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La investigacion hermeneutica - Psicología Cultural

La investigaci n hermen utica en el estudio de la conducta humana1 Martin PackerUniversidad de California, BerkeleyResumenEl inter s en el acercamiento hermen utico o interpretativo al estudio de la con-ducta humana est aumentando. Este art culo hace uso del trabajo de Martin Heidegger para comparar la hermen utica con los otros paradigmas principales de investigaci n y explicaci n en psicolog a: el racionalismo (cognitivismo y es-tructuralismo) y el empirismo (experimentalismo y conductismo). Se hace una comparaci n en tres niveles: en t rminos de la visi n que tienen de la forma y el origen del conocimiento, de las nociones del objeto de estudio apropiado, y del tipo de explicaci n que busca cada uno. En este proceso, los tres modos de com-promiso diferenciados por Heidegger son descritos como: se halla a la mano, no se halla a la mano, y el estar ah .2 Finalmente, se utiliza un estudio de los confl ictos morales como ejemplo de una forma que puede tomar la investigaci n herme-n a os recientes ha aumentado el cuestionamiento de la noci n de que la in-vestigaci n en psicolog a es, o puede ser, libre de valores.

humana. Muchos comentadores recientes de la hermenéutica se han apoyado en los escritos de Hans-Georg Gadamer (1975). Gadamer fue un estudiante

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1 La investigaci n hermen utica en el estudio de la conducta humana1 Martin PackerUniversidad de California, BerkeleyResumenEl inter s en el acercamiento hermen utico o interpretativo al estudio de la con-ducta humana est aumentando. Este art culo hace uso del trabajo de Martin Heidegger para comparar la hermen utica con los otros paradigmas principales de investigaci n y explicaci n en psicolog a: el racionalismo (cognitivismo y es-tructuralismo) y el empirismo (experimentalismo y conductismo). Se hace una comparaci n en tres niveles: en t rminos de la visi n que tienen de la forma y el origen del conocimiento, de las nociones del objeto de estudio apropiado, y del tipo de explicaci n que busca cada uno. En este proceso, los tres modos de com-promiso diferenciados por Heidegger son descritos como: se halla a la mano, no se halla a la mano, y el estar ah .2 Finalmente, se utiliza un estudio de los confl ictos morales como ejemplo de una forma que puede tomar la investigaci n herme-n a os recientes ha aumentado el cuestionamiento de la noci n de que la in-vestigaci n en psicolog a es, o puede ser, libre de valores.

2 M s espec fi camen-te, hay un inter s creciente en la investigaci n interpretativa o hermen utica y curiosidad acerca de ella (por ejemplo, Giddens, 1976; Hookway & Pett it, 1978; Rabinow & Sullivan, 1979). Los psic logos est n mostrando una apre-ciaci n creciente en las limitaciones de los tipos de explicaciones tanto causal empirista como formal racionalista, y la teor a y metodolog a hermen utica pueden hacer contribuciones signifi cativas en tanto paradigma alternativo (cf. Bernstein, 1983). Mi prop sito aqu es explicar el origen conceptual del acer-camiento hermen utico. Aunque la hermen utica es una disciplina antigua (Palmer, 1969), su relevancia para las ciencias humanas en general, y para la psicolog a en parti-cular, tiene su origen en gran medida en el trabajo de Martin Heidegger. En su trabajo seminal, El Ser y tiempo, Heidegger (1927/1962) propuso que el m -todo hermen utico es el acercamiento apropiado para el estudio de la acci n 1 American Psychologist, Vol.

3 40, N 10, Octubre 1985. Tomado de htt ~packer/ Traducci n de Laura Sampson, revision t cnica, M. Cristina Tenorio. Para uso acad mico de los estudiantes de la maestr a en Psicolog a, Universidad del Valle, Cali, Febrero 25 del Seg n la traducci n al espa ol de Jorge Edmundo Rivera de El Ser y el Tiempo, editorial Trott a, Madrid, 2003. Psicolog a CulturalUNIVERSIDAD DEL VALLETRA DUCCI NGrupo Cultura & Desarrollo Humano1humana. Muchos comentadores recientes de la hermen utica se han apoyado en los escritos de Hans-Georg gadamer (1975). gadamer fue un estudiante de Heidegger pero difi ri de su mentor de manera signifi cativa. De mayor im-portancia es el hecho de que gadamer no logr mantener las diferenciaciones que Heidegger estableci entre lasmodalidades de compromiso pr ctico, re-fl exivo y te rico. (Heidegger las llam las modalidadesde se halla a la mano, no se halla a la mano, y el estar ah ).En consecuencia, algunas de las cr ticas de la hermen utica que han tomado el trabajo de gadamer como defi nitivo (por ejemplo Habermas, 1977) no pueden ser vistas como inapelables, ni tampo-co se pueden tomar como inapelables las reivindicaciones de los psic logos esencialmente racionalistas de que est n haciendo hermen utica (por ejem-plo Kohlberg, Levine & Hewer, 1983).

4 Para comprender la hermen utica, a n para criticarla despu s, se necesita un poco de familiaridad con el trabajo de Heidegger. Escritores recientes (Blasi, 1980; Locke, 1983) han notado que a la psi-colog a le hace falta un m todo para estudiar la estructura o la organizaci n de la acci n humana. Como escribi Locke (1983), Es muy poco claro c mo el comportamiento f sico, como tal, puede tener una estructura cognitiva (p. 14). El acercamiento hermen utico puede hacer una contribuci n particu-larmente valiosa porque brinda una manera de comprender y de estudiar las acciones, que est fundada en considerar que tales acciones tienen una orga-nizaci n sem ntica y no l gica o causal. La acci n humana es un fen meno complejo y ambiguo. Un observador de una interacci n social no tiene un acceso directo y sin problemas al signifi cado inequ voco de las acciones que ocurren, porque la gente act a en una situaci n que un observador no com-parte plenamente; adem s, ellos mismos no comprenden todos los aspectos pertinentes de sus propias acto, observado aisladamente de su situaci n, lo m s probable es que resulte ambiguo, apareciendo como opaco u oscuro.

5 Por estas razones, una metodolog a para el estudio de la acci n debe ser confeccionada espec fi camente para sus complejidades y peculiaridades. El paradigma hermen utico toma como punto de partida el hecho de que, a pesar de las ambig edades, cualquier observador tiene una comprensi n pre-liminar pr ctica de lo que est tramando la gente que est siendo estudia-da. Los contornos generales y la justifi caci n te rica de una metodolog a tal han sido discutidos recientemente por muchos escritores, aunque el concepto particular que describo aqu no puede ser atribuido a ning n escritor en par-ticular (por ejemplo Bleicher, 1980; de Ribera, 1981; Gauld & Shott er, 1977; Giddens, 1976; Hookway & Pett it, 1978; McCarthy, 1978; Palmer, 1969; Po-lkinghorne, 1983; Rabinow & Sullivan, 1979; Ricoeur, 1976; Sullivan, ).TRA DUCCI N2 Qu es la hermen utica?Heidegger propuso que la fenomenolog a hermen utica es el m todo de in-vestigaci n m s apropiado para el estudio de la acci n humana.

6 Este m to-do es un desarrollo innovador de la fenomenolog a de Edmund Husserl (por ejemplo, 1931). La hermen utica involucra un intento de describir y estudiar fen menos humanos signifi cativos de manera cuidadosa y detallada, tan libre como sea posible de supuestos te ricos previos, basada en cambio en la com-prensi n pr ctica. Lo que se quiere decir con comprensi n pr ctica ser m s claro m s adelante. El m todo de Heidegger es hermen utico porque existe una necesidad de interpretaci n cuando uno est explicando la experiencia. La hermen utica fue originalmente una serie de t cnicas para interpretar los textos escritos. Inicialmente fue desarrollada para examinar textos b blicos, con el inter s de descubrir y reconstruir el mensaje de Dios que se cre a que conten an los textos pero que se hab a escondido (el t rmino se refi ere a Her-mes, el mensajero de los dioses griegos, l mismo dios de la elocuencia y de la astucia as como de los caminos y del robo).

7 Luego se generaliz y pas a ser un m todo de interpretaci n textual que no estaba restringido a las obras religiosas. Con Schleiermacher y Dilthey, se generaliz a n m s y se aplic tambi n a la acci n humana (cf. Palmer, 1969). Cuando adoptamos un acer-camiento hermen utico a la acci n humana, esencialmente tratamos la acci n como si tuviera una estructura sem ntica y textual . Esta comprensi n dife-rente respecto a la naturaleza del objeto de indagaci n es una de las tantas diferencias entre la hermen utica y los dos paradigmas ahora dominantes de investigaci n y explicaci n en las ciencias sociales y en la psicolog a en parti-cular: los acercamientos racionalista y empirista. Estas diferencias son el tema del cuerpo de este art culo. Podemos apreciar mejor el car cter del acercamiento hermen utico al compararlo y contrastarlo con estos otros dos paradigmas. El racionalismo incluye al estructuralismo y gran parte de la ciencia cognitiva; el empirismo incluye al conductismo y al experimentalismo positivista.

8 Contrastar estos tres paradigmas en tres reas: sus supuestos acerca de la naturaleza y el origen del conocimiento, el tipo de objeto que deciden estudiar, y el tipo de explica-ci n que origen del conocimientoEl racionalismoLas diversas formas de investigaci n racionalista tienen una visi n com n acerca de la naturaleza y de la fuente del conocimiento: una visi n que apli-can tanto a la investigaci n cient fi ca como a la actividad ordinaria. La teo-TRA DUCCI N3rizaci n se toma como primordial para la generaci n de conocimiento: un individuo llega a conocer y a actuar en el mundo a trav s de la generaci n de hip tesis y de poner a prueba las hip tesis. Este es un principio central de la epistemolog a gen tica de Piaget, por ejemplo. Incluso la inteligencia sen-sorimotora de la infancia, la cual precede y luego fundamenta la inteligencia operativa y te rica, seg n Piaget procede bajo la forma del ensayo y error, lo cual es equivalente a la experimentaci n cient fi ca en su motivaci n b sica: el control instrumental del entorno.

9 Aunque esto tiene una validez prima facie para el conocimiento l gico-matem tico, los estructuralistas generalmente consideran que el mundo social se vuelve conocido de la misma manera. Por ejemplo, Turiel (1983) mantuvo que [..]el desarrollo social es un proceso por el cual los individuos generan compren-siones del mundo social, al hacer inferencias y formar teor as acerca de los eventos sociales El punto de partida [para la investigaci n cognitiva del desarrollo] es la premisa de que a trav s de sus experiencias sociales los ni os desa-rrollan modos de pensar, o teor as, acerca del mundo Al llegar a compren-der los sistemas sociales, la gente act a como cient fi cos sociales, intentando observar regularidades y explicar su existencia. (pp. 1-2, nfasis a adido)Esta posici n tiene sus or genes en el idealismo transcendental de Kant. Kant argument que el conocimiento humano est gobernado por un conjunto de condiciones a priori que determinan lo que puede contar como un objeto para la mente humana.

10 Este concepto de que hay condiciones transcendenta-les que estructuran la experiencia tuvo sus infl uencias sobre Heidegger, pero Kant adopt la afi rmaci n adicional y no argumentada, de que las estructuras a priori, las formas de representaci n, son esencialmente l gicas: categor as, reglas, conceptos y principios. Por ejemplo, seg n Kant (1977), Este espacio de pensamiento [es decir, las proposiciones de la geometr a] vuelven posible el espacio f sico [de la experiencia cotidiana] ( ). En el paradigma racionalista, el conocimiento no s lo es esencialmente deductivo, sino que un aumento o desarrollo en el conocimiento se conside-ra que procede de una manera l gica. Tanto Chomsky (1959) como Piaget (1970) teorizaron que secuencias de desarrollo invariantes surgen de la l -gica inherente de las estructuras que gu an la actividad teorizante, bien sean conceptualizadas como planes l gico-matem ticos o como artefactos de ad-quisici n de la gram tica.


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