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“Divinidad y Herejía en Giordano Bruno” - wiphala.org

Universidad de Costa Rica Divinidad y Herej a en Giordano bruno Sergio Moya Mena Junio 2004 2 1- Introducci n Giordano bruno es una de las figuras m s sobresalientes y pol micas de la filosof a de todos los tiempos. l mismo sin duda, avizor esclarecidamente las dimensiones hist ricas que tendr a en el campo de las ideas. As , en la Expulsi n de la bestia triunfante, reconoce que ser odiado, reprochado, perseguido y asesinado . bruno es un esp ritu rebelde, ind mito, ansioso de desafiar las jerarqu as y los dogmas. Un alma inquieta combatiendo con los resabios de intolerancia y superstici n de una poca que -con todo y movimiento humanista- no terminaba de desembarazarse del oscurantismo.

6 2.4- Bruno y la religión La tarea de la religión en Bruno, es de carácter moral. La revelación divina no quiere -según su parecer- dar enseñanzas teóricas “como si fuera filosofía”, sino

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1 Universidad de Costa Rica Divinidad y Herej a en Giordano bruno Sergio Moya Mena Junio 2004 2 1- Introducci n Giordano bruno es una de las figuras m s sobresalientes y pol micas de la filosof a de todos los tiempos. l mismo sin duda, avizor esclarecidamente las dimensiones hist ricas que tendr a en el campo de las ideas. As , en la Expulsi n de la bestia triunfante, reconoce que ser odiado, reprochado, perseguido y asesinado . bruno es un esp ritu rebelde, ind mito, ansioso de desafiar las jerarqu as y los dogmas. Un alma inquieta combatiendo con los resabios de intolerancia y superstici n de una poca que -con todo y movimiento humanista- no terminaba de desembarazarse del oscurantismo.

2 Afortunadamente para el campo de la historia del pensamiento, el legado bruniano es cada vez m s valorado en su justa dimensi n. Cada vez son m s los estudios y ensayos sobre su obra, incluso en Am rica Latina. Este peque o trabajo no se sumerge en las intricadas reflexiones cosmol gicas u ontol gicas del Nolano. Busca apenas una aproximaci n hist rica al proceso penal llevado a cabo en su contra, enmarcado dentro de la teolog a de finales del siglo XV. En este sentido, resultar pertinente esclarecer las dimensiones teol gicas de la herej a bruniana. 2- El contexto teol gico del siglo XVI Durante el siglo XVI, surge en la Europa Cat lica un tipo de teolog a destinada a combatir la herej a luterana, y que alcanza un alto nivel con te logos como Johannes Eck, pero pudiendo tambi n rayar en lo panfletario con la obra de Cochlaeus, Adversus cucullatum Minotarurum wittembergensem.

3 Son tambi n significativas durante la primera mitad del siglo, las contribuciones de John Fisher, Kaspar Schatzgeyer o Jer nimo de Mon Esta es la llamada teolog a controvers stica, que podemos presumir, fue conocida por bruno . 1 Rovira Belloso, Jos Mar a. Introducci n a la teolog a. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 2003, p. 63. 3 El universo cristiano se ve fuertemente sacudido por el Concilio de Trento (1545-1563), convocado por el papa Pablo III (1534-1549) para ocuparse del problema de la escisi n de la Iglesia suscitada por la reforma protestante, pero tambi n para readecuar las doctrinas de la Iglesia y eliminar los numerosos abusos que se desarrollaban dentro de ella.

4 De hecho, uno de los principales motivos del concilio era responder de alguna manera a las denuncias de corrupci n y abusos que mancillaban la santidad del Evangelio y que eran denunciados por los El concilio se ocup de innumerables temas doctrinales, morales y disciplinarios, en su mayor a relacionados con la problem tica presentada por el protestantismo. El Sacramento de la Eucarist a -que resulta relevante en este trabajo- fue discutido en el marco de la congregaci n de te logos y tambi n en otras congregaciones. Durante la treceava sesi n del Concilio llevada a cabo en 1551, se promulg un decreto sobre este sacramento. En la dieciochoava sesi n celebrada en 1562, los delegados continuaron el trabajo sobre ste, presentando un decreto sobre la Santa Comuni n que trataba espec ficamente sobre la Comuni n bajo las dos El Decreto sobre la justificaci n, el de los Sacramentos, el Canon de las Sagradas Escrituras, etc.

5 , fueron otros de los m s sobresalientes temas tratados en el Concilio de Trento Desarrollo de la cristolog a La cristolog a o reflexi n teol gica sobre Jesucristo, tiene como uno de sus momentos m s importantes la definici n de la constituci n ontol gica de Cristo en el Concilio de Calcedonia, convocado por el emperador Marciano en el a o 4514. Este concilio, si bien no es una suma que contenga toda la cristolog a, si es el marco de importantes y determinantes reflexiones sobre esta materia. En Calcedonia convergen tres grandes tradiciones y l neas cristol gicas: la alejandrina-ciriliana, la antioqueana-nestoriana, y la Esta ltima, -a trav s de las reflexiones de San Agust n- es la que ejerce m s influencia, sirviendo de punto de convergencia y uni n ente las dos orientales.

6 Cristo es verdadero hombre y verdadero Dios a trav s de una dualidad de naturalezas (humana y divina) y la unidad de la persona (uni n hipot stica). Es 2 Rivas, Curso de Historia Eclesi stica Tomo III. Imprenta de Don Lu s Aguado, Madrid, 1888, p 103. 3 Council of Trent. Catholic Encyclopedia. Art culo sobre Giordano bruno . 4 Bajo la autoridad del Papa San Le n I el Magno, este concilio trat de las herej as de quienes negaban a Jesucristo la naturaleza divina o la humana o las confund an. 5 Gonz lez Cardenal, Olegario. Cristolog a. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2001, p. 261. 4fundamental aqu la figura de San Le n Magno y su Tomus ad Flavianum. En ste, se acent an las dos dimensiones del Cristo, la doble consustancialidad, el doble nacimiento del Padre y de Mar a, las propiedades de cada una de las naturalezas y nacimientos de Cristo, etc.

7 En cuanto a la naturaleza humana, s lo siendo hombre podr a Cristo anunciarnos de una manera adecuada a Dios, s lo siendo hombre pudo ofrecer un ejemplo de vida acorde con la voluntad de Dios. Todo esto s lo era realizable si el Hijo de Dios, sin deponer su divinidad, lo llevaba a cabo uni ndose a la La f rmula definida en Calcedonia nace del intento de salvaguardar los intereses reclamados por cada una de las tres l neas cristol gicas: -La unidad personal de sujeto en su existencia concreta que es Cristo, el Verbo encarnado. (escuela alejandrina). -La plenitud de la naturaleza aut noma y activa del hombre Jes s, el homo assumptus (escuela antioquena). -La solidaridad de Dios con el hombre y del hombre con Dios en Cristo (l nea occidental).

8 La significaci n m s importante de Calcedonia es el afirmar impl citamente que la acci n de Dios en el mundo integra la causalidad de ste y la lleva a su perfecci n: la humanidad de Cristo es plena y perfecta porque es la humanidad de Dios. Concebida la Revelaci n como un proceso hist rico que va desde la Creaci n hasta la plenitud del tiempo, se pueden distinguir tres grados bien diferenciados: el pr -logo (literalmente: antes de que haya Logos), que es la Creaci n natural o revelaci n general; la Profec a, en la que se prometen los bienes mesi nicos futuros y por fin, la aparici n del Primero y el Ultimo , Cristo-Jes s. Cristo es el centro y la cumbre de la revelaci n, es el Logos de Dios hecho carne.

9 En l se realiza la verdad. Esa revelaci n es el acontecimiento salv fico de la autocomunicaci n con Dios, que empieza con la creaci n, se establece de nuevo en la historia de Israel, alcanza su consumaci n en la persona, vida, ministerio, muerte, resurrecci n de Jesucristo y env o de su esp ritu (verbo de Dios encarnado) y por la obra del mismo Esp ritu Santo que conduce a la comuni n liberadora de El siglo XVI ser dentro del desarrollo de la cristolog a, el punto cumbre de la experiencia de Cristo en clave soteriol gica como justicia del hombre y como vida para el hombre. La cristolog a ser tambi n objeto de estudio de los fil sofos de la temprana modernidad, plante ndose una serie de cuestionamientos como Es posible escindir la realidad nica de Cristo y comprenderlo desde la mera raz n, s lo con categor as filos ficas?

10 ; Es posible la revelaci n de Dios en un mundo 6 Ib d. p. 265 7 Rovira Belloso, Jos Mar a. Introducci n a la teolog a. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2003, p. 22. 5que se rige por leyes fijas?; Qu mediaciones pueden ser signos y palabra de Dios: la naturaleza, la historia, la persona? bruno y la teolog a del siglo XVI Giordano bruno nace tres a os antes de que finalice el Concilio de Trento, e inicia su formaci n religiosa a los quince a os, cuando en 1560 ingresa a la Orden dominicana. Su ingreso sin verdadera vocaci n sacerdotal decidi tristemente el destino de su vida. Como el mismo lo admite cuando se ha abrochado mal el primer bot n de una sotana, ya no se pueden abrochar bien los dem s.


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