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Pensar la dictadura: terrorismo de Estado en Argentina

Pensar la dictadura : terrorismo de Estado en ArgentinaPENSAR LA dictadura : terrorismo de Estado en ArgentinaPREGUNTAS, RESPUESTAS Y PROPUESTAS PARA SU ENSE ANZAC oordinaci n Programa Educaci n y Memoria Federico Lorenz, Mar a Celeste AdamoliEquipo Programa Educaci n y Memoria Mat as Far as, Cecilia Flachsland, Pablo Luzuriaga, Violeta Rosemberg, Edgardo VannucchiRevisi n editorialRoberto PittalugaDise o y producci n visualJuan FurlinoFoto de tapaGonzalo Mart nez, Fototeca de ARGRA (Buenos Aires, 2004)Primera edici n marzo de 2010 2010. Ministerio de Educaci n de la Naci n en n de distribuci n su venta. Se permite la reproducci n total o parcial de este libro con expresa menci n de la fuente y LA dictadura : terrorismo de Estado en ArgentinaPREGUNTAS, RESPUESTAS Y PROPUESTAS PARA SU ENSE ANZA6Un fundamento para la esperanzaAlberto Sileoni.

Octavio Paz, El laberinto de la soledad. mesa familiar, la rueda de amigos, los grupos de pertenencia. Y también por bienes simbólicos que la potencien y enriquezcan. Este libro anhela ser uno de ellos y servir de andamiaje a la tarea docente mediante sus preguntas, sus respuestas, sus recursos, sus debates, sus imágenes, sus propuestas.

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  Laberinto, Soledad, Laberinto de la soledad, La dictadura, Dictadura

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1 Pensar la dictadura : terrorismo de Estado en ArgentinaPENSAR LA dictadura : terrorismo de Estado en ArgentinaPREGUNTAS, RESPUESTAS Y PROPUESTAS PARA SU ENSE ANZAC oordinaci n Programa Educaci n y Memoria Federico Lorenz, Mar a Celeste AdamoliEquipo Programa Educaci n y Memoria Mat as Far as, Cecilia Flachsland, Pablo Luzuriaga, Violeta Rosemberg, Edgardo VannucchiRevisi n editorialRoberto PittalugaDise o y producci n visualJuan FurlinoFoto de tapaGonzalo Mart nez, Fototeca de ARGRA (Buenos Aires, 2004)Primera edici n marzo de 2010 2010. Ministerio de Educaci n de la Naci n en n de distribuci n su venta. Se permite la reproducci n total o parcial de este libro con expresa menci n de la fuente y LA dictadura : terrorismo de Estado en ArgentinaPREGUNTAS, RESPUESTAS Y PROPUESTAS PARA SU ENSE ANZA6Un fundamento para la esperanzaAlberto Sileoni.

2 Ministro de Educaci nEducar en Derechos Humanos Mara Brawer. Subsecretar a de Equidad y CalidadPrograma Educaci n y Memoria Introducci nCAP TULO terrorismo DE ESTADO1. Qu pas el 24 de marzo de 1976?2. Cu l era la situaci n pol tico-social previa al golpe de Estado ?3. Qu fue el terrorismo de Estado ?4. Qu ocurri con las leyes y el marco jur dico durante la dictadura ?5. Qu es la figura del desaparecido?6. Qu fue la apropiaci n sistem tica de menores? 7. Qu fueron los centros clandestinos de detenci n?8. Cu l fue el proyecto econ mico-social de la dictadura ? C mo se vincul con la estrategia represiva?FuentesI. La voz de los responsablesII. Di logo entre Jacobo Timerman y el represor Ram n CampsIII. Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar, por Rodolfo WalshIV. La deuda externaV. Memorias de una presa pol tica (1975-1979) por Graciela Lo PreteVI.

3 Testimonios de sobrevivientes de la ESMAVII. Qui nes eran los desaparecidos?VIII. Qu recuerda del 24 de marzo de 1976?IX. Una canci n contra la censuraGaler a de im genesPropuestas para trabajar en el aulaFotograf a: Ex centro clandestino de detenci n La Polaca 9111315192123262830313234 CAP TULO 2. dictadura Y SOCIEDAD9. La ltima dictadura , tuvo apoyo social?10. Cu l fue el rol de los trabajadores durante la ltima dictadura ?11. Qu papel desempa aron los orga-nismos de Derechos Humanos?12. Qu postura adoptaron los medios masivos de comunicaci n frente al golpe y al proyecto de la dictadura ?13. Qu ocurri con la cultura y la educa-ci n durante la ltima dictadura ?FuentesI. Publicidades, solicitadas y editoriales de apoyo a la dictaduraII. Tapas de diarios argentinos del 24 de marzo de 1976 III. La represi n en el mbito educativoIV.

4 Experiencias de hijos de desapareci-dos en el mbito escolarV. Notas de la revista Gente: De la ju-ventud maravillosa a la juventud como peligro subversivoVI. Prohibido cantar La marcha peronis-ta en los estadios de f tbol N D I C E363940424345474850525356616466687073777 9828387 7 VII. Testimonio de un trabajador sobre la resistencia en el mbito fabril durante la dictaduraVIII. Las primeras MadresIX. Primera solicitada por los Derechos Humanos publicada en la prensa argentinaX. Prohiben cancionesXI. Libros censuradosGaler a de im genesPropuestas para trabajar en el aulaFotograf a: Esquina militarizadaCAP TULO 3. LA dictadura EN EL MUNDO14. Qu fue la Doctrina de Seguri-dad Nacional?15. Qu relaciones pueden establecerse con las dem s dictaduras que se implementaron en Latinoam rica? 16. En qu consisti el Plan C ndor?

5 17. C mo fue vista la dictadura en el exterior? Cu l fue el papel de los exiliados?18. Qu pas el 2 de abril de 1982? C mo se vincula la guerra de Malvi-nas con la dictadura ? FuentesI. Postales Para T II. Testimonios de exiliadosIII. La guerra de Malvinas vista a la luz del Informe RattenbachIV. Operativo ClamorV. Poemas del exilio de Juan GelmanVI. Chilenos en Argentina durante el conflic-to del Beagle Galer la de im genesPropuestas para trabajar en el aulaFotograf a: Festejo infaustoCAP TULO 4. EL PASADO EN EL PRESENTE19. Qu fueron la CONADEP y el informe Nunca M s ?20. Qu es la teor a de los dos demonios?21. Qu fueron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y los decretos de indulto? 22. C mo deben ser considerados los cr menes de la dictadura ?23. C mo se construyeron las pol ticas de la memoria en nuestro pa s?

6 8992949597989910210510710911211411712012 2124126127130132133136139140143145148149 1521551581621631651661691721731761791842 4. C mo se represent la dictadura en el campo de la cultura?25. Por qu ense ar el terrorismo de Estado ?FuentesI. Pr logos al Nunca M sII. 20 a os despu sIII. Carta a mis viejos por Carlos PisoniIV. Juicio y castigoV. Poema: Cad veres por N stor PerlongherVI. La palabra de los estudiantes de Institutos de Formaci n DocenteGaler a de im genesPropuestas para trabajar en el aulaFotograf a: Y Sin embargo estoy aqu Bibliograf a sugeridaAgradecimientos8 9 U N F U N D A M E N T O PA R A L A E S P E R A N Z AConocer la historia Argentina reciente puede conducir a desbaratar esa esperanza que, seg n nos dice Octavio Paz, nunca se olvida. Porque durante los a os del terrorismo de Estado , el poder adquiri formas ominosas, dif ciles de entender para muchos de nosotros.

7 Sin embargo, si adem s de acceder al conocimiento sobre esas formas, asu-mimos la responsabilidad de preguntarnos por qu fue posible el terrorismo de Estado en Argentina y reconocemos las admirables luchas de quienes lo resistieron, podemos generar el desenlace contrario y, en lugar de anular la esperanza, volver a encontrarla. El Ministerio de Educaci n de la Naci n presenta este libro que est destinado a explicar en las escuelas secundarias qu ocurri durante la ltima dictadura como un ejercicio de recuerdo y entendimiento que permita construir un fundamento para la este Ministerio los Derechos Humanos y las pol ticas de la memoria ocupan un lugar destacado en la agenda educativa. Ejercer la memoria es un derecho inalienable de los hombres y una responsabilidad de la sociedad. Creemos que la escuela debe acompa ar el ejercicio de la memoria y la ense anza de los Derechos Humanos, com-pleja tarea que no puede hacerse en soledad sino que debe estar respaldada por la Quien ha visto la esperanza, no la olvida.

8 La busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres. Y sue a que un d a va a encontrarla de nuevo, no sabe d nde, acaso entre los suyos. En cada hombre late la posibilidad de ser o, m s exactamente, de volver a ser, otro hombre . Octavio Paz, El laberinto de la familiar, la rueda de amigos, los grupos de pertenencia. Y tambi n por bienes simb licos que la potencien y enriquezcan. Este libro anhela ser uno de ellos y servir de andamiaje a la tarea docente mediante sus preguntas, sus respuestas, sus recursos, sus debates, sus im genes, sus propuestas. Si el terror es insidioso, la educaci n es la herramienta privilegiada de la memoria, el veh culo para que se produzca esa necesaria transmisi n cultural de una generaci n a lugar destacado que esta tem tica supo tener en estos a os se refuerza, en el presente y a futuro, con la nueva escuela secundaria que, adem s de tener como uno de sus ejes transversales la ense anza de los Derechos Humanos, apuesta a ponerlos en pr ctica a trav s de la inclusi n de los j venes m s desamparados en sus aulas.

9 Tal como muestra este libro la dictadura catalog de subversivos a todos aquellos que consider peligrosos para su proyecto de terror y exclusi n. En estas p ginas hay fuentes que se alan que la mayor a de los desaparecidos fueron j venes y obreros. Y otras que muestran c mo el terrorismo de Estado concibi la mente juvenil como un campo de batalla para el control y el disciplinamiento. En la actualidad, aunque de otra manera, los j venes tambi n aparecen en muchos medios de comunicaci n como sospechosos , se dice all que son ap ticos, desinteresados, violentos, sin ideales. El Ministerio de Educaci n, por el contrario, los interpela como sujetos de derecho. Y as como piensa que los j venes perseguidos por la dictadura no eran subversivos sino hombres y mujeres comprometidos con su poca y su pueblo, cree que los j venes de hoy, con sus condicionamientos y particularidades, tienen el potencial para aportar valores, ideas, proyectos.

10 Por eso, cuando luchamos por una educaci n que respete 10los Derechos Humanos, estamos apuntando a una educaci n que ampare y escuche a los j venes. Pensar la dictadura : terrorismo de Estado en Argentina explica con claridad c mo se implement un proyecto econ mico que conden a la miseria a millares de argen-tinos y muestra c mo se despleg el mecanismo horroroso de la desaparici n de per-sonas, lo que no s lo implic el fin de sus vidas sino tambi n la privaci n de un entierro junto a sus deudos, es decir, la posibilidad de inscribir su muerte dentro de una historia familiar y hemos decidido transmitir ese pasado reciente a los j venes de nuestras es-cuelas. Lo hacemos buscando reparar aquella herida y recordando, comprendiendo y creyendo, como nos dice Octavio Paz, que la esperanza est en la posibilidad de que los hombres se transformen en otros hombres.


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