HEBREOS - iglesiareformada.com

1 HEBREOSEsta ep stola muestra a Cristo como fin, fundamento, cuerpo y verdad de las figuras de la ley,las que por s mismas no eran de virtud para el alma. La gran verdad expresada en esta ep stola esque Jes s de Nazaret es el Dios verdadero. Los jud os inconversos usaron muchos argumentospara sacar de la fe cristiana a sus hermanos convertidos. Presentaban la ley de Mois s comosuperior a la dispensaci n cristiana. Hablaban en contra de todo lo relacionado con el Salvador. Portanto, el ap stol se ala la superioridad de Jes s de Nazaret como el Hijo de Dios, y los beneficiosde sus sufrimientos y muerte como sacrificio por el pecado, de modo que la religi n cristiana esmucho m s excelente y perfecta que la de Mois s. El objetivo principal parece ser que los hebreosconvertidos progresen en el conocimiento del evangelio, y as establecerlos en la fe cristiana eimpedir que se alejen de ella, contra lo cual se les advierte con fervor.

2 Aunque contiene muchascosas adecuadas para los HEBREOS de los primeros tiempos, tambi n contiene muchas que nuncacesan de interesar a la iglesia de Dios, porque el conocimiento de Jesucristo es la m dula y huesomismo de todas las Escrituras. La ley ceremonial est llena de Cristo, y todo el evangelio est llenode Cristo; las benditas l neas de ambos Testamentos se juntan en l, y el principal objetivo de laep stola a los HEBREOS es descubrir c mo concuerdan y se unen dulcemente ambos en Jesucristo. CAP TULO IVers culos 1 3. La dignidad insuperable del Hijo de Dios en su Persona divina, y en su obra demediaci n y creaci n. 4 14. En su superioridad a todos los santos 1 3. Dios habl a su pueblo antiguo en diversos tiempos, en generaciones sucesivas y demaneras diversas, como le pareci apropiado; a veces, por instrucciones personales, a veces porsue os, a veces por visiones, a veces por influencia divina en la mente de los profetas.

3 La revelaci ndel evangelio supera a la anterior en excelencia por ser una revelaci n que Dios ha hecho por mediode su Hijo. Al contemplar el poder, la sabidur a y la bondad del Se or Jesucristo, contemplamos elpoder, la sabidur a y la bondad del Padre, Juan xiv, 7; la plenitud de la Deidad habita no s lo comoen un tipo o en una figura, sino realmente en l. Cuando, en la ca da del hombre, el mundo fuedespedazado bajo la ira y la maldici n de Dios, el Hijo de Dios emprendi la obra de la redenci n,sustent ndolas por su poder y bondad todopoderosa. De la gloria de la persona y el oficio deCristo, pasamos a la gloria de su gracia. La gloria y naturaleza de su Persona, dio a sus sufrimientostal m rito que eran satisfacci n plena para la honra de Dios, que sufri un da o y afrenta infinitaspor los pecados de los hombres.

4 Nunca podremos estar suficientemente agradecidos que Dios noshaya hablado de la salvaci n en tantas formas y con claridad creciente, a nosotros, pecadoresca dos. Que l mismo nos haya limpiado de nuestros pecados es un prodigio de amor superior anuestra capacidad de admiraci n, gratitud y 4 14. Muchos jud os ten an un respeto supersticioso o id latra por los ngeles, porquehab an recibido la ley y otras noticias de la voluntad divina por su ministraci n. Los considerabancomo mediadores entre Dios y los hombres, y algunos llegaron tan lejos como para darles unaespecie de homenaje religioso o adoraci n. De manera que, era necesario no s lo que el ap stolinsistiera en que Cristo es el Creador de todas las cosas, y por tanto, crerador de los mismos ngeles, sino en que era el Mes as en naturaleza humana resucitado y exaltado, a quien est n sujetoslos ngeles, las autoridades y las potestades.

5 Para probar esto cita varios pasajes del AntiguoTestamento. Comparando lo que Dios dice ah de los ngeles con lo que dice a Cristo, se manifiestaclaramente la inferioridad de los ngeles respecto de Cristo. Aqu est el oficio de los ngeles: sonlos ministros o siervos de Dios para hacer su voluntad, pero, qu cosas grandiosas dice el Padre deCristo! Reconozc mosle y honr mosle como Dios, porque si no hubiera sido Dios, nunca hubierahecho la obra de mediaci n y nunca hubiera llevado la corona del Mediador. Se declara c mo Cristofue apto para el oficio de Mediador y c mo fue confirmado en l: Lleva el nombre de Mes as porser el Ungido. S lo como Hombre tiene sus semejantes, y como ungido con el Esp ritu Santo; peroest por sobre todos los profetas, sacerdotes y reyes, que hayan jam s sido empleados al servicio deDios en la tierra.

6 Se cita otro pasaje de la Escritura, Salmo cii, 25 27, en el cual se declara elpoder omnipotente del Se or Jesucristo, tanto al crear el mundo como al mudarlo. Cristo envolver este mundo como si fuera un ropaje, para que no se abuse m s de l, ni sea usado como lo ha soberano, cuando los ropajes de su estado est n doblados y guardados, sigue siendo elsoberano, de la misma manera nuestro Se or seguir siendo el Se or cuando haya dejado de lado latierra y los cielos como un ropaje. Entonces no pongamos nuestros corazones en lo que no es lo quecreemos que es, y no ser lo que es ahora. El pecado ha hecho un gran cambio en el mundo, parapeor, y Cristo har un gran cambio para mejor. Que estos pensamientos nos alerten, diligentes ydeseosos del mundo mejor. El Salvador ha hecho mucho para hacer que todos los hombres seansus amigos, pero tiene enemigos, aunque ser n puestos por estrado de sus pies, por la sumisi nhumilde o por la destrucci n extrema.

7 Cristo seguir venciendo y para vencer. Los ngeles m sexcelsos no son sino esp ritus ministradores, s lo siervos de Cristo para ejecutar sus santos son herederos en el presente que a n no han entrado en plena posesi n. Los ngeles lesministran oponi ndose a la maldad y al poder de los malos esp ritus, protegiendo y cuidando suscuerpos, instruyendo y consolando sus almas, sometidos a Cristo y al Esp ritu Santo. Los ngelesreunir n a todos los santos en el ltimo d a, cuando sean echados de la presencia de Cristo a lamiseria eterna todos los que pusieron su coraz n y sus esperanzas en los tesoros perecederos y enlas glorias TULO IIVers culos 1 4. El deber de adherirse firmemente a Cristo y a su evangelio. 5 9. Sussufrimientos no constituyen objeci n a su eminencia. 10 13.

8 La raz n de sus sufrimientos y loapropiado de ellos. 14 18. Cristo asume la naturaleza humana porque era necesaria para suoficio sacerdotal, y no toma la naturaleza de los 1 4. Habiendo demostrado que Cristo es superior a los ngeles, se aplica la doctrina. La mentey la memoria son como vasos quebrados que no retienen lo que en ellos se vierte, si no se ponemucho cuidado. Esto procede de la corrupci n de nuestra naturaleza, las tentaciones, los afanes ylos placeres del mundo. Pecar contra el evangelio es rechazar esta salvaci n grandiosa; esdespreciar la gracia salvadora de Dios en Cristo, tom ndola con liviandad, sin interesarse por ella niconsiderar el valor de la gracia del evangelio o su necesidad, ni a nuestro estado de condenaci n sinella. Los juicios del Se or durante la dispensaci n del evangelio son principalmente espirituales,pero tienen que temerse m s por eso.

9 Aqu se apela a la conciencia de los pecadores. Ni siquiera sudescuido parcial escapar de las reprimendas; porque suelen traer oscuridad a las almas que nodestruyen definitivamente. La proclamaci n del evangelio fue continuada y confirmada por losque oyeron a Cristo, por los evangelistas y ap stoles que fueron testigos de lo que Jesucristoempez a hacer y a ense ar; por los dones del Esp ritu Santo fueron equipados para la obra a la cualfueron llamados. Todo esto fue conforme a la voluntad de Dios. Era la voluntad de Dios quenosotros tuvi ramos una base firme para nuestra fe y un fuerte cimiento para nuestra esperanza alrecibir el evangelio. Preocup monos de esta sola cosa necesaria, y escuchemos las SagradasEscrituras, escritas por los que oyeron las palabras de nuestro Se or de gracia y que fueroninspiradas por su Esp ritu; entonces, seremos bendecidos con la buena parte que no puede 5 9.

10 En el estado presente de la Iglesia, ni en su estado m s plenamente restaurado cuandolos reinos de la tierra sean el reino de Cristo, cuando el pr ncipe de este mundo sea expulsado, est gobernada por los ngeles; l asumir su gran poder y reinar . Cu l es la causa activa de toda labondad que Dios muestra a los hombres al darles a Cristo a ellos y por ellos? Es la gracia de recompensa por la humillaci n de Cristo al sufrir la muerte, l tiene un dominio ilimitadosobre todas las cosas; as se cumpli en l esta antigua Escritura. De manera que, Dios ha hecho enla creaci n y en la providencia cosas maravillosas por nosotros, las cuales hemos devuelto con 10 13. No importa lo que pudiera imaginar u objetar el soberbio, carnal e incr dulo, lamente espiritual ver la gloria peculiar de la cruz de Cristo y se satisfar con que fue l, quien entodas las cosas despliega sus perfecciones al llevar a tantos hijos a la gloria, quien hizo perfecto alAutor por medio de sus sufrimientos.