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Tesoro de la Juventud LOS GRANDES PENSADORES 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales Tesoro de la juventud LOS GRANDES PENSADORES Del libro de hombres y mujeres c lebres PLAT N, EUCLIDES, S CRATES, ARIST TELES, S NECA, ROGER BACON, ARQU MEDES, KANT, TOM S DE AQUINO, RAIMUNDO LULIO, LOCKE, BERKELEY, DESCARTES, FRANCISCO BACON, ALBERTO MAGNO, SPIN02A LA verdadera historia es la historia del pensamiento humano. F cilmente llegamos a cansarnos leyendo lo que han hecho los reyes y las victorias alcanzadas por stos o aquellos ej rcitos. Existe otra historia m s profunda, que al mismo tiempo es la m s interesante y amena. Nos referimos a lo que los hombres han pensado del mundo y de s mismos. Es una cr nica que a veces nos mueve a risa, y a veces provoca nuestro desprecio, o nuestro enojo.

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1 Tesoro de la Juventud LOS GRANDES PENSADORES 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales Tesoro de la juventud LOS GRANDES PENSADORES Del libro de hombres y mujeres c lebres PLAT N, EUCLIDES, S CRATES, ARIST TELES, S NECA, ROGER BACON, ARQU MEDES, KANT, TOM S DE AQUINO, RAIMUNDO LULIO, LOCKE, BERKELEY, DESCARTES, FRANCISCO BACON, ALBERTO MAGNO, SPIN02A LA verdadera historia es la historia del pensamiento humano. F cilmente llegamos a cansarnos leyendo lo que han hecho los reyes y las victorias alcanzadas por stos o aquellos ej rcitos. Existe otra historia m s profunda, que al mismo tiempo es la m s interesante y amena. Nos referimos a lo que los hombres han pensado del mundo y de s mismos. Es una cr nica que a veces nos mueve a risa, y a veces provoca nuestro desprecio, o nuestro enojo.

2 Pero, con todo, su lectura nos interesa, extraordinariamente, y continuamos hasta el fin. Esta historia nos hace retroceder hasta el primer hombre que, volviendo de la caza cotidiana dej caer al suelo la honda y la piedra y sinti ndose el alma perturbada por melanc lica curiosidad, mir a las estrellas, pregunt ndose: " De d nde vengo? A d nde voy? ". Debemos seguir todos los movimientos del pensamiento humano, desde que el hombre rend a culto al sol, creyendo que del gran disco de fuego tomaba la tierra su vida, hasta el d a que otros hombres pesaron y midieron este mismo sol, calculando su edad y dimensiones e investigando c mo y de qu estaba compuesto. Muy pronto, en lo que se conoce de esta historia, tropezamos con S crates, a quien podr amos llamar propiamente el padre de todos los fil sofos que desde entonces han existido en el mundo.

3 En otra p gina leeremos lo referente a su vida. Plat n, que naci probablemente hacia el a o 427 antes de Jesucristo, fue otro gran pensador. Algunos suponen que todav a vivimos bajo la influencia filos fica de Plat n, a adiendo que penetr todo el misterio del hombre y del mundo, llegando a decir cuanto es dable saber de las cosas humanas y aun de las divinas. Esto no es verdad. S crates, Plat n y Arist teles fueron GRANDES hombres, pero el Universo es mayor a n. Hemos de reconocer en Plat n el cerebro mejor constituido de la antig edad; pero, al volver la p gina, vemos que contin an su obra otros GRANDES hombres de los tiempos modernos. Plat n nos invita a conocer nuestra propia existencia. Sinti , como pocos hombres han sentido, el idealismo de la divinidad y el misterio del mundo; pero mientras se inclinaba reverente ante el inmenso poder del Universo, crey , no obstante, y ense la gran verdad, de que las cosas son cognoscibles.

4 La historia que vamos a exponer debe comenzar con este toque de clar n, que precede a las huestes espirituales: las cosas son cognoscibles . El hombre est destinado a descifrar el enigma, a percibir la verdad de la existencia. Grande es el cambio que descubrimos cuando desde aquellos hombres, como Plat n y Arist teles, que ense aron valerosamente lo que consideraron como verdad, supremos descubridores de la filosof a, volvemos a los hombres modernos, que, al parecer, temen decir con franqueza y exactitud lo que ellos creen. LOS DOS EUCLIDES, FIL SOFOS Y MAESTROS Entre los disc pulos de S crates, hab a uno llamado Euclides, tan ansioso de la palabra del maestro, que viviendo en Megara, base a Atenas todas las noches para acudir a la casa del gran fil sofo. Tambi n era fil sofo Euclides, y fund una escuela.

5 No confundamos a ste con el otro Euclides, el matem tico. El primero era un gran pensador, pero jam s teoriz sobre la verdad; discuti solamente los hechos. Expon a primeramente un hecho real en sus pol micas, y luego confund a a su adversario con sus deducciones, repitiendo: Por consiguiente .. Por consiguiente .. por consiguiente, y con extraordinaria rapidez pasaba de un razonamiento a otro. Esta manera de discutir-dice un escritor antiguo,-sin darle tiempo al adversario ni para respirar, es la m s artificiosa de todas . De los escritos de Euclides s lo conocemos dos breves fragmentos, pero su doctrina aparece claramente en las palabras de otro fil sofo: Euclides negaba la existencia de todas las cosas opuestas al bien, y les hac a equivalentes al no ser . Despu s del proceso y muerte de S crates, cuando sus disc pulos, uno de ellos Plat n, se refugiaron en Megara, hallaron un asilo en la casa de Euclides, qui n, seg n parece, hab a fundado a os antes la escuela de Megara.

6 S NECA EL FIL SOFO MORALISTA M S RENOMBRADO DE LA ANTIG EDAD LATINA Fue S neca c lebre fil sofo y escritor espa ol de la poca romana. Naci en C rdoba en el a o 3 de la Era cristiana. Muri en el a o 65 despu s de Jesucristo. Llevado a Roma por su padre, en su juvenil edad; dedic se all al cultivo de la poes a y de la elocuencia, ocupaci n en aquel tiempo favorita de la juventud dorada. Mostr en el estudio tal empe o que su padre lleg a temer por su vida, al ver tan quebrantada la salud de su hijo por un trabajo excesivo. Siendo a n muy joven, se ejercit en el foro, ganando fama por su elocuencia y despertando la envidia y la burla de otros declamadores, entre quienes se contaba el emperador Cal gula, que se cre a el primero de los oradores y que troc sus censuras en terrible ojeriza, hasta el punto de pensar en querer condenarle a muerte.

7 Empe ndose S neca en armonizar o asimilarse las doctrinas de los estoicos y pitag ricos, sinti nacer en su esp ritu la vacilaci n de ideas que muestra en todos sus escritos y que caracteriza sus costumbres religiosas. Se abstuvo de comer carne por juzgarlo contrario a la salud; y dorm a en duros y m seros jergones congratul ndose de ser pobre. Agripina, madre de Ner n, confi la ense anza de su hijo al fil sofo espa ol, colm ndole de riquezas que el modesto fil sofo rehus . Como fil sofo aspir S neca en todas sus producciones a un eclecticismo irrealizable, amalgamando todas las escuelas y sistemas. Cansado, al cabo, de todas las doctrinas, porque en ninguna hallaba la verdad, procur encontrarla apoyado en sus propias fuerzas. La libertad que proclama no evit las contradicciones que en sus libros se descubren.

8 Como pol tico y como moralista, niega en unas partes lo que afirma en otras. Recomienda a su disc pulo Ner n que perdone las injurias, y que excluya de este perd n al vulgo; asent que era bastante t tulo a las honras del Estado el haber nacido de padre ilustre, y rebati esta misma doctrina: declar que los beneficios dispensados a los dem s acarreaban frecuentes sinsabores, manifestando as , que a todo beneficio deb a preceder la reflexi n; y dijo despu s que al otorgar alg n favor deb amos evitar el que pareciera que hab amos deliberado. Los ejemplos podr an ser innumerables, y se hallan lo mismo en las tragedias que en las obras filos ficas; por todas partes aparece la duda y la vacilaci n, reflejando as el car cter Es un per odo, que abarca quince siglos, de su tiempo. durante el cual los hombres trabajaren m s con los brazos que con el cerebro.

9 Sin embargo, procuraremos no caer en el error de creer que en aquella poca, llamada edad de las tinieblas , no brillara alguna luz. No obstante, sus escritos filos ficos descubren siempre alteza y profundidad de pensamiento, gran amor a la filosof a moral y de pol tica. Desde los primeros a os, que siguieron a su muerte goz S neca de gran estimaci n, mantenida durante toda la Edad Media y no extinguida en la Moderna. En Espa a, apenas comenzado el siglo XV, conquist ya como fil sofo, ya como poeta, los elogios de los eruditos. Los m s se alados escritores de la corte de Juan II de Castilla tradujeron gran parte de sus tratados filos ficos, que son muy numerosos. Hay una gran laguna en nuestra historia desde los tiempos de Arqu medes, hasta Roger Bac n, debido, sin duda, a la decadencia del Imperio Romano y a la invasi n de los b rbaros.

10 Es un per odo, que abarca quince siglos, durante el cual los hombres trabajaron m s con los brazos que con el cerebro. Sin embargo, procuraremos no caer en el error de creer que en aquella poca, llamada "edad de las tinieblas", no brillara alguna luz. TOM S DE AQUINO, UN ESTUDIANTE NEGADO QUE LLEG A SER EL MAYOR PENSADOR DE SU EPOCA Probablemente el mayor fil sofo, al terminar dicho per odo, fue Tom s de Aquino, nacido a fines del siglo XIII de una ilustre casa italiana. De Tom s de Aquino se dice que fue considerado en la escuela como de muy cortas luces. H zose fraile, y como predicador, escritor y misionero, prest a la Iglesia inapreciables servicios. Se dedic con gran predilecci n al cultivo de la Teolog a, pero jam s quiso discutir con nadie. Tom s de Aquino fue un maestro de la palabra, sabiendo como pocos expresar sus ideas con penetrante y aguda exactitud.


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