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REFLEXIONES Y EJEMPLOS DE SITUACIONES …

Revista Eureka sobre Ense anza y Divulgaci n de las Ciencias (2004), Vol. 1, N 3, pp. 214-223 ISSN 1697-011X. REFLEXIONES Y EJEMPLOS DE SITUACIONES DID CTICAS PARA. UNA ADECUADA CONTEXTUALIZACI N DE LOS CONTENIDOS. CIENT FICOS EN EL PROCESO DE ENSE ANZA. Carlos V zquez Gonz lez Profesor de F sica y Qu mica IES Arroyo Hondo. Rota (C diz). E-mail: RESUMEN. En este art culo empiezo discutiendo la importancia de una adecuada contextualizaci n de los contenidos cient ficos que se ense an en la escuela, con la idea de ofrecer una visi n de la ciencia m s pr xima al entorno y a la ciudadan a y a la noci n que las personas tenemos acerca del conocimiento como cultura. Con tal fin, tras analizar algunas dimensiones que entiendo deben estar presentes a la hora de contextualizar contenidos cient ficos, presento una serie SITUACIONES did cticas que, atendiendo a esas dimensiones, suelen despertar el inter s de mis alumnos cuando abordamos determinados temas en clase.

Revista Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias (2004), Vol. 1, Nº 3, pp. 214-223 ISSN 1697-011X Experiencias, recursos y otros trabajos

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1 Revista Eureka sobre Ense anza y Divulgaci n de las Ciencias (2004), Vol. 1, N 3, pp. 214-223 ISSN 1697-011X. REFLEXIONES Y EJEMPLOS DE SITUACIONES DID CTICAS PARA. UNA ADECUADA CONTEXTUALIZACI N DE LOS CONTENIDOS. CIENT FICOS EN EL PROCESO DE ENSE ANZA. Carlos V zquez Gonz lez Profesor de F sica y Qu mica IES Arroyo Hondo. Rota (C diz). E-mail: RESUMEN. En este art culo empiezo discutiendo la importancia de una adecuada contextualizaci n de los contenidos cient ficos que se ense an en la escuela, con la idea de ofrecer una visi n de la ciencia m s pr xima al entorno y a la ciudadan a y a la noci n que las personas tenemos acerca del conocimiento como cultura. Con tal fin, tras analizar algunas dimensiones que entiendo deben estar presentes a la hora de contextualizar contenidos cient ficos, presento una serie SITUACIONES did cticas que, atendiendo a esas dimensiones, suelen despertar el inter s de mis alumnos cuando abordamos determinados temas en clase.

2 Palabras claves: contextualizaci n de las ciencias, actividades de aula, enfoque CTS, la ciencia como cultura. INTRODUCCI N. Cuando no cambia la preparaci n durante inmensos per odos de tiempo, las tradiciones pasan intactas a la generaci n siguiente. Pero cuando lo que se debe aprender cambia deprisa [ ] se hace mucho m s dif cil saber qu . ense ar y c mo ense arlo (Sagan, 1997). Creo que esta afirmaci n de Carl Sagan, recoge en parte la situaci n en la que nos encontramos los profesores de ciencias cuando nos enfrentamos a una clase. Es decir, qu es lo que deben aprender los alumnos sobre ciencia y c mo? Uno de los objetivos que entiendo debe adquirir m s peso en las programaciones de ciencias en la ense anza secundaria, es conseguir que los alumnos tomen conciencia de la importancia de las aportaciones cient ficas tanto en nuestra calidad de vida como en el pensamiento humano.

3 Cuando se plantea a los alumnos que citen aportaciones del ser humano al patrimonio de la humanidad, aparecen respuestas como las pir mides de Egipto, el David de Miguel ngel, la Alhambra o cualquiera de estas manifestaciones art sticas universales. Pero, fuera del mbito de la ciencia, casi nadie es consciente de las aportaciones de la Ciencia al patrimonio cultural y al pensamiento humano (Guti rrez Juli n, G mez-Crespo y Mart n D az, 2002). Estas aportaciones de la ciencia se soslayan a menudo en nuestra pr ctica docente, delegando esta labor en los profesores de filosof a. En contraste a todo esto, uno de los objetivos que actualmente se considera importante en la ense anza de la ciencia es el de hacerla llegar a todos los alumnos Experiencias, recursos y otros trabajos 214.

4 Revista Eureka sobre Ense anza y Divulgaci n de las Ciencias (2004), Vol. 1, N 3, pp. 214-223 ISSN 1697-011X. como algo til y relacionado con la vida real (Acevedo, 2004). Puesto que se trata de ense ar una ciencia escolar relevante para el ciudadano y no una ciencia erudita (Jim nez y Sanmart n, 1997; Acevedo, 2004; Blanco, 2004), creo necesario contextualizar los contenidos escolares mostrando su proceso de construcci n y su importancia desde el punto de vista sociocultural y ambiental. Se trata, en definitiva, de mostrar la ciencia desde un contexto cercano a la vida de los alumnos y que pueda responder a sus necesidades; es decir, la ense anza de la ciencia debe darse de manera contextualizada (Mart n-D az, 2002). Hodson (1996) sugiere la importancia de que los alumnos, no s lo aprendan ciencias, sino tambi n acerca de las ciencias y a hacer ciencias.

5 En relaci n con esto, se propone tambi n una visi n m s adecuada de la ciencia en contraposici n a las visiones deformadas que se suelen transmitir a trav s de la ense anza (Gil, 1993). Finalmente, conviene tener presentes las nuevas tendencias en did ctica de las ciencias de abordar la educaci n cient fica desde una perspectiva m s humanista, de acuerdo a los enfoques C-T-S (Ciencias-Tecnolog a-Sociedad) (Acevedo, 2004). Siguiendo estos criterios y sin pretender agotar toda la gama de posibilidades, considero necesario tener en cuenta al menos tres dimensiones distintas para la idea de contextualizaci n a la que aludo: n hist rica, como forma de mostrar c mo y por qu surgen las ideas y teor as cient ficas, frente a la visi n aproblem tica que suele presidir la ense anza de las ciencias la mayor a de veces.

6 N metodol gica, como forma de incidir no s lo en los contenidos como objetos terminales, sino tambi n en las formas bajo las que ste puede generarse, en oposici n a la visi n dogm tica y de sentido com n que suele ofrecerse a trav s de una ciencia acabada y prefabricada de la que el alumno es un mero receptor y consumidor. n socio-ambiental, como forma de ver la utilidad de la ciencia en nuestro entorno y en nuestro modo de ver el mundo y de interaccionar con l, frente a la visi n teoricista y descontextualizada que concibe la ciencia como algo puramente abstracto y sin relaci n con la realidad circundante. Al objeto de ilustrar estas perspectivas, a continuaci n se ofrecen tres EJEMPLOS de SITUACIONES did cticas que suelo plantear en mis clases para despertar el inter s de los alumnos desde una orientaci n m s contextualizada de las ciencias en l nea con las dimensiones de las que venimos hablando.

7 CONTEXTUALIZACI N HIST RICA: EL PRINCIPIO DE INERCIA, COMO. EJEMPLO DE INCLUSI N DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA EN LA ENSE ANZA. DE LA F SICA. Para conseguir mostrar la ciencia como un logro humano, en el sentido de que ha sido realizado con el esfuerzo de personas que se han sacrificado y que incluso sufrieron por ello pagando hasta con su vida, no debemos mostrarla descontextualizada de la poca en que se elabora un nuevo conocimiento cient fico. Con esto se pretende dar la Experiencias, recursos y otros trabajos 215. Revista Eureka sobre Ense anza y Divulgaci n de las Ciencias (2004), Vol. 1, N 3, pp. 214-223 ISSN 1697-011X. imagen de que los cient ficos son personas que han vivido en un momento hist rico, que les ha influido, y en el que han participado de manera notable en muchos casos.

8 Es importante destacar qu supuso una idea en su poca y qu aport . Con ello se pretende mostrar el trabajo de los cient ficos en interacci n con su momento de la historia, ya que, a veces, se transmite la imagen de que los que se dedican a la ciencia viven apartados de la sociedad en la que viven y que su trabajo es ajeno a ella. La reflexi n que hace Fernando Savater en su libro Las preguntas de la vida , sobre la implicaci n de la ciencia en la concepci n que el ser humano ha tenido de s . mismo a lo largo de la historia, describe perfectamente esta interconexi n;. destacando tres momentos de la historia que han supuesto un tremendo varapalo a la concepci n que el hombre ten a de s mismo: En la poca moderna los humanos hemos tenido que asumir tres grandes humillaciones te ricas, las tres vinculadas a la ciencia y las tres frontalmente opuestas a dogmas religiosos.

9 La primera tuvo lugar en los siglos XVI y XVII por obra de Cop rnico, Kepler y Galileo: la Tierra fue desplazada del centro del universo y perdi su majestuosa inmovilidad para ponerse a girar en torno al Sol. La segunda ocurri en el siglo XIX: Darwin demostr de manera bastante convincente que nuestra especie es una m s en el conjunto de los seres vivos y que no hemos sido creados por ning n dios [..]. La tercera humillaci n nos la infringi Freud, a finales del siglo XIX y principios del XX, al convenir nuestra mism sima conciencia o alma en algo complejo y nada transparente, traspasados por impulsos inconscientes de los que no somos due os. En los tres casos perdemos alg n rasgo de excepcionalidad que nos enorgullec a y para el que se hab an buscados fundamentos teol gicos: cada vez nos parecemos m s a lo que no queremos.

10 (Savater, 1999, p. 99). Como ejemplo de momentos estelares en la historia de la ciencia y que son tratados en los curr culos de F sica y Qu mica en la educaci n secundaria, podemos citar las aportaciones de Cop rnico y Galileo al posterior desarrollo del primer Principio de la din mica. Cop rnico plantea su alternativa heliocentrista como una manera m s sencilla de explicar las observaciones astron micas. De hecho, el sistema copernicano mantiene muchos elementos del sistema tradicional. Cop rnico nunca imagin que su teor a revolucionar a tanto la visi n del cosmos. l s lo pretend a arreglar el callej n en que se encontraba la astronom a medieval; es decir, s lo pretend a solucionar el problema de los planetas puesto que, en palabras de Cop rnico, se hab a engendrado un monstruo.


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