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LA INTELIGENCIA EMOCIONAL COMO UNA HABILIDAD …

OEI-Revista Iberoamericana de Educaci n (ISSN: 1681-5653) LA INTELIGENCIA EMOCIONAL como UNA HABILIDAD ESENCIAL EN LA ESCUELA Pablo Fern ndez-Berrocal y Natalio Extremera Pacheco Universidad de M laga, Espa a Nuestra sociedad ha valorado de forma pertinaz durante los ltimos siglos un ideal muy concreto del ser humano: la persona inteligente. En la escuela tradicional, se consideraba que un ni o era inteligente cuando dominaba las lenguas cl sicas, el lat n o el griego, y las matem ticas, el lgebra o la geometr a. M s recientemente, se ha identificado al ni o inteligente con el que obtiene una puntuaci n elevada en los tests de INTELIGENCIA . El cociente intelectual (CI) se ha convertido en el referente de este ideal y este argumento se sustenta en la relaci n positiva que existe entre el CI de los alumnos y su rendimiento acad mico: los alumnos que m s puntuaci n obtienen en los tests de CI suelen conseguir las mejores calificaciones en la escuela.

La inteligencia emocional, como habilidad, no se puede entender tampoco como un rasgo de personalidad o parte del «carácter» de una persona. Observemos a un individuo que tiene como característica de su personalidad ser extravertido, ¿podremos pronosticar el grado de inteligencia emocional personal o interpersonal que posee?

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1 OEI-Revista Iberoamericana de Educaci n (ISSN: 1681-5653) LA INTELIGENCIA EMOCIONAL como UNA HABILIDAD ESENCIAL EN LA ESCUELA Pablo Fern ndez-Berrocal y Natalio Extremera Pacheco Universidad de M laga, Espa a Nuestra sociedad ha valorado de forma pertinaz durante los ltimos siglos un ideal muy concreto del ser humano: la persona inteligente. En la escuela tradicional, se consideraba que un ni o era inteligente cuando dominaba las lenguas cl sicas, el lat n o el griego, y las matem ticas, el lgebra o la geometr a. M s recientemente, se ha identificado al ni o inteligente con el que obtiene una puntuaci n elevada en los tests de INTELIGENCIA . El cociente intelectual (CI) se ha convertido en el referente de este ideal y este argumento se sustenta en la relaci n positiva que existe entre el CI de los alumnos y su rendimiento acad mico: los alumnos que m s puntuaci n obtienen en los tests de CI suelen conseguir las mejores calificaciones en la escuela.

2 En el siglo XXI esta visi n ha entrado en crisis por dos razones. Primera, la INTELIGENCIA acad mica no es suficiente para alcanzar el xito profesional. Los abogados que ganan m s casos, los m dicos m s prestigiosos y visitados, los profesores m s brillantes, los empresarios con m s xito, los gestores que obtienen los mejores resultados no son necesariamente los m s inteligentes de su promoci n. No son aquellos adolescentes que siempre levantaban primero la mano en la escuela cuando preguntaba el profesor o resaltaban por sus magn ficas notas acad micas en el instituto. No son aquellos adolescentes que se quedaban solos en el recreo mientras los dem s jugaban al f tbol o simplemente charlaban. Son los que supieron conocer sus emociones y c mo gobernarlas de forma apropiada para que colaboraran con su INTELIGENCIA .

3 Son los que cultivaron las relaciones humanas y los que conocieron los mecanismos que motivan y mueven a las personas. Son los que se interesaron m s por las personas que por las cosas y que entendieron que la mayor riqueza que poseemos es el capital humano. Segunda, la INTELIGENCIA no garantiza el xito en nuestra vida cotidiana. La INTELIGENCIA no facilita la felicidad ni con nuestra pareja, ni con nuestros hijos, ni que tengamos m s y mejores amigos. El CI de las personas no contribuye a nuestro equilibrio EMOCIONAL ni a nuestra salud mental. Son otras habilidades emocionales y sociales las responsables de nuestra estabilidad EMOCIONAL y mental, as como de nuestro ajuste social y relacional. En este contexto es en el que la sociedad se ha hecho la pregunta: por qu son tan importantes las emociones en la vida cotidiana? La respuesta no es f cil, pero ha permitido que estemos abiertos a otros ideales y modelos de persona.

4 En este momento de crisis ya no vale el ideal exclusivo de la persona inteligente y es cuando surge el concepto de INTELIGENCIA EMOCIONAL (IE) como una alternativa a la visi n cl sica. En la literatura cient fica existen dos grandes modelos de IE: los modelos mixtos y el modelo de HABILIDAD . Los modelos mixtos combinan dimensiones de personalidad como el optimismo y la capacidad de Fern ndez-Berrocal, Pablo; Extremera, Natalio:La INTELIGENCIA EMOCIONAL como una OEI-Revista Iberoamericana de Educaci n (ISSN: 1681-5653) 2 automotivaci n con habilidades emocionales (Goleman y Bar-On). En nuestro pa s, el que ha tenido m s difusi n en los contextos educativos ha sido el modelo mixto de INTELIGENCIA EMOCIONAL de Daniel Goleman. Fen meno que tiene que ver m s con las razones del marketing y la publicidad, que con la l gica de la argumentaci n cient fica.

5 El prop sito de este art culo es ilustrar el modelo de HABILIDAD de John Mayer y Peter Salovey, menos conocido en nuestro entorno, pero con un gran apoyo emp rico en las revistas especializadas. De hecho, Goleman tom el concepto de IE de un art culo de Mayer y Salovey del a o 1990, aunque en su famoso libro le da un enfoque bastante diferente. El modelo de HABILIDAD de Mayer y Salovey se centra de forma exclusiva en el procesamiento EMOCIONAL de la informaci n y en el estudio de las capacidades relacionadas con dicho procesamiento. Desde esta teor a, la IE se define como la HABILIDAD de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y la destreza para regular y modificar nuestro estado de nimo o el de los dem s.

6 Desde el modelo de HABILIDAD , la IE implica cuatro grandes componentes: Percepci n y expresi n EMOCIONAL : reconocer de forma consciente nuestras emociones e identificar qu sentimos y ser capaces de darle una etiqueta verbal. Facilitaci n EMOCIONAL : capacidad para generar sentimientos que faciliten el pensamiento. Comprensi n EMOCIONAL : integrar lo que sentimos dentro de nuestro pensamiento y saber considerar la complejidad de los cambios emocionales. Regulaci n EMOCIONAL : dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas de forma eficaz. Estas habilidades est n enlazadas de forma que para una adecuada regulaci n EMOCIONAL es necesaria una buena comprensi n EMOCIONAL y, a su vez, para una comprensi n eficaz requerimos de una apropiada percepci n EMOCIONAL . No obstante, lo contrario no siempre es cierto.

7 Personas con una gran capacidad de percepci n EMOCIONAL carecen a veces de comprensi n y regulaci n EMOCIONAL . Esta HABILIDAD se puede utilizar sobre uno mismo (competencia personal o INTELIGENCIA intrapersonal) o sobre los dem s (competencia social o INTELIGENCIA interpersonal). En este sentido, la IE se diferencia de la INTELIGENCIA social y de las habilidades sociales en que incluye emociones internas, privadas, que son importantes para el crecimiento personal y el ajuste EMOCIONAL . Por otra parte, los aspectos personal e interpersonal tambi n son bastante independientes y no tienen que darse de forma concadenada. Tenemos personas muy habilidosas en la comprensi n y regulaci n de sus emociones y muy equilibradas emocionalmente, pero con pocos recursos para conectar con los dem s. Lo contrario tambi n ocurre, pues hay personas con una gran capacidad emp tica para comprender a los dem s, pero que son muy torpes para gestionar sus emociones.

8 Fern ndez-Berrocal, Pablo; Extremera, Natalio:La INTELIGENCIA EMOCIONAL como una OEI-Revista Iberoamericana de Educaci n (ISSN: 1681-5653) 3 La INTELIGENCIA EMOCIONAL , como HABILIDAD , no se puede entender tampoco como un rasgo de personalidad o parte del car cter de una persona. Observemos a un individuo que tiene como caracter stica de su personalidad ser extravertido, podremos pronosticar el grado de INTELIGENCIA EMOCIONAL personal o interpersonal que posee? Realmente, no podemos pronosticarlo. Otra cosa es que exista cierta interacci n entre la IE y la personalidad, al igual que existe con la INTELIGENCIA abstracta: utilizar y desarrollar igual una persona su INTELIGENCIA EMOCIONAL con un CI alto o bajo? En este sentido, las personas con cierto tipo de personalidad desarrollar n con m s o menos facilidad, con mayor o menor rapidez, sus habilidades emocionales.

9 Al fin y al cabo, la persona no es la suma de sus partes, sino una fusi n que convive milagrosamente de forma integrada. Vamos a desarrollar con brevedad estos cuatro componentes. PERCEPCI N Y EXPRESI N EMOCIONAL Los sentimientos son un sistema de alarma que nos informa sobre c mo nos encontramos, qu nos gusta o qu funciona mal a nuestro alrededor con la finalidad de realizar cambios en nuestras vidas. Una buena percepci n implica saber leer nuestros sentimientos y emociones, etiquetarlos y vivenciarlos. Con un buen dominio para reconocer c mo nos sentimos, establecemos la base para posteriormente aprender a controlarnos, moderar nuestras reacciones y no dejarnos arrastrar por impulsos o pasiones exaltadas. Ahora bien, ser conscientes de las emociones implica ser h bil en m ltiples facetas tintadas afectivamente.

10 Junto a la percepci n de nuestros estados afectivos, se suman las emociones evocadas por objetos cargados de sentimientos, reconocer las emociones expresadas, tanto verbal como gestualmente, en el rostro y cuerpo de las personas; incluso distinguir el valor o contenido EMOCIONAL de un evento o situaci n social. Por ltimo, la nica forma de evaluar nuestro grado de conciencia EMOCIONAL est siempre unida a la capacidad para poder describirlos, expresarlos con palabras y darle una etiqueta verbal correcta. No en vano, la expresi n EMOCIONAL y la revelaci n del acontecimiento causante de nuestro estr s psicol gico se alzan en el eje central de cualquier terapia con independencia de su corriente psicol gica. FACILITACI N EMOCIONAL La raz n y la pasi n parecen aspectos opuestos en nuestra vida. Durante siglos, fil sofos y cient ficos han puesto en duda su car cter interactivo y de ayuda rec proca.


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