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HISTORIA DEL SIGLO - cronicon.net

HISTORIA DEL SIGLO XX Biblioteca E. /. Hobsbawm de HISTORIA Contempor nea ERIC HOBSBAWM HISTORIA DEL SIGLO XX CR TICA GRIJALBO MONDADORI BUENOS AIRES Todos los derechos reservados. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizaci n escrita de los titulares del cop) right, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducci n total o parcial de esi obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la fotocopia y el tratamient inform tico. T tulo original: EXTREMES. THE SHORT TWENTIETH CENTURY 1914-1991 Michael Joseph Ltd, Londres Esta traducci n se publica por acuerdo con Pantheon Books, una divisi n de Randon House, Inc. Traducci n castellana de JUAN FAC , JORDI AINAUD y CARME CASTELLS Tapa de la primera edici n espa ola: Enr e Satu Redise o de tapa: SERGIO KERN Ilustraci n: Fernand L ger, Los constructores (1950) 1994: E.

concepto del «siglo xx corto». En el ámbito de la historia política general del mundo desde la segunda guerra mundial, P. Calvocoressi (World Politics Since 1945) ha sido una guía sólida y, en ocasiones —comprensiblemente—, un poco acida. En cuanto a la segunda guerra mundial, debo mucho a la

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  Siglo, Historia, Historia del siglo

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1 HISTORIA DEL SIGLO XX Biblioteca E. /. Hobsbawm de HISTORIA Contempor nea ERIC HOBSBAWM HISTORIA DEL SIGLO XX CR TICA GRIJALBO MONDADORI BUENOS AIRES Todos los derechos reservados. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizaci n escrita de los titulares del cop) right, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducci n total o parcial de esi obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la fotocopia y el tratamient inform tico. T tulo original: EXTREMES. THE SHORT TWENTIETH CENTURY 1914-1991 Michael Joseph Ltd, Londres Esta traducci n se publica por acuerdo con Pantheon Books, una divisi n de Randon House, Inc. Traducci n castellana de JUAN FAC , JORDI AINAUD y CARME CASTELLS Tapa de la primera edici n espa ola: Enr e Satu Redise o de tapa: SERGIO KERN Ilustraci n: Fernand L ger, Los constructores (1950) 1994: E.

2 J. Hobsbawm 1998 de la traducci n castellana para Espa a y Am rica: CR TICA (Grijalbo Mondadori, ), Av. Belgrano 1256, (1093) Buenos Aires - Argentina Primera edici n argentina: septiembre de 1998 Primera reimpresi n: noviembre de 1998 Segunda reimpresi n: diciembre de 1998 Tercera reimpresi n: mayo de 1999 ISBN 987-9317-03-3 Hecho el dep sito que previene la ley Impreso en la Argentina 1999 - Imprenta de los Buenos Ayres , y C. Carlos Berg 3449 (1437) Buenos Aires. PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS Nadie puede escribir acerca de la HISTORIA del SIGLO xx como escribir a sobre la de cualquier otro per odo, aunque s lo sea porque nadie puede escribir sobre su propio per odo vital como puede (y debe) hacerlo sobre cualquier otro que conoce desde fuera, de segunda o tercera mano, ya sea a partir de fuentes del per odo o de los trabajos de historiadores posteriores.

3 Mi vida coincide con la mayor parte de la poca que se estudia en este libro y durante la mayor parte de ella, desde mis primeros a os de adolescencia hasta el presente, he tenido conciencia de los asuntos p blicos, es decir, he acumulado puntos de vista y prejuicios en mi condici n de contempor neo m s que de estudioso. Esta es una de las razones por las que durante la mayor parte de mi carrera me he negado a trabajar como historiador profe-sional sobre la poca que se inicia en 1914, aunque he escrito sobre ella por otros conceptos. Como se dice en la jerga del oficio, el per odo al que me dedico es el SIGLO xix.

4 Creo que en este momento es posible considerar con una cierta perspectiva hist rica el SIGLO xx corto, desde 1914 hasta el fin de la era sovi tica, pero me apresto a analizarlo sin estar familiarizado con la bibliograf a especializada y conociendo tan s lo una nfima parte de las fuentes de archivo que ha acumulado el ingente n mero de historiadores que se dedican a estudiar el SIGLO xx. Es de todo punto imposible que una persona conozca la historiograf a del presente SIGLO , ni siquiera la escrita en un solo idioma, como el HISTORIA -dor de la antig edad cl sica o del imperio bizantino conoce lo que se escri-bi durante esos largos per odos o lo que se ha escrito despu s sobre los mismos.

5 Por otra parte, he de decir que en el campo de la HISTORIA contem-por nea mis conocimientos son superficiales y fragmentarios, incluso seg n los criterios de la erudici n hist rica. Todo lo que he sido capaz de hacer es profundizar lo suficiente en la bibliograf a de algunos temas espinosos y controvertidos por ejemplo, la HISTORIA de la guerra fr a o la de los a os treinta como para tener la convicci n de que los juicios expresados en este libro no son incompatibles con los resultados de la investigaci n especiali-zada. Naturalmente, es imposible que mis esfuerzos hayan tenido pleno xito 8 HISTORIA DEL SIGLO XX y debe haber una serie de temas en los que mi desconocimiento es patente y sobre los cuales he expresado puntos de vista discutibles.

6 Por consiguiente, este libro se sustenta en unos cimientos desiguales. Adem s de las amplias y variadas lecturas de muchos a os, complementadas con las que tuve que hacer para dictar los cursos de HISTORIA del SIGLO xx a los estudiantes de posgrado de la New School for Social Research, me he basado en el conocimiento acumulado, en los recuerdos y opiniones de quien ha vivido en muchos pa ses durante el SIGLO xx como lo que los antrop logos sociales llaman un observador participante , o simplemente como un viaje-ro atento, o como lo que mis antepasados habr an llamado un kibbitzer. El valor hist rico de esas experiencias no depende de que se haya estado pre-sente en los grandes acontecimientos hist ricos o de que se haya conocido a personajes u hombres de estado preeminentes.

7 De hecho, mi experiencia como periodista ocasional en uno u otro pa s, principalmente en Am rica Latina, me permite afirmar que las entrevistas con los presidentes o con otros responsables pol ticos son poco satisfactorias porque las m s de las veces hablan a t tulo oficial. Quienes ofrecen m s informaci n son aquellos que pueden o quieren hablar libremente, en especial si no tienen grandes responsabilidades. De cualquier modo, conocer gentes y lugares me ha ayu-dado enormemente. La simple contemplaci n de la misma ciudad por ejemplo, Valencia o Palermo con un lapso de treinta a os me ha dado en ocasiones idea de la velocidad y la escala de la transformaci n social ocu-rrida en el tercer cuarto de este SIGLO .

8 Otras veces ha bastado el recuerdo de algo que se dijo en el curso de una conversaci n mucho tiempo atr s y que qued guardado en la memoria, por razones tal vez ignoradas, para utilizarlo en el futuro. Si el historiador puede explicar este SIGLO es en gran parte por lo que ha aprendido observando y escuchando. Espero haber comunicado a los lectores algo de lo que he aprendido de esa forma. El libro se apoya tambi n, necesariamente, en la informaci n obtenida . de colegas, de estudiantes y de otras personas a las que abord mientras lo escrib a. En algunos casos, se trata de una deuda sistem tica. El cap tulo sobre los aspectos cient ficos lo examinaron mis amigos Alan Mackay FRS, que no s lo es cristal grafo, sino tambi n enciclopedista , y John Maddox.

9 Una parte de lo que he escrito sobre el desarrollo econ mico lo ley mi colega Lance Taylor, de la New School (antes en el M1T), y se basa, sobre todo, en las comunicaciones que le , en los debates que escuch y, en general, en todo lo que capt manteniendo los ojos bien abiertos durante las conferencias sobre diversos problemas macroecon micos organizadas en el World Institute for Development Economic Research of the University (UNU/-WIDER) en Helsinki, cuando se transform en un gran centro de investigaci n y debate bajo la direcci n del doctor Lal Jayawardena. En general, los veranos que pas en esa admirable instituci n como investigador visitante tuvieron un valor inapreciable para m , sobre todo por su proximidad a la URSS y por su inter s intelectual hacia ella durante sus ltimos a os de existencia.

10 No siempre he aceptado el consejo de aquellos a los que he consul- PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS 9 todo, e incluso, cuando lo he hecho, los errores s lo se me pueden imputar a m . Me han sido de gran utilidad las conferencias y coloquios en los que tanto tiempo invierten los profesores universitarios para reunirse con sus colegas y durante los cuales se exprimen mutuamente el cerebro. Me resulta imposible expresar mi gratitud a todos los colegas que me han aportado algo o me han corregido, tanto de manera formal como informal, y reconocer toda la informaci n que he adquirido al haber tenido la fortuna de ense ar a un grupo internacional de estudiantes en la New School.


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