REFLEXIONES SOBRE LA INCLUSIÓN - Qartuppi

1 1 REFLEXIONES SOBRE LA inclusi NUna postura cr tica frente al an lisisde la discapacidad y la normalidadDulce Mar a Galarza TejadaCarolina Lim n S nchezSilvia Larisa M ndez Mart nez(Coordinadores)2 Esta obra est bajo una Licencia Creative CommonsAtribuci n-NoComercial Mar a Galarza TejadaCarolina Lim n S nchezSilvia Larisa M ndez Mart nez(Coordinadores) REFLEXIONES SOBRE LA inclusi NUna postura cr tica frente al an lisisde la discapacidad y la normalidadREFLEXIONES SOBRE LA inclusi NUna postura cr tica frente al an lisis de la discapacidad y la normalidad1era.

2 Edici n, marzo 2018 ISBN 978-607-97784-7-7 DOI 2018. Qartuppi , S. de de Villa Turca 17, Col. Villas del Mediterr neo Hermosillo, Sonora 83220 M xico n: Qartuppi , S. de de o de portada: Arym Hern ndez ShepperdMaquetaci n: Le n Felipe Irigoyen MoralesCOMIT REVISORSe conform por un grupo de profesores investigadores de la Facultad de psicolog a de la Universidad Aut noma de San Luis Potos y expertos en la pr ctica profesional de la psicolog a educativa. Ellos son miembros o colaboran con los Cuerpos Acad micos que se mencionan a continuaci n: CA en forma-ci n Estudios de la Cl nica Intervenci n e Instituciones , Psicolog a y Educaci n, CA en consolidaci n Psicolog a y educaci n y CA consolidado Evaluaci n e intervenci n en Psicolog a y educaci n.

3 Dra. Juana Mar a M ndez PinedaDra. Blanca Susana Vega Mart nezDra. Mar a del Rosario Auces FloresDra. Silvia Romero ContrerasDr. Ismael Garc a CedilloDr. V ctor Javier Novoa CotaMtra. Mar a Guadalupe Serrano SorianoDra. Gloria D az Fern ndezMtra. Claudia Gabriela Soto MontanteMtra. Esperanza Alonso Casta nMtra. Victoria Guadalupe Ju rez SaucedoDra. Gabriela Silva MacedaDra. Dulce Mar a Galarza TejadaPR LOGO CU L ES LA MIRADA QUE NOS INTERPELA DESDE LA EDUCACI N INCLUSIVA?Gloria D az Fern ndezINTRODUCCI NINTRODUCCI N AL EJERCICIO REFLEXIVO DE LA inclusi N: UN ACERCAMIENTO DESDE LAS POL TICAS EDUCATIVASD ulce Mar a Galarza Tejada y Carolina Lim n S nchezCap tulo 1 PERSONAS PRIMERO: REFLEXIONES EN TORNO A LA inclusi N DE LA DIVERSIDAD FUNCIONALN orma Alicia Del R o LugoCap tulo 2 REFLEXIONES SOBRE LA FORMACI N EN PSICOLOG A.

4 A PROP SITO DE LAS PR CTICAS PROFESIONALES E inclusi N EDUCATIVAS ilvia Larisa M ndez Mart nez, Mar a del Carmen Rojas Hern ndezy Dulce Mar a Galarza TejadaCap tulo 3 PROYECTOS DE MEJORA DESDE LA EDUCACI N INCLUSIVA: UNA PROPUESTA DE FORMACI N DOCENTED avid Uriel L pez Quirino, Juana Mar a M ndez Pineday Mar a del Rosario Auces FloresTABLA DE CONTENIDOS715213355 Cap tulo 4 inclusi N EDUCATIVA EN EL NIVEL MEDIO DE CASO DESDE LA NARRATIVA DE LOS SUJETOSMar a del Rosario Auces Flores, Blanca Susana Vega Mart nez, Denisse Alejandra Gonz lez L pez.

5 Hugo L pez Ruiz y Fernando Mendoza SaucedoCap tulo 5 COMPETENCIAS DOCENTES QUE GESTIONEN LA inclusi N EDUCATIVA DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL EN ASIGNATURAS DE FOTOGRAF A Y TELEVISI NRaquel Espinosa Casta edaCap tulo 6 ATENDER A LA DIVERSIDAD EN EL AULA UNA PR CTICA POSIBLE?M nica D vila Ollervides y Mar a Estela Jim nez Hern ndezCap tulo 7 POL TICAS INCLUSIVAS: DESDE EL DI LOGO, LO ESCRITO,LOS PROYECTOS, LA CONVIVENCIA Y LAS MIRADASC armen Adriana L pez Lucio, Juana Mar a M ndez Pineda y Fernando Mendoza SaucedoCap tulo 8 LA PR CTICA DE PENSAR CON LOS DEM S LO VIVIDO EN LA RELACI N EDUCATIVA: UN CAMINO HACIA EL SABER DE LA EXPERIENCIAN uria P rez de Lara i Ferr 71 871031251397PR LOGO CU L ES LA MIRADA QUE NOS INTERPELA DESDE LA EDUCACI N INCLUSIVA?

6 Gloria D az Fern ndez181 Universidad Aut noma de San Luis Potos , Facultad de Psicolog aSan Luis Potos , , M expuestos a las heridas del mundo y de la vida. Somos seres vulnerables que no podemos sobreviviral margen de la atenci n y de la hospitalidad del Carles M lichAunque somos muchos los docentes que no nos dejamos arrastrar por el desasosiego que pueden provocar tantos a os de ir a contracorriente en esto de la educaci n, aun as , algunas veces, s lo algu-nas, nos embarga una extra a sensaci n, que se mueve entre la soledad y la incomprensi n al llevar a cabo una pr ctica educativa, quiz s poco frecuente.

7 Que radica en entenderla como acontecimiento tico. Para hablar de educaci n inclusiva primero deber amos hablar de lo que es educaci n. En nues-tros espacios universitarios, SOBRE todo, en las disciplinas que se aproximan al estudio de estas cues-tiones, nos cercioramos de que nada o casi nada de lo que se debate tiene que ver con la educaci n, desde el origen mismo del t rmino a la excesiva exigencia por las mediciones y los resultados. Cuando nos referimos a lo educativo, muchos estudiantes se sorprenden, de que no sea para expresar la inten-ci n que desde algunas pol ticas educativas y, sus instituciones, nos marcan SOBRE qu y c mo educar.

8 Por lo que, llegan a explicarlo como algo trivial que cualquier profesional, sea cual sea su formaci n o su campo disciplinar, puede llevar a cabo. La educaci n, vista as , se restringe a un dec logo de t cni-cas o a una simplificaci n y, reducci n, al decir, lo he probado todo, pero nada me funciona, colocando en el ni o, en el adolescente o en el joven, nuestra propia incapacidad para entender lo que significa la experiencia de educar. Es frecuente que el discurso y las pr cticas pasen a reducir lo educativo a la sumisi n, a la do-mesticaci n, a la docilidad, el adiestramiento de destrezas y habilidades en las que no cabe la posibi-lidad de ser sujeto, de devenir sujeto.

9 La construcci n de los procesos de subjetivizaci n en nuestras 10escuelas no se consideran, porque c mo ser y existir desde la uniformidad, la homogeneizaci n, la normativizaci n, c mo ser desde lo que el adulto me propone, desde una mirada que me cuestiona por el simple hecho de ser ni o, adolescente o joven. Como dijo Sartre, c mo ser en un sistema educa-tivo que hace que me averg ence de ser. Vivimos, en nuestras instituciones educativas, desde un constante, persistente y repetido pro-hibir, inculcando en los alumnos formas de relaci n que nada tienen que ver con sus vidas, entre m l-tiples ambivalencias y ambig edades, creando ni os inseguros, temerosos y tremendamente fr giles.

10 En las que el tiempo es secuestrado, fragmentado y desgajado, sin tiempo para vivir, para equivocar-nos, para sentir, para decir, en el que la escucha es imposible. Pero, c mo parar, c mo subvertir el tiem-po, los ritmos, s , eso a lo que denominan ritmos para aprender. Tendr amos que recuperar la escucha? la musicalidad de la escucha? c mo escuchar al otro? Acaso, en alg n momento de mi pr ctica edu-cativa he pasado a escuchar-me? Tampoco podemos olvidarnos de los contextos que compartimos, en los que la violencia es parte de nuestra forma de vida; cada vez, con mayor frecuencia, nos convertimos en espectadores de un espect culo terrible en el que la violaci n, el despojamiento de los cuerpos y mentes nos deja im-pasibles, se ha normalizado en nuestro vivir, forma parte de nosotros, ya nada nos conmueve, ya nada nos indigna.