CURSO SOBRE HECHOS DE LOS APÓSTOLES Hch 2, …

1 CURSO SOBRE HECHOS DE LOS AP STOLES Hch 2, 42-47; CLASE 9 La primera comunidad cristiana. El pasaje que revisaremos hoy es uno de los llamados 'sumarios' que Lucas inserta de vez en cuando en su obra, un 'resumen' que cumple "una doble funci n: por una parte da una idea general, una visi n de conjunto (acerca de la primera comunidad cristiana) y por otra sirve para hacer una transici n entre unos relatos y otros" (CdlB p. 40) R E V I S I N D E S G L O S A D A D E Hch 2, 42-47; 2, 42 ACUD AN ASIDUAMENTE A LA ENSE ANZA DE LOS AP STOLES, acud Qui nes? Los bautizados de los que nos acaba de hablar en Hch 2,41; Lucas nos hace notar que las pr cticas de la comunidad cristiana no era algo que hac an de vez en cuando, sino con asiduidad, es decir, con regularidad, con frecuencia.

2 REFLEXIONA: Los cristianos de la primera comunidad saben que necesitan renovar y fortalecer continuamente su compromiso de fe, de vida, y aprovechan al m ximo las ayudas que se les brindan. Por qu a nosotros, creyentes del siglo XXI nos parece que basta con ir a Misa muy de vez en cuando, con orar poco, con dejar de leer y de aprender acerca de nuestra fe una vez que hicimos la Primera Comuni n? a la ense Esto se refiere probablemente a lo que los disc pulos de Jes s ense aban: La interpretaci n del Antiguo Testamento, a la luz de la Pasi n, Muerte y Resurrecci n de Jes s. Los HECHOS , palabras, milagros, etc. de Jes s (lo que contienen los Evangelios). Tenemos aqu dos elementos important simos: la Escritura y el testimonio personal.

3 El anuncio de la Buena Nueva, apoyado por la Palabra de Dios, y el relato irrefutable de los testigos presenciales de aquello que se anuncia. REFLEXIONA: Para amar a alguien es necesario primero conocerlo. Por eso Lucas menciona en primer lugar la ense anza: los disc pulos ense aban qui n es Jes s, que dice, que hace, cu l es el proyecto de vida que propone; ense an que muri y resucit para darnos vida; ense an a imitarlo, a La ense anza de la catequesis actual deb a seguir esta l nea: ense ar a quien se acerca por vez primera a la fe -sea un ni o o un adulto- a encontrarse con Jes s como persona, a aprender qui n es, a descubrirlo vivo y presente, a su lado, relacionarse con l, aprender a amarlo para querer CURSO SOBRE HECHOS DE LOS AP STOLES Hch 2, 42-47 CLASE 9 2 A LA COMUNI N Esto no se refiere, como podr a pensarse, a la Comuni n como la entendemos ahora, en un sentido eucar stico, sino a la comuni n que se vive en la comunidad , es decir, a la comuni n fraterna, a la solidaridad verdadera, a la aut ntica caridad que es amor llevado a la pr ctica.

4 REFLEXIONA: Jes s dijo: 'en esto conocer n todos que s is disc pulos m os; si os ten is amor los unos a los otros" (Jn 13, 35). En este mundo donde se promueve el consumismo y el poseer m s y mejores bienes que nuestros semejantes, sigue siendo un signo important simo de caridad fraterna el compartir con otros, el renunciar a la aparente superioridad que da el 'tener' , sigue siendo algo que sorprende y cuestiona a quien se entera de ello. De qu manera la forma como manejas tus bienes materiales da testimonio de tu cristianismo? A LA FRACCI N DEL PAN "Entre los jud os, el pan constitu a el ingrediente principal de toda comida. Los alimentos tomados en com n se iniciaban con el gesto de padre de familia que, en calidad de presidente de la mesa, tomaba el pan en sus manos, recitaba SOBRE l la oraci n de acci n de gracias (o de alabanza): 'Sea alabado Yahveh, nuestro dios, rey del mundo, que de la tierra hace crecer el trigo'; lo part a luego, y daba un pedazo a cada uno de los comensales.

5 Era ya vieja costumbre en Palestina que las hogazas de pan no se cortasen con cuchillo, sino se partiesen con la Dado que en la Iglesia primitiva la expresi n 'fracci n del pan' se emple para designar tambi n el banquete eucar stico, surge la cuesti n de si aqu se alude a ste o tan s lo a una comida ordinaria tomada en com n. Las opiniones de los comentaristas no est n de " (Wikenhauser p. 85) Y A LAS ORACIONES. La comunidad cristiana ora en com n. Los fieles interceden unos por otros, unen sus voces para rogar a Dios por algo, comparten sus certeza de ser escuchados por un Dios cercano que los ama y se ocupa de ellos. Jes s ha dicho: "Os aseguro que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguir n de Mi Padre que est en los cielos.

6 Porque donde est n dos o tres reunidos en Mi nombre, all estoy Yo, en medio de ellos." (Mt 18, 19-20) REFLEXIONA: La oraci n en com n te permite orar por todos y que todos oren por ti. Solicitar y compartir las bendiciones de Dios. De qu manera participas y vives la oraci n en comunidad ? CURSO SOBRE HECHOS DE LOS AP STOLES Hch 2, 42-47 CLASE 9 3 REFLEXIONA: Cabe hacer notar que estos cuatro puntos que Lucas menciona son elementos que forman parte de nuestra Celebraci n Eucar stica tal como la conocemos hoy: La ense anza: en la lectura de la Palabra de Dios y la homil a. La comuni n: en la colecta durante las ofrendas, y tambi n durante el rito de la paz donde los presentes intercambiamos un signo de comuni n fraterna.

7 La fracci n del pan: en la Comuni n Eucar stica. Las oraciones: a lo largo de toda la celebraci n: Oraci n inicial; Oraci n Colecta; Oraci n Universal; Oraci n SOBRE las Ofrendas; Plegaria Eucar stica; Padrenuestro; Oraci n antes de la Comuni n; Oraci n despu s de la Comuni n. 2, 43 EL TEMOR SE APODERABA DE TODOS, PUES LOS AP STOLES REALIZABAN MUCHOS PRODIGIOS Y SE ALES. Al igual que ante los prodigios que realizaba Jes s, la multitud se llena de un temor reverente ante los prodigios que realizan los ap stoles. Una vez m s se cumple lo prometido por Jes s (ver Mc 16, 17). Los ap stoles son capaces de realizar signos extraordinarios, como muestra de su fe y del poder de Dios. 2, 44 TODOS LOS CREYENTES VIV AN UNIDOS Y TEN AN TODO EN COM N; 2,45 VEND AN SUS POSESIONES Y SUS BIENES Y REPART AN EL PRECIO ENTRE TODOS, SEG N LA NECESIDAD DE CADA UNO.

8 "Sin ninguna presi n externa, con plena libertad de decisi n personal, los fieles renunciaron a la propiedad privada." (K rzinger p. 79) Seg n la Esta frase es clave para entender este vers culo. Los creyentes compart an lo que ten an seg n la necesidad de cada uno. M s para el m s necesitado, menos para el menos necesitado. "Parece que los bienes de estos primeros cristianos se iban aportando y vendiendo conforme surg an las necesidades de los hermanos. En una palabra: no se trataba de un comunismo doctrinal, apoyado en una teor a social de la propiedad, sino m s bien de una expresi n del amor fraterno por el que se ayudaban todos mutuamente con sus personas y bienes. Una manifestaci n de la caridad que Jes s hab a se alado como el mandamiento principal del nuevo Reino de los Cielos.

9 " (Sobrino p. 31). No se trata de renunciar a todo bien material: por ejemplo, la casa donde se re nen es de alguno de ellos -se piensa que de la mam de Marcos- y a todos les parece bien que la tenga, porque la pone al servicio de la comunidad . Aqu se aplica lo que dec a San Ignacio de Loyola: No desear m s pobreza que riqueza o m s salud que enfermedad, sino lo que sea para mayor gloria de Dios. Si a alguien le hace falta algo, que lo tenga. Aqu entran en juego los dones de sabidur a y ciencia que el Esp ritu ha derramado SOBRE ellos: la sabidur a de elegir los caminos de Dios y la ciencia para saber hacer recto uso de las cosas, conforme a los criterios cristianos de fraternidad y justicia. CURSO SOBRE HECHOS DE LOS AP STOLES Hch 2, 42-47 CLASE 9 4 2,46 ACUD AN AL TEMPLO TODOS LOS D AS CON PERSEVERANCIA Y CON UN MISMO ESP RITU, Como fieles jud os, todav a acuden al Templo, todav a participan del sacrificio matutino y vespertino.

10 PART AN EL PAN POR LAS CASAS Recordemos que la comunidad cristiana se reun a en las casas de los distintos fieles. Este 'partir el pan' puede referirse al gesto con que el jefe de familia comenzaba siempre la comida, partiendo el pan con la mano y reparti ndolo, o puede referirse a la 'Fracci n del Pan' entendida como compartir el Cuerpo y Sangre de Cristo, aunque alg n autor afirma que la Eucarist a se celebraba solamente el primer d a de la semana (el domingo). De cualquier modo, cuando la comunidad part a el pan "seguramente recordaba, en forma viva, las comidas comunitarias con Jes s antes y despu s de la Pascua y pensaba en el Se or que ha de volver (ver 1 Cor 11,26).