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La Hermenéutica - Online Christian Library

La Hermen utica Por Terry Prefacio Introducci n Primera Parte: o Cap tulo 1: Cualidades del Int rprete o Cap tulo 2: M todos de Interpretaci n o Cap tulo 3: La Hermen utica En General o Cap tulo 4: El Punto De Vista Hist rico Segunda Parte: o Cap tulo 1: Hermen uticas Especiales o Cap tulo 2: La Poes a Hebrea o Cap tulo 3: Lenguaje Figurado o Cap tulo 4: S miles y Met foras o Cap tulo 5: Interpretaci n De Par bolas o Cap tulo 6: Interpretaci n de Alegor as o Cap tulo 7: Los Proverbios y La Poes a Gn mica o Cap tulo 8: Interpretaci n de tipos o Cap tulo 9: Interpretaci n de S mbolos o Cap tulo 10: Acciones Simb lico-T picos o Cap tulo 11: Sue os y xtasis Prof ticos o Cap tulo 12: La Profec a Y Su Interpretaci n o Cap tulo 13: Profec as Mesi nicas o Cap tulo 14: Apocal pticos Del Antiguo Testamento o Cap tulo 15: El Apocal psis de Juan o Cap tulo 16: Ning n Doble Sentido En La Profec a o Cap tulo 17: Citas B blicas En La Biblia o Cap tulo 18: El Falso Y El Verdadero Acomodamiento o Cap tulo 19: Acerca De Las Discrepancias B blicas o Cap tulo 20: Armon a Y Diversidad En Los Evangelios o Cap tulo 21: Progresos En Doctrina Y Analog a De La Fe o Cap tulo 22: Empleo Doctrinal y Pr ctico de las Escrituras PREFACIO Durante m s de una generaci n la Hermen utica del doctor Terry ha sido reconocida como la obra m s importante sobre este

Se espera que la lectura y estudio de este libro no se limite a los ministros, sino que ellos mismos lo recomienden entusiastamente a los miembros más inteligentes de sus congregaciones

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1 La Hermen utica Por Terry Prefacio Introducci n Primera Parte: o Cap tulo 1: Cualidades del Int rprete o Cap tulo 2: M todos de Interpretaci n o Cap tulo 3: La Hermen utica En General o Cap tulo 4: El Punto De Vista Hist rico Segunda Parte: o Cap tulo 1: Hermen uticas Especiales o Cap tulo 2: La Poes a Hebrea o Cap tulo 3: Lenguaje Figurado o Cap tulo 4: S miles y Met foras o Cap tulo 5: Interpretaci n De Par bolas o Cap tulo 6: Interpretaci n de Alegor as o Cap tulo 7: Los Proverbios y La Poes a Gn mica o Cap tulo 8: Interpretaci n de tipos o Cap tulo 9: Interpretaci n de S mbolos o Cap tulo 10: Acciones Simb lico-T picos o Cap tulo 11: Sue os y xtasis Prof ticos o Cap tulo 12: La Profec a Y Su Interpretaci n o Cap tulo 13: Profec as Mesi nicas o Cap tulo 14: Apocal pticos Del Antiguo Testamento o Cap tulo 15: El Apocal psis de Juan o Cap tulo 16: Ning n Doble Sentido En La Profec a o Cap tulo 17: Citas B blicas En La Biblia o Cap tulo 18: El Falso Y El Verdadero Acomodamiento o Cap tulo 19: Acerca De Las Discrepancias B blicas o Cap tulo 20: Armon a Y Diversidad En Los Evangelios o Cap tulo 21: Progresos En Doctrina Y Analog a De La Fe o Cap tulo 22: Empleo Doctrinal y Pr ctico de las Escrituras PREFACIO Durante m s de una generaci n la Hermen utica del doctor Terry ha sido reconocida como la obra m s importante sobre este asunto.

2 Poco antes de fallecer revis toda la obra y de esa edici n revisada hemos seleccionado el material para nuestra versi n castellana. A causa de la ndole enciclop dica del libro original y del consiguiente volumen del mismo, nos hemos cre do obligados, -a la vez que justificados-, a redactarla en tal forma que nuestra edici n s lo contiene la mitad de la obra original. Al hacer esto hemos ejercido el mayor cuidado de no eliminar nada de valor imprescindible ni caer en ninguna injusticia de redacci n para con el mensaje original del autor. Todos los principios fundamentales han quedado intactos aunque, buscando la brevedad, ha sido necesario eliminar algunos de los ejemplos empleados por el Doctor Terry por v a de ilustraci n. El material puramente t cnico e hist rico ha sido eliminado por completo. Hemos conservado aquello que varios a os de experiencia en la ense anza de este libro nos ha demostrado ser de mayor aprecio para los estudiantes y de mayor valor pr ctico para su estudio de la Biblia.

3 Al hacer nuestra selecci n de materiales hemos tenido en cuenta los problemas especiales del Protestantismo en los pueblos Romanistas. Nos asiste la convicci n de que el mayor amigo del, doctor Terry convendr con nosotros en que hemos con-servado correctamente su mensaje. Los principios que l sostiene apelan tan poderosamente a la raz n y son tan compatibles con una actitud reverente hacia la Biblia, que el transcurso del tiempo poca o ninguna influencia podr ejercer sobre ellos. En la mayor a de los casos puede decirse id ntica cosa acerca de sus ilustraciones, por m s que sea en este terreno donde entra el elemento personal en la interpretaci n. Se ha llamado la atenci n hacia este punto en una nota respecto al empleo que el autor hace de material ilustrativo para su interpretaci n del dif cil asunto de la Segunda Venida de Cristo, pero ni aun esto afecta el principio fundamental de interpretaci n que con tanta claridad ha presentado en conexi n con este mismo asunto.

4 Se espera que la lectura y estudio de este libro no se limite a los ministros, sino que ellos mismos lo recomienden entusiastamente a los miembros m s inteligentes de sus congregaciones a fin de tener una congregaci n amante de la Biblia y saturada de su conocimiento, "enteramente apta para toda buena obra". Arturo F. Wesley. Montevideo, Uruguay. 1924. INTRODUCCION La Hermen utica es la ciencia de la interpretaci n. Dicho nombre se aplica, generalmente, a la explicaci n de documentos escritos y, por este motivo, puede definirse m s particularmente a la Hermen utica como la ciencia de interpretaci n del lenguaje de los autores. Esta ciencia da por sentado el he-cho de que existen diversas modalidades de pensamiento, as como ambig edades de expresi n; y tiene por oficio hacer desaparecer las probables diferencias que puedan existir entre un escritor y sus lectores, de modo que stos puedan comprender con exactitud a aqu l.

5 La Hermen utica B blica, o Sagrada, es la ciencia de interpretaci n del Antiguo y Nuevo Testamentos. Siendo que estos dos documentos difieren en forma, lenguaje y condiciones hist ricas, muchos escritores han considerado preferible tratar por separado la Hermen utica de cada uno de ellos. Y siendo el Nuevo Testamento la revelaci n m s plena, as como la m s moderna, su interpretaci n ha recibido mayor y m s frecuente atenci n. Pero es asunto discutible si ese tratamiento separado de los dos testamentos es lo mejor. Es asunto de la mayor impor-tancia el observar que, desde el punto de vista cristiano, el Antiguo Testamento no puede ser plenamente comprendido sin la ayuda del Nuevo. El misterio del Cristo, cosa que en otras generaciones no se hizo conocer a los hombres, fue revelado a los ap stoles y profetas del N. Testamento (Efes. 3: 5) y esa revelaci n arroja inmensa claridad sobre muchos pasajes de las Escrituras Hebreas.

6 Por otra parte, es igualmente cierto que sin un conocimiento perfecto de las Antiguas Escrituras es imposible tener una interpretaci n cient fica del Nuevo Testamento. El lenguaje mismo del Nuevo Testamento, aunque pertenece a otra familia de lenguas humanas, es notablemente hebreo. El estilo, la dicci n y el esp ritu de muchas partes del Testamento Griego, no pueden apreciarse debidamente por quienes no est n relacionados con el estilo y esp ritu de los profetas hebreos. Tambi n tenemos el hecho de que abundan en el A. T. los testimonios a Cristo (Luc 24: 2744; Juan 5: 39; Actos 10: 43) la ilustraci n y el cumplimiento de los cuales s lo pueden verse a la luz de la Revelaci n Cristiana. En fin, la Biblia, en su conjunto, es una unidad de hechura divina y existe el peligro de que al estudiar una parte de ella descuidando, relativamente, otra parte, caigamos en m todos equivocados de exposici n.

7 Las Santas Escrituras deben estudiarse como un conjunto, porque sus diversas partes nos fueron dadas de muchas maneras (Heb. 1: 1) y, tomadas en conjunto, constituyen un volumen que, en una forma notable, se interpreta a s mismo. La Hermen utica tiende a establecer los principios, m todos y reglas que son necesarios para revelar el sentido de lo qu est escrito. Su objeto es dilucidar todo lo que haya de oscuro o mal definido, de manera que, mediante un proceso inteligente, todo lector pueda darse cuenta de la idea exacta del autor. La necesidad de una ciencia de interpretaci n es cosa que se impone en vista de las diversidades mentales y espirituales de los hambres. Aun el trato personal entre individuos de una misma naci n e idioma a veces se hace dif cil y embarazoso a causa de los diferentes estilos de pensamiento y de expresi n. El mismo ap stol Pedro hall en las ep stolas de Pablo cosas dif ciles de entender (2 Pedro 3: 16).

8 Pero especialmente grandes y variadas son las dificultades para entender los escritos de los que difieren de nosotros en nacionalidad y en lengua. Aun los eruditos se hallan divididos en sus tentativas por descifrar e interpretar los registros del pasado. nicamente a medida que los exegetas vayan adoptando principios y m todos comunes de procedimiento, la interpretaci n de la Biblia alcanzar la dignidad y seguridad de una ciencia establecida; pues si alguna vez el ministerio divinamente asignado de la reconciliaci n, ha de realzar el perfeccionamiento de los santos y la edificaci n del cuerpo de Cristo, de manera de traer a todos a la obtenci n de la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios (Efes. 4: 12-13) ello debe hacerse por medio de una interpretaci n correcta y un empleo eficaz de la Palabra de Dios. La interpretaci n y aplicaci n de esa Palabra debe descansar sobre una ciencia sana y manifiesta de la Hermen utica.

9 ** CAPITULO I CUALIDADES DEL INT RPRETE En primer lugar, el int rprete de las Escrituras, -y, en realidad, de cualquier libro que sea, -debe poseer un, a mente sana y bien equilibrada; sta es condici n indispensable, pues la dificultad de comprensi n, el raciocinio defectuoso y la extravagancia de la imaginaci n, son cosas que pervierten el raciocinio y conducen a ideas vanas y necias. Todos esos defectos, -y aun cualquiera de ellos,- inutiliza al que los sufre para ser int rprete de la Palabra de Dios. Un requisito especial del int rprete es la rapidez de percepci n. Debe gozar del poder de asir el pensamiento de su autor y notar, de una mirada, toda su fuerza y significado. A esa rapidez de percepci n debe ir unida una amplitud de vistas y claridad de entendimiento prontos a coger no s lo el intento de las palabras y frases sino tambi n el designio del argumento.

10 Por ejemplo: al tratar de explicar la Ep stola a los G latas, una percepci n r pida notara el tono apolog tico de los dos primeros cap tulos, la vehemente audacia de Pablo al afirmar la autoridad divina de su apostolado y las importantes consecuencias de sus pretensiones. Notar , tambi n, con cu nta fuerza los incidentes personales a que se hace referencia en la vida y ministerio de Pablo entran en su argumento. Se apreciar vivamente la apasionada apelaci n a los " g latas necios!", al principio del cap tulo tercero y la transici n natural, desde ese punto a la doctrina de la Justificaci n. La variedad de argumento y de ilustraci n en los cap tulos tercero y cuarto, y la aplicaci n exhortatoria y los consejos pr cticos de los dos ltimos cap tulos tambi n saltar n a la vista; y entonces, la unidad, el intento, y la derechura de toda la ep stola estar n retratados ante el ojo de la mente como un todo perfecto, el que se ir apreciando m s y m s, a medida que se a ada atenci n y estudio a los detalles y minucias.