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Redalyc.PSICOLOGÍA: LA CIENCIA DE LAS CIENCIAS

Sophia, Colecci n de Filosof a de laEducaci nISSN: Polit cnica SalesianaEcuadorCepeda Armijos, GuillermoPSICOLOG A: LA CIENCIA de las CIENCIASS ophia, Colecci n de Filosof a de la Educaci n, n m. 16, 2014, pp. 25-45 Universidad Polit cnica SalesianaCuenca, EcuadorDisponible en: C mo citar el art culo N mero completo M s informaci n del art culo P gina de la revista en de Informaci n Cient ficaRed de Revistas Cient ficas de Am rica Latina, el Caribe, Espa a y PortugalProyecto acad mico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abiertoSophia 16: 2014. Universidad Polit cnica Salesiana del Ecuadorpsicolog A: lA CIENCIA de las cienciAsPsychology: The Science of the SciencesguillErmo CEpEda Universidad Polit cnica Salesiana del Ecuador ResumenEl presente art culo tiene el prop sito de elaborar una propuesta te rica que se oponga a las afirmaciones de quienes pretenden sostener el criterio de que la Psicolog a No ha logrado alcanzar la calidad de CIENCIA y que se trata de una Ideolog a construida en el mbito de la comunidad cient fica para justificar y validar la adaptaci n de los sujetos , a los sistemas de dominaci n imperantes en diversas pocas de la historia de la clavesCiencia, epistemolog a, psicolog a, ideolog a.

lógica de que “la iglesia es un aparato ideológico mantenido con el propósito de mantener la dominación de clase”. • Si bien es cierto, en algunos momentos de la historia de nues-tras sociedades, la iglesia ha estado ligada al poder político, tal como ocurrió durante la edad media y durante la conquista

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1 Sophia, Colecci n de Filosof a de laEducaci nISSN: Polit cnica SalesianaEcuadorCepeda Armijos, GuillermoPSICOLOG A: LA CIENCIA de las CIENCIASS ophia, Colecci n de Filosof a de la Educaci n, n m. 16, 2014, pp. 25-45 Universidad Polit cnica SalesianaCuenca, EcuadorDisponible en: C mo citar el art culo N mero completo M s informaci n del art culo P gina de la revista en de Informaci n Cient ficaRed de Revistas Cient ficas de Am rica Latina, el Caribe, Espa a y PortugalProyecto acad mico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abiertoSophia 16: 2014. Universidad Polit cnica Salesiana del Ecuadorpsicolog A: lA CIENCIA de las cienciAsPsychology: The Science of the SciencesguillErmo CEpEda Universidad Polit cnica Salesiana del Ecuador ResumenEl presente art culo tiene el prop sito de elaborar una propuesta te rica que se oponga a las afirmaciones de quienes pretenden sostener el criterio de que la Psicolog a No ha logrado alcanzar la calidad de CIENCIA y que se trata de una Ideolog a construida en el mbito de la comunidad cient fica para justificar y validar la adaptaci n de los sujetos , a los sistemas de dominaci n imperantes en diversas pocas de la historia de la clavesCiencia, epistemolog a, psicolog a, ideolog a.

2 AbstractThis article is written for the purpose of elaborating a theoretical proposal opposing the affirmations of those pretending to sustain the criteria that Psychology has not reached the quality of science but that it is rather an ideology constructed within the sphere of the scientific community in order to justify and validate the adaptation of the subjects , to the systems of domination prevailing throughout the different periods of the history of humanity. KeywordsScience, epistemology, psychology, sugerida de citar: Cepeda, G. (2014). Psicolog a: la CIENCIA de las CIENCIAS . Sophia: colecci n de filosof a de la educaci n, 16 (1), pp. 25-45.* Doctor en Psicolog a Cl nica y M ster en Psicoterapia. Docente de la UPS (Universidad Polit cnica Salesiana)26 Sophia 16: 2014. Un iversidad Polit cn ica Salesian a del EcuadorPsicolog a: la cien cia de las cien ciasIntroducci nEn el presente art culo, el autor asume una posici n clara de defensa de la psicolog a como CIENCIA , considerando a sta como una disciplina que por sus propios m ritos puede y debe ser catalogada como un conoci-miento altamente cient fico.

3 Para lo cual el autor expone cuatro aspectos fundamentales: El primero se relaciona con el uso que se da a los llamados aparatos ideol gicos del estado, explicando que, la CIENCIA , la religi n y la cultura no son responsables por s mismas del uso que se les haya dado a trav s de la historia, esta responsabilidad recae sobre quienes hacen uso ideol gico de estas instancias culturales con uno u otro fin. El segundo aspecto se relaciona con la necesidad de clarificar los conceptos de CIENCIA e ideolog a, para lo cual, se expone los requisitos que debe tener y cumplir un determinado saber, para ser catalogado como cient fico; en este sentido, el autor describe, c mo la psicolog a cumple con todas y cada una de las caracter sticas requeridas y explica adem s, de qu manera, la psicolog a, dada la naturaleza de su objeto de estudio, se ha ido consolidando y enriqueciendo a trav s del tiempo, gracias a los aportes de eminentes cient ficos y te ricos de diversas orientaciones.

4 Esto se justifica, debido a la complejidad de su objeto de estudio que ha deter-minado que los diversos enfoques, movimientos, y escuelas de la Psicolo-g a hayan debido profundizar en sus propuestas te ricas y metodol gicas, dando un gran impulso al desarrollo que esta disciplina ha logrado, en un tiempo corto, en relaci n a las otras CIENCIAS , que han tenido varios siglos de consolidaci n. El tercer aspecto se refiere a la ubicaci n de la psicolog a dentro de las clasificaciones habituales de las CIENCIAS y describe, de qu modo, la psicolog a puede ser considerada al mismo tiempo, como una CIENCIA , na-tural, una CIENCIA social y una CIENCIA formales decir, de qu modo recoge los conocimientos de las diversas disciplinas, naturales, sociales y forma-les y se enriquece con los aportes de las diversas fuentes del conocimiento, lo cual, lejos de disminuir su estatuto de cientificidad, es m s bien una garant a de su riqueza te rica y metodol gica. En el cuarto aspecto, el autor explica que la psicolog a se ha enri-quecido con los aportes de nuevas epistemolog as, esto es: con el Paradig-ma de la Complejidad, y la Teor a General de Sistemas, y de qu modo, estos aportes han contribuido para que adem s, la psicolog a contin e recorriendo un camino de consolidaci n, unificaci n e integraci n sobre un objeto de estudio tan complejo, tan especial y tan nico, como es la subjetividad humana.

5 27 Sophia 16: 2014. Un iversidad Polit cn ica Salesian a del EcuadorGuillermo Cepeda Armijos1. Sobre el uso de la cultura, la CIENCIA y la religi nLas afirmaciones de que las ideolog as son construcciones del conoci-miento que se constituyen en aparatos de sujeci n de los individuos a los sistemas de dominaci n, tienen sustento en las propuestas de algunos autores, de los cuales se comentar aquellas que constan en la obra de Louis Althusser (1988) cuyos conceptos principales los resumiremos a continuaci n:..el proceso de producci n emplea las fuerzas productivas existentes en y bajo relaciones de producci n definidas . para existir, toda formaci n social, al mismo tiempo que produce y para poder producir, debe reproducir las condiciones de su producci n. Debe, pues, reproducir:1) las fuerzas productivas2) las relaciones de producci n existentes (p. 15)De acuerdo a las afirmaciones de este autor, cuya posici n deriva del materialismo hist rico, las clases dominantes deben reproducir las condiciones sociales; es decir las relaciones sociales de producci n para mantener el dominio y perpetuar la divisi n social en clases, para lo cual es necesaria la existencia del Estado, el mismo que se convierte, de esta manera, en el principal aparato de dominaci n.

6 El Estado es ante todo lo que los cl sicos del marxismo han llamado el aparato de Estado . Se incluye en esta denominaci n no s lo al aparato especializado (en sentido estricto), cuya existencia y necesidad conoce-mos a partir de las exigencias de la pr ctica jur dica, a saber la polic a-los tribunales y las prisiones, sino tambi n el ej rcito, que interviene directamente como fuerza represiva de apoyo (Althusser, 1988:20). El Estado asegura la permanencia de la divisi n social en clases y garantiza, no solamente el llamado orden social , sino tambi n, el some-timiento de la poblaci n al orden social ; se crean aparatos de represi n tales como el ej rcito, la polic a; es decir las llamadas fuerzas del orden ; pero adem s, el Estado, debe someter a la poblaci n a la ideolog a de do-minaci n, por lo cual:..la reproducci n de la fuerza de trabajo no s lo exige una reproduc-ci n de su calificaci n sino, al mismo tiempo, la reproducci n de su sumisi n a las reglas del orden establecido, es decir una reproducci n de su sumisi n a la Ideolog a dominante por parte de los obreros y una reproducci n de la capacidad de buen manejo de la ideolog a dominan-te por parte de los agentes de la explotaci n y la represi n, a fin de que aseguren tambi n por la palabra el predominio de la clase dominante (Althusser, 1988:38).

7 28 Sophia 16: 2014. Un iversidad Polit cn ica Salesian a del EcuadorPsicolog a: la cien cia de las cien ciasLa sumisi n a la ideolog a dominante es, por lo tanto, la sumisi n al orden establecido y justificado ideol gicamente por parte de la clase dominante, que impone una forma de ver y concebir la realidad..Hemos dicho (y esta tesis s lo repet a c lebres proposiciones del materialismo hist rico) que seg n Marx la estructura de toda sociedad est constituida por niveles o instancias articuladas por una deter-minaci n espec fica: la infraestructura o base econ mica ( unidad de fuerzas productivas y relaciones de producci n), y la superestructura, que comprende dos niveles o instancias : la jur dico-pol tica (el dere-cho y el Estado) y la ideol gica (las distintas ideolog as, religiosa, moral, jur dica, pol tica, etc tera) (Althusser, 1988: 56). El Estado, seg n estas afirmaciones, es el aparato que utiliza la ins-tancia ideol gica para imponer ese modo de concebir la realidad, y por tanto hace uso de lo que Althusser califica como las distintas ideolog as: religiosa, moral, jur dica, pol tica etc tera.

8 Podemos comprobar que mientras que el aparato (represivo) de Esta-do (unificado) pertenece enteramente al dominio p blico, la mayor parte de los aparatos ideo-l gicos de Estado (en su aparente dispersi n) provienen en cambio del dominio privado . Son privadas las Iglesias, los partidos, los sindicatos, las familias, algunas escuelas, la mayor a de los diarios, las instituciones culturales, etc., etc. (Althusser, 1988: 29).Por lo tanto, las instituciones culturales, y religiosas son ubicadas por Althusser en el dominio privado, sin embargo forman parte tambi n de los aparatos ideol gicos el estado, en cuanto, ste hace uso de dichas instancias. El Estado no se reduce a aparato (represivo) del Estado, sino que com-prende, como l dec a, cierto n mero de instituciones de la sociedad civil : la iglesia , las escuelas, los sindicatos, etc. Gramsci, lamentable-mente, no sistematiz sus intuiciones, que quedaron en el estado de no-tas agudas, aunque parciales (Gramsci, citado en Althusser, 1988: 290).

9 Con respecto a estas afirmaciones de Althusser, cabe hacer las si-guientes precisiones: A trav s de la historia de la humanidad, las organizaciones re-ligiosas en muchas ocasiones han sido, m s bien, instituciones, e instrumentos de liberaci n de los pueblos; son de dominio p blico y de conocimiento general los sucesos de la historia antigua, cuando, por ejemplo, los israelitas eran esclavos en el territorio egipcio y fue la iglesia de Mois s la estructura que 29 Sophia 16: 2014. Un iversidad Polit cn ica Salesian a del EcuadorGuillermo Cepeda Armijosdirigi y organiz la liberaci n del pueblo israelita, prisione-ro de los faraones; as mismo, es suficientemente conocido que durante el imperio romano, la iglesia cristiana fue perseguida y sus miembros asesinados por el poder del imperio, la iglesia se constituy en un baluarte espiritual de resistencia y de libera-ci n. Estos hechos de la historia son tan conocidos que, no cabe hacer citas y precisiones al respecto.

10 De tal manera que no cabe la generalizaci n apresurada e ideo-l gica de que la iglesia es un aparato ideol gico mantenido con el prop sito de mantener la dominaci n de clase . Si bien es cierto, en algunos momentos de la historia de nues-tras sociedades, la iglesia ha estado ligada al poder pol tico, tal como ocurri durante la edad media y durante la conquista y colonizaci n de los pueblos americanos; no es menos cier-to que en muchas ocasiones ha sido m s bien el agente y el instrumento de liberaci n. Cabe citar al respecto la adhesi n de muchos religiosos a las campa as de independencia de las colonias americanas y las propuestas y acciones de grupos re-ligiosos en favor de las clases menos favorecidas a trav s de la lucha mantenida por la llamada teolog a de la liberaci n ; uno de cuyos representantes m s ilustres es, sin lugar a dudas, mon-se or Leonidas Proa o. Por otra parte, las instituciones culturales y cient ficas son en-tidades p blicas y privadas que se constituyen en instrumentos de transmisi n y divulgaci n de la CIENCIA y la cultura; si bien es cierto, a trav s de la historia, la CIENCIA y la cultura que se difun-de, han sido controladas por el Estado encargado de transmitir la ideolog a dominante, y ha usado a la CIENCIA y a la tecnolo-g a como instrumentos de dominaci n y de sometimiento de los pueblos.


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