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RITUAL PARA LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO

1 RITUAL para LA celebraci N DEL MATRIMONIO RITUAL para LA celebraci N DEL MATRIMONIO PARROQUIA NUESTRA SE ORA DE LOS AP STOLES Archidi cesis de Madrid C/ Luis de Hoyos Sainz 94B, 28030 Madrid PARROQUIA NUESTRA SE ORA DE LOS AP STOLES 2 3 RITUAL para LA celebraci N DEL MATRIMONIO PRIMER MODO A la hora convenida, el sacerdote, revestido, se dirige a la puerta de la iglesia, recibe a los novios y los saluda afablemente, haci ndoles saber que la Iglesia comparte su alegr a. Luego se hace la procesi n hacia el altar: preceden los ayudantes, sigue el sacerdote, despu s los novios, a los que, seg n las costum-bres, pueden acompa ar honor ficamente, por los menos los padres y dos testigos, hasta el lugar que tienen preparado. Mientras, se en-tona el canto de entrada o se toca festivamente el rgano u otro ins-trumento. Respecto al lugar preparado para los novios, conviene tener en cuenta, a ser posible, que no queden situados de tal modo que den la espalda a la asamblea.

A1) Lectura del libro del Génesis 1, 26-28. 31a Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, los reptiles de la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó. Dios los bendijo; y les dijo Dios: Sed fecundos y multiplicaos,

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1 1 RITUAL para LA celebraci N DEL MATRIMONIO RITUAL para LA celebraci N DEL MATRIMONIO PARROQUIA NUESTRA SE ORA DE LOS AP STOLES Archidi cesis de Madrid C/ Luis de Hoyos Sainz 94B, 28030 Madrid PARROQUIA NUESTRA SE ORA DE LOS AP STOLES 2 3 RITUAL para LA celebraci N DEL MATRIMONIO PRIMER MODO A la hora convenida, el sacerdote, revestido, se dirige a la puerta de la iglesia, recibe a los novios y los saluda afablemente, haci ndoles saber que la Iglesia comparte su alegr a. Luego se hace la procesi n hacia el altar: preceden los ayudantes, sigue el sacerdote, despu s los novios, a los que, seg n las costum-bres, pueden acompa ar honor ficamente, por los menos los padres y dos testigos, hasta el lugar que tienen preparado. Mientras, se en-tona el canto de entrada o se toca festivamente el rgano u otro ins-trumento. Respecto al lugar preparado para los novios, conviene tener en cuenta, a ser posible, que no queden situados de tal modo que den la espalda a la asamblea.

2 SEGUNDO MODO A la hora convenida, el sacerdote, revestido, se dirige al lugar pre-parado para los novios. Cuando los novios han llegado a su lugar, el sacerdote los recibe y los saluda afablemente. Despu s, mientras se entona el canto de entrada o se toca festivamente el rgano u otro instrumento el sacerdote venera el altar y se dirige a la sede. * * * * * Entonces hace la se al de la cruz y saluda a los presentes. Luego saluda a los novios y a los presentes, para disponerlos a la celebra-ci n del MATRIMONIO . SE OMITE EL ACTO PENITENCIAL. El rito de entrada concluye con la oraci n colecta. RITOS INICIALES PARROQUIA NUESTRA SE ORA DE LOS AP STOLES 4 La liturgia de la palabra se realiza en la forma acostumbrada. Pueden ele-girse tres lecturas: la primera ser del Antiguo Testamento (en Tiempo Pascual ser de los Hechos de los Ap stoles o del Apocalipsis) seguida siempre del Salmo Responsorial la segunda ser del Nuevo Testamento la tercera ser del Evangelio Si el MATRIMONIO se celebrase en uno de los d as en que las lecturas no pueden ser modificadas, se leer n las propias del d a.

3 PRIMERAS LECTURAS (A) A1) Lectura del libro del G nesis 1, 26-28. 31a Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, los reptiles de la tierra. Y cre Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo cre , var n y mujer los cre . Dios los bendijo; y les dijo Dios: Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra. Vio Dios todo lo que hab a hecho; y era muy bueno. Palabra de Dios. A2) Lectura del libro del G nesis 2, 18-24 El Se or Dios se dijo: No est bien que el hombre est solo; voy a hacerle alguien como l, que le ayude. Entonces el Se or Dios model de la tierra todas las bestias del campo y todos los p jaros del cielo, y se los present a Ad n, para ver qu nombre les pon a.

4 Y cada ser vivo llevar a el nombre LITURGIA DE LA PALABRA 5 RITUAL para LA celebraci N DEL MATRIMONIO que Ad n le pusiera. As Ad n puso nombre a todos los ganados, a los p jaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontr nin-guno como l, que lo ayudase. Entonces el Se or Dios hizo caer un letargo sobre Ad n, y que se durmi ; le sac una costilla, y le cerr el sitio con carne. Y el Se- or Dios form , de la costilla que le hab a sacado a Ad n, una mu-jer, y se la present a Ad n. Ad n dijo: sta s que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre ser mujer , porque ha salido del var n. Por eso abandonar el var n a su padre y a su madre, se unir a su mujer y ser n los dos una sola carne. Palabra de Dios. A3) Lectura del libro del G nesis 24, En aquellos d as, el criado de Abrah n dijo a Lab n: Me inclin en adoraci n al Se or, bendiciendo al Se or, Dios de mi amo Abrah n, que me ha guiado por el camino justo, para llevar al hijo de mi amo la hija de su hermano.

5 Ahora, pues, si quer is ser ben volos y leales con mi amo, de-c dmelo; y si no, dec dmelo tambi n, para actuar en consecuencia. Lab n y Betuel le contestaron: El asunto viene del Se or; noso-tros no podemos responderte bien o mal. Ah tienes a Rebeca, t mala y ve-te, y sea la mujer del hijo de tu amo, como el Se or ha dicho. Llamaron a Rebeca y le preguntaron: Quieres ir con este hom-bre? Ella respondi : S . Entonces despidieron a Rebeca, a su nodriza, al criado de Abrah n y a sus acompa antes. Y bendijeron a Rebeca diciendo: T eres nuestra hermana, crece mil y mil veces; que tu descendencia someta el poder de sus enemigos. Rebeca y sus doncellas se levantaron, montaron en los came-llos y siguieron al hombre. As el criado de Abrah n tom a Rebeca y se fue. Isaac se hab a trasladado del pozo de Lajay Roi. Por entonces habitaba en la regi n del Negueb.

6 Una tarde, sali a pasear por el campo y, alzando la vista, vio acercarse unos camellos. Tambi n Rebeca alz la vista y, al ver a Isaac, baj del camello. Ella dijo al PARROQUIA NUESTRA SE ORA DE LOS AP STOLES 6 criado: Qui n es aquel hombre que viene por el campo en direcci n a nosotros? Respondi el criado: Es mi amo. Entonces ella tom el velo y se cubri . El criado le cont a Isaac todo lo que hab a hecho. Isaac la condujo a la tienda de su madre Sara, la tom por esposa y con su amor se consol de la muerte de su madre. Palabra de Dios. A4) Lectura del libro de Tobit 7, 6-14 En aquellos d as, Rag el se levant de un salt y, con l gri-mas en los ojos, bes a Tob as y le dijo: Bendito seas, hijo. Tienes un padre bueno y noble. Qu desgracia que un hombre tan honrado y gene-roso se haya quedado ciego! Y ech ndose al cuello de su pariente Tob as, llor de nuevo.

7 Tambi n lloraban Edna, su mujer, y Sara, su hija. Entonces Rag el sacrific un carnero y los hosped con suma cordialidad. Despu s de ba arse y lavarse las manos, se sentaron a la me-sa. Tob as dijo entonces a Rafael: Hermano Azar as, di a Rag el que me d por mujer a mi pariente Sara. Rag el lo oy , y dijo al joven: Come, bebe y disfruta esta noche. T eres quien m s derecho tiene a casarse con Sara. No podr a yo d rsela a otro, puesto que t eres el pariente m s pr ximo. Pero debo decirte la ver-dad, hijo. Ya se la he dado en MATRIMONIO a siete parientes y todos murie-ron la noche de la boda. Ahora, hijo, come y bebe, que el Se or cuidar de vosotros. Pero Tob as insisti : No comer ni beber hasta que tomes una de-cisi n sobre lo que te he pedio. Rag el respondi : De acuerdo. Te la doy por esposa seg n lo pres-crito en la ley de Mois s. Dios ordena que sea tuya. Rec bela.

8 Desde ahora sois marido y mujer. Tuya es desde hoy para siempre. Hijo, que el Se or del cielo os ayude esta noche y os conceda misericordia y paz. Llam Rag el a su hija Sara y, cuando ella estuvo presente, la tom de la mano y se la entreg a Tob as diciendo: T mala por mujer seg n lo previsto en la ley de Mois s. T mala y ll vala con bien a la a casa de tu padre. Que el Dios del cielo os conserve en paz y prosperidad. 7 RITUAL para LA celebraci N DEL MATRIMONIO Llam luego a la madre, mand traer una hoja papel y escri-bi el contrato del MATRIMONIO : Sara ser entregada por mujer a To-b as seg n lo prescrito en la ley de Mois s Despu s de esto comen-zaron a cenar. Palabra de Dios. A5) Lectura del libro de Tobit 8, 4b-8 En la noche de bodas, Tob as dijo a Sara: Lev ntate, mujer. Va-mos a rezar, pidiendo a nuestro Se or que se apiade de nosotros y nos pro-teja.

9 Ella se levant , y comenzaron a suplicar la protecci n del Se- or. Tob as or as : Bendito seas, Dios de nuestros padres, y bendito tu nombre por siempre. Que por siempre te alaben los cielos y todas tus cria-turas. T creaste a Ad n y le diste a Eva, su mujer, como ayuda y apoyo. De ellos naci la estirpe humana. T dijiste: No es bueno que el hombre est solo; hag mosle una ayuda semejante a l . Al casarme ahora con esta mujer, no lo hago por impuro deseo, sino con la mejor intenci n. Ten mi-sericordia de nosotros y haz que lleguemos juntos a la vez. Los dos dijeron: Am n, am n. Palabra de Dios. A6) Lectura del libro de los Proverbios 31, Una mujer hacendosa, qui n la hallar ? Supera en valor a las perlas. Su marido se f a de ella, pues no le faltan riquezas. Le trae ganancias, no p rdidas, todos los d as de su vida. Busca la lana y el lino y los trabaja con la destreza de sus manos.

10 Aplica sus manos al huso, con sus dedos sostiene la rueca. Abre sus manos al necesitado y tiende sus brazos al pobre. Enga osa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Se or merece alabanza. PARROQUIA NUESTRA SE ORA DE LOS AP STOLES 8 Cantadle por el xito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza. Palabra de Dios. A7) Lectura del libro del Eclesi stico 26, Dichoso el marido de una mujer buena; el n mero de sus d as se duplicar . Mujer valerosa es la alegr a de su marido, l vivir en paz todos los a os de su vida. Una mujer buena es una herencia valiosa que toca en suerte a los que temen al Se or: sean ricos o pobres, su coraz n estar contento y llevar n siempre la alegr a en el rostro. El encanto de la mujer complace a su marido, y su ciencia lo reconforta. La mujer silenciosa es un don del Se or, la mujer bien educada no tiene precio. La mujer honesta duplica su encanto, es incalculable el valor de la que sabe controlarse.


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