El Libro de Oración Común - Episcopal Church

1 El Libro De Oraci n Com n Administraci n de los Sacramentos y otros Ritos y Ceremonias de la Iglesia Junto con el Salterio o Salmos de David Conforme al uso de La Iglesia Episcopal Church Publishing Incorporated, New York Certificado Yo certifico que esta edici n en castellano del Libro de Oraci n Com n ha sido comparada por m con el Libro Patr n, como lo exige el Titulo II, Canon 3, Secci n 5 de la Constituci n y C nones de la Iglesia Episcopal y que est de conformidad con l. Charles Mortimer Guilbert Custodio del Libro Patr n de Oraci n Com n Diciembre, 1981 Copyright 1989 by The Church Pension Fund Derechos reservados.

2 Ninguna Porci n de este Libro puede ser reproducida, transmitida a medios electr nicos o mec nicos, fotocopiada o registrada en cualquier forma sin la autorizaci n del Church Pension Fund. The Church Pension Fund 800 Second Avenue New York, NY 10017 Indice Ratificaci n del Libro de Oraci n Com n 8 Prefacio 9 Lo Concerniente al Culto de la Iglesia 13 Calendario del A o Eclesi stico 15 El Oficio Diario Oraci n Matutina Diaria 37 Oficia para el Mediod a 67 Orden de Adoraci n para el Anochecer 73 Oraci n Vespertina Diaria 80 Oficio de Completas 93 Devociones Diarias para Individuos y Familias 102 C nticos Sugeridos 111 La Gran Letan a 114 Colectas Estaciones del A o Eclesi stico 125 D as Santos 153 Otras Conmemoraciones 163 Com n de los Santos 164 Ocasiones Varias 169 Liturgias Propias para D as Especiales Mi rcoles de Ceniza 182 Domingo de Pasi n.

3 Domingo de Ramos 189 Jueves Santo 193 Viernes Santo 195 S bado Santo 203 La Gran Vigilia Pascual 205 Santo Bautismo 219 La Santa Eucarist a Una Exhortaci n 238 Orden Penitencial: Rito Uno 241 La Santa Eucarist a: Rito Uno 245 Orden Penitencial: Rito Dos 273 La Santa Eucarist a: Rito Dos 277 Oraci n de los Fieles 305 Comuni n en Circunstancias Especiales 319 Orden para Celebrar la Santa Eucarist a 323 Ritos Pastorales Confirmaci n 335 Orden para Dedicarse al Servicio Cristiano 342 Celebraci n y Bendici n de un Matrimonio 345 Bendici n de un Matrimonio Civil 355 Orden para un Matrimonio 357 Acci n de Gracias por el Nacimiento o la Adopci n de un Ni o 361 Reconciliaci n de un Penitente 369 Ministraci n a los Enfermos 374 Ministraci n en la Hora de la Muerte 384 Rito de Entierro 391 Orden para un Entierro 409 Ritos Episcopales Ordenaci n de un Obispo 414 Ordenaci n de un Presb tero 427 Ordenaci n de un D

4 Acono 439 Letan a para Ordenaciones 450 Celebraci n de un Nuevo Ministerio 460 Dedicaci n y Consagraci n de una Iglesia 469 El Salterio 485 Oraciones y Acciones de Gracias 700 Bosquejo de la Fe 737 Documentos Hist ricos de la Iglesia 758 (Incluyendo los Art culos de la Religi n) Tablas para Determinar los D as Santos 774 El Leccionario 782 A o A 783 A o B 792 A o C 802 D as Santos 811 Com n de los Santos 815 Ocasiones Varias 816 El Leccionario del Oficio Diario 822 D as Santos 884 Ocasiones Especiales 888 Ratificaci n 8 Ratificaci n del Libro de Oraci n Com n (1789) Por los Obispos, y los Diputados Cl rigos y Laicos de la , reunidos en Convenci n, en este d a Diecis is de Octubre del A o de Nuestro Se or Mil Setecientos Ochenta y Nueve.

5 Esta Convenci n, habiendo presentado, en la presente sesi n, un Libro de Oraci n Com n, Administraci n de los Sacramentos, y Otros Ritos y Ceremonias de la Iglesia, declara que dicho Libro queda establecido como la Liturgia de esta Iglesia: y ordena que as sea recibido pro todos los miembros de la misma: y que estar en uso desde el d a Primero de Octubre, del A o de Nuestro Se or Mil Setecientos Noventa. Prefacio 9 Prefacio Es una parte muy inestimable de la bendita libertad con que Cristo nos hizo libres, permitir, sin ofensa alguna, diferentes formas y pr cticas en su culto, con tal que se conserve ntegra la esencia de la Fe; y que en cada Iglesia se refiera a la Disciplina, lo que no se puede determinar claramente como parte de la Doctrina.

6 Y por consiguiente, se puede, con el consentimiento com n y la autoridad, modificar, abreviar, ampliar, enmendar o disponer en otra forma, si es m s conveniente para la edificaci n del pueblo, y de acuerdo con las distintas exigencias de los tiempos y de las ocasiones . La Iglesia de Inglaterra, a la que debe la , mediante Dios, su primer establecimiento, y por mucho tiempo su mantenimiento, cuidado y protecci n, tiene como regla en el Prefacio de su Libro de Oraci n Com n que: Las F rmulas particulares del Culto Divino y los Ritos y Ceremonias designados para el mismo, son cosas indiferentes y alterables por su naturaleza y, as se reconocen.

7 Por consiguiente, es razonable que, despu s de consideraciones graves e importantes, y de acuerdo con las diversas exigencias de los tiempos y la ocasiones, puedan hacerse tales cambios y alteraciones, si aqu llos constituidos en autoridad, los juzgaren, de tiempo en tiempo, necesarios y convenientes. Esa misma Iglesia ha declarado, no s lo en su Prefacio, sino tambi n en sus Art culos y en las Homil as, la necesidad y conveniencia de hacer alteraciones y enmiendas ocasionales en sus F rmulas para el Culto P blico; y, por consiguiente, vemos que, procurando conservar el medio feliz entre la demasiada rigidez en rehusar, y la demasiada facilidad en admitir alteraciones en las cosas ya deliberadamente establecidas, ha permitido en los reinos de varios Pr ncipes, desde la Prefacio 10primera compilaci n de su Liturgia en tiempos de Eduardo Sexto, hacer alteraciones en ciertos casos, crey ndose conveniente en sus respectivas pocas, por justas y poderosas consideraciones.

8 Pero de tal manera que, el cuerpo principal y las partes esenciales de la Liturgia (tanto en las materias importantes como en su estructura y orden) han permanecido a n firmes e inmutables. Su objeto generalmente en estas diferentes revisiones y alteraciones ha sido, como lo declara m s adelante un su antedicho Prefacio, hacer lo que m s tienda, seg n su mejor comprensi n, a conservar la unidad y la paz en la Iglesia; mantener la reverencia y estimular la piedad y la devoci n en el culto de Dios; y, finalmente, eliminar los motivos que den lugar a cavilosidades y disputas sobre su Liturgia. Y aunque, seg n su criterio, nada hay en ello contrario a la Palabra de Dios y a la sana Doctrina, a lo que un hombre piadoso no pudiese en conciencia practicar y someterse, o que no pudiese defender razonablemente, si es que tal justa y conveniente construcci n es permitida, como en justicia se permite en todos los escritos humanos; sin embargo, de conformidad con las razones ya expuestas, no se deja de suponer que, en el transcurso de los tiempos, sean necesarias otras alteraciones.

9 En efecto, en al a o 1689 una comisi n designada para hacer una revisi n; pero esa labor conveniente e importante se frustro en aquel tiempo y, desde entonces, la Autoridad Civil no ha cre do oportuno designar otra comisi n que la lleve a efecto. Pero cuando estos Estados Americanos en el curso de la Providencia Divina se independizaron en lo que respecta al gobierno civil, su independencia eclesi stica qued necesariamente incluida; y las diferentes denominaciones religiosas de los Cristianos en estos Estados quedaron en igual y completa libertad para modelar y organizar sus respectivas Iglesias, sus formas de culto y disciplina, de la manera que creyeron m s conveniente para su prosperidad futura, de acuerdo con la constituci n y las leyes de su pa s.

10 Esta Iglesia puso su atenci n, en primer lugar, en las alteraciones a la Liturgia que se hac an necesarias en las oraciones por nuestras Autoridades Civiles, como consecuencia de la Revoluci n. Y su cuidado principal consisti en conformarlas a lo que debe ser el prop sito de tales oraciones, esto es, que: Las Autoridades Civiles Prefacio 11obtengan gracia, sabidur a y entendimiento para administrar justicia y sostener la verdad ; y que el pueblo disfrute de una vida tranquila y pacifica en toda piedad y honestidad . Pero mientras se revisaban estas alteraciones ante la Convenci n, no se pudo menos que aprovechar, con gratitud a Dios, la feliz ocasi n que se les ofrec a para hacer una nueva revisi n del Culto P blico, sin la influencia y restricci n de autoridad temporal alguna, y establecer las alteraciones y enmiendas que se estimaron convenientes.