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Harry Potter y la Piedra Filosofal - alconet.com.ar

Harry Potter Y LA Piedra Filosofal . ROWLING. Harry Potter se ha quedado hu rfano y vive en casa de sus abominables t os y del insoportable primo Dudley. Harry se siente muy triste y solo, hasta que un buen d a recibe una carta que cambiar su vida para siempre. En ella le comunican que ha sido aceptado como alumno en el colegio interno Hogwarts de magia y hechicer a. A partir de ese momento, la suerte de Harry da un vuelco espectacular. En esa escuela tan especial aprender encantamientos, trucos fabulosos y t cticas de defensa contra las malas artes. Se convertir en el campe n escolar de quidditch, especie de f tbol a reo que se juega montado sobre escobas, y se har un pu ado de buenos aunque tambi n algunos temibles enemigos.

1 HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL J.K. ROWLING Harry Potter se ha quedado huérfano y vive en casa de sus abominables tíos y

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1 Harry Potter Y LA Piedra Filosofal . ROWLING. Harry Potter se ha quedado hu rfano y vive en casa de sus abominables t os y del insoportable primo Dudley. Harry se siente muy triste y solo, hasta que un buen d a recibe una carta que cambiar su vida para siempre. En ella le comunican que ha sido aceptado como alumno en el colegio interno Hogwarts de magia y hechicer a. A partir de ese momento, la suerte de Harry da un vuelco espectacular. En esa escuela tan especial aprender encantamientos, trucos fabulosos y t cticas de defensa contra las malas artes. Se convertir en el campe n escolar de quidditch, especie de f tbol a reo que se juega montado sobre escobas, y se har un pu ado de buenos aunque tambi n algunos temibles enemigos.

2 Pero sobre todo, conocer los secretos que le permitir n cumplir con su destino. Pues, aunque no lo parezca a primera vista, Harry no es un chico com n y corriente. Es un mago! T tulo original: Harry Potter and the Philosopher's Stone Traducci n: Alicia Dellepiane Copyright Rowling, 1997. Copyright Emec Editores, 1999. El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter , de todos los dem s nombres propios y personajes, as como de todos los s mbolos y elementos relacionados, son pr opiedad de Warner Bros, 2000. Emec Editores Espa a, Mallorca, 237 - 08008 Barcelona - Tel.

3 93 215 11 99. ISBN: 84-7888-445-9. Dep sito legal: 1 edici n, marzo de 1999. 14 edici n, agosto de 2000. Printed in Spain Impresi n: Domingraf, Impressors Pol. Ind. Can Magarola, Pasaje Autopista, Nave 12. 08100 Mollet del Vall s Para Jessica, a quien le gustan las historias, para Anne, a quien tambi n le gustaban, y para Di, que oy sta primero. 1. 1. El ni o que vivi . El se or y la se ora Dursley, que viv an en el n mero 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente. Eran las ltimas personas que se esperar a encontrar relacionadas con algo extra o o misterioso, porque no estaban para tales tonter as.

4 El se or Dursley era el director de una empresa llamada Grunnings, que fabricaba taladros. Era un hombre corpulento y rollizo, casi sin cuello, aunque con un bigote inmenso. La se ora Dursley era delgada, rubia y ten a un cuello casi el doble de largo de lo habitual, lo que le resultaba muy til, ya que pasaba la mayor parte del tiempo estir ndolo por encima de la valla de los jardines para espiar a sus vecinos. Los Dursley ten an un hijo peque o llamado Dudley, y para ellos no hab a un ni o mejor que l. Los Dursley ten an todo lo que quer an, pero tambi n ten an un secreto, y su mayor temor era que lo descubriesen: no habr an soportado que se supiera lo de los Potter .

5 La se ora Potter era hermana de la se ora Dursley, pero no se ve an desde hac a a os; tanto era as que la se ora Dursley fing a que no ten a hermana, porque su hermana y su marido, un completo in til, eran lo m s opuesto a los Dursley que se pudiera imaginar. Los Dursley se estremec an al pensar qu dir an los vecinos si los Potter apareciesen por la acera. Sab an que los Potter tambi n ten an un hijo peque o, pero nunca lo hab an visto. El ni o era otra buena raz n para mantener alejados a los Potter : no quer an que Dudley se juntara con un ni o como aqu l. Nuestra historia comienza cuando el se or y la se ora Dursley se despertaron un martes, con un cielo cubierto de nubes grises que amenazaban tormenta.

6 Pero nada hab a en aquel nublado cielo que sugiriera los acontecimientos extra os y misteriosos que poco despu s tendr an lugar en toda la regi n. El se or Dursley canturreaba mientras se pon a su corbata m s sosa para ir al trabajo, y la se ora Dursley parloteaba alegremente mientras instalaba al ruidoso Dudley en la silla alta. Ninguno vio la gran lechuza parda que pasaba volando por la ventana. A las ocho y media, el se or Dursley cogi su malet n, bes a la se ora Dursley en la mejilla y trat de despedirse de Dudley con un beso, aunque no pudo, ya que el ni o ten a un berrinche y estaba arrojando los cereales contra las paredes.

7 Tunante , dijo entre dientes el se or Dursley mientras sal a de la casa. Se meti en su coche y se alej del n mero 4. 2. Al llegar a la esquina percibi el primer indicio de que suced a algo raro: un gato estaba mirando un plano de la ciudad. Durante un segundo, el se or Dursley no se dio cuenta de lo que hab a visto, pero luego volvi la cabeza para mirar otra vez. S hab a un gato atigrado en la esquina de Privet Drive, pero no vio ning n plano. En qu hab a estado pensando? Deb a de haber sido una ilusi n ptica. El se or Dursley parpade y contempl al gato. ste le devolvi la mirada.

8 Mientras el se or Dursley daba la vuelta a la esquina y sub a por la calle, observ al gato por el espejo retrovisor: en aquel momento el felino estaba leyendo el r tulo que dec a Privet Drive (no pod a ser, los gatos no saben leer los r tulos ni los planos). El se or Dursley mene la cabeza y alej al gato de sus pensamientos. Mientras iba a la ciudad en coche no pens . m s que en los pedidos de taladros que esperaba conseguir aquel d a. Pero en las afueras ocurri algo que apart los taladros de su mente. Mientras esperaba en el habitual embotellamiento matutino, no pudo dejar de advertir una gran cantidad de gente vestida de forma extra a.

9 Individuos con capa. El se or Dursley no soportaba a la gente que llevaba ropa rid cula. Ah, los conjuntos que llevaban los j venes! Supuso que deb a de ser una moda nueva. Tamborile con los dedos sobre el volante y su mirada se pos en unos extra os que estaban cerca de l. Cuchicheaban entre s , muy excitados. El se or Dursley se enfureci al darse cuenta de que dos de los desconocidos no eran j venes. Vamos, uno era incluso mayor que l, y vest a una capa verde esmeralda! Qu valor! Pero entonces se le ocurri que deb a de ser alguna tonter a publicitaria; era evidente que aquella gente hac a una colecta para algo.

10 S , ten a que ser eso. El tr fico avanz y, unos minutos m s tarde, el se or Dursley lleg al aparcamiento de Grunnings, pensando nuevamente en los taladros. El se or Dursley siempre se sentaba de espaldas a la ventana, en su oficina del noveno piso. Si no lo hubiera hecho as , aquella ma ana le habr a costado concentrarse en los taladros. No vio las lechuzas que volaban en pleno d a, aunque en la calle s que las ve an y las se alaban con la boca abierta, mientras las aves desfilaban una tras otra. La mayor a de aquellas personas no hab a visto una lechuza ni siquiera de noche.