odo el que se ir aprovechando durante el helenismo para incorporar, como dice Arist teles, otros estudios (aXXa p a e i j p a ~ a :Pol.)

8 1388a S), estudios que conformar n aquella ense anza secundaria previa al ingreso en las escuelas de ret rica o filosof a que integran el grado superior. Aun cuando los l mites son el sticos, se piensa que el ni o tiene que haber alcanzado la escuela de gram tica a los 12 y a los 15, m s o menos, la escuela del r tor; con todo, el criterio de promoci n lo dictaba, m s que la edad, la habilidad mostrada por el muchacho en su aprendizaje. El ciclo completo de estudios, dividido en tres niveles (el del y p a p p a ~ ~ a ~ --que r j s se encarga de ense ar las letras y algo de aritm tica-, el del y p a p p a ~ ~ -dedicado ~ s al estudio de los poetas y, desde el siglo I a. C., de la gram tica-, y el del profesor de ret rica, esto es, el OO+LOT-~~SO I ~ I ~ T w ~nunca ), fue cursaoo hasta el final sino por una peque a minor a urbana privilegiada o, dentro del medio rural, por quien pudiera permitirse el lujo de enviar a sus hijos a la ciudad: la clientela general s lo cursaba el primer grado y, con un poco de suerte, la escuela gramatical, y ello no siempre de un modo regular.

9 Por lo que se refiere a las j venes, stas tienen iguales derechos que los chicos para asistir a la escuela primaria y secundaria e, incluso, pueden frecuentar la palestra y el gimnasio. Queda ya lejos aquel ideal de mujer expresado por el Is maco de Jenofonte cuando describe a su esposa diciendo orgulloso7: "S lo ten a quince a os cuando entr en m i casa. Hasta entonces hab a vivido sometida a una extrema vigilancia, a fin de que no viera, oyera y pregunatara casi nada. Qu m s pod a yo pretender, si hab a hallado a una mujer que sab a tejer, hilar la lana .. y que adem s era capaz de distribuir el trabajo entre las esclavas hilanderas? Y en cuanto a su sobriedad, por cierto que hab a recibido muy buena formaci n No era todo ello excelente?". Actas de las 111 Jornadas de Humanidades Cl sicas Almendraleio. Febrero de 2001.

10 I. - La instrucci n publica. Es durante el per odo helen stico cuando la educaci n deja de ser materia exclusivamente privada y se convierte en objeto de reglamentaci n oficial, un panorama que se aparta del observado, para este tiempo, en la Roma republicana, donde el estado sigue desatendi ndose de tales materias. Cuando hablamos de Estado, nos referimos a la ciudad y no al reino, el cual s lo dispone del aparato administrativo indispensable y deja esos menesteres educativos en manos de los municipios. En alguna ocaci n el monarca interviene en este campo, pero siempre lo har como "benefactor" privado. nicamente hay una excepci n: Egipto, donde por sus especiales caracter sticas -s lo exist an dos o tres ciudades dignas de tal nombre- ser n agrupaciones privadas, acaso de antiguos alumnos (oi 8~ TOU yupvao ou), las que sostengan por ejemplo los gimnasios, n cleo del sistema educativo.


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