la entrevista El cuestionario y - femrecerca.cat

1 El cuestionario y la entrevista Julio Meneses David Rodr guez PID_00174026. FUOC PID_00174026 El cuestionario y la entrevista Ninguna parte de esta publicaci n, incluido el dise o general y la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ning n medio, sea ste el ctrico, qu mico, mec nico, ptico, grabaci n, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorizaci n escrita de los titulares del copyright. FUOC PID_00174026 El cuestionario y la entrevista ndice 1. 5. Introducci n .. 5. Antecedentes hist ricos .. 5. La metodolog a de encuestas en el contexto de los m todos de investigaci n .. 7. El cuestionario como t cnica de investigaci n cuantitativa .. 8. Cuestionarios, encuestas y tests .. 9. Qu medimos con cuestionarios? .. 11. C mo medimos con cuestionarios? .. 13. Por qu medimos con cuestionarios? .. 14. La administraci n electr nica de cuestionarios .. 16. Dise o y administraci n de cuestionarios .. 19.

2 Definici n de objetivos y revisi n de la literatura .. 19. Dise o de la muestra .. 20. Redacci n de los tems .. 22. Confecci n del cuestionario .. 28. Piloto y refinamiento .. 28. Administraci n y primer informe .. 29. Algunas consideraciones ( ticas) finales .. 30. 2. La 32. Introducci n .. 32. La entrevista como t cnica de investigaci n cualitativa .. 34. Definici n y usos de la entrevista .. 34. Comparaci n con otras t cnicas de investigaci n .. 40. El dise o y desarrollo de una entrevista .. 41. El gui n de la entrevista .. 42. El muestreo en la entrevista .. 46. La conducci n de la entrevista .. 47. Aspectos ticos que hay que considerar .. 50. Bibliograf 53. FUOC PID_00174026 5 El cuestionario y la entrevista 1. cuestionario Introducci n En este texto trataremos de acercarnos a los rasgos principales del cuestionario como instrumento para la recogida de datos en las investigaciones sociales. As , empezaremos por plantearnos algunos elementos b sicos relativos a su origen, su funci n en el marco de las diferentes t cnicas disponibles y, final- mente, c mo se inserta en el proceso de dise o de una investigaci n emp rica con datos cuantitativos.

3 A continuaci n, recorreremos las principales fases en su dise o, concretando las decisiones que el investigador tiene que ir tomando en el contexto de su investigaci n. Nos moveremos, por lo tanto, desde los aspectos m s generales y abstractos hasta las cuestiones m s espec ficas im- plicadas en el dise o y la administraci n de cuestionarios, atacando algunos conceptos e ideas importantes. Aunque se plantea como una introducci n a la cuesti n, os advertimos de la necesidad de refrescar algunas nociones sobre teor a de la medida, probabili- dad, estad stica b sica y psicometr a, as como de la importancia de trabajar, al menos, las lecturas complementarias recomendadas. Entre otros, los traba- jos de Fowler (2009), D az & N ez (2008), D az (2005), Czaja & Blair (2005), Groves et al. (2004), de Vaus (2002) o Azofra (1999), resultan imprescindibles para un adecuado y progresivo desarrollo de las competencias necesarias pa- ra el correcto dise o y administraci n de cuestionarios que aqu empezamos a introducir.

4 El lector interesado encontrar tambi n algunas referencias en momentos puntuales para extender y profundizar en algunas cuestiones que dif cilmente, y por su complejidad, pueden ser explicadas en detalle en esta introducci n. Antecedentes hist ricos Gracias a los ltimos desarrollos metodol gicos y, especialmente, en el trata- miento estad stico de los datos, la metodolog a de encuestas se ha convertido en una de las alternativas m s frecuentemente utilizadas en las ltimas d ca- das en investigaci n social. Se trata de un instrumento aparentemente sen- cillo de construir, basado en el autoinforme como m todo para la recogida de informaci n y, en consecuencia, con importantes ahorros en el tiempo de desarrollo del trabajo de campo, que ha conducido a una aut ntica eclosi n de este tipo de trabajos en la investigaci n social moderna. Hasta tal punto que han acabado por trascender el propio campo de la investigaci n para formar parte, de manera m s o menos acertada, de nuestra vida cotidiana.

5 FUOC PID_00174026 6 El cuestionario y la entrevista A pesar de esta importancia relativamente reciente en la investigaci n emp - rica, los cuestionarios tienen a la vez una larga sombra en la historia de la re- cogida y el tratamiento de los datos de las primeras sociedades humanas. Un antecedente remoto, quiz de los m s antiguos que tenemos constancia, fue el establecimiento de los censos poblacionales en el antiguo Egipto. Desde entonces, y a medida que las sociedades se fueron desarrollando, el inter s por conocer las poblaciones que se estaban administrando fue un objetivo de los administradores de los grandes imperios babil nico, persa, chino y griego, hasta el punto de que se lleg a consolidar, durante el imperio romano, como herramienta fundamental para el control de las personas, sus pertenencias y sus deberes tributarios. El censo La palabra censo proviene del verbo latino censere, que quiere decir 'juzgar, estimar, con- '. En una referencia cultural cl sica, ste es el mismo censo que, seg n la historia de la natividad, oblig a Jos y Mar a a trasladarse a Bel n bajo las rdenes de Julio C sar, quien requiri a todos los habitantes del imperio volver a su pueblo de origen para ser (re)contados.

6 As , y de hecho hasta la actualidad, muchos y muy diversos tipos de censos se han llevado a cabo. Y no s lo sobre personas, sino tambi n sobre terrenos o animales, hasta el punto de que, junto al desarrollo de los estados modernos, se fueron constituyendo los primeros corpus de datos poblacionales. Nace, a mediados del siglo XVIII, un antecedente m s reciente en este contexto como es la estad stica, t rmino originalmente utilizado para referirse a la necesidad de los gobernantes de producir y recolectar estos datos sobre el estado. Progre- sivamente, y a medida que se popularizaba el t rmino fuera del mbito de la gobernanza, su significado se vio ampliado para convertirse durante el siglo XIX en lo que hoy d a conocemos. Es decir, la disciplina matem tica encargada de recoger, presentar, analizar e interpretar datos en el contexto de la investi- gaci n. Por otra parte, junto con la importancia de la medida para tomar decisiones, el error que producimos durante este proceso nos muestra otro importante antecedente reciente de la metodolog a de encuestas.

7 Desarrollada a partir del inter s por los juegos de azar durante el siglo XVII, el an lisis de las propiedades de los fen menos aleatorios (por ejemplo, el lanzamiento de una moneda o un dado) constituy la base para el nacimiento, al principio del siglo XX, de la moderna teor a de la probabilidad. En sus ra ces, los primeros desarrollos en la teor a sobre el error, y gracias a la introducci n de conceptos como el marco muestral, la ley de los grandes n meros o el teorema central del l mite, se ponen las bases para las dos grandes estrategias de la estad stica inferencial habituales con los datos generados con cuestionarios: la estimaci n de par - metros poblacionales y el contraste de hip tesis. Sondeos imprecisos Las elecciones presidenciales norteamericanas de 1948 fueron clave en este desarrollo, hasta el punto de que estuvieron a punto de hacer desaparecer los sondeos del panorama pol tico. Despu s de una apuesta clara de los diarios de gran tirada por l, el candidato republicano Thomas E.

8 Dewey fue derrotado sobradamente por el dem crata Harry S. FUOC PID_00174026 7 El cuestionario y la entrevista Truman, quien se proclam presidente contra todo pron stico. El error, como despu s se demostr , vino precisamente ligado al propio pron stico, que part a de una administra- ci n fundamentalmente telef nica que sesg los resultados en un momento hist rico en el que el tel fono no estaba al alcance de toda la poblaci n de estados unidos. Finalmente, con relaci n a antecedentes m s recientes, conviene se alar tam- bi n la importancia que tuvo el desarrollo de los primeros estudios de marke- ting y de intenci n de voto en el otro lado del Atl ntico. As , m s all del in- ter s por los datos poblacionales, el desarrollo en estos contextos contribuy . a la generaci n de una sensibilidad especial por el papel del individuo como informante clave en el proceso de recogida de informaci n, con implicaciones pol ticas y econ micas de primera magnitud. Ya fuera para conocer los h bitos o intereses de cara al consumo de las personas, o para conocer su intenci n de voto para intentar pronosticar el resultado de unas elecciones, lo cierto es que estos estudios pioneros empezaron a trabajar, desde el punto de vista pr ctico, con elementos cr ticos planteados anteriormente desde la teor a de la proba- bilidad, como la selecci n de los individuos y la composici n de muestras re- presentativas.

9 Nace, en este contexto, el campo de trabajo de la metodolog a de encuestas, largamente desarrollado a partir de este momento en la ciencia social con car cter emp rico y cuantitativo. La metodolog a de encuestas en el contexto de los m todos de investigaci n M s all del ejercicio hist rico, esta peque a introducci n por la v a de los antecedentes o fuentes, remotas y m s recientes, nos permite ir introduciendo los principales elementos que han ido conformando el cuestionario , ya sea como m todo de investigaci n o como t cnica espec fica. M s adelante nos referiremos con detalle a la precisi n terminol gica que este t rmino requiere, pero de manera sint tica podr amos decir que el cuestionario ocupa este espa- cio en el contexto de la investigaci n social por atender a tres requerimientos principales: necesidad de producir y recoger datos estructurados para tomar decisiones, gracias a la colaboraci n de las propias personas como auto-informadores, con una precisi n (o error) conocida para las afirmaciones obtenidas.

10 Estos tres elementos nos muestran los rasgos caracter sticos que a continua- ci n desarrollaremos, trat ndose de un instrumento estandarizado que per- mite la recogida eficiente de datos, muchas veces a gran escala, para extraer informaci n relevante sobre una muestra o la poblaci n que esta muestra re- presenta. Como es obvio, el investigador no siempre puede acceder a su objeto de an - lisis, bien porque no se puede desplazar para observar, cuantificar y registrar los fen menos de su inter s, bien porque, a veces, incluso algunos de estos fen menos resultan imposibles de ser tratados externamente (por ejemplo, muchos de los constructos que interesan a la psicolog a: la inteligencia, la per- sonalidad, las creencias, etc.). En este sentido, el cuestionario se enmarcar a FUOC PID_00174026 8 El cuestionario y la entrevista dentro de las t cnicas orientadas a la sistematizaci n del autoinforme de los participantes, tratando de estandarizar tanto las preguntas como las respuestas bajo el supuesto de que la variabilidad observada en los datos ser producto, en la mayor parte posible, bien de las variaciones reales entre los individuos o bien de un mismo sujeto en momentos diferentes.