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LA HISTORIA EMPIEZA EN SUMER - manuelosses.cl

SAMUEL NOAH KRAMER. LA HISTORIA EMPIEZA EN SUMER . EDICIONES ORBIS, Samuel Noah Kramer La HISTORIA EMPIEZA en SUMER T tulo original: From the tablets of SUMER Twenty-five firsts in man's recorded history Ex rdido de Jean Bott ro Traducci n del ingl s: Jaime Elias. (Revisi n: Dr. Luis Pericot) Pr logo del Dr. Pericot. Direcci n de la colecci n: Virgilio Ortega The Falcon's Wing Press, Indian Hills, Colorado, 1956 Ayma, Editora Por la presente edici n. Ediciones Orbis, S. A., 1985 Apartado de Correos 35432. Barcelona ISBN: 84-7530-942-9. : B-11085-1985. Fotocomposici n: Fort, Rosell n, 33, 08029 Barcelona Impreso y encuadernado por Printer industria gr fica Provenza, 388 Barcelona Sant Vicenc, dels Horts Printed in Spain 2.

Samuel Noah Kramer La historia empieza en Sumer Título original: From the tablets of Sumer Twenty-five firsts in man's recorded history Exórdido de Jean Bottéro ...

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1 SAMUEL NOAH KRAMER. LA HISTORIA EMPIEZA EN SUMER . EDICIONES ORBIS, Samuel Noah Kramer La HISTORIA EMPIEZA en SUMER T tulo original: From the tablets of SUMER Twenty-five firsts in man's recorded history Ex rdido de Jean Bott ro Traducci n del ingl s: Jaime Elias. (Revisi n: Dr. Luis Pericot) Pr logo del Dr. Pericot. Direcci n de la colecci n: Virgilio Ortega The Falcon's Wing Press, Indian Hills, Colorado, 1956 Ayma, Editora Por la presente edici n. Ediciones Orbis, S. A., 1985 Apartado de Correos 35432. Barcelona ISBN: 84-7530-942-9. : B-11085-1985. Fotocomposici n: Fort, Rosell n, 33, 08029 Barcelona Impreso y encuadernado por Printer industria gr fica Provenza, 388 Barcelona Sant Vicenc, dels Horts Printed in Spain 2.

2 Samuel Noah Kramer La HISTORIA EMPIEZA en SUMER PR LOGO. Como signo de los tiempos, en que un n mero cada vez mayor de ciudadanos tienen m s ocio para leer y enriquecer su formaci n espiritual, hemos de aceptar la profusi n de obras dedicadas al gran p blico, en las que se le presentan, bajo diversas formas, siempre atractivas y amenas, los asombrosos descubrimientos que en poco m s de cien a os han irrumpido en el dominio de las culturas olvidadas. Bien adoptando la forma de biograf as de los arque logos a quienes se deben tales descubrimientos y que nos son presentados como unos h roes de la ciencia moderna, bien adoptando un punto de vista m s descriptivo, se llega siempre a apasionar al lector con el relato de las sorprendentes victorias logradas sobre el olvido de los siglos, por hombres, a veces de oscuro origen, pero siempre tenaces e iluminados.

3 Pues dif cilmente habr una novela que pueda competir en inter s con la relaci n de las vicisitudes por las que pasaron un Schliemann o un Boucher de Perthes, o por las que se alan el lento avance del conocimiento del hombre f sil y el de tantas y tantas maravillas como nos han sido reveladas por la ciencia arqueol gica. El hecho de que estas obras no s lo se multipliquen, sino que vayan especializ ndose y cubriendo campos cada vez m s concretos, es un s ntoma infalible de que la afici n no mengua y, por el contrario, va ganando en calidad. Algunas de tales obras, las que abrieron el camino precisamente, se deben a la pluma de literatos famosos o de simples reporteros o periodistas en quienes los especialistas admiramos la habilidad con que logran presentar los m s ridos hechos cient ficos, combin ndolos con los datos de la vida privada y el ambiente en que cada arque logo se movi.

4 Como he dicho en otro pr logo a una obra del mismo car cter y de gran difusi n, esta habilidad y el xito de p blico consiguiente provocan una cierta molestia en el especialista, que se ve despose do de la popularidad que podr a ser uno de los frutos de su labor. Por fortuna, en el presente libro nos hallamos ante un caso menos frecuente, que nos halaga de manera extraordinaria, y que parece ya darse con cierta reiteraci n en los ltimos tiempos: El caso del especialista que quiere y sabe presentar a la masa de aficionados o de lectores profanos totalmente en la materia, sus propios descubrimientos y los de sus colegas. La obra tendr as el doble valor de contribuir por una parte a la divulgaci n de un tema hist rico poco conocido por el lector corriente, y por oir , el de dar una visi n de primera mano tan profunda, original y acertada como s lo un buen especialista puede ofrecer, en este caso, de la vida de los sumerios.

5 Cuando no hace mucho pudimos leer en espa ol una obra en que se pon a al alcance de todos la HISTORIA de un pueblo tan lleno de enigmas como es el pueblo hitita, pensamos que no habr a de tardar en hacerle compa a otra sobre el pueblo sumerio. S menos e hititas pueden rivalizar en su condici n de pueblos que han jugado un gran papel en la HISTORIA humana, a pesar de lo cual han sido totalmente olvidados por la posteridad. En mi poca de alumno de la c tedra de HISTORIA antigua en la Universidad de Barcelona, hace poco m s de cuarenta a os, siendo yo alumno del profesor Bosch Gimpera, s menos e hititas atra an nuestra juvenil atenci n, y esto explica que mis dos trabajos de clase versaran sobre esos dos pueblos.

6 Entonces se sab a de ellos mucho menos que ahora. A n no se hab an le do los textos hititas y por tanto se ignoraba su ra z indoeuropea. Respecto de los s menos, las excavaciones francesas hab an popularizado la serie de los patesis de Lagash y empezaban a vislumbrarse las dinast as anteriores y el remoto pasado predin stico. Para nosotros, pues, que hab amos seguido los comienzos de la Sumerolog a, la lectura de la obra de Kramer ha constituido un aut ntico placer y nos ha permitido darnos cuenta de lo mucho que se ha progresado en este campo durante el ltimo medio siglo. Kramer ha sabido hacer un libro ameno e instructivo, tomando s lo parte de lo que sabemos acerca del pueblo sumerio, esto es, comentando los textos que en buena parte l mismo ha estudiado y traducido.

7 Este libro no pretende ser una HISTORIA del pueblo sumerio. Acaso se le pueda objetar 3. Samuel Noah Kramer La HISTORIA EMPIEZA en SUMER que el autor no nos haya dado, aunque fuera en forma resumida, el esquema de lo que sabemos ya y de lo que ignoramos todav a de la HISTORIA de SUMER , aun reconociendo lo claro del brev simo esquema que Jean Bott ro nos presenta en su excelente prefacio a la edici n francesa. Falta tambi n el auxilio de la Arqueolog a para la reconstrucci n de la vida de este pueblo. Pero tales objeciones est n fuera de lugar, pues nunca el autor se propuso escribir un manual de HISTORIA de SUMER . En realidad pretende mostrarnos, nada m s y nada menos, que la ra z de nuestra civilizaci n, tan engre da e inmodesta, se halla en la tierra de SUMER .

8 Que fue ah precisamente donde por vez primera el hombre organiz la Sociedad y tuvo la preocupaci n por problemas que han sido la base del pensamiento en todos los tiempos, problemas filos ficos, cosmog nicos, ticos. Esta feliz conjunci n de elementos tnicos cuyo origen esta obra no trata de dilucidar con ra ces culturales diversas, ser a seg n el autor la simiente fecunda de la que brotar a el rbol de la cultura moderna de la Humanidad. Para demostrarlo, aqu l no tiene m s que alinear esa serie maravillosa de textos, en cuya invenci n o lectura ha intervenido en muchos casos, disponi ndolos h bilmente para mostrar su honda significaci n. Y as se nos ofrece el panorama de las ciudades sumerias organizando su vida en todos los aspectos, y conociendo por vez primera los problemas pol ticos y sociales de una Humanidad que acababa de salir de la primitiva etapa de la caza y la recolecci n: problemas de libertad y tiran a, de paz y de guerra, de precios y de tasas, de impuestos y gabelas de toda clase, de un c digo penal y civil, de dioses contrapuestos, de gobiernos sacerdotales, etc.

9 , etc. En la imagen de lo que fuera la vida en aquellas primeras ciudades, asombra el encontrarse con tantos rasgos modernos, que justifican la impresi n de la proximidad de esos milenios tan lejanos para el profano, que todos los prehistoriadores experimentamos. Naturalmente, la tesis defendida por Kramer, la de la primac a de SUMER en orden al comienzo de la HISTORIA estricta y a la g nesis de nuestra civilizaci n, ser cierta si se puede demostrar que las culturas del valle del Nilo y del valle del Indo para citar s lo dos de las que mayor atenci n en este sentido merecieron son posteriores a la sumeria. Y esto nos lleva a una vieja pol mica, siempre renovada, sobre el foco de origen de la revoluci n neol tica, que, al crear el urbanismo y permitir el ocio de algunos ciudadanos, inicia la aparici n de problemas y soluciones que se han mantenido, con caracteres bastante semejantes, hasta la poca actual.

10 En general, cada especialista en alguna de las ramas del orientalismo defiende la primac a de su respectivo pa s de estudio en orden a la formaci n de la civilizaci n moderna. En especial, muchos autores han defendido la prioridad de Egipto, bas ndose en la cronolog a m s alta que el valle del Nilo nos ofrece para sus primeras dinast as. Y Egipto tuvo tambi n, desde muy pronto, una escritura perfecta e independiente de la cuneiforme usada en Mesopotamia. Es ste un tema muy interesante, pero cuya discusi n no corresponde a este lugar. A. pesar de que el per odo protodin stico egipcio parece algo m s antiguo que el protodin stico mesopot mico, la mayor a de los cient ficos se inclinan por una primac a asi tica en la revoluci n neol tica y urbana.


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