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HACIA UNA NUEVA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA. …

1 HACIA UNA NUEVA FILOSOF A DE LA historia . UNA REVISI N CR TICA DE LA IDEA DE PROGRESO A LA LUZ DE LA EPISTEMOLOG A DEL SUR Antoni Jes s Aguil Bonet Universitat de les Illes Balears La filosof a ilustrada del progreso: una lectura cr tica Uno de los principios constitutivos del proyecto sociocultural de la modernidad occidental fue la doctrina del progreso, una idea que, seg n afirma el historiador y fil sofo irland s John Bury (1971: 9), ha servido para dirigir e impulsar toda la civilizaci n occidental , llegando a convertirse en un art culo de fe para la humanidad (Bury, 1971: 309). En la misma l nea, el soci logo estadounidense Robert Nisbet (1981: 243) se ala que la creencia humana en el progreso fue una idea dominante de nuestra modernidad occidental, situada a la altura de los valores rectores de este per odo hist rico: la libertad, la igualdad, la emancipaci n y la democracia, entre otros.

1 hacia una nueva filosofÍa de la historia. una revisiÓn crÍtica de la idea de progreso a la luz de la epistemologÍa del sur antoni jesús aguiló bonet

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1 1 HACIA UNA NUEVA FILOSOF A DE LA historia . UNA REVISI N CR TICA DE LA IDEA DE PROGRESO A LA LUZ DE LA EPISTEMOLOG A DEL SUR Antoni Jes s Aguil Bonet Universitat de les Illes Balears La filosof a ilustrada del progreso: una lectura cr tica Uno de los principios constitutivos del proyecto sociocultural de la modernidad occidental fue la doctrina del progreso, una idea que, seg n afirma el historiador y fil sofo irland s John Bury (1971: 9), ha servido para dirigir e impulsar toda la civilizaci n occidental , llegando a convertirse en un art culo de fe para la humanidad (Bury, 1971: 309). En la misma l nea, el soci logo estadounidense Robert Nisbet (1981: 243) se ala que la creencia humana en el progreso fue una idea dominante de nuestra modernidad occidental, situada a la altura de los valores rectores de este per odo hist rico: la libertad, la igualdad, la emancipaci n y la democracia, entre otros.

2 Aunque la noci n secular de un progreso hist rico constante ven a gest ndose desde el per odo renacentista, ya observable en la confianza baconiana en los logros del conocimiento cient fico para la humanidad, la idea moderna de un progreso hist rico continuo e ilimitado alcanz su m ximo apogeo en el siglo XVIII, de manera especial con los planteamientos de los fil sofos ilustrados franceses Jacques Turgot y Nicolas de Condorcet. En el Siglo de las Luces, la idea del progreso, y la filosof a de la historia que le es propia, estaban vinculadas a la emergencia de una NUEVA conciencia epocal, aposta revista de ciencias sociales ISSN 1696-7348 n 47, Octubre, Noviembre y Diciembre 2010 2 entendida como el rechazo de la oscuridad cultural que los ilustrados observaban en el per odo feudal, dominado por la ignorancia, la superstici n, la tutela del entendimiento y el peso de la tradici n en el seno de formaciones sociales pol ticamente absolutistas, econ micamente feudales, socialmente estamentales y religiosamente teocr ticas.

3 La cr tica del pasado reciente trajo consigo, entre otros ideales del proyecto ilustrado, la puesta en marcha de un programa emancipador de extensi n educativa dirigido a la reforma intelectual y moral del individuo y la sociedad, la exploraci n de nuevas posibilidades humanas orientadas por el gobierno de la raz n y la idealizaci n del futuro, visto como una promesa de progreso y felicidad. En un breve ensayo titulado Replanteamiento de la cuesti n sobre si el g nero humano se halla en continuo progreso HACIA lo mejor (1797), enmarcado en sus escritos sobre el mbito de la historia , Kant (1987: 80) se plantea la inquietante pregunta de si realmente puede afirmarse que el g nero humano progresa continuamente HACIA lo mejor.

4 Kant se refiere no s lo al mero desarrollo material, sino fundamentalmente a un progreso moral. Responde que no es posible resolver la cuesti n del progreso mediante la experiencia inmediata, ya que un determinado avance hist rico no dice nada sobre si el progreso continuar o no en el futuro. La nica manera de averiguar si el ser humano progresa moralmente es a trav s de la elaboraci n de una historia prof tica (Kant, 1987: 79), que consiste en hacernos una representaci n a priori (Kant, Ib d.: 80) de los acontecimientos futuros. Esto ocurre cuando es el propio ser humano el profeta de la historia , el sujeto que realiza los hechos que vaticina, cumpliendo as sus fines e intereses pr cticos en la historia , que para Kant es el espacio de realizaci n de la libertad y la raz n.

5 Tratando de identificar un acontecimiento que funcione como un signo hist rico (Kant, 1987: 87) demostrativo de la tendencia al progreso moral del g nero humano, Kant lo encuentra en la Revoluci n francesa. Este hecho indica que el progreso moral es real. Gracias a l se produjo un cambio de rumbo en la historia de la libertad humana. La respuesta de Kant, que toma un acontecimiento pol tico y social particular como argumento de autoridad, constituye, en definitiva, una muestra de apoyo a la creencia ilustrada en el continuo progreso moral y pol tico del g nero humano. En el c lebre discurso que lleva por t tulo Cuadro filos fico de los progresos sucesivos del esp ritu humano , pronunciado en 1750 en la Sorbona, Turgot formula, aunque no de manera contundente y precisa, la idea moderna de un progreso ilimitado e 3 irreversible.

6 En efecto, si las circunstancias son desfavorables, el progreso, que es un curso inestable y con oscilaciones, puede detenerse o retroceder. La idea de progreso o, seg n la expresi n de Turgot (1991: 36-37), el hilo de los progresos humanos , est relacionada con t rminos que para el fil sofo adquieren connotaciones positivas, tales como incremento, revoluci n y nuevos acontecimientos. Todos remiten a estados de perfecci n y mejora gradual del pasado hist rico, lo que revela la perspectiva lineal seg n la cual el progreso, para Turgot, aunque es un proceso lento y con desequilibrios, siempre se dirige HACIA algo mejor.

7 All por la misma poca, en su Bosquejo de un cuadro hist rico de los progresos del esp ritu humano (1795), Condorcet elabora y desarrolla una secular, optimista e ingenua filosof a de la historia universal, fundada en la categor a de progreso humano ilimitado. En esta obra, Condorcet divide la historia de la humanidad, entendida como un progreso incesante sin una meta final, en diez per odos lineales y evolutivos cuyo hilo com n es el perfeccionamiento que en cada uno de ellos experimentan los saberes y conocimientos acumulados, particularmente el conocimiento cient fico [1]. Del mismo modo, las geopol ticas coloniales llevadas a cabo durante la modernidad occidental, que supusieron un fuerte impulso para la elaboraci n occidental de trabajos pseudoantropol gicos fundados en t picos y prejuicios etnoc ntricos, crearon las condiciones para el desarrollo y la legitimaci n de la idea ilustrada del progreso.

8 La filosof a de la historia de Condorcet vino a rebatir las ideas sobre la historia sostenidas por el fil sofo italiano Giambattista Vico, vistas por muchos de sus contempor neos como un obst culo al modelo condorcetiano del progreso constante. Vico hab a defendido la teor a de los corsi e ricorsi. Seg n este modelo interpretativo, el devenir hist rico no es un proceso que se desarrolla de manera lineal y homog nea, sino que se produce a trav s de ciclos o espirales que se repiten, que van y vuelven en el tiempo. El movimiento hist rico, para Vico, tiene un car cter abierto que adquiere la forma de una alternancia c clica en la que no hay avances ni regresos definitivos.

9 Por el contrario, para la filosof a de la historia de Condorcet, inspirada en la f sica de Newton, que proclamaba la existencia de leyes naturales, racionales y universales que gobernaban los fen menos de la naturaleza, el progreso hist rico era una ley hist rica ineludible que, operando en un tiempo lineal, continuo e irreversible, describ a una 4 trayectoria escalonada y siempre en ascenso. El horizonte de esta trayectoria apuntaba HACIA la realizaci n del ideal moral de la perfectibilidad humana, asumido como presupuesto antropol gico. Seg n ste, la humanidad pod a alcanzar la felicidad terrena por medio de los diferentes e ilimitados estadios del progreso.

10 La de Condorcet es, por tanto, una filosof a de la historia que identifica el progreso hist rico mundial con el perfeccionamiento intelectual, material y moral de la humanidad. Ello a partir de la creencia seg n la cual el tiempo lineal y progresivo conduce a una sociedad cada vez m s perfeccionada e ilimitadamente perfectible: Esos progresos podr n seguir una marcha m s o menos r pida, pero tiene que ser continuada y jam s retr grada (Condorcet, 1980: 83). Para Condorcet, el desarrollo permanente de las facultades intelectuales y morales humanas, que continuar produci ndose indefinidamente en el futuro, no es el resultado del providencialismo religioso, la concepci n de la historia seg n la cual Dios, o la divina Providencia, es la inteligencia responsable de lo que ocurre en el mundo, sino que est garantizado por la propia din mica interna de la historia .


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