Example: tourism industry

Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer

1 Sexismo ling stico y visibilidad de la mujer Ignacio Bosque De la Real Academia Espa ola Catedr tico de Lengua Espa ola de la Universidad Complutense de Madrid y Ponente de la Nueva gram tica de la lengua espa ola 1. En los ltimos a os se han publicado en Espa a numerosas gu as de lenguaje no sexista. Han sido editadas por universidades, comunidades aut nomas, sindicatos, ayuntamientos y otras instituciones. Las que identifico con siglas o abreviaturas en la relaci n que aparece al final constituyen tan solo una muestra de ese extenso cat logo. Antepondr un guion a la p gina citada: MUR-8, UPM-10, UGT-14, etc. 2. La mayor parte de estas gu as han sido escritas sin la participaci n de los ling istas.

entre mujeres y hombres; Ley del 4/4/2007, para la igualdad entre mujeres y hombres, y de protección contra la violencia de género en la Región de Murcia; Ley 12/2007 para la promoción de la igualdad de género de la Junta de Andalucía; Informe sobre el lenguaje no sexista del Parlamento Eur opeo (febrero de 2008).

Tags:

  Ernet, Ingl, Para, Costi, Hombre, Para la, Mujeres, Igualdad, La igualdad, Sexismo, Sexismo ling, 237 stico y visibilidad de la, Visibilidad, Entre mujeres y hombres, Para la igualdad entre mujeres y hombres

Information

Domain:

Source:

Link to this page:

Please notify us if you found a problem with this document:

Other abuse

Transcription of Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer

1 1 Sexismo ling stico y visibilidad de la mujer Ignacio Bosque De la Real Academia Espa ola Catedr tico de Lengua Espa ola de la Universidad Complutense de Madrid y Ponente de la Nueva gram tica de la lengua espa ola 1. En los ltimos a os se han publicado en Espa a numerosas gu as de lenguaje no sexista. Han sido editadas por universidades, comunidades aut nomas, sindicatos, ayuntamientos y otras instituciones. Las que identifico con siglas o abreviaturas en la relaci n que aparece al final constituyen tan solo una muestra de ese extenso cat logo. Antepondr un guion a la p gina citada: MUR-8, UPM-10, UGT-14, etc. 2. La mayor parte de estas gu as han sido escritas sin la participaci n de los ling istas.

2 Constituye una importante excepci n MAL, que contiene abundante bibliograf a. Esta es la gu a m s completa de las nueve, y tambi n la menos radical en sus propuestas. Cabe pensar que los responsables o los impulsores de las dem s gu as entienden que no corresponde a los ling istas determinar si los usos verbales de los hispanohablantes son o no sexistas. Aunque se analizan en ellas no pocos aspectos del l xico, la morfolog a o la sintaxis, sus autores parecen entender que las decisiones sobre todas estas cuestiones deben tomarse sin la intervenci n de los profesionales del lenguaje, de forma que el criterio para decidir si existe o no Sexismo ling stico ser la conciencia social de las mujeres o, simplemente, de los ciudadanos contrarios a la discriminaci n.

3 Ha trascendido a la prensa recientemente el malestar de los profesores de Lengua Espa ola de la Universidad de Murcia ante la gu a de lenguaje no sexista que esta instituci n elabor (MUR, en la lista final) sin contar con su participaci n o recabar siquiera su parecer. Se ha se alado en varias ocasiones que los textos a los que me refiero contienen recomendaciones que contravienen no solo normas de la Real Academia Espa ola y la Asociaci n de Academias, sino tambi n de varias gram ticas normativas, as como de numerosas gu as de estilo elaboradas en los ltimos a os por muy diversos medios de comunicaci n. En ciertos casos, las propuestas de las gu as de lenguaje no sexista conculcan aspectos gramaticales o l xicos firmemente asentados en nuestro sistema ling stico, o bien anulan distinciones y matices que deber an explicar en sus clases de 2 Lengua los profesores de Ense anza Media, lo que introduce en cierta manera un conflicto de competencias.

4 No hay, desde luego, ilegalidad alguna en las recomendaciones sobre el uso del lenguaje que se introducen en esas gu as, pero es f cil adivinar cu l ser a la reacci n de las universidades, las comunidades aut nomas, los ayuntamientos o los sindicatos si alguna instituci n dirigiera a los ciudadanos otras gu as de actuaci n social sobre cuestiones que competen directamente a esos organismos, y, m s a n, que lo hiciera sin consultar con ellos y sin tener en cuenta sus puntos de vista, cuando no despreciando abiertamente sus criterios. 3. Las nueve gu as que menciono poseen numerosos puntos en com n. Tambi n existen algunas diferencias entre ellas, relativas sobre todo al grado de detalle con el que explican los fen menos gramaticales o l xicos.

5 De las nueve gu as que menciono, MAL es la nica que acepta el uso no marcado (m s com nmente llamado gen rico) del masculino, como en El trabajador debe exigir sus derechos (MAL-29) o en El alumno deber asistir puntualmente a clase (MAL-32), donde admite que el masculino es extensivo a las mujeres . Esta gu a se limita a censurar el uso abusivo del masculino gen rico (MAL-47), mientras que las dem s no aceptan su empleo y recomiendan evitarlo en todos los casos. Entre los aspectos que comparten las gu as de lenguaje no sexista destaca sobre todo una argumentaci n impl cita que me parece demasiado obvia para ser inconsciente. Consiste en extraer una conclusi n incorrecta de varias premisas verdaderas, y dar a entender a continuaci n que quien niegue la conclusi n estar negando tambi n las premisas.

6 La primera premisa verdadera es el hecho cierto de que existe la discriminaci n hacia la mujer en nuestra sociedad. Son alarmantes, en efecto, las cifras anuales de violencia dom stica, y se siguen registrando situaciones de acoso sexual no siempre atendidas debidamente por las autoridades competentes. Existen todav a diferencias salariales entre hombres y mujeres . Se atestiguan tambi n diferencias en el trato personal en el trabajo, que a veces se extienden al grado de capacitaci n profesional exigible en la pr ctica, as como a las condiciones requeridas para acceder a puestos de responsabilidad. Adem s de en el mundo laboral, existe desigualdad entre hombres y mujeres en la 3 distribuci n de las tareas dom sticas.

7 Es tambi n real el Sexismo en la publicidad, en la que la mujer es considerada a menudo un objeto sexual. Son igualmente verdaderas las actitudes paternalistas que algunos hombres muestran hacia las mujeres , sea dentro o fuera del trabajo, y son asimismo objetivos otros muchos signos sociales de desigualdad o de discriminaci n que las mujeres han denunciado repetidamente en los ltimos a os. La segunda premisa, igualmente correcta, es la existencia de comportamientos verbales sexistas. El lenguaje puede usarse, en efecto, con m ltiples prop sitos. Puede emplearse para describir, ordenar, preguntar, ensalzar o insultar, entre otras muchas acciones, y, desde luego, tambi n puede usarse para discriminar a personas o a grupos sociales.

8 Este hecho ha sido destacado por los ling istas en numerosas ocasiones, incluso aplic ndolo al caso espec fico de las mujeres , como explicar en este mismo texto. La tercera premisa verdadera es el hecho de que numerosas instituciones auton micas, nacionales e internacionales han abogado por el uso de un lenguaje no sexista. En casi todas las gu as que menciono se alude, en efecto, a la abundante legislaci n que propugna abolirlo. Menciono a continuaci n, en orden cronol gico, una peque a parte de esa extensa documentaci n: Resoluci n de Conferencia General de la UNESCO (1987); Resoluci n 109 de Conferencia General de la UNESCO (1989); Recomendaci n aprobada por el Comit de Ministros del Consejo de Europa (21 febrero de 1990); Orden de 22/3/1995 del Ministerio de Educaci n y Ciencia; Ley Org nica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres; Ley 9/2003, de 2 de abril, de la Generalitat Valenciana para la igualdad entre mujeres y hombres .

9 Ley del 4/4/2007, para la igualdad entre mujeres y hombres , y de protecci n contra la violencia de g nero en la Regi n de Murcia; Ley 12/2007 para la promoci n de la igualdad de g nero de la Junta de Andaluc a; Informe sobre el lenguaje no sexista del Parlamento Europeo (febrero de 2008). Algunas revistas cient ficas internacionales piden actualmente a los investigadores que no usen nicamente la inicial del nombre de pila en las citas bibliogr ficas de sus trabajos, ya que se ha constatado cierta tendencia a considerar, por defecto, que el autor de la obra citada en tales casos es un var n, en lugar de una mujer . Existen otras muchas medidas sociales surgidas en los ltimos a os, igualmente destinadas a evitar situaciones de discriminaci n hacia las mujeres .

10 La cuarta premisa, casi un corolario de las anteriores, es igualmente correcta. Es necesario extender la igualdad social de hombres y mujeres , y lograr que la presencia de la mujer en la sociedad sea m s visible. Hago notar que las palabras visible, visibilidad , 4 invisibilidad, visibilizar o visibilizaci n est n presentes en las nueve gu as que he mencionado. De estas premisas correctas, en cierta forma subsumidas en la ltima, se deduce una y otra vez en estas gu as una conclusi n injustificada que muchos hispanohablantes (ling istas y no ling istas, espa oles y extranjeros, mujeres y hombres) consideramos insostenible. Consiste en suponer que el l xico, la morfolog a y la sintaxis de nuestra lengua han de hacer expl cita sistem ticamente la relaci n entre g nero y sexo, de forma que ser n autom ticamente sexistas las manifestaciones verbales que no sigan tal directriz, ya que no garantizar an la visibilidad de la mujer .


Related search queries