Mario Peña Chacón - IUCN

1 Da o responsabilidad y reparacion ambiental Mario Pe a Chac n PROLOGO. Ante la contumaz falla de la aplicaci n adecuada y oportuna de los principios de Prevenci n y Precauci n, que son el fundamento de la sustentabilidad y de la recuperaci n ambiental, el trasunto del da o ambiental deviene en el m s importante y til concepto jur dico del siglo XXI. De all la trascendencia que el joven maestro centroamericano Mario Pe a Chac n nos pertreche con esta obra que enriquece y vertebra el moderno derecho ambiental de nuestra regi n y que contin a la corriente de los grandes tratadistas como Ram n Mart n Mateo, Eckard Rehbinder, Michel Prieur, Eduardo A.

2 Pigretti, Paulo Affonso Leme Machado, Sygmynd Plater, Andr s Mauricio Brice o Chaves, Carla Aceves, Demetrio Loperena y, sobre todo, Alexandre Kiss. Este libro, que es parte de una trilog a de ensayos que ha escrito l mismo sobre este tema desde diversas perspectivas hermen uticas y axiol gicas, se ha de convertir en obligada obra de consulta de jueces, magistrados o ministros para la impartici n de una justicia ambiental que lucha por convertirse en una realidad en latinoam rica combatiendo contra todo tipo de intereses econ micos y contra todo tipo de inercias de corrupci n y componenda, ignorancia e insensibilidad.

3 La reparaci n del da o ambiental, o la responsabilidad civil por esta conculcaci n, donde en algunas ocasiones es un particular el afectado y en otras un gobierno o una empresa o una colectividad humana, pero que siempre son la naturaleza, la biodiversidad o el ambiente las v ctimas principales, es el gozne vital sobre el que giran las asignaturas pendientes de la cultura jur dica y ecol gica de nuestro tiempo. Es tan cotidiano, tan evidente y tan costoso el da o ambiental por las actividades industriales y urbanas, que los poderes p blicos y las sociedades mismas han adoptado una actitud conformista y c mplice contra la que el maestro Pe a Chac n se rebela con inteligencia y ofrece la herramienta deontol gica para encontrar soluciones y desfacimiento de entuertos contra la biodiversidad y la salud humana, vegetal, animal, h drica, mineral, marina, atmosf rica, edafol gica y el equilibrio ecol gico.

4 Las obras de Pe a Chac n, ampliamente conocidas y citadas en M xico, Argentina, Espa a, Colombia, Venezuela y toda el continuum centroamericano se han convertido en rico venero de la ense anza universitaria y en cita obligada de los textos que abordan esta columna epistemol gica ambiental, pero ha de hacerse un esfuerzo para lograr su traducci n al ingl s, portugu s y franc s a fin de que vierta su esencia sobre esos grandes cursos del conocimiento con los que todos los que aspiramos a comprender el qu y el c mo jur dicos nos nutrimos. El maestro Pe a Chac n es un tratadista audaz, que con sencillez y valor, cuestiona algunas posiciones Kelnesianas y se sit a sin pomposidad en las huestes intelectuales de J rgen Habermas y del fil sofo Jacques Derrid.

5 Es verdad que el derecho ambiental es un convenio entre generaciones en donde los juridificadores lloran lo perdido en el pret rito, pretenden defender lo presente e inmunizar al ambiente frente a los previsibles zarpazos del porvenir, pero en materia de doctrina jur dica, como lo hace el autor Pe a Chac n se tiene que ver la ley existente como una realidad insoslayable y realizar planteamientos en torno a ella1. De cualquier forma que se categorice el bien tutelado por el corpus juris ambiental, el da o ambiental se presenta cuando una acci n natural o un hecho humano afectan de manera considerable los componentes del patrimonio ecol gico de la humanidad o de una regi n determinadas.

6 Si el efecto es causado por la naturaleza misma como es el caso de los tsunamis o de los huracanes y sismos, estamos, ciertamente ante damnificados, pero obviamente no nos encontramos ante la responsabilidad civil por da o ambiental, pero en todos los dem s casos s , aunque el derecho, lento, limnol gico o gruyeresco, no lo reconozca o tipifique en muchos Esta obra de Pe a Chac n puede padecer muchos huecos, o, para el gusto de alg n severo estudioso, adolecer de insuficiencia en el abordaje de algunas aristas de este asunto e incluso, se le podr a reclamar alg n pensamiento o reflexi n inconclusos, pero es un texto que nos ayuda a todos al repaso de sus aspectos fundamentales y a darnos cuenta de que el iter criminis antiambiental va m s r pido que la respuesta de la cultura jur dica convertida en ley aplicada, en derecho positivo y, qu mejor, vigente.

7 En lo que se ha dado en llamar la escuela mexicana de derecho ambiental a Mario Pe a Chac n se le considera un maestro cuyas obras son disputadas por las revistas especializadas en derecho ambiental y esta pieza de su autor a confirma que estamos ante un escritor ub rrimo de alta catadura intelectual y s lido conocimiento del derecho al que le ha tomado sabor y sentido, por lo que, aunque los desconozcamos, vale felicitar a quienes directa o indirectamente, hayan sido sus profesores, gu as o preceptores. Para el suscrito, es un honor genuino el que se le haya permitido publicar estas palabras de animaci n introductoria, pero ser el lector quien dicte su juicio honesto que habr de alentar al Maestro Pe a Chac n a superarse y a que la cultura jur dica latinoamericana recupere los sitiales que requiere, para que la pobreza que deteriora al ambiente y al hombre y la opulencia que afrenta y destruye la naturaleza, no sigan siendo un motivo de congoja en nuestra poca.

8 1. V anse las obras de Angl s Marisol, Gonz lez Jos Juan y Blasco Esteve Avelino sobre estos temas o de Mercedes Campos D as Barriga. 2. En M xico tenemos la verg enza de contar con una Ley de Responsabilidad Civil por Da o Ambiental, aprobada por unanimidad en una de las C maras del Congreso de la Uni n y que se halla congelada o hibernando en la otra, desde hace dos a os. En muchos pa ses de la regi n ni siquiera se han planteado el asunto. Veracruz, M xico, agosto de 2005. Dr. Ram n Ojeda Mestre3. 3. Premio Elizabeth Haub de Derecho Ambiental 2005. Universidad de Bruselas.

9 Introducci n. El acelerado avance de la ciencia y de la t cnica, propio de la era moderna post industrial, trajo consigo una serie de nuevos riesgos para la salud y el medio ambiente, a ra z de la utilizaci n de tecnolog as que no permiten un control absoluto, y que en ocasiones escapan a toda posibilidad de previsi n, y por tanto, a la imputaci n culposa de sus consecuencias. Cada d a es m s com n enterarse en las noticias de sucesos en donde, no solo se nos informa acerca del menoscabo del entorno, sino adem s sobre graves da os a la salud de los pobladores y a sus bienes.

10 Recientemente, el caso de hundimiento del barco petrolero Prestige, nos hizo recordar lo vulnerable que somos ante los grandes desastres ambientales. Ante tales hechos, saltan las siguientes preguntas: Qui n o qui nes deben hacerse cargo del coste del saneamiento de los lugares contaminados y de la reparaci n e indemnizaci n de los da os ocasionados?. Ser acaso necesario la socializaci n de los da os ambientales, en donde el obligado a reparar el da o lo es la colectividad como un todo?, o bien, Ser el contaminador o degradador ambiental quien deba pagar la factura de los da os causados, siempre y cuando se logre determinar e identificar claramente al autor del hecho?