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Las preguntas de la vida - IES Alpajes

FERNANDO SAVATER las preguntas de la vida C RCULO de LECTORES Barcelona: Ariel 1999 las preguntas de la vida 2 .. ADVERTENCIA PREVIA El prop sito de este libro es por un lado muy modesto y por otro desmesuradamente ambicioso. Modesto porque se contentar a con servir como lectura inicial para alumnos de bachillerato que deben acercarse por primera -y quiz ltima- vez a los temas b sicos de la filosof a occidental, planteados no de forma hist rica sino como preguntas o problemas vitales.

FERNANDO SAVATER LAS PREGUNTAS DE LA VIDA CÍRCULO de LECTORES Barcelona: Ariel 1999

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1 FERNANDO SAVATER las preguntas de la vida C RCULO de LECTORES Barcelona: Ariel 1999 las preguntas de la vida 2 .. ADVERTENCIA PREVIA El prop sito de este libro es por un lado muy modesto y por otro desmesuradamente ambicioso. Modesto porque se contentar a con servir como lectura inicial para alumnos de bachillerato que deben acercarse por primera -y quiz ltima- vez a los temas b sicos de la filosof a occidental, planteados no de forma hist rica sino como preguntas o problemas vitales.

2 En este sentido, pretende atender fielmente aunque con cierto d scolo sesgo personal a las indicaciones sobre esta asignatura dictadas por las administraciones educativas. Pero tambi n desmesuradamente ambicioso, puesto que no renuncia a servir como invitaci n o proemio a la filosof a para cualquier profano interesado en conocer algo de esta venerable tradici n intelectual nacida en Grecia. Sobre todo me dirijo a quienes no se preocupan tanto por ella s lo en cuanto venerable tradici n sino como un modo de reflexi n a n vigente, que puede serles til en sus perplejidades cotidianas.

3 No se trata primordialmente de saber c mo se las arreglaba S crates para vivir mejor en Atenas hace veinticinco siglos, sino c mo podemos nosotros comprender y disfrutar mejor la existencia en tanto contempor neos de Internet, del sida y de las tarjetas de cr dito. Para ello, sin duda, tendremos que remontarnos en ocasiones hasta las lecciones de S crates o de otros insignes maestros pero sin limitarnos a levantar acta m s o menos cr tica de sus sucesivos descubrimientos. La filosof a no puede ser solamente un cat logo de opiniones prestigiosas.

4 M s bien lo contrario, si atendemos por esta vez a la opini n prestigiosa de Ortega y Gasset: La filosof a es idealmente lo contrario de la noticia, de la erudici n1 . Desde luego la filosof a es un estudio no un pu ado de ocurrencias de tertulia, y por tanto requiere aprendizaje y preparaci n. Pero pensar filos ficamente no es repetir pensamientos ajenos, por mucho que nuestras propias reflexiones est n apoyadas en ellos y sean conscientes de esta deuda necesaria. Ciertas introducciones a la filosof a son como tratados de ciclismo que se limitasen a rememorar los nombres y las gestas de los vencedores del Tour de Francia.

5 Me propongo inten-tar aqu ense ar a montar en bicicleta y hasta dar ejemplo pedaleando yo mismo, por lejos que est n mis capacidades de las de Eddy Merckx o Miguel Indur in. Pero el lector tiene que intentar pedalear tambi n conmigo o incluso contra m . En estas p ginas no se ofrece una gu a concluyente de pensamientos necesariamente v lidos sino un itinerario personal de b squeda y tanteo. Al final de cada cap tulo se propone un memor ndum de cuestiones para que el lector repita por s mismo la indagaci n que acaba de leer, lo que quiz le llevar a conclusiones opuestas. Nada m s necesario que este ejercicio, porque la filosof a no es la revelaci n hecha por quien lo sabe todo al ignorante, sino el di logo entre iguales que se hacen c mplices en su mutuo sometimiento a la fuerza de la raz n y no a la raz n de la fuerza.

6 En una palabra, l ase lo que sigue como una invitaci n a filosofar y no como un repertorio de lecciones de filosof a. Pero no son precisamente esas lecciones lo que cuadra dar en el bachillerato? Y acaso no es un gran atrevimiento creer que uno puede guardar el tono accesible del que pretende ser comprendido por adolescentes sin dejar por ello de tratarles como iguales y sin renunciar tampoco a ser til a otros lectores no menos ne fitos pero adultos? Pues tal es mi atrevida pretensi n, en efecto. Me reconforto recordando que, seg n el poeta surrealista Ren Crevel, ning n atrevimiento es fatal.

7 1 Meditaciones del Quijote, de J. Ortega y Gasset, Madrid, Alianza Editorial. las preguntas de la vida 3 .. INTRODUCCI N EL POR QU DE LA FILOSOF A rbol de sangre, el hombre siente, piensa, florece y da frutos ins litos: palabras. Se enlazan lo sentido y lo pensado, tocamos las ideas: son cuerpos y son n meros.

8 OCTAVIO PAZ Tiene sentido empe arse hoy, a finales del siglo XX o comienzos del XXI, en mantener la filosof a como una asignatura m s del bachillerato? Se trata de una mera supervivencia del pasado, que los conservadores ensalzan por su prestigio tradicional pero que los progresistas y las personas pr cticas deben mirar con justificada impaciencia? Pueden los j venes, adolescentes m s bien, ni os incluso, sacar algo en limpio de lo que a su edad debe resultarles un galimat as?

9 No se limitar n en el mejor de los casos a memorizar unas cuantas f rmulas pedantes que luego repetir n como papagayos? Quiz la filosof a interese a unos pocos, a los que tienen vocaci n filos fica, si es que tal cosa a n existe, pero sos ya tendr n en cualquier caso tiempo de descubrirla m s adelante. Entonces, por qu impon rsela a todos en la educaci n secundaria? No es una p rdida de tiempo caprichosa y reaccionaria, dado lo sobrecargado de los programas actuales de bachillerato? Lo curioso es que los primeros adversarios de la filosof a le reprochaban precisamente ser cosa de ni os , adecuada como pasatiempo formativo en los primeros a os pero impropia de adultos hechos y derechos.

10 Por ejemplo, C lleles, que pretende rebatir la opini n de S crates de que es mejor padecer una injusticia que causarla . Seg n Calicles, lo verdaderamente justo, digan lo que quieran las leyes, es que los m s fuertes se impongan a los d biles, los que valen m s a los que valen menos y los capaces a los incapaces. La ley dir que es peor cometer una injusticia que sufrirla pero lo natural es considerar peor sufrirla que cometerla. Lo dem s son tiquismiquis filos ficos, para los que guarda el ya adulto C lleles todo su desprecio: La filosof a es ciertamente, amigo S crates, una ocupaci n grata, si uno se dedica a ella con mesura en los a os juveniles, pero cuando se atiende a ella m s tiempo del debido es la ruina de los hombres2.