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CCH UNAM. Historia de México II

cch unam . Historia de M xico II Primera Unidad: Crisis del Porfiriato y M xico revolucionario 1900-1920 La crisis del porfiriato Humberto Dom nguez Ch vez y Rafael Alfonso Carrillo Aguilar Planteles Azcapotzalco y Sur. Enero de 2009 Introducci n Se alar con precisi n absoluta el momento en que empieza a gestarse, es casi imposible. La pol tica de conciliaci n comenz a dejar de operar y, para los disidentes, el r gimen de D az se mostraba como un servidor cada d a m s exclusivo de una nueva entidad social y econ mica: la oligarqu a adinerada, ligada estrechamente cada vez m s con los intereses extranjeros. Se puso en entredicho la personalidad de D az como h roe de la paz y art fice del progreso ; explic ndose ahora su permanencia en el gobierno debido a una fatiga social por las m ltiples guerras civiles y la p rdida de inter s en las luchas por el poder entre los liberales.

fundador de El Colmillo Público; Paulino Martínez director de La Voz de Juárez, Jesús y Ricardo Flores Magón de Regeneración, y el más tenaz de todos, Daniel Cabrera, quien por 30 años publicó El Diario del Hogar. La caricatura política fue un arma política efectiva para un pueblo analfabeto, mostrando los problemas con buen

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1 cch unam . Historia de M xico II Primera Unidad: Crisis del Porfiriato y M xico revolucionario 1900-1920 La crisis del porfiriato Humberto Dom nguez Ch vez y Rafael Alfonso Carrillo Aguilar Planteles Azcapotzalco y Sur. Enero de 2009 Introducci n Se alar con precisi n absoluta el momento en que empieza a gestarse, es casi imposible. La pol tica de conciliaci n comenz a dejar de operar y, para los disidentes, el r gimen de D az se mostraba como un servidor cada d a m s exclusivo de una nueva entidad social y econ mica: la oligarqu a adinerada, ligada estrechamente cada vez m s con los intereses extranjeros. Se puso en entredicho la personalidad de D az como h roe de la paz y art fice del progreso ; explic ndose ahora su permanencia en el gobierno debido a una fatiga social por las m ltiples guerras civiles y la p rdida de inter s en las luchas por el poder entre los liberales.

2 Se criticaba el servilismo del legislativo frente al ejecutivo y la corrupci n de la justicia; incluso se pensaba que el positivismo hab a sido traicionado. Los conservadores se quejaban del excesivo jacobinismo expresado en el laicismo; los liberales denunciaban una complicidad para restablecer las pr cticas conservadoras, y los cat licos, que viv an una nueva doctrina social de la iglesia, se mostraban preocupada por las condiciones de vida de los trabajadores; todos estaban de acuerdo en acusar al r gimen de monopolizar el poder pol tico y econ mico. El periodismo liberal fue el impulsor m s significativo de este clima de inquietud y protesta. La censura de los peri dicos, la persecuci n sistem tica y el encarcelamiento de los redactores mostraban la preocupaci n del r gimen. Porfirio D az, Presidente de la Rep blica 1876-1880 y 1884-1911 Destacaron Daniel Cabrera, redactor de El Hijo del Ahuizote y El Ahuizote Jacobino; Jes s Mart nez Carri n fundador de El colmillo P blico; Paulino Mart nez director de La Voz de Ju rez, Jes s y Ricardo Flores Mag n de Regeneraci n, y el m s tenaz de todos, Daniel Cabrera, quien por 30 a os public El Diario del Hogar.

3 La caricatura pol tica fue un arma pol tica efectiva para un pueblo analfabeto, mostrando los problemas con buen humor, y minando al r gimen. De los Clubes Liberales al anarcosindicalismo Los liberales potosinos protestaron e hicieron un llamado a reafirmar las Leyes de Reforma, formando Clubes Liberales y anunciando la realizaci n de un congreso nacional para 1901. Lo que desat este furor liberal fue que el 6 de junio de 1900 el obispo de San Luis Potos , Ignacio Montes de Oca, desat una tormenta al se alar en una reuni n religiosa en Par s la existencia de una paz religiosa en M xico . Se alaba que a n exist a una separaci n de la Iglesia y el Estado, consider ndolo como contrario a la naturaleza. El discurso fue reproducido en el peri dico El Estandarte de San Luis Potos . El congreso de clubes liberales de 1901 incluy a m s de 50 delegados de doce estados del pa s y la capital. Los seis d as que dur la reuni n sirvieron para resucitar el liberalismo y, en los resolutivos, se alar los derechos de los trabajadores, la necesidad de reforzar la educaci n, y ejercer una vigilancia y participar en la vida pol tica, en particular la municipal.

4 Pelot n de rurales, Waite, ciudad de M xico 1904 El r gimen disolvi los clubes como el de Lampazos, Nuevo Le n en 1901 y el de San Luis Potos en 1902, lo que condujo a una radicalizaci n de algunos de sus integrantes, como los hermanos Flores Mag n, quienes hab an Como resultado del congreso se multiplicaron los clubes y renaci una vida pol tica al margen del sistema, se al ndose la necesidad de integrar un partido pol tico y participar en las elecciones federales de 1904. El temario de un segundo congreso, que no llegar a a realizarse por la represi n, se alaba mayor inter s en los problemas sociales. En documentos de 1903 se hablaba de que hab a llegado la hora de que los liberales se aprestaran a luchar por las instituciones, se criticaba el militarismo, se se alaba la necesidad de dignificar al proletariado y buscar la riqueza y el engrandecimiento del pa s.

5 Fundado el semanario Regeneraci n en 1900; que anunciaba, sin invocar una insurrecci n, una necesaria regeneraci n de la sociedad mexicana. La pol tica represiva del r gimen impuls la violencia y acrecent las posiciones cada vez m s radicales de los intelectuales. Se persigui a todos los promotores de los clubes liberales y de los peri dicos de oposici n, Ricardo Flores Mag n, Camilo Arriaga, Juan Sarabia, Librado Rivera, Antonio D az Soto y Gama, entre otros, fueron apresados y los peri dicos clausurados. AGN, Colecci n Fotogr fica Charles B. Waite, Habitaci n y Vivienda, foto 40. Desde los EUA este grupo de intelectuales, perseguidos por el gobierno porfirista en complicidad con algunas autoridades norteamericanas, dieron origen en 1906 al Programa del Partido Liberal Mexicano. Este grupo avanzar a en su posici n socialista en torno a la ideolog a anarquista, como seguidores de Bakunin y Kropotkin.

6 Los porfiristas confrontados entre cient ficos y reyistas Para 1900 los militares, y un amplio grupo de clase media, encontraron un l der en el general Bernardo Reyes, que ocupar a la Secretar a de Guerra. Se le se alaba como el nico que podr a resolver lo que ya se empezaba a llamar la cuesti n social . El ej rcito renov su equipamiento y organizaci n, que tendi a integrar un ej rcito paralelo; primero con un Cuerpo de Oficiales Reservistas del Ej rcito, luego con una Escuela de Aspirantes y, por ltimo, con una Segunda Reserva. En lo pol tico, impuls Reyes una campa a period stica de desprestigio contra Jos Ives Limantour, el ministro de Hacienda promotor de la modernizaci n y la inversi n extranjera, lo que provoc que el general fuera renunciado por D az en 1902, pero se erigi como un nuevo l der pol tico nacional dentro de la burgues a nacionalista norte a. Festejo en honor de Henry Lane Wilson, embajador norteamericano En 1903 la atenci n se verti en la sucesi n presidencial.

7 En marzo se fund el club liberal Redenci n en la Ciudad de M xico , que se pronunci como antirreeleccionista y fund el peri dico Excelsior. En junio se reuni la Segunda Convenci n Nacional de la Uni n Liberal, integrada por los cient ficos, que apoy la sexta reelecci n de D az, demandando que fuera la ltima y que se crearan instituciones que permitieran una lucha de ideas, de intereses, de pasiones , anunciando el fin del dictador en la escena pol tica nacional. El diputado Manuel Calero public en noviembre Un Problema Actual. La Vicepresidencia de la Rep blica, como alternativa para encontrar un sucesor del actual Presidente . Se suscit un fiero enfrentamiento por la selecci n de la nueva figura del vicepresidente, proponiendo unos a Limantour y otros a Reyes, para que D az terminara escogiendo a alguien inocuo, Ram n Corral, anterior gobernador de Sonora y del Distrito Federal y, en ese momento, Secretario de Gobernaci n.

8 Se ampli el per odo presidencial a seis a os, se introdujo la figura de Vicepresidente y se concluy el proceso electoral con la disminuci n pol tica de los militares, los cient ficos y los arribistas de la clase media comandados por Reyes; logrando D az transitar al siglo XX, en un nuevo per odo presidencial que terminar a en 1910. La rebeli n obrera El primer sexenio inici en un clima de prosperidad, en 1904, que incluy un super vit en las arcas nacionales. El impresionante desarrollo de la industria nacional llevaba de acompa ante el problema social, que estallar a como luchas obreras. Las insurrecciones campesinas e ind genas, sobre todo en Sonora, Oaxaca y la Pen nsula de Yucat n, hab an sido contenidas con el ej rcito; acus ndose a los ind genas insurrectos de primitivos y enemigos del progreso y la civilizaci n. Mientras que el movimiento obrero seguir a el camino de sus hermanos europeos y norteamericanos: anarquismo, mutualismo, obrerismo cat lico siguiendo la enc clica Rerum Novarum, y socialismo.

9 2 Sus luchas expresaban dos l neas: el nacionalismo y la idea de que el Estado deber a mediar entre ellos y el capital, lo que violentaba la legislaci n vigente. En enero de 1906 los mineros de la Cananea Consolidated Copper Company organizaron la Uni n Liberal Humanidad, para secundar en todas sus partes el programa del Partido Liberal Mexicano. El primero de junio los obreros presentaron a la empresa su pliego de peticiones y declararon la huelga, para que se fijara un salario m nimo y una jornada m xima de trabajo en la empresa; todo dentro de un ambiente nacionalista, que buscaba que el gobierno apoyara sus demandas por el s lo hecho de ser mexicanos los trabajadores y los patrones extranjeros. La ley consideraba que cualquier presi n para modificar las relaciones obrero-patronales era ilegal, y se penaba con multa y c rcel. Cananea, Sonora, oficinas y fundici n a la llegada del Gobernador Iz bal Fotos de: Agust n Victor Casasola Los obreros y la administraci n de la empresa chocaron violentamente y el gobierno emprendi la represi n de los sobrevivientes con la ayuda de golpeadores norteamericanos, ascendiendo el n mero de muertos a medio centenar, mientras que los dirigentes del movimiento fueron detenidos y deportados a la prisi n de San Juan de Ul a, en Veracruz.

10 La discusi n nacional, en medio de un esc ndalo, se verti sobre el hecho de que el gobierno de Sonora permiti el paso de polic as norteamericanos para reprimir la huelga y, al mismo tiempo, que manifestaba que era ajeno a las relaciones existentes entre los trabajadores y las empresas; nicamente velar a por el mantenimiento del orden y la paz p blica, y el derecho a la propiedad. Por su parte, en la industria textil se multiplicaron las huelgas al finalizar 1906, por motivos econ micos y por los reglamentos laborales impuestos por el Centro Industrial Mexicano, situaci n a la que se opuso el Gran C rculo de Obreros Libres, que rechazaba la existencia de una jornada laboral de horas, sin ning n pago por asueto dominical y enfermedad o incapacidad, adem s que se ped a la prohibici n del trabajo infantil a menores de 14 a os de edad. Al fracasar las negociaciones con la empresa, los trabajadores estallaron la huelga y pidieron que D az interviniera.


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