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TRASTORNOS DE LA IDENTIDAD SEXUAL - Centre …

TRASTORNOS DE LA IDENTIDAD SEXUAL Qu es la IDENTIDAD SEXUAL ? A nivel cognitivo la IDENTIDAD SEXUAL o de g nero ha sido definida como el reconocimiento del propio ni o en la identificaci n con un sexo determinado, el ser consciente de que uno pertenece al sexo masculino o femenino. A nivel afectivo, este sentido de pertenencia es valorado emocionalmente, por lo que el ni o experimenta un sentimiento de comodidad o seguridad al ser ni o o ni a. La IDENTIDAD de g nero de un ni o o ni a viene condicionada por la estimulaci n hormonal durante el periodo prenatal y postnatal de maduraci n del ni o, as como a una serie de factores psicosociales, ntimamente unidos la adopci n de determinados comportamientos de masculinidad o feminidad que vienen definidos culturalmente. A este conjunto de conductas es a lo que denominamos roles sexuales. El concepto de rol SEXUAL hace referencia a la identificaci n y reproducci n por parte del ni o de ciertas conductas consideradas socialmente como protot picas de hombres o de mujeres.

TRASTORNOS DE LA IDENTIDAD SEXUAL ¿Qué es la Identidad Sexual? A nivel cognitivo la identidad sexual o de género ha sido definida como el

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1 TRASTORNOS DE LA IDENTIDAD SEXUAL Qu es la IDENTIDAD SEXUAL ? A nivel cognitivo la IDENTIDAD SEXUAL o de g nero ha sido definida como el reconocimiento del propio ni o en la identificaci n con un sexo determinado, el ser consciente de que uno pertenece al sexo masculino o femenino. A nivel afectivo, este sentido de pertenencia es valorado emocionalmente, por lo que el ni o experimenta un sentimiento de comodidad o seguridad al ser ni o o ni a. La IDENTIDAD de g nero de un ni o o ni a viene condicionada por la estimulaci n hormonal durante el periodo prenatal y postnatal de maduraci n del ni o, as como a una serie de factores psicosociales, ntimamente unidos la adopci n de determinados comportamientos de masculinidad o feminidad que vienen definidos culturalmente. A este conjunto de conductas es a lo que denominamos roles sexuales. El concepto de rol SEXUAL hace referencia a la identificaci n y reproducci n por parte del ni o de ciertas conductas consideradas socialmente como protot picas de hombres o de mujeres.

2 La IDENTIDAD SEXUAL se inicia en etapas tempranas de la infancia y depende, por una parte, de factores gen ticos y hormonales, y por otra del sexo atribuido al ni o al nacer y al rol SEXUAL en el que se lo educa. Qu se observa en ni os y adolescentes con TIS? En determinados casos se produce una disociaci n entre el sexo anat mico del ni o/a y su IDENTIDAD SEXUAL . Esta disociaci n produce un profundo malestar que se manifiesta en el deseo de pertenecer al otro sexo. Entonces hablamos de un Trastorno de la IDENTIDAD SEXUAL (TIS). El rasgo m s com n del TIS es una identificaci n y una preferencia hacia el rol SEXUAL caracter stico del otro sexo. Esto puede inferirse a partir de m ltiples manifestaciones conductuales de identificaci n SEXUAL , como intereses en juguetes, deseo de vestirse con ropa del otro sexo, preferencias hacia roles y actividades imaginarias, preferencias a la hora de relacionarse con sus compa eros, determinados rasgos de personalidad, etc.

3 La identificaci n con el otro g nero tambi n se expresa a trav s de afirmaciones verbales como que a uno le gustar a pertenecer o incluso que pertenece al otro sexo. Adem s, los ni os con TIS frecuentemente tienen pocas cosas positivas que decir sobre su propio sexo, rechazando igualmente sus caracter sticas anat micas. Parece que experimentan un sentimiento de disforia SEXUAL o de incomodidad o dificultad por pertenecer al g nero al cual pertenecen, alter ndose profundamente el sentimiento normal de masculinidad o feminidad. En la adolescencia, cuando el cuadro cl nico se parece m s a lo que se observa en adultos con TIS, el sentido de disforia de g nero se hace m s dif cil de ignorar o disimular. Cu l es la prevalencia del TIS? No hay estudios que hayan constatado formalmente la prevalencia del TIS en ni os. Se ha sugerido, sin embargo, que estimaciones conservadoras de prevalencia se pueden inferir de los datos respecto a la prevalencia del transexualismo en adultos, ya que el comienzo del TIS suele tener lugar en la infancia y adolescencia.

4 Tales datos se basan en el n mero de personas que acuden a cl nicas de tratamiento hormonal y quir rgico. Atendiendo a este criterio, el n mero de adultos transexuales es peque o. Algunas estimaciones sugieren una prevalencia de uno de cada hombres y una de cada mujeres, aproximadamente (Bakker, 1993). Estimaciones m s liberales de prevalencia pueden extraerse a partir de estudios con ni os en los que se eval an comportamientos espec ficos de g nero cruzado. Por ejemplo, el estudio estandarizado del CBCL (Achenbach, 1981), inclu a informaci n sobre el porcentaje de madres de ni os y ni as cl nicos y no cl nicos que cumpl an con los tems: se comporta como del sexo opuesto y desea ser del sexo opuesto . A los 4-5 a os el 16 3% de los ni os y el 18 6% de las ni as se comportan como si pertenecieran al otro sexo, descendiendo al 3% y al 16 5% respectivamente a los 12-13 a os. Los hallazgos de Achenbach sugieren que hay una diferencia de sexo en la ocurrencia de un comportamiento de g nero cruzado suave (1-4%), desapareciendo esta diferencia cuando el comportamiento es m s extremo.

5 El principal problema de estos datos es que no diferencian los patrones duraderos, m ltiples y persistentes de comportamiento de g nero cruzado del fen meno transitorio. Los datos de este tipo probablemente sobreestiman casos de TIS, aunque los m todos de recogida de datos pueden considerarse como herramientas de evaluaci n general tiles para un estudio posterior m s detallado. Ha cambiado la incidencia del TIS en las ltimas d cadas? Desafortunadamente los tipos de datos de epidemiolog a infantil requeridos para responder a esta cuesti n no existen. Se dispone de fuentes de informaci n indirectas, pero son dif ciles de utilizar. Consid rese, por ejemplo, el actual debate respecto a la incidencia de tendencia homosexual. Algunos autores mantienen que la incidencia es bastante estable, mientras otros sostienen que se ha incrementado. Si la primera visi n es correcta, entonces tambi n puede esperarse una incidencia estable de los TIS, ya que existe un porcentaje inespec fico de adultos homosexuales que probablemente experiment TIS en su infancia (al menos de forma latente).

6 Si la ltima visi n es correcta, entonces uno puede esperar encontrar un mayor n mero de ni os con s ntomas de TIS. Los cambios en los patrones educativos de los ni os, respecto al comportamiento de rol SEXUAL son otra fuente indirecta de informaci n sobre los cambios en la incidencia del TIS. Hay autores que se alan, en base a su experiencia cl nica, que las madres que han intentado masculinizar a sus hijas o feminizar a sus hijos con el fin de prepararlos para roles sociales radicalmente nuevos no han producido ni os andr ginos , como esperaban, sino ni os que evidencian un rol estereot pico de g nero cruzado que asustaba a sus padres . No se ha estudiado en profundidad el efecto educativo de los padres para moldear el rol comportamental SEXUAL en los ni os, por lo que no podemos afirmar que un tipo de educaci n menos convencional est introduciendo TIS inadvertidamente. Hay diferencia de prevalencia entre ni os y ni as? Se ha observado de manera consistente que existe mayor n mero de referencias en ni os que en ni as respecto a la IDENTIDAD SEXUAL .

7 Esto se ha reflejado tanto en estudios de investigaci n como en estudio de casos cl nicos, en los que se se ala una ratio aproximada de 6 6 ni os por cada ni a (los estudios de muestras cl nicas indican una prevalencia m s alta de conductas sexuales at picas compar ndolas con las de la poblaci n general). Una posible explicaci n es que factores sociales jueguen un rol en esta disparidad. Por ejemplo, est bien constatado que los padres, profesores y amigos son menos tolerantes con el comportamiento de g nero cruzado en los ni os que en las ni as (los padres relacionan las conductas femeninas del ni o con homosexualidad en la vida adulta), lo que podr a conllevar a diferencias de sexo en los casos que llegan a la consulta cl nica. Otra posible fuente de error es el menor inter s por el estudio del TIS en las ni as (Mardomingo, 1995). Todo ello, teniendo en cuenta que los estudios epidemiol gicos sobre el TIS son escasos, no nos permite sacar conclusiones definitivas respecto a la prevalencia del TIS.

8 Cu ndo empieza el TIS? Los signos comportamentales iniciales del TIS suelen aparecer durante la primera infancia (edad de los primeros pasos) y a os preescolares, a os en los que pueden observarse los patrones m s convencionales de comportamiento de sexo. En algunos casos los padres se alan que comportamientos como usar vestidos del sexo opuesto empezaron antes del tercer cumplea os. Rara vez el TIS se inicia en la vida adulta. C mo es el comportamiento de un ni o con TIS? El asunto cl nico central concierne al grado en el que se presenta un patr n de signos comportamentales, para poder inferir hasta qu punto un ni o sufre TIS. En su forma leve, el ni o siente malestar hacia su propio sexo, pero reconoce el sexo al que pertenece. En su forma grave, la identificaci n con el sexo contrario es tan intensa que se desea profundamente una apariencia externa en todo similar, recurriendo al tratamiento hormonal y a la correcci n quir rgica.

9 En todo caso el s ntoma com n es el sentimiento de inadecuaci n respecto del propio sexo. En los ni os, el cuadro cl nico, en su forma completa incluye las siguientes caracter sticas: - un deseo ocasional o frecuente de ser ni a o una insistencia de que l es una ni a. - expresiones verbales o comportamentales de disforia anat mica (por ejemplo, decir que no les gusta su pene y que preferir an una vagina; orinar en posici n sentada realzando la fantas a de tener genitales femeninos). - frecuente uso de ropa u otros complementos femeninos (pintarse las u as, usar maquillaje, etc). - una preferencia por roles femeninos y una evitaci n de roles masculinos en juegos simb licos. - una preferencia por juguetes y actividades estereot picamente femeninos ( jugar a las casitas, a los pap s y mam s) y una evitaci n de los masculinos ( juegos violentos, peleas). - uso recurrente de manierismos afeminados o estereot picamente femeninos. - una preferencia por las ni as como compa eras de juego y una evitaci n de los ni os como compa eros de juego - una evitaci n de los juegos violentos y/o participaci n en deportes grupales con ni os.

10 En las ni as el cuadro es similar. Incluye: un deseo ocasional o frecuente de ser ni o o una insistencia de que ella es un ni o; expresiones verbales o comportamentales de disforia anat mica; intensa aversi n a usar ropa estereot picamente femenina e insistencia en llevar ropa estereot picamente masculina; una preferencia por roles masculinos y una evitaci n de roles femeninos en juegos simb licos; una preferencia por juguetes y actividades estereot picamente masculinas y una evitaci n de las femeninas; uso recurrente de manierismos estereot picamente masculinos; una preferencia por los ni os como compa eros de juego y una evitaci n de las ni as como compa eras de juego; un fuerte inter s por los juegos violentos y participaci n en deportes grupales con ni os. La consulta al m dico suele producirse cuando el ni o empieza a ir al colegio dado el rechazo que produce en los compa eros, que le conduce al aislamiento social. El ni o toma conciencia, entonces, del car cter problem tico de sus sentimientos y deseos.


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