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La escolástica - Universidad de Costa Rica

- 2005 1 Universidad DE Costa RICA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL TEORIA Y METODOLOGIA DEL TRABAJO SOCIAL II La escol stica Integrantes Guerro Natalia Pereira Silvia Quesada Ariela Calvo Kate Garc a Michael Rodr guez Javier II SEMESTRE 2005 - 2005 2 Introducci n La escol stica no es una corriente uniforme en todas sus consecuencias; pero presenta unas caracter sticas b sicas es esp ritu , m todo y sistema 1. El esp ritu de la escol stica est te ido de religiosidad. Por ello tiene como tema fundamental la relaci n de la teolog a con la filosof a, dando, en general, la primac a a aqu lla, pero con un profundo inter s por sta como su fundamento y raz n.

www.ts.ucr.ac.cr - 2005 3 En América Latina la escolástica se encontraba antes que el positivismo, la cual fue traída por los españoles, luego de …

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1 - 2005 1 Universidad DE Costa RICA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL TEORIA Y METODOLOGIA DEL TRABAJO SOCIAL II La escol stica Integrantes Guerro Natalia Pereira Silvia Quesada Ariela Calvo Kate Garc a Michael Rodr guez Javier II SEMESTRE 2005 - 2005 2 Introducci n La escol stica no es una corriente uniforme en todas sus consecuencias; pero presenta unas caracter sticas b sicas es esp ritu , m todo y sistema 1. El esp ritu de la escol stica est te ido de religiosidad. Por ello tiene como tema fundamental la relaci n de la teolog a con la filosof a, dando, en general, la primac a a aqu lla, pero con un profundo inter s por sta como su fundamento y raz n.

2 El m todo es la discusi n de proposiciones metaf sicas, teol gicas, l gicas, etc., apoy ndose en la autoridad de los grandes fil sofos de la antig edad, particularmente Arist teles y Plat n. El sistema consiste en un cuerpo doctrinal, l gicamente estructurado, en el que quedan justificados todos los elementos de una cosmovisi n que acepte la revelaci n y la tradici n cristiana. La escol stica, caracter stica de la sociedad cristiana medieval, experiment un renacimiento en los siglos XIX y XX en la corriente neoescol stica, que debe su formaci n como movimiento organizado a una bula del papa Le n XIII aconsejando la vuelta al tomismo y que condujo al cardenal Mercier a fundar la Universidad de Lovaina en 1892, aunque el movimiento fue m s amplio que la escuela.

3 La neoescol stica, que abarca m s que el neotomismo estricto, ha tenido que tomar en consideraci n la filosof a y la ciencia modernas. Frente a ellas, o en conjunci n con ellas, ha intentado revalorizar y desarrollar los conceptos de la filosof a medieval. En la neoescol sticas se adoptan fundamentalmente dos posturas: la de oponer la philosophia perennis a cualquier otra corriente y la de intentar asimilar dentro del marco escol stico las corrientes de pensamiento actualmente en vigor. Los temas cl sicos de la especulaci n escol stica han sido: 1. El ya citado de la relaci n entre teolog a y filosof a. 2. La discusi n del problema de los universales, que produce una diversificaci n de tendencias en el seno de la escol stica.

4 3. Las cuestiones l gicas, en especial el estudio del silogismo deductivo. 1 Escol stica. Enciclopedia Salvat, volumen 7. - 2005 3En Am rica Latina la escol stica se encontraba antes que el positivismo, la cual fue tra da por los espa oles, luego de esto es que se articula con la corriente del positivismo. Se estableci como cierta base valorativa que intentaba explicar la relaci n axiol gica en la relaci n sujeto-objeto, espec ficamente en el Servicio Social europeo se expresa en las - 2005 4 INFLUENCIA DE LA ESCOLASTICA EN EL TRABAJO SOCIAL EN AMERICA LATINA Y Costa RICA Or genes Fue el principal movimiento en las escuelas y universidades medievales de Europa, desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV.

5 El t rmino escol stica proviene de la palabra latina "scholasticus" y se aplicaba a los que se ejercitaban en la ense anza en las escuelas monacales. Su origen se ve muy relacionado con la ense anza, que determin la forma y el m todo de la actividad literaria de los escritores escol sticos2. La conexi n de la escol stica con la docencia no es un hecho accidental, ya que su problema era el de llevar al ser humano a la comprensi n de la verdad revelada y esto era una cuesti n de educaci n y de formaci n de cl rigos. Esto se explica por el hecho de que la verdad ha sido revelada a la humanidad por medio de las Sagradas Escrituras, que se les ense an a las personas a trav s de definiciones dogm ticas, que les son explicadas por la ense anza de Padres y doctores "inspirados o iluminados por Dios".

6 Es por esto que se dice que se trata de una obra com n m s individual, ya que como manifiesta Abbagnano (1965): "Se trata de una obra en la cual el individuo particular no puede ni debe confiar solamente en sus fuerzas, sino que puede y debe recurrir a la ayuda de los otros, especialmente de aquellos a quienes la Iglesia misma reconoce particularmente como inspirados y sostenidos por la gracia divina (..) El recurso a la autoridad es la manifestaci n t pica del car cter com n y superindividual de la investigaci n escol stica, en la cual el individuo quiere sentirse apoyado continuamente y sostenido por la responsabilidad colectiva de la tradici n eclesi stica" (Pag: 262) Es importante destacar que pese a esa dependencia a figuras de autoridad religiosa, los hombres pueden recurrir a dos fuentes de conocimiento, las cuales son la raz n y la Fe.

7 En ese sentido, lo primero que se debe hacer al intentar comprender alg n hecho, es fundamentarse en la fe, por medio del estudio de las Sagradas 2 "Puesto que las formas fundamentales de la ense anza eran dos, la lectio, que consist a en el comentario de un texto, y la disputatio que consist a en el examen de un problema hecho con la consideraci n de todos los argumentos que se pueden aducir pro y contra, la actividad literaria de los escol sticos asumi preferentemente la forma de Comentarios de la Biblia, a las obras de Boecio, a la l gicas de Arist teles y luego a las Sentencias de Pedro Lombardo y otras obras de Arist teles o de colecci n de cuestiones.

8 " (Abbagnano, 1965:261) - 2005 5 Escrituras y las explicaciones brindadas por dichas autoridades, pues es a partir de ello que la raz n ser suministrada por la revelaci n, tal como lo comenta Gilson (1940) al parafrasear a San Anselmo (..) no comprendemos para creer, sino por el contrario comprendemos para creer (..)" (P g.: 47). As , queda manifiesto la absoluta convicci n de que la inteligencia est sujeta a la fe, pues una vez que se este sujeto a ella no existe inconveniente en esforzarse por comprender racionalmente lo que se cree, pues "Comprender su fe es acercarse a la visi n misma de Dios" (Gilson, 1940: 48). Con esto se lograr a estar en posesi n del conocimiento verdadero cuya fuente es Dios, el cual por supuesto, no ha de ser cuestionado por la raz n.

9 Posterior a San Anselmo, Santo Tom s de Aquino, viviendo en un contexto hist rico donde se manten a la estrecha relaci n entre teolog a y filosof a, y fe y raz n; busc tambi n un punto de equilibrio, ya que exist a una gran pol mica "entre dial cticos" y "antidial cticos"3. Tal como lo expresa Guerra (1995), Santo Tom s aport una serie de principios para encontrar tal punto de equilibrio, entre ellos se encuentran que hay una neta distinci n entre fe y raz n; que las verdades racionales y las verdades de fe no pueden estar en contradicci n; que hay ciertas verdades que sobrepasan la raz n natural y otras que pueden ser alcanzadas por ella; y por ltimo que la filosof a debe poner al servicio de la teolog a las capacidades propias de la raz n natural.

10 Por lo tanto la escol stica alcanz su culminaci n con la obra de este pensador de la edad media: Santo Tom s de Aquino. Por primera vez la raz n parec a librarse de su servicio al dogma cristiano y alcanzaba de forma neutral el problema del ser, el universo o el conocimiento humano. El pensamiento de Santo Tom s part a de la superioridad de las verdades de la fe sobre el raciocinio. Sin embargo, ello no le impidi presentar a la filosof a como un modo de conocimiento plenamente aut nomo capaz de, por un lado concordar arm nicamente con la teolog a, y, por el otro, de tratar de formar independiente los m s diversos aspectos de la realidad. 3 (.)


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