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POR QUÉ HABLAR DE SALUD COLECTIVA? Prof. Tit. …

POR QU HABLAR DE SALUD COLECTIVA? Prof. Tit. M nica M. Liborio C tedra de medicina preventiva y Social facultad de Ciencias M dicas - UNR Introducci n: Antes de definir o de analizar el campo de la SALUD colectiva es interesante efectuar algunas reflexiones acerca de las concepciones de la SALUD y los paradigmas imperantes, para interrelacionarlas. Estas definiciones sobre SALUD , tambi n remiten al debate que se ha desarrollado alrededor de las corrientes de la medicina , la medicina social y de la SALUD colectiva (SC). Ante todo la medicina se reconoci como un campo de pr cticas y saberes cuyo objetivo fue la prevenci n y curaci n de las enfermedades y la preservaci n de la SALUD . Sin embargo al revisar sus significados, es posible realizar un recorrido hist rico-epistemol gico definiendo lo que se han constituido como las pr cticas m dicas. As la medicina fue definida como una ciencia o, como una profesi n vinculada al proceso social y al desarrollo cient fico teniendo su correlato en la definici n de SALUD desde las perspectivas biol gicas.

POR QUÉ HABLAR DE SALUD COLECTIVA? Prof. Tit. Mónica M. Liborio Cátedra de Medicina Preventiva y Social Facultad de Ciencias Médicas - UNR

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1 POR QU HABLAR DE SALUD COLECTIVA? Prof. Tit. M nica M. Liborio C tedra de medicina preventiva y Social facultad de Ciencias M dicas - UNR Introducci n: Antes de definir o de analizar el campo de la SALUD colectiva es interesante efectuar algunas reflexiones acerca de las concepciones de la SALUD y los paradigmas imperantes, para interrelacionarlas. Estas definiciones sobre SALUD , tambi n remiten al debate que se ha desarrollado alrededor de las corrientes de la medicina , la medicina social y de la SALUD colectiva (SC). Ante todo la medicina se reconoci como un campo de pr cticas y saberes cuyo objetivo fue la prevenci n y curaci n de las enfermedades y la preservaci n de la SALUD . Sin embargo al revisar sus significados, es posible realizar un recorrido hist rico-epistemol gico definiendo lo que se han constituido como las pr cticas m dicas. As la medicina fue definida como una ciencia o, como una profesi n vinculada al proceso social y al desarrollo cient fico teniendo su correlato en la definici n de SALUD desde las perspectivas biol gicas.

2 La corriente de la medicina social , se puede decir que surge en 1848, simult neamente en varios pa ses europeos. En ese momento, se produce un incremento de las poblaciones (transformaci n de procesos demogr ficos) y se desarrolla un cambio profundo en el modo de producci n econ mica. En este contexto, de la Revoluci n Industrial, la medicina se propon a mantener y mejorar la fuerza de trabajo. M s tarde, en el siglo XX (por los a os 70), en esta corriente se reconoce la importancia de la definici n de la SALUD no como un estado, sino como un proceso denominado: de SALUD enfermedad donde en este proceso se contempla una vinculaci n estrecha con la sociedad como contexto y se piensa que el mejoramiento de las condiciones de SALUD de la poblaci n depende no solo de simples intervenciones m dicas sino que deben involucrarse cambios en lo social. Por lo tanto en la concepci n de la medicina social se incorpora la necesidad de comprender el car cter social y de concebir la determinaci n social en el proceso de SALUD enfermedad (PSE), lo que conlleva a incluir la historicidad en dicho proceso.

3 Se reconoce, a su vez, que el PSE ten a, tambi n, relaci n con los diferentes sistemas de SALUD que se presentaban en los distintos pa ses y, es por ello que se ampli el objeto de conocimiento denominado como Proceso de SALUD -enfermedad- atenci n (PSEA). Este PSEA tiene una vinculaci n aun m s estrecha con la sociedad requiriendo un trabajo multinivel (en relaci n a los diferentes tipos de organizaci n de los gobiernos: nacional, federal y local) e intersectorial y que, a su vez, ste involucre a la poblaci n a trav s de su participaci n. Por otra parte las epistemolog as actuales est n centradas en el an lisis de las diferentes interacciones del sujeto y del objeto y las diversas visiones sobre la complejidad-simplicidad y la incertidumbre entre otras cuestiones, que tienen repercusiones sobre la discusi n te rico-metodol gica en las diferentes disciplinas que componen la SALUD colectiva. Es posible decir, entonces, que las miradas epistemol gicas no son ajenas al campo de la SALUD Colectiva y han analizado aspectos de su construcci n cient fica.

4 Incluso, existen autores, que han profundizado las distintas vertientes, buscando develar la construcci n del "pensar en SALUD ", en la expresi n de Mario Testa, de elaborar una "teor a de la SALUD ", como lo hizo Juan Samaja, o de repensar "cr ticamente la ciencia", como plantea Jaime Breilh. Cabe destacar que todos coinciden en se alar que este trabajo es extremadamente complejo, ya que implica la re conceptualizaci n del propio objeto cient fico: la " SALUD ". Por otra parte, tambi n es necesario trabajar sobre otras categor as fundantes de las ciencias sociales, como: colectivo, sociedad, o estructura, que necesariamente se articulan con otras como individuo, representaci n, acci n entre otras. La categor a: colectivo es central para el campo de la SALUD Colectiva, y podr a comprenderse que se opone a lo individual. Cabe destacar que la noci n de lo colectivo, frecuentemente, ha sido utilizada de manera acr tica para designar un campo supuestamente uniforme de ocurrencias, o para indicar efectos sociales generados por la presencia de determinados fen menos.

5 Por lo tanto se requiere de una recuperaci n cr tica de la supuesta oposici n entre individuo y colectivo sociedad, especialmente cuando se dice que ni el individuo es una entidad exterior a la sociedad, ni la sociedad una entidad exterior a los individuos. La sociolog a, en este an lisis, tiene como objeto a individuos interdependientes y como lo analizar a P. Bourdieu, al establecer la relaci n entre "estructura" y "acci n cuando define sus dos categor as centrales: "campo" y "habitus". Es por ello que la teor a de campo (i) media entre la estructura y la superestructura as como entre lo social y lo individual. En el concepto de habitus (ii), P Bourdieu, trata de reconstruir el proceso de lo social que se interioriza en los individuos y logra que las estructuras objetivas concuerden con las subjetivas. Este habitus genera pr cticas individuales que permite definir los esquemas b sicos de percepci n, pensamiento y acci n.

6 Las representaciones sociales tambi n contribuyen a la construcci n de una realidad com n. De este modo, las representaciones son fen menos sociales, constituidos por el encuentro de una experiencia individual y de los modelos sociales a partir de su contexto de producci n, o dicho de otra forma, a partir de las funciones simb licas e ideol gicas a las que sirven y de las formas de comunicaci n en que circulan. i . El campo seg n P Bourdieu, se constituye por la existencia de un capital com n y la lucha por su apropiaci n. Quienes participan en l tienen un conjunto de intereses , un lenguaje , una complicidad objetiva que subyace a todos los antag nicos . Es por ello que intervenir en la lucha contribuye a la reproducci n del juego . A su vez quienes dominan el capital fundamento de poder o de autoridad tienden a adoptar estrategias de conservaci n en tanto los desprovistos del capital o reci n llegados al campo prefieren estrategias de subversi n.

7 Ii . El habitus permitir a definir la elecci n de lo necesario , las condiciones de existencia en que las diferentes clases imponen inconscientemente un modo de clasificar y experimentar lo real . Las clases revelan a los sujetos como clasificadores clasificados por sus clasificaciones . El habitus es el producto de las condiciones sociales y de la producci n de un discurso que se ajusta a una situaci n: mercado o campo. Las "estructuras sociales" pueden observarse como sistemas de restricciones que se alan la acci n individual, no dejando margen de autonom a para los individuos. La noci n de estructura puede aparecer en correlaci n con la de sistema si la entendemos como un conjunto de "elementos inter-dependientes". No caben dudas de que existe un contexto parad jico en el campo de la SALUD . En este campo se presentan una interrelaci n entre diferentes conceptos y l gicas. Para ello analizaremos a la SALUD p blica, para alcanzar a comprender la propuesta de la SALUD colectiva en la actualidad.

8 Desde la SALUD P blica a la SALUD Colectiva: En primera instancia, se acuerda que para construir el pensamiento y la pr ctica en SALUD , se requiere que se definan o reconozcan las necesidades de SALUD de la poblaci n. Comprender estas necesidades implica poner en juego una perspectiva contextualizada e hist rica y demanda pensar en conceptos y categor as de an lisis. La SALUD p blica convencional mir a la poblaci n como objeto a ser intervenido por parte de la norma funcional y la ciencia positiva mientras que, una SALUD P blica Alternativa requer a mirar c mo los sujetos individuales y colectivos creaban o generaban su SALUD en el diario vivir y al mismo tiempo c mo constru an instituciones para apoyar la promoci n de la SALUD , prevenir y atender enfermos. Hacia los inicios del siglo XX, se pudieron definir algunas caracter sticas de la SALUD p blica convencional a pesar de que este t rmino se encuentra cargado de significados ambiguos.

9 Primero destacar el adjetivo: p blica ; t rmino que se lo identific , casi siempre, con una acci n gubernamental aunque no inclu a s lo este aspecto, sino que tambi n hac a referencia hacia lo que es de la comunidad. Otras de las caracter sticas que se podr an enumerar acerca de esta categor a ser an: Subyace en el concepto de SALUD p blica el presupuesto filos fico-te rico de la enfermedad y la muerte como punto de partida para explicar la SALUD y su fundamento fue la medicina cl nica con su saber. Utiliza el m todo positivista para explicar el riesgo de enfermar en la poblaci n, y el estructural-funcionalismo para comprender la realidad social donde un sujeto es interpretado como un objeto individual o colectivo que se reproduce en funci n de su estructura o sistema social de la que es parte y, reconoce el poder del Estado como fuerza privilegiada para asegurar la prevenci n de la enfermedad.

10 Cabe reflexionar ante estas premisas que la medicina cl nica ha sido eficaz a lo largo de estos siglos, al solucionar una buena parte de los problemas de la m quina corporal ligados con desarreglos de su estructura y funci n por causas externas e internas, con lo cual se han logrado producir m quinas corporales menos enfermas o que tardan m s en morir. Con lo cual la SALUD p blica posee, una visi n que se podr a denominar como tecnicista lo que permitir a fundamentar una propuesta alternativa. Adem s, se reconoce que el modelo denominado salubrista del siglo XX estuvo encomendado, a cuidar la SALUD del Estado, actuando sobre el riesgo de enfermar de la poblaci n a su cargo; deb a observar a la poblaci n pero a trav s de los cristales de la norma estatal e intervenir sobre la poblaci n transformada en objeto. En este contexto la poblaci n no s lo deb a ser intervenida con la ciencia y la t cnica sino que se le propon a a olvidar su cultura particular considerada siempre riesgosa.


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