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Las revoluciones del siglo XVIII: la ciencia en la Ilustración

56 Antena de Telecomunicaci n / JUNIO 2008 ciencia Y T CNICARESURGIMIENTO DE LASSOCIEDADES CIENT FICASR esurgen las sociedades cient ficasque, en el caso brit nico, tras unacierta y temporal decadencia de laSociedad Realvienen a retomar el im-pulso de la inquietud cient fica, am-pliando los trabajos mucho m s all dela f sica o la qu mica, que eran los ob-jetos tradicionales, y exclusivos, de laRoyal. En gran medida, su dinamismose justifica por un esp ritu religioso li-bre, o al menos rebelde, frente a lasataduras que implica el predominio an-glicano; de ah el papel relevante decu queros, presbiterianos y, en general,Las revoluciones del siglo XVIII: la ciencia en la Ilustraci nPedro Costa, Ingeniero T cnico de Telecomunicaci n,Profesor de la EUITT de MadridEl conjunto del siglo xviii es considerado en Europa como el periodo de tiempo que se extiende con inicios variables desde el final de las revoluciones inglesas (1689)o la muerte de Luis XIV (1715) hasta el final de las guerras napole nicas (1814);presenta una imponente acumulaci n de hechos y cambios en todos los aspectos de la vida intelectual (ideol gico-pol tica, cient fico-t cnica) y tambi n econ mica,industrial y pol tica.

los siglos XVIII a XIX la ciencia británica se hace más teórica, mientras que la fran-cesa se reconvierte, por el impulso revolu-cionario primero y luego napoleónico, en mucho más práctica. En Francia el estímulo ilustrado se inicia con Fontenelle (1657-1757), sabio

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1 56 Antena de Telecomunicaci n / JUNIO 2008 ciencia Y T CNICARESURGIMIENTO DE LASSOCIEDADES CIENT FICASR esurgen las sociedades cient ficasque, en el caso brit nico, tras unacierta y temporal decadencia de laSociedad Realvienen a retomar el im-pulso de la inquietud cient fica, am-pliando los trabajos mucho m s all dela f sica o la qu mica, que eran los ob-jetos tradicionales, y exclusivos, de laRoyal. En gran medida, su dinamismose justifica por un esp ritu religioso li-bre, o al menos rebelde, frente a lasataduras que implica el predominio an-glicano; de ah el papel relevante decu queros, presbiterianos y, en general,Las revoluciones del siglo XVIII: la ciencia en la Ilustraci nPedro Costa, Ingeniero T cnico de Telecomunicaci n,Profesor de la EUITT de MadridEl conjunto del siglo xviii es considerado en Europa como el periodo de tiempo que se extiende con inicios variables desde el final de las revoluciones inglesas (1689)o la muerte de Luis XIV (1715) hasta el final de las guerras napole nicas (1814);presenta una imponente acumulaci n de hechos y cambios en todos los aspectos de la vida intelectual (ideol gico-pol tica, cient fico-t cnica) y tambi n econ mica,industrial y pol tica.

2 Por ello se hace inevitable diferenciar el an lisis seg n los enfoquesm s trascendentes, aunque siempre atendiendo a la simultaneidad de los acontecimientos m s significativos y, como novedad a tener en cuenta, la evoluci n paralela de las dos potencias m s decisivas, Gran Breta a y Francia1. Por lo que a la ciencia y sus avances se refiere, se ahonda la diferenciaci n, ya arrastrada desde el siglo anterior, entre los modelos ingl s y franc s, m s experimental el primero (baconiano, inductivo), m s te rico el segundo (cartesiano,deductivo), aunque se percibe en ambos casos el hecho hist rico de unas primerasd cadas curiosamente est riles en producci n cient fica (ideas y experiencias). Antoine llamados inconformistas, que funda-mentan su actitud en la libertad delpensamiento y de las ideas sucede con la Sociedad LunardeBirmingham, fundada por MichaelBoulton hacia 1766 y que cont entresus miembros con Watt, Priestley yErasmus Darwin (abuelo del naturalis-ta); o la Sociedad Literaria y Filos ficade Manchester, que cont con Henry,Dalton y Watt entre sus m s famososasociados2.

3 En el caso brit nico es ne-cesario aludir a la Sociedad Filos ficade Edimburgo, fundada en 1732, queacogi a una pl yade de sabios y cien-t ficos escoceses que dieron lugar a lallamada Ilustraci n escocesa, de la queentre otras trascendentales aportacionessurgi la econom a pol tica liberal. Per-sonalidades que figuraron en esta So-ciedad fueron el fil sofo Hume, el eco-nomista Smith, el m dico Black, elge logo en su mayor parte re-lacionados con las universidades deGlasgow y el siglo xviii tambi n loscient ficos escoceses (cuyo pa s se hab aunido a Inglaterra en 1707, para formar elReino Unido) estuvieron m s interesadosque sus colegas ingleses por la ciencia te -rica. Pero en cualquier caso, tanto las uni-versidades presbiterianas escocesas comolas academias inconformistas de Inglate-rra aseguraron la continuidad del trabajocient fico tras ese relativo apagamientoque sigui al triunfo de la Revoluci n in-glesa, a la llegada de los Hannover al tronode Inglaterra en 1714 y, por supuesto, a ladesaparici n de Newton en 1727.

4 Fuetambi n este entorno inconformista el querealiz la uni n de ciencia y t cnica quedar a lugar a la Revoluci n industrial, cu-yo origen brit nico queda fuera de todaduda. Es curioso que en la transici n delos siglos xviii a XIX la ciencia brit nicase hace m s te rica, mientras que la fran-cesa se reconvierte, por el impulso revolu-cionario primero y luego napole nico, enmucho m s pr Francia el est mulo ilustrado seinicia con Fontenelle (1657-1757), sabiolongevo que ostent durante 40 a os elpuesto de secretario de la Academia deCiencias, para el que fue nombrado en1699 y en el que se atuvo a la defensa ydifusi n de la filosof a de Descartes3. Pe-ro pronto el liderazgo del cambio fue os-tentado por Voltaire, nada cartesiano ygran admirador de todo lo ingl s, quien ala vuelta de una estancia en Inglaterra es-cribi sus Cartas sobre los ingleses(1734), obra que comenta favorablemen-te la filosof a de Bacon y de Locke, y queintroduce la obra newtoniana en Franciacon el entusiasmo de un disc pulo fervo-roso; al tiempo, y como ejercicio compa-rativo inevitable, Voltaire critica la cien-cia y las instituciones francesas4.

5 AVANCES ENASTRONOM A, DISCUSI NDE LA HERENCIANEWTONIANALa pugna anglo-francesa se revel ensu m s directa expresi n cuando se trat de obtener m todos y aparatos para de-terminar la longitud de un nav o en elmar es decir, la posici n , objetivo quetodav a al iniciarse el siglo xviii segu asiendo tan esquivo como esencial paraambas potencias mar timas. Los inglesesse adelantaron con la fundaci n delfamoso Observatorio de Greenwich(1675), a cuyo frente pusieron al jovenastr nomo de Cambridge John Flams-teed, que dedic sus 44 a os de estanciaall a elaborar tablas de movimientos lu-nares y un cat logo de la posici n de lasestrellas (todo ello se public , p stuma-mente, en 1725). La Academia de Cien-ciasde Par s encarg a su vez a Jean-Do-minique Cassini la elaboraci n de tablascon los movimientos de los sat lites deJ piter, y a Huyghens la construcci n deun reloj mec nico que diese la hora es-t ndar.

6 Enfrentados y competidores, losAntena de Telecomunicaci n / JUNIO 200857 Telescopio espacial ingl s y franc s sometieron aconcurso, en la d cada de 1710, la reso-luci n del problema de la longitud en elmar, lo que finalmente se consigui conla construcci n en ambos casos de cron -metros precisos, como el del h bil artesa-no ingl s Harrison y el del fino cient ficofranc s Le cuanto a Francia, es verdad que larecepci n de la potente y novedosa f sicade Newton se enfrent tanto al escepticis-mo de una comunidad cient fica tradicio-nalmente hostil como al resabio absolu-tista de la monarqu a y las la ruptura por Voltaire del dique delos prejuicios no ten a ya vuelta atr s. As ,los hermanos Cassini (Jean y Jean-Domi-nique) quisieron enfrentarse a aspectosrelevantes de la teor a newtoniana comola gravitaci n universal, contrariando laobservaci n de Newton de que el planetaestaba ligeramente achatado por los po-los.

7 De esta pol mica se derivaron las dosexpediciones organizadas por la Acade-mia de Cienciasa Per (1735) y Laponia(1736), buscando medir la longitud de ungrado de latitud, que obtuvieron final-mente resultados que confirmaban la ciencia francesa se reconvirti decididamente al pensamiento newtonia-no con una segunda hornada de cient fi-cos, como los matem ticos Clairaut yD Alembert (el que dirigir a la monu-mental obra de la Enciclopedia). Y lomismo sucedi en Suiza, con los cient fi-cos del grupo de Basilea , los hermanosBernuilli y Alexander Euler, todos ellosmatem ticos dedicados al estudio delmovimiento de los astros. Lagrange(1736-1813) y Laplace (1749-1827), su-cesores directos de Clairaut y D Alem-bert, ampliaron y perfeccionaron losc lculos astron micos que confirmabanla teor a newtoniana sobre el sistema so-lar, es decir, que ste forma un mecanis-mo perfectamente autorregulado en elque las irregularidades se corrigen entres 5.

8 Lagrange y Laplace, cuya obra llenala ciencia francesa a partir de 1770, im-pulsaron de forma extraordinaria la me-c nica y la teor a astron mica, respecti-vamente, y desempe aron un papelsingular en los agitados a os de la Revo-luci n, el Imperio y la Restauraci n, eta-pas de relanzamiento singular de todaslas ciencias en Francia. La ingente obrade Laplace,Mec nica celeste(cinco vo-l menes publicados en 1799-1825), su-puso la piedra final en el edificio de la as-tronom a mec nica ilustrada, recogiendoy divulgando a la vez la obra de sus pre-decesores. Siguiendo la pauta, frente a los desa-rrollos te ricos de la astronom a francesala inglesa se desarrolla de forma esen-cialmente emp rica. As lo demuestranlas observaciones de Bradley, Maskelyneo Cavendish, midiendo ste la masa de latierra y d ndole un valor muy parecido alreal. Destaca sobre todos, sin embargo,William Herschel, alem n instalado enInglaterra y distinguido como astr nomoreal en 1782; Herschel es un h bil cons-tructor de aparatos astron micos, as co-mo un tenaz observador, lo que le llev adescubrir Urano en ELECTRICIDAD Y SUS FIGURAS SE ERASD esde 1745 se multiplican los experi-mentos el ctricos, con creciente xito dep blico, en gran medida debido al hallaz-go de la famosa botella de Leyden y a suscualidades de acumulaci n, influencia yconducci n.

9 Pero la Electricidad y elMagnetismo llevan un siglo de retrasorespecto de la Mec nica celeste o de s -lidos, e incluso la ptica; adem s, la con-fusi n sobre la verdadera naturaleza deestos fen menos y la terminolog a ambi-gua empleada dificultaba los verdaderosavances. En este momento hist rico re-sulta decisiva la aparici n de Benjam nFranklin (1706-90), que sin tener encuenta las teor as de moda impulsa deci-didamente la electricidad, creando elconcepto de carga el ctricay realizandoexperimentos espectaculares, como el fa-moso de la descarga el ctrica desde unanube a un primer pararrayos (1752).En sus Opiniones y conjeturas referentesa las propiedades y efectos de la materiael ctrica(1750) logra explicar y puntua-lizar numerosos conceptos y teor as co-mo el del fluido nico , en un tonopositivista y pragm tico, muy alejado delos puntos de vista metaf sicos frecuentesen su tiempo7.

10 Priestley, el gran cient fi-co, continuar a sus aportaciones comodisc pulo y asesor de Franklin, midiendoconductibilidades y deduciendo que elcampo el ctrico es nulo en el interior deuna esfera met lica; su texto La historiay el presente de la electricidad, con expe-rimentos originales(1767), se convertir aen un cl paso del terreno cualitativo (expe-rimentos) al cuantitativo (medidas, leyes)fue obra de Henry Cavendish (1731-1810) y de Charles Coulomb (1736-1806). El primero escribi diversasmemorias para las Philosophical Tran-sactionsa partir de 1771, pero solo lasprimeras vieron la luz, siendo descubier-tas y publicadas las dem s por Maxwellen 1879; defini cargay potencial, as como capacidady constante diel ctrica,y determin experimentalmente la rela-ci n inversa del cuadrado de las distan-cias entre cargas. Coulomb, ingenieromilitar, es un cl sico de la ciencia tan h -bil experimentador como profundo te ri-co; desde 1777 dirigi su inter s hacia elmagnetismo y la electricidad, con unaprimera memoria fundamental en 1785,Construcci n y uso de una balanza el c-trica, a la que seguir an otras, hasta 1788,acometiendo el estudio de la ley de atrac-ciones, la p rdida de electricidad, la dis-tribuci n de la electricidad en los con-ductores, la teor a molecular de y dej sentadas las bases de laElectrost tica experimental y matem ti-ca.


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