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Los Obstaculos en el Sendero Espiritual

1 LOS Obstaculos EN EL Sendero ESPIRITUALS wami Paratparananda111-4-1979El primer obst culo en el Sendero Espiritual es la incertidumbreacerca de lo que deseamos en la vida. Antes que nada debemos reflexionarbien si queremos llevar una vida Espiritual con la esperanza de librarnosde nuestras dificultades mundanales, tales como las enfermedades,problemas familiares o financieros. Si llegamos a la conclusi n de queninguno de estos motivos nos impele a seguir ese Sendero , debemos pre-guntarnos si estamos tratando de hacer algo imposible, sin significadopara la vida, algo quim rico, sin sustancia alguna en s , pero que nospuedebrindarcierta satisfacci n, pasarmomentosdeociosinpreocupaciones mundanas, o como dicen algunos, servir como el opio.

1 LOS OBSTACULOS EN EL SENDERO ESPIRITUAL Swami Paratparananda1 11-4-1979 El primer obstáculo en el sendero espiritual es la incertidumbre acerca de lo que deseamos en la vida.

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1 1 LOS Obstaculos EN EL Sendero ESPIRITUALS wami Paratparananda111-4-1979El primer obst culo en el Sendero Espiritual es la incertidumbreacerca de lo que deseamos en la vida. Antes que nada debemos reflexionarbien si queremos llevar una vida Espiritual con la esperanza de librarnosde nuestras dificultades mundanales, tales como las enfermedades,problemas familiares o financieros. Si llegamos a la conclusi n de queninguno de estos motivos nos impele a seguir ese Sendero , debemos pre-guntarnos si estamos tratando de hacer algo imposible, sin significadopara la vida, algo quim rico, sin sustancia alguna en s , pero que nospuedebrindarcierta satisfacci n, pasarmomentosdeociosinpreocupaciones mundanas, o como dicen algunos, servir como el opio.

2 Sila respuesta es afirmativa entonces por m s que nos esforcemos notendremos los resultados debidos. La indecisi n o falta de fe en lo que unoest siguiendo es perjudicial, porque no permite dar los pasos conseguridad, por decirlo as . Si por el contrario, consideramos que es unacosa importante, que es la parte real de nuestra vida, la m s significativa,la m s duradera y hasta eterna, como lo han afirmado miles de santos,sabios y otros maestros espirituales a trav s de toda la historia de lahumanidad, entonces debemos indagar los motivos, las causas que noshacen desviar sin que nos demos cuenta de ello, enflaquecer nuestroentusiasmo, incluso el inter s, y dejar crecer en nosotros sentimientosmundanales con disfraz de vida Espiritual consiste en esforzarse por llegar al Esp ritu, o a laRealidad, o a Dios, comoquiera que se Lo llame.

3 Este esp ritu est ennosotros, es nuestra verdadera esencia, nuestra naturaleza real. Todos losgrandes maestros espirituales han declarado esto. Por ejemplo, Sri Krishnadice en el Bhagavad Guita: Oh Aryuna, el Se or, morando en la regi ndel coraz n de todos los seres, los mueve, por Su poder, como siestuvieran montados sobre una m quina. El Se or Jesucristo declara: Heaqu el reino de Dios en vosotros est . Los Upanishads de la antig edadtambi n dicen: Este Atman, siendo m s peque o que lo m s peque o ym s grande que lo m s grande, reside en la cueva del coraz n de todos losseres. Aquello est lejos, est muy cerca en lo m s ntimo de todos, perotambi n est fuera de todo esto. Proclamaciones como stas, que aseveran la proximidad de Dios, lasencontramos en las escrituras de todas las religiones.

4 Pueden ser stas tansolo una forma de hablar para animar al aspirante a que se mueva haciaadelante? O es un hecho verificable? Es algo que puede dejarnosconfundidos. No parece esto una paradoja, el decir que ese Ser, Dios, es1 swami Paratparananda, fue el l der Espiritual del Ramakrishna Ashrama, Buenos Aires, Argentina y del RamakrishnaVedanta Ashrama, Sao Paulo, Brasil (1973-1988).2m s cercano que lo cercano y al mismo tiempo no ser capaz deexperimentar Su presencia?As es, la situaci n parece tragic mica, sin embargo no es un asuntode risa. Es un hecho como cualquiera. Por ejemplo, que est m s cerca delos ojos que la cara? Pero podernos verla sin la ayuda de un espejo o unasuperficie reflectora? No, no podemos. No obstante, no se considera estehecho como extra o.

5 Se lo acepta como algo bien conocido. M s a n, unapregunta semejante es considerada como una estupidez. As tambi n, elSe or, aunque mora en nuestro interior, queda desconocido por nosotros,por la mayor a da la gente. Por qu sucede eso? Son varias las causas. Primero vamos a ver qu es lo que sirve como reflector, es decir, para tomar conocimiento de losobjetos presentados ante nosotros. Es la mente. Podemos compararla conun espejo. Como sabemos el espejo tiene dos lados, uno es la superficieque refleja y el otro es opaco, a veces protegido por madera u otromaterial. Este espejo de la mente en la mayor a de la humanidad, pordecirlo as , est con su cara reflectora hacia afuera y la cara opaca haciaadentro.

6 Por consiguiente, la mente recibe impresiones del mundo exteriory no del Se or que mora adentro, es decir, estamos alerta o despiertos encuanto al mundo y dormidos con respecto al Se or, estamos bienconscientes del mundo exterior e inconscientes casi por completo de Dios. De qu sirve entonces quejarnos de que no podemos ver al Esp rituaunque est muy cerca? Debemos girar la cara reflectora del espejo de lamente hacia adentro para que podamos verlo. Esto es lo que el Upanishaddice cuando afirma El Se or auto-manifiesto cre los sentidos con latendencia de ir hacia afuera y, por lo tanto, ellos perciben s lo lo externo yno el Ser que mora adentro. Sin embargo, alguna que otra persona bienresuelta y firme en su determinaci n, anhelando la liberaci n y retirandolos sentidos de los objetos, percibe ese Ser interno.

7 C mo podemos dirigir nuestra mente hacia adentro? Cu les sonlos impedimentos que aparecen en el Sendero ? Son los apegos, que hansido engendrados durante miles de vidas por la belleza de los objetosexteriores. Estos apegos han formado como una costra de herrumbrealrededor de las bisagras del espejo de la mente, impidi ndole moversesiquiera un poco. Junto con estos apegos han surgido otras debilidades,como la ira, codicia, lujuria, soberbia, malicia, vanidad y cosas por el muchas pero podemos resolverlas en dos, corso dice Sri Ramakrishna, lujuria y codicia ; o como dice Sri Krishna, deseo - deseo por riqueza,goces sensuales, poder, y cosas semejantes. Los Upanishads las califican deb squedas y las dividen en tres, de tener hijos, riqueza y llegar a los cielos,otros tantos mundos de a analizar esta cuesti n: Cu l es el motivo subyacente enesos deseos, b squedas o codicias?

8 No es la felicidad este motivo?Debemos admitir que lo es. Pero hay felicidad en las cosas del mundo? Se la encuentra en los objetos sensorios? Si se presume que la felicidadest en los objetos, debe existir siempre en ellos. Porque en ese caso lafelicidad ser una cualidad inherente del objeto, as como el calor y la luz3son cualidades inherentes del fuego. Pero, vemos que no es el caso de losobjetos. Notamos que el mismo objeto nos brinda algunas veces felicidad yotras, dolor o incomodidad. El calor del fuego en una noche fr a esagradable y deseable, pero el mismo fuego en un d a de sol sofocante sehace insoportable. Cuando las cosas son as , c mo podemos suponer quela felicidad est en el objeto? El objeto en este caso no cambi su cualidadsino que mantuvo su naturaleza; lo que cambi fue nuestra actitud hacia l.

9 Se puede decir que la felicidad del objeto depende del lugar y deltiempo. Supongamos que una persona est favorecida por muchas de esascosas placenteras pero que haya sufrido una calamidad, la muerte de unser querido, por ejemplo, tendr felicidad aunque est rodeada de todaslas atracciones del mundo? No. De ah podemos concluir que la felicidadno est en el objeto sino que es una condici n de la mente. Los objetos sonsolamente los instrumentos que estimulan la alegr a o la miseria. El rolprincipal lo juega la n bajo la presi n de las circunstancias la mente cambia susgustos y aversiones. Una persona que en cierto tiempo era querida cesa deserlo cuando se alteran las circunstancias. Esto muestra que la mente nosigue un curso r gido ni reglas determinadas.

10 Entonces, por qu no hacerlatomar inter s en el propio Ser. Es posible, se lo ha hecho antes y se lopuede hacer de nuevo, s lo tiene que liberarse la mente de sus enredos. sta se ha sumergido desesperadamente en el mundo. Hemos dejado almundo durante mucho tiempo entrar en la mente. Es como si se permitieraentrar el agua al bote; el bote puede entrar en el agua pero no el agua en elbote, pues lo har a zozobrar si no se la sacara y cerrase las rendijas oagujeros por los cuales entra. S lo entonces ste puede seguir su curso sinpeligro. Del mismo modo, si dejamos que los sentidos nos lleven dondeellos quieran entonces nuestro destino ser como el de ese bote. Se puedepreguntar: Por qu no satisfacer los deseos y terminar con ellos de unavez por todas?


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