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La Odisea Homero Siglo VIII 0. LA Odisea . CANTO I. Los dioses deciden en asamblea el retorno de Odiseo .. 3. CANTO II. Tel maco re ne en asamblea al pueblo de 24. CANTO III. Tel maco viaja a Pilos para informarse sobre su padre. 45. CANTO IV. Tel maco viaja a Esparta para informase sobre su padre 69. CANTO V. Odiseo llega a Esqueria de los feacios .. 106. CANTO VI. Odiseo y Naus caa .. 127. CANTO VII. Odiseo en el palacio de Alc noo .. 143. CANTO VIII. Odiseo agasajado por los feacios .. 159. CANTO IX. Odiseo cuenta sus aventuras: los Cicones, los Lot fagos, los C clopes .. 186. CANTO X. La isla de Eolo. El palacio de Circe la hechicera.

6 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx ¿Cómo podría olvidarme tan pronto del divino Odiseo, quien sobresale entre los hombres por su astucia y más que nadie ha

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1 La Odisea Homero Siglo VIII 0. LA Odisea . CANTO I. Los dioses deciden en asamblea el retorno de Odiseo .. 3. CANTO II. Tel maco re ne en asamblea al pueblo de 24. CANTO III. Tel maco viaja a Pilos para informarse sobre su padre. 45. CANTO IV. Tel maco viaja a Esparta para informase sobre su padre 69. CANTO V. Odiseo llega a Esqueria de los feacios .. 106. CANTO VI. Odiseo y Naus caa .. 127. CANTO VII. Odiseo en el palacio de Alc noo .. 143. CANTO VIII. Odiseo agasajado por los feacios .. 159. CANTO IX. Odiseo cuenta sus aventuras: los Cicones, los Lot fagos, los C clopes .. 186. CANTO X. La isla de Eolo. El palacio de Circe la hechicera.

2 212. CANTO XI. Descensus ad 238. CANTO XII. Las sirenas Escila y Caribdis. La Isla del Sol. Ogigia267. CANTO XIII. Los feacios despiden a Odiseo. Llegada a taca .. 288. CANTO XIV. Odiseo en la majada de Eumeo .. 308. CANTO XV. Tel maco regresa a 333. 1. CANTO XVI. Tel maco reconoce a Odiseo .. 358. CANTO XVII. Odiseo mendiga entre los pretendientes .. 379. CANTO XVIII. Los pretendientes vejan a Odiseo .. 407. CANTO XIX. La esclava Euriclea reconoce a Odiseo .. 427. CANTO XX. La ltima cena de los 455. CANTO XXI. El certamen del arco .. 473. CANTO XXII. La venganza .. 493. CANTO XXIII. Pen lope reconoce a Odiseo .. 515. CANTO XXIV. El 532.

3 2. CANTO I. Los dioses deciden en asamblea el retorno de Odiseo Cu ntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos, que anduvo errante muy mucho despu s de Troya sagrada asolar; vio muchas ciudades de hombres y conoci su talante, y dolores sufri sin cuento en el mar tratando de asegurar la vida y el retorno de sus compa eros. Mas no consigui . salvarlos, con mucho quererlo, pues de su propia insensatez sucumbieron v ctimas, locas! de Hiperi n Helios las vacas comieron, y en tal punto acab para ellos el d a del retorno. Diosa, hija de Zeus, tambi n a nosotros, cu ntanos alg n pasaje de estos sucesos. Ello es que todos los dem s, cuantos hab an escapado a la amarga muerte, estaban en casa, dejando atr s la guerra y el mar.

4 S lo l estaba privado de regreso y esposa, y lo reten a en su c ncava cueva la ninfa Calipso, divina entre las diosas, deseando que fuera su esposo. Y el caso es que cuando transcurrieron los a os y le lleg aquel en el que los dioses hab an hilado que regresara a su casa de Itaca, ni siquiera entonces estuvo libre de pruebas; ni cuando estuvo ya con los suyos. Todos los dioses se compadec an de l 3. excepto Poseid n, qui n se mantuvo siempre rencoroso con el divino Odiseo hasta que lleg a su tierra. Pero hab a acudido entonces junto a los Etiopes que habitan lejos (los Etiopes que est n divididos en dos grupos, unos donde se hunde Hiperi n y otros donde se levanta), para asistir a una hecatombe de toros y carneros; en cambio, los dem s dioses estaban reunidos en el palacio de Zeus Ol mpico.

5 Y comenz a hablar el padre de hombres y dioses, pues se hab a acordado del irreprochable Egisto, a quien acababa de matar el afamado Orestes, hijo de Agamen n. Acord se, pues, de este, y dijo a los inmortales su palabra: Ay, ay, c mo culpan los mortales a los dioses!, pues de nosotros, dicen, proceden los males. Pero tambi n ellos por su estupidez soportan dolores m s all de lo que les corresponde. As , ahora Egisto ha desposado cosa que no le correspond a . a la esposa leg tima del Atrida y ha matado a este al regresar; y eso que sab a que morir a lamentablemente, pues le hab amos dicho, envi ndole a Hermes, al vigilante Argifonte, que no le matara ni pretendiera a su esposa.

6 "Que habr una venganza por parte de Orestes cuando sea mozo y sienta nostalgia de su tierra." As le dijo Hermes, mas con tener buenas intenciones no logr persuadir a Egisto. Y ahora las ha 4. pagado todas juntas. Y le contest luego la diosa de ojos brillantes, Atenea: Padre nuestro Cronida, supremo entre los que mandan, claro que aqu l yace v ctima de una muerte justa!, as perezca cualquiera que cometa tales acciones. Pero es por el prudente Odiseo por quien se acongoja mi coraz n, por el desdichado que lleva ya mucho tiempo lejos de los suyos y sufre en una isla rodeada de corriente donde est el ombligo del mar. La isla es boscosa y en ella tiene su morada una diosa, la hija de Atlante, de pensamientos perniciosos, el que conoce las profundidades de todo el mar y sostiene en su cuerpo las largas columnas que mantienen apartados Tierra y Cielo.

7 La hija de este lo retiene entre dolores y lamentos y trata continuamente de hechizarlo con suaves y astutas razones para que se olvide de Itaca; pero Odiseo, que anhela ver levantarse el humo de su tierra, prefiere morir. Y ni aun as se te conmueve el coraz n, Ol mpico. Es que no te era grato Odiseo cuando en la amplia Troya te sacrificaba v ctimas junto a las naves aqueas? Por qu tienes tanto rencor, Zeus? . Y le contest el que re ne las nubes, Zeus: Hija m a, qu palabra ha escapado del cerco de tus dientes! 5. C mo podr a olvidarme tan pronto del divino Odiseo, quien sobresale entre los hombres por su astucia y m s que nadie ha ofrendado v ctimas a los dioses inmortales que poseen el vasto cielo?

8 Pero Poseid n, el que conduce su carro por la tierra, mantiene un rencor incesante y obstinado por causa del C clope a quien aqu l priv del ojo, Polifemo, igual a los dioses, cuyo poder es el mayor entre los C clopes. Lo pari la ninfa Toosa, hija de Forcis, el que se cuida del est ril mar, uni ndose a Poseid n en profunda cueva. Por esto, Poseid n, el que sacude la tierra, no mata a Odiseo, pero lo hace andar errante lejos de su tierra patria. Conque, vamos, pensemos todos los aqu presentes sobre su regreso, de forma que vuelva. Y Poseid n depondr su c lera; que no podr l solo rivalizar frente a todos los inmortales dioses contra la voluntad de estos.

9 Y le contest luego la diosa de ojos brillantes, Atenea: Padre nuestro Cronida, supremo entre los que mandan, si por fin les cumple a los dioses felices que regrese a casa el muy astuto Odiseo, enviemos enseguida a Hermes, al vigilante Argifonte, para que anuncie inmediatamente a la Ninfa de lindas trenzas nuestra inflexible decisi n: el regreso del sufridor Odiseo. Que yo me presentar en Itaca para empujar 6. a su hijo y ponerle valor en el pecho a que convoque en asamblea a los aqueos de largo cabello a fin de que pongan coto a los pretendientes que siempre le andan sacrificando gordas ovejas y cuernitorcidos bueyes de rot tiles patas.

10 Lo enviar tambi n a Esparta y a la arenosa Pilos para que indague sobre el regreso de su padre, por si oye algo, y para que cobre fama da valiente entre los hombres.. As diciendo, at bajo sus pies las hermosas sandalias inmortales, doradas, que la suelen llevar sobre la h meda superficie o sobre tierra firme a la par del soplo del viento. Y. tom una fuerte lanza con la punta guarnecida de agudo bronce, pesada, grande, robusta, con la que dome a las filas de los h roes guerreros contra los que se encoleriza la hija del padre Todopoderoso. Luego descendi lanz ndose de las cumbres del Olimpo y se detuvo en el pueblo de Itaca sobre el p rtico de Odiseo, en el umbral del patio.


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