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ORÍGENES DEL FLAMENCO - contraclave.es

Firmado digitalmente por PORTAL EDUCATIVO. CONTRACLAVE. Motivo: Soy el autor de 1 este documento Ubicaci n: Regi n de Murcia Fecha: 19:30:39 +01'00'. OR GENES DEL FLAMENCO .. Jos Mart nez Hern ndez 1. Etimolog as del t rmino FLAMENCO Por ser una manifestaci n cultural marginal, las aproximaciones eruditas al FLAMENCO se produjeron tarde y mal. Los primeros escritores que manifestaron inter s por l lo hicieron bien entrado el siglo XIX, de modo que empezaron a describir un fen meno que no conoc an bien, que se hallaba en un proceso de conformaci n bastante avanzado y cuyos m ximos int rpretes y conocedores eran frecuentemente gente iletrada, cuyos conocimientos les hab an llegado por v a oral. Esta dificultad para aproximarse desde un punto de vista cient fico a todo lo relacionado con el FLAMENCO se manifiesta desde su propia denominaci n, pues la palabra FLAMENCO no aparece en la historiograf a hasta mediados del siglo XIX, de modo que para su explicaci n etimol gica se han planteado todo tipo de hip tesis, la mayor a con importantes objeciones argumentales.

3 permanecieron en España, donde tales cantos estaban prohibidos.” Estando así las cosas, lo único que se puede admitir sobre la palabra flamenco es que es de origen desconocido y …

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1 Firmado digitalmente por PORTAL EDUCATIVO. CONTRACLAVE. Motivo: Soy el autor de 1 este documento Ubicaci n: Regi n de Murcia Fecha: 19:30:39 +01'00'. OR GENES DEL FLAMENCO .. Jos Mart nez Hern ndez 1. Etimolog as del t rmino FLAMENCO Por ser una manifestaci n cultural marginal, las aproximaciones eruditas al FLAMENCO se produjeron tarde y mal. Los primeros escritores que manifestaron inter s por l lo hicieron bien entrado el siglo XIX, de modo que empezaron a describir un fen meno que no conoc an bien, que se hallaba en un proceso de conformaci n bastante avanzado y cuyos m ximos int rpretes y conocedores eran frecuentemente gente iletrada, cuyos conocimientos les hab an llegado por v a oral. Esta dificultad para aproximarse desde un punto de vista cient fico a todo lo relacionado con el FLAMENCO se manifiesta desde su propia denominaci n, pues la palabra FLAMENCO no aparece en la historiograf a hasta mediados del siglo XIX, de modo que para su explicaci n etimol gica se han planteado todo tipo de hip tesis, la mayor a con importantes objeciones argumentales.

2 Veamos algunas de las mas aceptadas. Primera: El escritor y viajero ingl s George Borrow, que recorri Andaluc a a mediados del siglo XIX, asegura en Los Zincali que " FLAMENCO " proviene del apelativo flamencos que se adjudicaba en Espa a a los gitanos por consider rseles de origen germano, ya que, dice Borrow, "germano y FLAMENCO son considerados sin nimos por los ignorantes". Segunda: Blas Infante, en su libro Or genes de lo FLAMENCO y secreto del cante jondo, fue el principal defensor del origen rabe de la palabra " FLAMENCO ", al suponerla derivada de la expresi n rabe felah-mengu, cuyo significado aproximado ser a el de "campesino errante" o "campesino huido". Infante cree que esta denominaci n se aplicaba a los moriscos expulsados de Espa a que se quedaron mezcl ndose con el resto de la poblaci n, fundamentalmente con los gitanos. Esta teor a avala la influencia morisca en el nacimiento del cante FLAMENCO .

3 Tercera: El escritor M ximo Jos Khan (Medina Azara es su seud nimo) afirma en Cante jondo y cantares sinagogales que " FLAMENCO " proviene del hecho de que se diera el nombre de flamencos a los cantos sinagogales de los jud os espa oles que emigraron a los Pa ses Bajos. Esta teor a defiende la influencia de dichos cantos en algunos de los cantes flamencos m s antiguos. Cuarta: El investigador Francisco Rodr guez Mar n en El alma de Andaluc a defiende la idea de que " FLAMENCO " proviene de la semejanza entre el ave as . llamada y la imagen que ofrece el vestuario t pico de los artistas flamencos, compuesto de chaquetilla corta y pantal n ajustado. Esta ingeniosa explicaci n no suele ser muy aceptada. 2. Quinta: Carlos Almendros dice en su libro Todo lo b sico sobre el FLAMENCO que en la Corte de Carlos V los cantores de su Capilla eran todos de Flandes (es decir, flamencos en el sentido geogr fico de la expresi n) y por ello en el lenguaje popular se estableci la sinonimia entre cantor y FLAMENCO (originario de Flandes).

4 Esta identificaci n gen rica se aplicar a posteriormente a los cantores populares y dar a lugar a la expresi n "cante FLAMENCO ". Por otra parte, a ade, el adjetivo FLAMENCO se aplic a los gitanos por su garbo y arrogancia, al ser en esto semejantes a los originarios de Flandes que vinieron a Espa a. En definitiva, afirma en la obra mencionada: "el gitano es dos veces FLAMENCO : por cantor, en primer lugar, y por rumboso, despu s.". Sexta: El music logo Manuel Garc a Matos, en su obra Sobre el FLAMENCO . Estudios y notas, cree que la palabra " FLAMENCO " proviene del argot del siglo XVIII y que significaba arrogante, fanfarr n y pretencioso. Era un adjetivo que se adjudicaba sobre todo a los gitanos por su peculiar car cter fogoso y presuntuoso. S ptima: La explicaci n que nos parece m s ecu nime, y que recoge en parte algunas de las anteriores, es la expuesta por Blas Vega y Manuel R os Ruiz en su Diccionario Enciclop dico Ilustrado del FLAMENCO y que reproducimos a continuaci n: FLAMENCO , CA.

5 Adj. [Del neerl. Flaming, <<natural de Flandes>>. En Espa a se aplic a la persona de tez encarnada, por tomarse el FLAMENCO como prototipo de los pueblos n rdicos (cast. Siglo XIII). De aqu la aplicaci n a la palm peda Phoenicopterus roseus, h. 1330 (flamenque) por el color de la misma; de aqu probablemente tambi n la aplicaci n a las mujeres de tez sonrosada, de donde luego <<gallardo, de buena presencia>>, y despu s <<de aspecto provocante de aire agitanado>>, 1870, finalmente aplicado a un conjunto de formas de expresi n especialmente arraigadas en Andaluc a y en concreto a <<un g nero de composiciones musicales de especiales caracter sticas>>. El origen de esta ltima explicaci n es incierto aunque las teor as m s consistentes apuntan a una continuaci n l gica de las significaciones que fue adquiriendo el vocablo desde su primera derivaci n; es decir de alguna de las circunstancias relacionadas con Flandes.]

6 As , se llam . FLAMENCO , en sentido elogioso, al cantaor que destacaba, por los excelentes cantores procedentes de los Pa ses Bajos que actuaron en el siglo XVI en las capillas catedralicias espa olas y luego por asociaci n, al propio canto; al morisco que habi ndose alistado, cuando la expulsi n, en los tercios de Flandes regresaba a Espa a con todos los honores y cuyas destacadas canciones eran conocidas como <<cantos de los flamencos>>; al gitano, a quien se supon a procedente de Alemania y el vulgo calificaba por igual a los que proced an de este pa s o de Flandes, o por el contraste, dentro de las caracter sticas festivas y picarescas de la raza andaluza, con la tez blanca y rubia de los naturales de Flandes; a la gente del hampa que usaba un determinado cuchillo o faca de grandes dimensiones, procedente de Flandes y de ah a la gente del cante, entroncada entonces con el mismo estamento social; a cierta categor a de cantos sinagogales que pod an ser cantados por los marranos y judaizantes que hab an emigrado a Flandes y no por los que 3.

7 Permanecieron en Espa a, donde tales cantos estaban prohibidos.. Estando as las cosas, lo nico que se puede admitir sobre la palabra FLAMENCO es que es de origen desconocido y relativamente reciente (unos ciento cincuenta a os) y que denomina a toda una cultura marginal que se desarrolla en la Andaluc a del siglo XIX, y que no es exclusivamente folcl rico- andaluza, ni exclusivamente gitana. 2. Los gitanos en Espa a: breve rese a hist rica de una persecuci n El pueblo gitano tiene una presencia hist rica en Espa a de m s de cinco siglos. En los inicios del siglo XV, los gitanos se vieron atra dos por la cultura rabe entonces predominante en la pen nsula ib rica. En un principio, el Camino de Santiago fue un cauce muy utilizado por los gitanos del norte de Europa que se establecieron en nuestro pa s. Los primeros testimonios de su presencia en Espa a parecen ser de 1425. Entraron por los Pirineos dici ndose expulsados de su tierra, el Peque o Egipto o Egipto Menor (regi n de Grecia) por los turcos.

8 De ah vendr a el nombre de egipcianos, egiptanos o gitanos. Circulan en tropas de cincuenta a cien individuos conducidos por personajes que se dicen condes o duques . Son de tez morena, los hombres llevan barba y pelo largo, aretes en las orejas, las mujeres turbante, anillos y aretes y otros adornos. Exhiben cartas o salvoconductos de alg n rey y bulas del Papa, afirmando astutamente que ste les ha impuesto una romer a penitente de siete a os y que van hacia Santiago de Compostela. En 1462 dos condes del Peque o Egipto llamados Tom s y Mart n llegaron a Andaluc a al frente de unas cien personas, fueron acogidos en Ja n por el Condestable Miguel Lucas de Iranzo, quien a los pocos d as los despide con todo tipo de regalos. En 1470 el mismo Condestable acogi a otra tropa de cuaraenta en And jar, y algo similar sucede quince d as despu s. Pronto se les ve ya en la comitiva procesional de diversas fiestas del Corpus danzando, tocando tamboriles, panderos y sonajas: en Guadalajara, en 1478.

9 Poco despu s en Segovia, Toledo, etc. Sin embargo, el fuerte crecimiento de los grupos gitanos en la pen nsula se produjo hacia 1480. Durante los a os siguientes tuvo lugar una entrada masiva procedente de las zonas orientales del Mediterr neo tras la ca da de Constantinopla en 1453. Este creciente flujo de grupos gitanos motiv que en muchas regiones de los Reinos espa oles se produjeran importantes asentamientos gitanos, siendo cotidiana su presencia en los pueblos y villas. La llegada al trono de Castilla y Arag n de los Reyes Cat licos, Isabel y Fernando, va a determinar que se inicie en sus Reinos una pol tica de homogeneidad cultural y religiosa que producir graves consecuencias para los grupos tnicos minoritarios. 4. As , la expulsi n de los jud os primero en 1492 y de los mud jares despu s, en 1502, afectan decisivamente a los gitanos espa oles. En efecto, en 1499 se promulga la Primera Pragm tica antigitana de nuestra historia en Medina del Campo que va a obligar a los gitanos a asentarse con oficios conocidos en las distintas poblaciones peninsulares o, en caso contrario, a ser expulsados.

10 Todo ello, con el objetivo declarado de instar a la vida sedentaria de la poblaci n para facilitar las levas y el pago de tributos. Lo cierto es que esta medida iba en contra de los h bitos m s profundos de los gitanos, aunque, a pesar de ello, la mayor a optaron por permanecer en el pa s. Durante los sucesivos reinados de los Austrias la pol tica discriminatoria contra el pueblo gitano continu siendo la t nica dominante. Carlos I orden la promulgaci n de nuevas disposiciones represivas en distintos momentos de su vida como Rey de las Espa as. As , entre otras, se promulgaron Reales Pragm ticas y Decretos en 1525, 1528, 1534, 1539, 1545, 1548 y 1551 entre otras fechas. Todas estas normas persegu an el mismo fin que sus antecesores los Reyes Cat licos, a saber, preservar la unidad territorial, cultural y religiosa y reprimir cualquier brote diferenciador. No obstante, a pesar de la dureza de estas normas contra los grupos gitanos, no consiguieron el efecto deseado de controlar su poblaci n y obligarles a llevar una vida sedentaria.


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