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Saint -Exupéry - ILCE

0 El principito Antoine de Saint - Exup ry (1900-1944) 1 EL PRINCIPITO 2 A Le n Werth Pido perd n a los ni os por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una muy seria disculpa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra disculpa: Esta persona mayor es capaz de comprender todo, hasta los libros para ni os. Y tengo a n una tercera disculpa: Esta persona mayor vive en Francia donde siente hambre, fr o y tiene gran necesidad de ser consolada. M s si todas estas disculpas no fueran suficientes, quiero entonces dedicar este libro al ni o que fue, en otro tiempo, esta persona mayor. Todas las personas mayores han comenzado por ser ni os (aunque pocas lo recuerden).

Cuando yo tenía seis años vi en el libro sobre la selva virgen: Historias vividas, una grandiosa estampa. Representaba una serpiente boa comiéndose a una fiera. He aquí la copia del dibujo.

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1 0 El principito Antoine de Saint - Exup ry (1900-1944) 1 EL PRINCIPITO 2 A Le n Werth Pido perd n a los ni os por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una muy seria disculpa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra disculpa: Esta persona mayor es capaz de comprender todo, hasta los libros para ni os. Y tengo a n una tercera disculpa: Esta persona mayor vive en Francia donde siente hambre, fr o y tiene gran necesidad de ser consolada. M s si todas estas disculpas no fueran suficientes, quiero entonces dedicar este libro al ni o que fue, en otro tiempo, esta persona mayor. Todas las personas mayores han comenzado por ser ni os (aunque pocas lo recuerden).

2 Corrijo, entonces, mi dedicatoria: A Le n Werth cuando era ni o 3 NDICE I .. 5 II .. 9 14 17 V .. 22 VI .. 26 VII .. 28 VIII .. 33 IX .. 37 X .. 40 XI .. 47 XII .. 49 XIII .. 51 XIV .. 57 61 XVI .. 66 XVII .. 67 XVIII .. 71 4 XIX .. 73 XX .. 75 XXI .. 77 XXII .. 86 XXIII .. 88 XXIV .. 89 XXV .. 93 XXVI .. 99 XXVII .. 108 5 I Cuando yo ten a seis a os vi en el libro sobre la selva virgen: Historias vividas, una grandiosa estampa. Representaba una serpiente boa comi ndose a una fiera. He aqu la copia del dibujo. En el libro se afirmaba: La serpiente boa se traga su presa entera, sin masticarla. Luego, como no puede moverse, duerme durante los seis meses que dura su digesti n . Reflexion mucho en ese momento sobre las aventuras de la jungla y logr trazar con l pices de colores mi primer dibujo.

3 Mi dibujo n mero 1 era de esta manera: 6 Ense mi obra de arte a las personas mayores y les pregunt si mi dibujo les daba miedo. Por qu habr a de asustarme un sombrero? me respondieron. Mi dibujo no era un sombrero. Representaba una serpiente boa que digiere un elefante. Entonces dibuj el interior de la serpiente boa para que las personas mayores pudieran comprender. Los mayores siempre tienen necesidad de explicaciones. Mi dibujo n mero 2 era as : Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de serpientes boas, fueran abiertas o cerradas, y 7 poner m s inter s en la geograf a, la historia, el c lculo y la gram tica. De esta manera, a la edad de seis a os abandon una magn fica carrera de pintor. Hab a quedado desilusionado por el fracaso de mis dibujos n mero 1 y n mero 2.

4 Las personas mayores son incapaces de comprender algo por s solas y es muy fastidioso para los ni os darles explicaciones una y otra vez. As , tuve que elegir otro oficio y aprend a pilotear aviones. He volado un poco por todo el mundo y, en efecto, la geograf a me ha servido mucho; al primer vistazo puedo distinguir perfectamente China de Arizona. Esto es muy til, sobre todo si se pierde uno durante la noche. A lo largo de mi vida he tenido multitud de contactos con multitud de gente seria. Viv mucho con personas mayores y las he conocido muy de cerca; pero esto no ha mejorado mi opini n sobre ellas. Cuando me he encontrado con alguien que parec a l cido, he ensayado la experiencia de mostrar mi dibujo n mero 1 que he conservado siempre.

5 Quer a saber si era verdaderamente un ser comprensivo pero siempre contestaban: "Es un sombrero". Me absten a entonces de hablarles de la serpiente boa, de la selva virgen y de las estrellas. Poni ndome a su altura, les hablaba de su 8 mundo: del bridge, del golf, de pol tica y de corbatas. Y la persona mayor quedaba content sima de conocer a un hombre tan razonable. 9 II Viv as , solo, sin alguien con quien poder hablar verdaderamente, hasta hace seis a os cuando tuve una aver a en el Sahara. Algo se hab a estropeado en el motor de mi avi n. Como viajaba sin mec nico ni pasajero alguno, me dispuse a realizar yo s lo, una reparaci n dif cil. Era para m una cuesti n de vida o muerte pues apenas ten a agua pura como para ocho d as La primera noche me dorm sobre la arena, a unas mil millas de distancia del lugar habitado m s pr ximo.

6 Estaba m s aislado que un n ufrago en medio del oc ano. Imag nense, pues, mi sorpresa cuando al amanecer me despert una vocecita que dec a: Por p ntame un cordero! Eh? P ntame un cordero! Me puse en pie de un brinco y frot ndome los ojos mir a m alrededor. Descubr a un extraordinario muchachito que me observaba gravemente. Ah tienen el mejor retrato que m s tarde logr hacer de l, aunque reconozco que mi dibujo no es tan encantador como el original. La culpa no es m a, las personas mayores me desanimaron de mi carrera de pintor a la edad de seis a os, cuando s lo hab a aprendido a dibujar boas cerradas y boas abiertas. 10 Mir , fascinado, aquella aparici n. No hay que olvidar que me encontraba a unas mil millas de distancia del lugar habitado m s pr ximo y el muchachito no parec a ni perdido, ni muerto de cansancio, de hambre, de sed o de miedo.

7 No ten a la apariencia de un ni o perdido en el desierto a mil millas de distancia del lugar habitado m s pr ximo. Cuando logr , por fin, poder hablar, pregunt : qu haces t aqu ? Y l repiti suave y lentamente, como algo muy importante: 11 Por p ntame un cordero! Cuando el misterio es tan impresionante, uno no se atreve a contravenir. Por absurdo que aquello pareciera, a mil millas de distancia de alg n lugar habitado y en peligro de muerte, saqu del bolsillo una hoja de papel y una pluma fuente. Record que yo hab a estudiado geograf a, historia, c lculo y gram tica y le dije al muchachito (algo malhumorado) que no sab a dibujar. No importa, P ntame un cordero! Como nunca hab a dibujado un cordero, repet uno de los dos nicos dibujos que era capaz de realizar: el de la boa cerrada.

8 Y qued absorto al o rle decir: No, no! No quiero un elefante dentro de una serpiente. La serpiente es muy peligrosa y el elefante ocupa mucho sitio. En mi tierra todo es muy peque ito. Necesito un cordero. Por favor, p ntame un cordero! Dibuj un cordero. Lo mir atentamente y dijo: 12 ste est muy enfermo. Por favor haz otro. Volv a dibujar. Mi amigo sonri gentilmente, con indulgencia, y dijo: Ves? Esto no es un cordero, es un carnero. Tiene Realice nuevamente otro dibujo y tambi n fue rechazado como los anteriores. Es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo. Ya impaciente y deseoso de comenzar a desmontar el motor, trac r pidamente este dibujo, se lo ense , y dije: Esta es la caja. El cordero que quieres est adentro.

9 13 Me sorprend al ver iluminado el rostro de mi joven juez: Oh, es exactamente como yo lo quer a! Crees que se necesite mucha hierba para este cordero? Por qu ? Porque en mi tierra todo es muy peque Ser suficiente. El corderito que te he dado tambi n es peque o. Se inclin hacia el dibujo y exclam : Bueno, no ! Ah, se ha quedado dormido! Y as fue como conoc al principito. 14 III Necesit tiempo para comprender de d nde ven a. El principito, que siempre insist a con sus preguntas, no parec a o r las m as. Fueron frases al azar las que, poco a poco, me fueron revelando sus secretos.

10 As , cuando distingui por vez primera mi avi n (no dibujar mi avi n, por tratarse de algo demasiado complicado para m ) me pregunt : Qu cosa es esa? Esa no es una cosa. Es un avi n, vuela. Es mi avi n. Me sent orgulloso al decir que mi avi n volaba. El entonces grit : C mo! Has ca do del cielo? S le dije modestamente. Ah, es curioso! Y lanz una graciosa carcajada que de momento me irrit pues me gusta que mis desgracias se tomen en serio. Despu s a adi : Entonces t tambi n vienes del cielo? De cu l planeta? 15 Esa peque a luz ilumin un poco el misterio y le pregunt : T .. vienes de otro planeta? No me respondi ; solo mov a lentamente la cabeza examinando detenidamente mi avi n. En esto no creo que puedas venir de muy Y se hundi en un ensue o durante largo tiempo.