Leer y escribir en eL doctorado o eL reto de …

1 1227 Revista Mexicana de Investigaci n EducativaRMIE, 2011, vol. 16, n M. 51, pp. 1227-1251 (Issn: 14056666)EnsayoLeer y escribir en eL doctorado o eL reto de formarse como autor de cienciasAlmA C. CArrAsCo AltAmirAno / rollin l. Kent sernAResumen:El texto aporta una revisi n de literatura sobre los procesos involucrados en la construcci n de autor a cient fica, con el prop sito de reflexionar sobre las eta-pas que conforman la trayectoria del aprendiz o doctorando para llegar a ser un investigador aut nomo. Se sit a particularmente en el terreno de la formaci n de estudiantes de doctorado de laboratorio. Con la finalidad de dar cuenta de momentos, pr cticas y procesos del itinerario formativo de un cient fico, se ofrece un marco anal tico,inspirado en Overington (1977), para ubicar dichas :This article provides a literature review on the processes involved in the construc-tion of scientific authorship. Its purpose is to reflect on the various stages that constitute the training trajectory or experience of a budding scientist intent on becoming an autonomous researcher, with special reference to laboratory scien-ces.

2 By examining moments, practices, and processes involved in the doctoral experience, the article provides an analytical framework, based on Overington (1977), for identifying the stages of doctoral training clave: Estudios de posgrado, formaci n de cient ficos, producci n de textos, ret rica, M : graduate studies, scientific training, text production, rhetoric, C. Carrasco Altamirano/ Rollin L. Kent Serna son profesores investigadores de la Facultad de Administraci n de la Benem rita Universidad Aut noma de Puebla (buap); integrantes del cuerpo acad mico La investigaci n cient fica y el desarrollo tecnol gico en las universidades p blicas mexicanas: marco institucional, formaci n de cient ficos y vinculaci n social . Av. San Claudio y 20 Sur, Edificio J , Ciudad Universitaria, 72000, Puebla, Puebla, M xico, ce: / trabajo tiene su origen en la conferencia Leer y escribir en el doctorado , presentada por Alma Carrasco en el II Seminario Internacional de Lectura en la Universidad y I Congreso Nacional de Expresiones de Cultura Escrita en Instituciones de Educaci n Media Superior y Superior, celebrado del 5 al 7 de agosto de 2010, en la Universidad Aut noma de Aguascalientes (uaa); evento organizado por el Consejo Puebla de Lectura ac (cpl) y la uaa.

3 1228 Consejo Mexicano de Investigaci n EducativaCarrasco Altamirano y Kent sernalos cient ficos son modelados y transformados con relaci n a la clase de agentes y recursos de procesamiento que emplean en la investigaci n. De la misma forma que los objetos se transforman en el laboratorio en im genes, extracciones y una multitud de otras formas, tambi n los cient ficos se reconfiguran para llegar a ser sujetos epist micos (Knorr Cetina, 1999:32)1 Introducci nen este ensayo2 proponemos elementos para la reflexi n en torno al proceso social de lectura y escritura como pr ctica formativa en los doctorados de laboratorio. Se sit a en una investigaci n m s amplia sobre la formaci n de cient ficos en M xico (Kent, Carrasco y Vel zquez, 2010). Partimos de concebir una trayectoria formativa de alto nivel en las ciencias como un proceso que implica trabajo, esfuerzo, por parte de la persona involucrada, quien se compromete precisamente en el desarrollo de su trayectoria (Cfr.)

4 Strauss, 2003). Este trabajo se lleva a cabo en el seno de una compleja instituci n social, la ciencia, de la cual la reproducci n generacional de los investigadores a trav s de los programas doctorales constituye un componente importante (Campbell, 2003; Whitley, 2003). Nuestro trabajo de investigaci n3 pretende identificar momentos, pr cticas y procesos del itinerario formativo que como rasgo fundamental opera una transici n entre el estudioso dependiente, o aprendiz o doctorando, y el investigador aut nomo (Laudel y Gl ser, 2008; Hamui, 2008; Tapia, 2010). El doctorado es el nivel formativo clave reconocido por la comunidad cient fica y se caracteriza por la exigencia de producci n acad mica origi-nal en el campo disciplinario. El foco espec fico de esta reflexi n es el de la construcci n de la autor a, en el supuesto de que s lo convirti ndose en autores reconocidos por sus pares cient ficos es que los aprendices cons-truyen su reputaci n (Overington, 1977; Bagioli, 2003).

5 La justificaci n de esta investigaci n reside en la conveniencia de abrir la caja negra de la ciencia, com nmente vista hoy en d a por los dise adores de pol ticas como un proceso de producci n consistente en un ciclo de: insumos financieros, proceso de producci n (la caja negra) y resultados publicados. Si bien la ciencia est indudablemente constituida por sus productos, no conviene olvidar que representa tambi n y, sobre 1229 Revista Mexicana de Investigaci n Educativaleer y escribir en el doctorado o el reto de formarse como autor de cienciastodo, un conjunto cada vez m s diversificado de procesos disciplinarios e institucionales (Becher y Trowler 2001; Gl ser, 2001).En vista de esta postura, realizamos trabajo de campo en cuatro ins-tituciones de la regi n Golfo Centro de M xico que forman doctores en ciencias: un centro de investigaci n en una universidad p blica, el Instituto de Fisiolog a de la buap; un centro p blico de investigaci n, el Instituto de Astrof sica, ptica y Electr nica (inaoe); una sede del doctorado en red, el Centro de Investigaci n de Biotecnolog a Aplicada (ciba), del ipn en Tlaxcala; y un centro federal establecido en Puebla, El Colegio de Posgraduados (colpos).

6 4 Con base en este trabajo, a n en proceso, y en la literatura revisada, ofrecemos algunas reflexiones conceptuales que nos han permitido organizar y dar sentido a una parte del material emp rico. La siguiente exposici n se divide en cinco aparta-dos, incluyendo una propuesta anal tica para interpretar las trayectorias autorales de algunos doctorandos en ciencias, particularmente de los enmarcados en las ciencias de laboratorio. Nos proponemos analizar los temas de autor a y argumentaci n acad mica a la luz de los estudios de ret rica de la ciencia (Bazerman, 1988; Prelli, 1989) con la finalidad de reconocer y alentar los procesos de producci n autoral (Overington, 1977; Bagioli, 2003, Keith y Rehg, 2008) como parte de la trayectoria formativa de cient ficos (Laudel y Gl ser, 2008). Formaci n de autor en comunidades cient ficas: una mirada desde la ret rica de la ciencia Para Overington (1977), la autor a constituye el estado cabal de la producci n del conocimiento cient fico, que exige reconocer la situaci n comunicativa.

7 Ser autor es la expresi n de que los individuos adquieren la experiencia que los coloca en posibilidad de hacer una exposici n efectiva, que logre persuadir a una audiencia de la realidad cient fica de sus experimentos (Overington, 1977:156). De hecho, la actividad de investigaci n s lo puede decirse que se convierte en ciencia cuando sus resultados son comu-nicados y evaluados mediante las publicaciones. No se es cient fico sino en la medida en que se es autor . Bazerman (1988), afirma que la ret rica es el estudio de la forma en la que se usa el lenguaje y otros s mbolos para atender a prop sitos de la ac-tividad humana, dando cuenta del control que se busca realizar sobre ella. 1230 Consejo Mexicano de Investigaci n EducativaCarrasco Altamirano y Kent sernaUn cient fico, como autor , expresa por escrito argumentos que resultan de su trabajo de investigaci n y, al hacerlos p blicos, los somete al juicio de los otros expertos en el campo disciplinario en el que participa.

8 Un autor cien-t fico busca lograr el consenso de su comunidad cient fica sobre la validez de su trabajo. El proceso de construcci n autoral, como parte de la pertenencia a un grupo de cient ficos, est sometido a las exigencias de responsabilidad y a honestidad. Pero quiz sus principales funciones en el campo cient fico son la aportaci n de resultados originales y la construcci n de reputaciones (Merton, 1973a). Si consideramos lo anterior, la autor a cient fica debe ser vista como una recompensa, un privilegio, y no un derecho (Bagioli, 2003; Overington, 1977). Como tal, no pertenece a una naci n espec fica (seg n sus leyes), sino a la comunidad internacional de pares (de acuerdo con costumbres t citas) (Bagioli, 2003:254). Son precisamente estas normas en las que los cient ficos son formados, y su apropiaci n es condici n para su inserci n en la comunidad disciplinar de la que participa (Merton, 1973b). Uno de los aspectos normados de las publicaciones internacionales es el uso de la lengua de comunicaci n reconocida: el ingl s, como idioma est ndar para la comunicaci n cient fica.

9 No debatiremos sobre esta convenci n en este trabajo pero ser importante reconocer las variadas exigencias que ella supone para hablantes nativos de otras lenguas (cfr. Buckingham, 2008; Englander, 2011).Desde la perspectiva de la ret rica de la ciencia, es posible identificar constructos y categor as que se derivan de las actuales pr cticas discursivas en ciencia y ofrecen formulaciones que explican c mo se construye el dis-curso y c mo ste es juzgado como ciencia (Prelli, 1989:7). Es necesario reconocer entonces, que para el an lisis ret rico debemos considerar: 1) rol del lenguaje; 2) la naturaleza de la audiencia; 3) la situaci n; 4) los criterios para los que los materiales para la expresi n son evaluados y 5) los m todos para hallar estos materiales, para investigar o descubrir materiales a ser expresados en propuestas ret ricas (Prelli, 1989:11, 13).Emplearemos los estados en la producci n de conocimiento cient fico propuestos por Overington (1977:154), quien a partir de cuatro concep-tos ret ricos hablante, situaci n, argumento y audiencia nos ofrece una posibilidad anal tica que podemos complementar con las consideracio-nes hechas por Prelli (1989) sobre los cuatro elementos arriba se alados para analizar el discurso cient fico.

10 Emplearemos la propuesta de etapas 1231 Revista Mexicana de Investigaci n Educativaleer y escribir en el doctorado o el reto de formarse como autor de cienciasde Overington (1977) para dar cuenta de una trayectoria formativa del aprendiz de cient fico como autor . 1) El joven cient fico se convierte en hablante autorizado acerca de los asuntos que conciernen a su comunidad, a partir de su educaci n, de su formaci n inicial en ambientes especializados, como lo son los ofrecidos por maestr as y doctorados cient ficos. 2) Como integrante de un grupo se compromete en situaciones de inves-tigaci n, inicialmente como estudioso dependiente. Progresivamente su participaci n como parte de un equipo de investigaci n le ofrece condiciones para trabajar en la construcci n de su propio discurso acad mico. 3) Como resultado del trabajo en el laboratorio y expresi n de su compromiso en la investigaci n, publica argumentos como cient fico independiente.