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Tratado de Quirología Médica - iglisaw.com

Dr. Arnoldo Krumm-Heller (VM Huiracocha) Tratado de Quirolog a M dica Iglesia Cristiana - Gn stica Litelantes y Samael Aun DE QUIROLOGIA MEDICA 3 DEDICATORIA La ciencia est obligada, por ley eterna del honor, a afrontar, sin miedo alguno, todos los problemas que le sean presentados honradamente.

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1 Dr. Arnoldo Krumm-Heller (VM Huiracocha) Tratado de Quirolog a M dica Iglesia Cristiana - Gn stica Litelantes y Samael Aun DE QUIROLOGIA MEDICA 3 DEDICATORIA La ciencia est obligada, por ley eterna del honor, a afrontar, sin miedo alguno, todos los problemas que le sean presentados honradamente.

2 Sir William Thomson Dedico, ante todo, mi obra al colegio m dico espa ol e bero-americano, porque entre estos compa eros es completamente nuevo el sistema, y por ser en estos pa ses, donde por espacio de 25 a os he recogido cuantos, datos me fueron precisos para aportar a la ciencia m dica un nuevo campo para el descubrimiento, de cuantas enfermedades, predisposiciones y trastornos quedaban en estado nebuloso y muy poco definido. Fue un m dico latino mi primer maestro en este estudio especial vertiendo en mi alma, sedienta de nuevos conocimientos, los proleg menos de los signos de la mano.

3 Me refiero al celebr Mago Dr. Encausse (Pap s), autor de tantos libros que han resistido la piedra de toque de la traducci6n a otros idiomas, entre ellos el espa ol; y el que luego haber dejado su puesto de m dico de c mara del Zar de Rusia, daba sus c lebres conferencias en el "Palais Savant". Encauase muri durante la guerra, cumpliendo su deber profesional; pero, no obstante, sigue viviendo en la memoria de sus hijos espirituales. Tuve un colega de estudi6 que tambi n fue m s tarde disc pulo de Pap s, este compa ero fue el Dr.

4 Alfonso Montenegro, profesor de la Escuela M dica Militar de M xico, quien unido a m con una de esas amistades del alma en que se comparten penas y alegr as, xitos y fracasos, estudiamos mucho tiempo la Plasmogenia y la Quirolog a. Alfonso, que fue una bella esperanza para la ciencia m dica y para el cuerpo militar mexicano, muri como un h roe, acribillado por los bandidos de Pancho Villa. A estos dos grandes hombres va una dedicatoria de respetuoso recuerdo. Atenci n especial merecen mis compa eros de la Cl nica Fisiatra ( de Gracia, 99), Dres.

5 Coll Forest y Sala Alegr , porque fui recibido por ellos con los brazos abiertos, y en los numerosos enfermos de su Cl nica, pude volver a confirmar, hasta la certeza, los aciertos del diagn stico que en este libro describo. Ambos doctores tuvieron que tomar, miras nuevas al desarrollar su caudal en el Sanatorio del Dr. Rollier en la Engadina y en los de Dawos-Ratz (tambi n en Suiza); as como en los Hospitales de NewYork, Par s, Habana, etc., para amplificar su funci n m dica, pareci ndoles siempre pocos cuantos medios nuevos pudieran iniciarlos en el descubrimiento, no solamente de enfermedades (tantas veces obscurecidas), sino tambi n de predisposiciones, sedimentos y secuelas, que tanto ensombrecen y tantos puntos suspensivos ponen en el pensamiento de tos honrados doctores, en presencia de dif ciles enfermos.

6 Creo debe recibirse esta nueva pr ctica -fruto de miles de observaciones-, con respeto, aun cuando fuera la Quiromancia, pr ctica de gitanos, pues la parte que aqu estudiamos, huye por completo de suposiciones, y no admite otra ley que la que salga de una perfecta observaci n comprobada en los hechos y en enfermos confirmados. Iglesia Cristiana - Gn stica Litelantes y Samael Aun DE QUIROLOGIA MEDICA 4Y digo que merece respeto, porque un solo caso de enfermedad claramente etiquetada y diagnosticada por tres signos de la mano.

7 Es suficiente para levantar una admiraci n en el alma del m dico que pudo hallarla j y yo os digo, compa eros, que me sorprendi , desde el primer momento, lo que tan claro vi en esta nueva parte de la ciencia m dica. Luego, al profundizar, al proseguir: el estudio cada vez m s claro, no fue ya sorpresa,.fue mejor, religiosidad absoluta, un profundo abandonamiento de voluntad y trabajo m os en la Quirolog a. Tan grande la vi, que dediqu mis mejores a os a ella, y hoy soy aqu y en pa ses bero-ameri-canos, el primero que la menciono!

8 A qu puede sta llegar? Yo creo que, m s adelante, a un renunciamiento de todos los otros medios de observaci n; por de pronto, constituye esta ciencia un valios simo complemento. Debo dedic rsela tambi n, y con toda mi alma, a cuantos naturistas, oficiales o no, procuran sembrar el bien y la salud por todo el mundo. Hoy, y despu s de una larga discusi n de m ritos del abate Kneipp y de Luis Kuhne, los brillantes resultados obtenidos en .la curaci n de muchas enfermedades, han acreditado el valor terap utico de los agentes naturales sabiamente dirigidos y hay que reconocer los inmensos beneficios que a la humanidad ha.

9 Reportado la pr ctica de estos sistemas. Pero la verdad se impone y si ayer, hasta varios gobiernos tomaron medidas para combatir el ejercicio del naturismo .terap utico, hoy, en algunos Estados, se permite su libre ejercicio a todos aquellos que oficialmente y con hechos demuestran poseer condiciones de suficiencia. Caen en vuestras manos libros .de, escritores de recorte, embaucadores y charlatanes, especies parasitarias que Viven explotando estas ciencias y cuyas obras poco serias, oscurecen los conceptos de enfermedad, sus tratamientos y procedimiento curativo y que constituyen un comp s de espera en el progreso de las ciencias de cura.

10 Repitamos con Galileo: E por se muove. Creo que el presente librito puede seros de positiva utilidad y de mucho servicio. Frunc s el ce o, m dicos? El tiempo ser el mejor juez.. Aun cuando seamos nosotros los que tenemos el deber de procurar la salud del pueblo, no fueron s lo m dicos los que hicieran un bien a la Humanidad, y en este sentido recordad a Pasteur, rechazado al principio en todos los ex menes, y a Jenner que fue peluquero, y a n tenemos a un sombrerero que ltimamente descubri el microbio del c ncer.


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